Mi vida es un ir y venir de sin sentidos
una suerte de vid
en la que la mitad de las uvas están verdes
y las otras, por el contrario, pochas.
Y no te queda otra que escoger
por ver si así llenas la caja al máximo
y no se puede las más de las veces.
Escribo para hacerme daño con frecuencia
porque para vivir haciéndome daño...
mejor escribirlo
y sufrir un poco menos,
al final el resultado es el mismo:
otra desilusión más
a la lista de sueños rotos.
Y la culpa al final es mía
por tener expectativas
y creer demasiado
en que el cielo se podía tocar con las manos
y no ha sido así
ergo
caí
No hay más secreto que ese:
caí.
Me comí el suelo.
Y ahora escribo
por intentar sufrir
un poco menos.
Al final es verdad eso de que uno escribe para hacerse daño.
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