Las personas se enamoran de sonrisas y de miradas, de besos soñados y palabras nunca pronunciadas.
Las personas desean sentir y amar, pero son pocas las que se atreven a dar el paso a riesgo de ser vulnerables y muchas las que prefieren recordar lo que nunca ocurrió desde la seguridad de su cuarto.
Las personas anhelan compartir con alguien su vida, pero se pueden contar con los dedos a quienes realmente se atreven a vivirla.