jueves, 30 de septiembre de 2021

Rimando la vendimia en el silencio de la bucólica naturaleza

Vendimia I - 16-9-21

El sol dora la vid
y su verdor lo inunda todo:
los insectos, el viento, el cielo
y el Miño en el paisaje de fondo.



Vendimia II - 17-9-21

Racimos que moja la lluvia,
hoy de tarde no se trabaja.
Tijeras nuevas
    chik   chik
mañana se sigue
ahora a dormir.



Vendimia III - 19-9-21

Ayer la viña se desperezaba en niebla,
se mecía en sol
y se dormía en brisa.



Vendimia IV - 22-9-21

El frío aire de las montañas
baña mi cuerpo,
acaricia mi piel
vuela mis recuerdos.

Y corto uvas queriendo estar en Rumanía,
pero estoy en medio del cielo
con los valles como vistas
y solo puedo soñar
pensando que el instante ese,
frente al mundo
en las alturas
sobre la terraza de las viñas,
desprende completamente poesía.



Vendimia V - 22-9-21

Mi vida es un ir y venir de sin sentidos
una suerte de vid
en la que la mitad de las uvas están verdes
y las otras, por el contrario, pochas.

Y no queda otra que escoger
por ver si así llenas la caja al máximo...
y no se puede las más de las veces.

martes, 28 de septiembre de 2021

A mí alrededor solo hay locos

El universo implosiona 
en el instante qu´on s´achète, on se vend
au vent des hémisphères,
on se jette, on se prend
contre un peu d´éphémère.
Tendremos que elegir
la luz o la oscuridad.

Rappelle-toi...
Rappelle-toi...


Y quizás este sistema se ha vuelto loco
o quizás siempre lo estuvo,
puede que no
que seamos nosotros,
o puede que lo sean todos,
yo no lo sé...
yo no lo sé...
pero en la tabla del señor
se sientan todos a comer,
y los reyes se enriquecen
y nosotros miramos a otro lado,
es la naturaleza humana...

El obrero explotado
trabaja cada día
esperando encontrarle un sentido a su vida
¿pero cómo va a pasar eso?
dímelo tú
¿cómo va a suceder eso?

Yo no comprendo nada...

Es el juego de Dios,
donde el juego comenzó amañado,
tiramos los dados, las monedas y las cartas al aire
y salió la tirada perdedora.
Tranquilos,
llegaréis al paraíso,
pero no es lo que quiero,
yo solo busco la salida de emergencia.

Y en medio de idiotas que miran pantallas
que nos infantilizan,
mientras el poder nos prostituye,
y son las estrellas que caen,
y son los sueños que se apagan,
y la mierda que compramos y vendemos,
y la mierda que ya huele
y la mierda que será el paraíso
si es el paraíso que nos venden desde aquí.

Y yo solo quiero puños
y yo no quiero dinero
y yo solo quiero puños
y yo no quiero argent.


Y las conversaciones,
y los reyes en sus mesas,
y el poder que se ríe,
y millones de idiotas
caminando en círculos
dirección al final.

Y la infantilización,
y los sueños sin esperanza
y la paz que se muere
y el paraíso
el paraíso
siempre el paraíso.

Y el paraíso
el paraíso
siempre el paraíso.

Y el universo implosiona 
en el instante qu´on s´achète, on se vend
au vent des hémisphères,
on se jette, on se prend
contre un peu d´éphémère.
Tendremos que elegir
la luz o la oscuridad.

Acuérdate...
Acuérdate...


Y yo solo quiero puños
y ellos solo quieren argent
y yo solo quiero puños
y ellos solo quieren dinero.


Y la libertad llorando en un rincón
y la libertad llorando en un rincón


Y el universo implosiona 
en el instante qu´on s´achète, on se vend
au vent des hémisphères,
on se jette, on se prend
contre un peu d´éphémère.
Tendremos que elegir
la luz o la oscuridad.

Rappelle-toi...
Rappelle-toi...

sábado, 25 de septiembre de 2021

Sueño con victoria

Escribo con cada hebra de mi piel
dibujando futuros
con los que un día soñé y creo que podré
comprender
el camino que me lleve a vencer
en este mundo efímero
que ahoga los gritos
del loco suicidio donde los versos se han perdido,
y herido y caído
intento seguir con brío
para alcanzar mi destino
del verso centelleante
que abra una brecha de sangre
en esta realidad alienante
donde solo hay hambre
para paliar nuestras incansables
ganas de alcanzar el cielo
y no pases
que el camino será largo
y habremos llegado y vencido
cuando todo lo hayamos conseguido,
mientras tanto atino
y todo lo vivido
será un instante fingido
si no cambiamos todo 
desde el final al principio.

Ya no quedan gritos
en este mundo ficticio
donde los poemas que escribimos
son valientes desatinos
para transformar lo opresivo.

Y lanzo
un rastro de tinta
que envaso con prisas,
me gano la vida
y con una sonrisa
atino la rima
para sonar sin desidia
que espero distante
en forma constante
que todo se cambie
futuro boyante
de sueños
que un día fueron vivo combate.

Solo hay lance
cuando en este trance
el miedo se cambie
y ya no avance
el pasado hacia adelante.

Tenemos un rastro de sangre
somos juventud desbordante
el hilo que marca nuestro aprendizaje.
Avante.     Avante.




Recuerda
camarada
que solo vencen luchadores.

Vivir es viajar

Siempre he tratado de viajar todo lo posible. Siempre incansable. Al menos desde que tengo la autonomía suficiente para hacerlo. Comencé con viajes sencillos, organizándolos con ayuda en ciudades fáciles: París y Roma. Seguí complicándome un poco más la vida y aprendiendo en excursiones improvisadas sobre la marcha durante mi estancia en Caldas da Rainha. Ahí aprendí a viajar solo, ahí aprendí a viajar en soledad. Ahí aprendí a viajar con total libertad. Y desde ese momento siempre quise seguir viajando, más, más, hasta el punto de algún lograr vivir viajando. Soñaba con eso... Sueño con eso.

Tras eso hice viajes a Salamanca, Madrid y finalmente el gran desafío que lo cambió todo definitivamente. Cogí un vuelo a Marsella y un vuelo de regreso desde Nantes. Por el medio una gran incógnita de destinos y 10 días para llegar de un punto al otro. Cada día entraba en internet en el móvil u ordenadores de albergues y decidía cuál iba a ser mi siguiente destino. Buscaba albergues y una vez en la ciudad los localizaba. Eso me llevó algún que otro imprevisto de última hora, como en Caen, dónde tuve que caminar 2 horas bajo la lluvia con la mochila buscando algún hotel que todavía tuviese habitaciones a las 8 de la tarde. Pero igualmente era gratificante. Era enero, así que pasé frío. Pero por dentro ardía de emoción cada día por poder estar viviendo eso que durante tanto tiempo había soñado: convertir mi vida en un viaje.

Desde entonces mi vida se ha convertido en períodos en casa donde ahorro para el próximo viaje y el próximo viaje dónde me siento totalmente vivo. Comencé a viajar en pareja y los viajes seguían sucediéndose. Hicimos nuestro primer viaje de mochileros en dos países distintos: París y el norte de Italia.

En mi erasmus en Lisboa hice mi primer road trip por el Alentejo y el Algarve.

También con los intercambios erasmus encontré nuevas formas de viajar.

Hice en pareja nuestro primer road trip con coche alquilado.

Y durante mi año en Francia ahorraba constantemente reduciendo mis gastos al mínimo para así poder cada fin de semana ir de viaje o de excursión a algún sitio. Recorrí la costa desde Bélgica hasta casi la desembocadura del Garona. El centro desde el País del Loira, la Auvernia y los Alpes. La costa mediterránea desde la desembocadura del Ródano hasta la frontera con Italia. Pinceladas de la Borgoña y del valle del Somme. Y todo el departamento de Sarthe.

Y viajé.

Y viajé.

Y desde entonces solo viajo. Porque mi vida no es algún viaje suelto. Mi vida es un viaje intercalado con pausas en mi casa en Vigo. Cobrando fuerzas y energías y medios hasta el próximo viaje que me lleve más allá.

Siempre más allá.

Porque vivir es viajar.

Miseria vital

Que desidia de vida,
que agobio
que todo,
que versos más rotos
por no intentar cobrarme lo que lloro,
imploro la pérdida de mis logros
y solo atino
a no ser otro
tumbado en el fango
inerte y loco.

Solo quiero ser el tiempo
que se llevó lo que ya no somos.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Si cierro los ojos solo veo racimos de uvas

A veces escribo para curarme y otras para hacerme daño. La mayoría, para vivir dos veces.
Carmen Ruiz Fleta



Mi vida es un ir y venir de sin sentidos
una suerte de vid
en la que la mitad de las uvas están verdes
y las otras, por el contrario, pochas.
Y no te queda otra que escoger
por ver si así llenas la caja al máximo
y no se puede las más de las veces.

Escribo para hacerme daño con frecuencia
porque para vivir haciéndome daño...
mejor escribirlo
y sufrir un poco menos,
al final el resultado es el mismo:
otra desilusión más
a la lista de sueños rotos.

Y la culpa al final es mía
por tener expectativas
y creer demasiado
en que el cielo se podía tocar con las manos
y no ha sido así

ergo

caí


No hay más secreto que ese:

caí.


Me comí el suelo.


Y ahora escribo
por intentar sufrir
un poco menos.


Al final es verdad eso de que uno escribe para hacerse daño.

domingo, 19 de septiembre de 2021

Quiero contigo

Quiero una noche eterna
para encontrar en tu boca
todos los besos que me sirvan de respuesta.

Quiero una noche eterna
para que los miedos se vayan
y nunca estén de vuelta.

Quizás no hay más razones que la razón más básica y primitiva

Escribo por la mera necesidad de sobrevivir,
creo
no lo sé
no estoy seguro
y eso que me lo pregunto
con mucha frecuencia,
quizás demasiada.

Un día me preguntaste
que por qué escribía
y otra
y otra
porque cada vez que me ves
y cada vez que te veo,
tú, con tu inmensa inocencia
de luz y pureza,
me preguntas
con ese acento reconfortante
¿por qué escribes?

Y yo miro al suelo
en largo silencio
y luego al frente
y te respondo
con franqueza
y sin argumentos
que realmente no lo sé
que creo que es por sobrevivir.

Silencio

Chasqueo la lengua
y aclaro
que creo que es
- como todo el mundo -
por permanecer,
por no desaparecer,
aunque bueno
al final eso
también es sobrevivir...
Realmente no lo sé.

Y tú me miras
con tu infinito amor
y me dices que es un buen motivo
y que te gustaría leer algo que haya escrito
para comprenderme un poquito más
- eso último no lo dices,
pero yo lo sé -
y te sonrío
sin nada más que decir,
porque no voy a decir en ese momento
que me siento contigo en paz y calma,
y seguimos caminando
y hablando
y yo pensando
el resto del tiempo
que por qué escribo.

Y al final
por más que pasen los días,
los meses,
los años,
no lo sé.

Supongo que escribo como aprendí a vivir.

Para seguir.

Te siento cerca a través de los espejos de distancia

Que bonita es la luz de Barcelona que irradias
y que suerte tengo yo de poder reflejarla.

Caminar por las calles de una ciudad de fantasía,
perderme en tu sonrisa
y en la magia de tus conversaciones,
atrapar el instante que vivo contigo
para disfrutar del recuerdo
cuando lejos yo me encuentro en Vigo.

Y tus palabras atropelladas
intentando cobrar sentido
y mis silencios escuchando,
elaborando respuestas que hacer abrigo.

Y tu atención de paz
cuando me libero de mis problemas
y tu cálidas amistad
cuidándonos en el tiempo.

Me gusta estar contigo tumbado
viendo el cielo pasar de largo
como si fuésemos espectadores de lo ajeno
y las horas no fuesen algo nuestro.

Quizás así vencemos a los trenes, los metros, los vuelos.
Quizás así nos hacemos eternos.

No vivimos entre recuerdos
porque cada día creamos nuevos
y una foto de espejo
y otra de reflejo
y toda tú sincera cuando me miras y te ríes
¡y qué bonitas son y cómo me gustan 
las arrugas que se te forman cuando sonríes!
y tu forma de caminar
y tu exaltación de la felicidad contenida:
como tratando de gritarle al mundo que desbordas ganas de volar,
pero das unos saltitos 
como para que toda esa alegría no se escape a los cuatro vientos
y vienes a mí y lo resumes todo en un sencillo:
¡ay, no me creo que estés aquí!
y yo te digo que siempre me dices lo mismo,
pero en realidad me siento la persona más afortunada del mundo
porque toda la luz del mundo
se contiene en esos pequeños gestos tuyos
que yo trato de memorizar
y sonrío
y por dentro brillo
porque tu amistad me da una profunda paz.

Y comer pipas junto al mar
y el atardecer a la espalda,
algún día veremos un atardecer frente al Atlántico
-porque conseguiré que vengass-
y mientras tanto caminar bajo la luz de la ciudad de Barcelona
y cuando eso pasa
me confundo
porque no sé si es que la luz del Mediterráneo es tan bonita
o eres tú que desprendes esa luminosidad y calidez que inunda todo
y que hace que todo sea más hermoso de lo que es.

Es magia.
Ya lo creo.
Es magia.

En mi libro favorito 
-lo decían frente a las olas-
leí que Barcelona es una ciudad bruja.
Y creo que tiene razón
porque cada vez que me voy
solo quiero volver
por construir más recuerdos
que escribir hasta la próxima vez.

Que bonito esto que construimos sin saber bien cómo, pero sin dejarlo de hacer.

Cuidarnos, cuidarnos siempre,
cuidarnos porque de otra forma no lo sabríamos hacer.

Que bonita es la luz de Barcelona que irradias
y que suerte tengo yo de poder reflejarla.


Te siento cerca a través de los espejos de distancia.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Nacidos del cemento

Soy Shoyo Hinata, nacido en el cemento. Y te derrotaré.
Haruichi Furudate


Nacimos en el cemento
donde nada crece,
donde lo que crece
no tiene valor.

Quizás por eso
aprendimos a saltar tan alto
que nadie pudiese aplastar nuestros sueños.

En la cima
se ve todo,
allí quiero llegar.

Nacimos en el cemento
y aunque resulte imposible
allí brotará nuestra fuerza
y alcanzaremos la plena libertad.

sábado, 11 de septiembre de 2021

Takara-chô

Nadie en este barrio puede herirme
nadie puede dañarme
yo solo me salvo
una y otra vez
y cuando corra la sangre
y el cielo arda
gritaré como un cuervo 
abriendo sus alas.

jueves, 9 de septiembre de 2021

Foto de Monte Alto

Estoy escribiendo frente al teclado y una foto de Monte Alto. Amanece en el otoño de 2015. Las cosas eran bonitas, más que ahora. Mucho más que ahora. También todo era más fácil. Ahora me siento un poco menos solo. Miento, en general no me siento solo. A veces sí. Pero son las menos veces, tengo que reconocerlo. Ahora sí tengo gente. Aunque la mayoría esté a cientos de kilómetros de distancia. Pero he aprendido a sobrellevarlo
aunque las vea solo,
con suerte,
una o dos veces al año.

Estoy nostálgico,
es normal,
afuera llueve,
mucho,
una cortina de gris tristeza otoñal
así que me pierdo en el otoño de hace ya 6 años
y escribo
por intentar emularme
aunque sea un poco,
a veces creo que escribía mejor,
sobre todo cuando me leo.
Escribía mejor.
Sin duda.
Ahora solo aporreo las teclas sin saber muy bien qué contar,
como antes,
pero sin la destreza para hilar rimas, palabras, imágenes y metáforas.
Supongo que tenía una mente más ágil
o la poesía fluía más,
no lo sé,
no estoy seguro.

Mientras tanto escribo.
Porque
¿qué otra cosa iba a hacer?

Miro la foto de Monte Alto
y lo echo todo de menos:
el amor,
las risas,
los recuerdos,
a quiénes éramos,
a quién tenía,
y a la niña de la mirada siempre sonriente.

Soy feliz con la gente que tengo ahora,
no las cambio
ni las cambiaría,
ellas me dan vida
(mis amigas),
pero si pudiese...
sería más feliz teniendo también a quien tenía.
Aunque sea imposible.

También todo era más fácil
y aunque tantas cosas hayan cambiado
y todo sea tan diferente...
podría resumirlo de forma fácil,
bastante sencilla...
y es que miraría por la ventana
mientras la lluvia cubre el fondo,
luego a la foto
y teclearía
con cuidado de no despertar a los demonios
que tengo casi todo lo que quiero,
algún que otro miedo
y que todavía tengo por cumplir deseos.


Echo de menos Monte Alto,
me quiero
y lucho por seguir
para que te sientas orgullosa de ello.



* * *



Al final lo resumiría en que todo sigue igual:
un par de viajes y un par de sueños
y algún que otro talismán
que sigo llevando al cuello.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Grietas en la piel

Perdido en el fondo
de un vaso medio lleno,
mares distantes
tormentas de miedos,
tengo el tiempo
atrapado entre los dedos
y no sé soltarlo
no sé como liberar el extremo.

Y doy vueltas constantes en una niebla que me impide ver 
y no encuentro respuestas a las preguntas que no me atreví a hacer. 
Yo solo me hundo y ya no sé bien el por qué, 
pero no hay salida ¿es que no lo quieres comprender?

Sorprendí a las estrellas ebrias de placer
y ahora solo atino a perecer,
creo que no lo volveré a hacer
pero confío de nuevo para volver a caer.

Y el miedo me para
las heridas no callan
supuro palabras
y ya no veo nada,
y ya no sueño nada.

Y el miedo me para,
las heridas me abrasan
supuro miradas
y ya no tengo nada
y ya no quiero nada.

No sé cómo, 
pero enterré
los futuros que ansiaba
por volverme a ver,
grietas en el habla
cristales en la piel,
noches sin alma
espejos que ya no seré.

Grietas en el habla
cristales en la piel
noches sin alma
espejos que ya no seré.

Sorprendí a la suerte sin atinar a ver
que la luz se apagaba y en las sombras habitaré
y temo al destino que yo no elegiré
soy loco suicidio: desgarrándome la piel.

Perdido en el fondo
de un vaso medio lleno,
mares distantes
tormentas de miedos,
tengo el tiempo
atrapado entre los dedos
y no sé soltarlo
para volver a ser,
no sé como llegamos al extremo
en el que ya no queda sed.

Y puede que la vida
se quede sin salida,
perdimos las prisas
por arder en saliva,
y alas de lascivia
sonrisas fingidas
añicos de caricias
no queda poesía
fría desidia
que yo no quise ser...
que yo no quise ser...

¡Que yo no quise ser..!

¡Grietas en el habla
cristales en la piel
noches sin alma
espejos que ya no seré!

¡Que yo no quise ser...!

¡Grietas en el habla
cristales en la piel
noches sin alma
espejos que ya no seré!

¡Que yo no quise ser...!

Y el miedo me para
las heridas no callan
supuro palabras
y ya no veo nada,
y ya no sueño nada.

Y el miedo me para,
las heridas me abrasan
supuro miradas
y ya no tengo nada
y ya no quiero nada.

Grietas en el habla
cristales en la piel
noches sin alma
espejos que no seré...

Grietas en el habla
cristales en la piel
noches sin alma
espejos que no seré...

Grietas en el habla
cristales en la piel
noches sin alma
espejos que no seré...

miércoles, 1 de septiembre de 2021

El viaje de no retorno

El arte es un bálsamo. Es una vía de escape para aliviar el dolor. 

El amor es una saeta de luz. Es una especie de magia que te impulsa a llegar siempre más allá.


Cuando este amor se acaba, lo único que queda es el arte entre las ruinas.


Y es que como diría Elvira:
el amor se termina cuando hay más recuerdos que sueños.

El problema de ello es darse cuenta de que eso ha ocurrido
y que ya solo queda un desolado valle de silencio y ausencias.


Por eso es tan importante el arte, como diálogo interno con nosotros mismos, como herramienta de búsqueda cuando terminamos perdidos sin tabla en medio de la tormenta a la que agarrarnos para no hundirnos. Porque es en esa caída sin fondo, en ese pozo sin luz, cuando más debemos tener claro todo y no perder de vista quién una vez hemos sido.
Porque eso será un elemento imprescindible para hallar el norte.
El que se permite buscar,
se encuentra a sí mismo.
Y eso solo se puede hacer,
mirando hacia dentro,
hablándonos,
preguntándonos
y cuestionándonos.

Si lo hacemos con valor
y un poco de poesía,
quizás encontramos
lo que nuestras preguntas tanto ansían:
respuestas.

Y será ahí,
donde nos encontremos
porque volveremos a tener claro
quienes habíamos sido.

Aunque después de las heridas,
las ruinas
y las tormentas,
ya no habrá el mismo alma de vuelta.

Quedarán cicatrices,
silencio
y calma
que nos mostrarán
que ya no somos los mismos.

El espejo en el que nos mirábamos se habrá roto,
el reflejo es otro
y la mirada
diferente
nos traerá caminos de vuelta

para encontrarnos
donde un día comenzamos
nuestro viaje.

Y todo el círculo se habrá cerrado.
Y nosotros, 
los protagonistas, 
habremos sobrevivido,
triunfado,
vivido.


Porque el arte
es y siempre será
un bálsamo
para la vida.

Escribir es un bálsamo en primera persona

Convivo con la melancolía y la nostalgia.
Elvira Sastre



El día es gris, triste, otoñal. Todavía estamos en verano, pero es un día de estos en que esperas ver remolinos de hojas llevándose las ilusiones y una lluvia fina mezclada de nostalgia que te recuerda que se acerca pronto el invierno.

Yo estoy frente al portátil, tratando de hallar respuestas a preguntas no formuladas. A veces no nos atrevemos a preguntar lo que no queremos saber y terminamos caminando en círculos sin saber bien a dónde queremos llegar. Y si no sabemos a dónde vamos, jamás llegaremos a ningún lado. Ya lo dijo Marina.

Es día 1 de septiembre. Se acaba el verano. Pronto comenzará una etapa nueva. Ya ha comenzado realmente desde que terminó el voluntariado, pero la estaba alargando en un pause indefinido que me permitiese disfrutar un poco del sol, del calor y de los días libres en los que dejar descansar las horas en campos de trabajo, playa, sonrisas y sueños de viajes. 

Ahora todo eso se ha acabado, es hora de aceptar que toca una etapa nueva, que el verano se ha terminado y que es hora de encontrar trabajo y resignarse a una vida de monotonía, letargo y apatía. Con un poco de suerte la semana que viene trabajaré 15 días en la vendimia. Eso me produce cierta ilusión. Más como experiencia interesante y fuente de ingresos, menos como entrada en el mundo laboral. También busco cursos de monitor de tiempo libre. Me gustaría poder dedicarme a ello, aunque fuese un tiempo, como una forma de seguir viviendo los campos de trabajo y campamentos, que a estas alturas de la vida comienzan a terminárseme las oportunidades de ello. Se acercan los 30 años y todos esperan que tengas la vida atada y bien atada y a mí lo que me gustaría es seguir viviéndola improvisando de a pocos: con muchos viajes y una mochila llena de futuros y sueños. Esa sería la vida que querría. Pero la realidad me dice que eso no se puede. Y aunque yo vaya buscando algunas alternativas con las que fintar a la resignada vida real y adulta que te prometen sin otra alternativa, yo tropiezo con las maneras de esquivarla un poco. Aunque sea durante cortas temporadas. Como hice con el voluntariado durante un año, a fin de cuentas. Eso me permitió vivir viajando durante un año. Y me siento muy afortunado por ello. No siempre se tiene esa oportunidad de vivir la vida como desearías. Yo durante 12 meses, sí pude hacerlo. Y fui feliz. Al menos la mayor parte del tiempo.

Pero ahora es día 1, se acaba el verano y es hora de volver a una larga temporada sin viajes, de vidas rutinarias y de buscar nuevas metas:
 Intentaré escribir más, 
eso siempre me alivia. 
Quiero publicar otro libro,
eso me emociona.
Quiero continuar con el francés,
eso me hace sentirme satisfecho conmigo mismo.
Quiero conocer gente y reforzar lazos,
eso me hace crecer.
Y quiero pasar tiempo conmigo, con mi familia y con mis amigos,
eso me llena.



Se acaba el verano y es un día gris, otoñal, triste.
Aunque siempre hay algún motivo para seguir
solo hace falta buscarlo
y me encontraré a mí mismo.