miércoles, 23 de febrero de 2022

Acaricio con todo mi amor los recuerdos

La poesía más pura brota de la esencia misma,
del mero echo poético
hecho instante,
de la más fina hebra de vida
que se tiende entre las miradas
como puentes en las turbulentas aguas
del mar salvaje y calmo
que es mi intempestuosa alma poeta
que rueda
al son de las olas
como conchas que trae la marea
a las playas de otras vidas.

Mensajes
que vuelan al viento,
palabras de aliento,
poesías de sueños.

Cartas
sin intermitente
que llegan,
como briznas que escintilan,
a sus legítimos dueños.

Besos
sinceros
en los que perdernos
para abrazarnos
la próxima vez que nos vemos.


Y es que la poesía
sin magias ni artificios,
se escribe a si misma
como las más puras amistades,
como los más tiernos encuentros
en los que se pausa el tiempo.


Poesía es eso,
nuestros más bonitos recuerdos.

lunes, 21 de febrero de 2022

¿Por qué cultivamos la bruma?

N´est-ce pas parce que nous cultivons la brume!
Rimbaud




¿Por qué cultivamos la bruma?
Me perdí entre los recovecos de un tiempo olvidado y ahora solo puedo caminar sin saber bien dónde voy a terminar. Debería cambiar a veces de frases, de lugares comunes, pero es que me resulta imposible cuando estoy atrapado en un bucle sin final. Perdí a las cartas, a los dados y a todo lo que te puedas imaginar. Y ahora, tirado en el suelo, me olvido de cómo volver a caminar. Solo quiero llegar a algún lugar dónde encontrar descanso, dónde encontrar paz. Pero no sé si este existirá.

Sucumbo al miedo a lo desconocido,
cruel designio
que nos invitó a marchar
hacia atrás,
hacia ningún lugar,
a escapar de la soledad.

Y solo puedo intentar
profesar
esperanza
cuando todo se arrastra
como fango,
como lodo,
como sangre
que se escapa por mis poros,
por todos mis sueños rotos
en mil añicos de espejos
que se olvidaron de reflejar
el futuro que creía para nosotros.

¿Por qué me corrompo?
Solo quiero descansar.

¿Por qué me escondo?
Solo quiero desaparecer para nunca regresar.

¿Cómo hice para estar aquí
cuando no me lo merecí
y aprender a convivir
con esta soledad?


Solo escapar,
nada más,
por favor;
solo vivir
definitivamente,
sin sufrir más.

Por favor.

domingo, 20 de febrero de 2022

No puedo más

Necesito escapar de este mundo que no soporto, huir de esta realidad que me asfixia. Encontrar la salida a tanto sufrimiento, a tanta desidia, a tantas desesperadas ganas por desaparecer. No puedo con mi día a día.
Presión en el pecho. Mente nublada. Desesperación que me atormenta sin poder encontrar nada que me ayude a calmar mi alma.
Huir.
Huir.
Huir.
Solo quiero huir.
Escapar.
Escapar.
No puedo más.
Solo quiero escapar.

sábado, 19 de febrero de 2022

Consumimos demasiados kilómetros

Quemando kilómetros a nuestras espaldas
no nos atrevemos a dar el paso
para no mirar hacia adelante,
el pasado nos quema,
el presente se deshace
y nosotros
incapaces
no sabemos caminar
dando pasos antes de que todo nos estalle.

Sorteamos espejos y cristales
para no vernos en los retales
que rompimos
sin saber cómo hicimos,
pero solo quisimos
huir
de donde no quisimos continuar

¿cómo escapar?

¿cómo respirar?

¿cómo encontrar la paz?


Solo quiero echar a volar
y que las heridas no nos duelan,
que la despedida no nos detenga,
aprender a soñar de nuevo
en pos de la añorada libertad.

sábado, 12 de febrero de 2022

La otra cara de los viajes - Aniko Villalba

Los viajes tienen dos caras, una cara que nadie ve,
dura,
difícil,
y una cara destellante que ve todo el mundo
con demasiada nitidez.

Y en medio de esas caras
está la neblina difusa
de vivir el viaje,
haciendo equilibrios por encontrar tu felicidad,
por encontrarte a ti,
por buscarte,
por buscar la libertad.


Muchas veces cuando me preguntan por mis viajes y por cómo puedo viajar tanto respondo con franqueza que viajo porque así yo lo elijo, igual que ellos eligen todas las semanas salir a cenar, ir al gimnasio, o comprarse las cosas que desean comprarse. Ellos eligen todo eso, y yo elijo viajar. Así de sencillo, no hay mucho más. 

No voy a decir que si quieres puedes, porque todos sabemos que esa frase no es cierta. Pero sí voy a decir que
si no quieres, no puedes
porque es así, porque viajar, contra todo pronóstico y contra toda idealización que nos venden, cuesta;
viajar cuesta,
y mucho,
y no hablo solo de dinero, hablo de tiempo, de esfuerzo, de ganas, de iniciativa.

Viajar no es irse de vacaciones, aunque para irse de vacaciones uno pueda viajar.

Viajar, se viaje como se viaje, con todo programado o sin ningún tipo de programación,
precisa de una preparación previa,
de una organización del viaje,
dónde vas a dormir,
qué vas a comer,
con quién vas a ir,
qué transportes vas a usar,
a qué hora te vas a levantar,
qué presupuesto tienes,
en qué vas a gastar ese dinero que tienes,
qué ciudades eliges ver,
y por su contraparte:
qué ciudades eliges no poder ver.

Porque viajar es elegir.
Viajar supone decidir qué vas a hacer y qué no vas a hacer, qué podrás conocer y qué cosas puede que jamás llegues a conocer.

Viajar es elección. Una decisión tras otra. Y otra. Y otra.

Viajar es tomar la iniciativa de ti mismo y solucionarte por ti mismo todas tus decisiones. Nadie va a decirte qué hacer o qué dejar de hacer. Pero tampoco nadie te va a ayudar a delegar esa responsabilidad, a desconectar de la necesidad imperiosa de tomar una decisión tras otra.



Muchas veces cuando me preguntan por mis viajes se sorprenden de todos mis destinos, de todas mis rutas, de todo lo que hago
y me dicen frases semejantes a qué suerte tienes!, ojalá poder viajar yo tanto!, qué envidia!, tú sí que vives bien!, con el añadido muchas veces del lastimero ...no como yo...
y yo,
ante esas muestras de reproches, victimismos y envidias insalubres,
me pongo muy serio
y respondo que así lo he elegido yo,
que cada uno elige cómo vivir su vida,
y viajar es lo que he elegido yo.



Porque, como he dicho antes, viajar es elegir.



Y en esa otra cara de los viajes que nadie ve
porque está oculta tras la luz cegadora
de las vacaciones constantes idealizadas,
hay muchas cosas
sobre las que nadie habla.

Por eso, cada vez que leo a Aniko me siento tan identificado,
porque habla de las cosas y de los viajes a las claras,
sin medias tintas,
diciéndote lo que nadie te dice,
tanto lo bueno,
como lo malo.

Y en esa cara B de los viajes
que nadie nombra,
está esta lista
que allá por el verano de 2014 ella escribió
(antes incluso de yo conocerla),
y que siempre me ayuda a conectar conmigo mismo
en la luz
y en la oscuridad.

Para recodarme, recodarles y recordar
la otra cara de los viajes.




En el lado oscuro de los viajes entran muchas cosas,
es un cajón desastre donde se guarda todo,
aunque el contenido depende de cada dueño,.
Un viaje no te resuelve todos los problemas
ni te permite escaparte de nada,
viajar solo no significa estar solo,
pero puede hacerte sentir doblemente solo.
No todos los lugares te van a gustar
y no todas las personas te van a caer bien.
[...]
Viajar barato supone mucho esfuerzo,
el presupuesto influye en las decisiones
y hay que dedicarle más tiempo a la logística:
dónde duermo hoy,
adónde voy mañana,
qué alojamiento me conviene,
a qué hora sale el colectivo,
dónde me deja el tren,
[...]
en qué lugar de la ruta tengo que pararme,
cómo voy a tener un espacio de trabajo,
cuánto me va a costar todo esto.
Viajar por mucho tiempo cansa
y te hace perder el asombro.
Todos los ríos son iguales.
A veces la gente te idealiza,
como si tu mochila te diera superpoderes,
a veces creen que no existís.
A veces querés teletransportarte a tu casa.
Trabajás sin horarios ni estructuras
pero tu computadora se va comiendo los paisajes.
Caés en paracaídas en la vida de la gente
y todos te tratan con urgencia.
Tus amigos son puntos sueltos en el mapa.
Puede que te enamores de alguien
que no viaja ni quiere viajar
y que te des cuenta de que tu necesidad de movimiento
es igual a tu capacidad de desapego.
[...]
Viajar por viajar es lindo
pero después de un tiempo hace falta un objetivo,
un hilo conductor,
y no es fácil darle sentido al viaje.
Entrás en un limbo donde todos los caminos son posibles 
y te paralizás.
Si pasás mucho tiempo afuera
quizás quieras recuperar tu otra vida,
pero al volver te vas a dar cuenta
de que ese ya no es tu lugar,
de que no sabés cual es tu lugar,
de que ya no hay más lugares.
Vas a tener que aceptar que siempre vas a estar lejos.

- Aniko Villalba



*                     *                    *                     * 





También hay personas que entienden esa necesidad constante por ir más allá, siempre más allá,
y que tome las decisiones que tome me apoyan
porque para lo bueno y lo malo están.
No quería olvidarme de ellas.
Gracias a ellas mi pothos no me consume como una llama en un instante.

viernes, 11 de febrero de 2022

Mira como quemo

Encuéntrame entre los restos certeros
somos de culo de mal asiento,
no nos paramos quietos
ni aunque estemos ardiendo,
¿cómo reconocernos?
si hemos elegido perdernos
entre senderos inciertos
que nos llevarán a dónde no queremos...

Solo mírame, cielo,
parece que ya no nos conocemos,
no sé bien cómo hacer esto
pero nos reconocemos al vernos,
¿cuál ha sido la decisión
que nos ha llevado a desconocernos?

Solo tira millas y echa a caminar
puede que en la salida del autocar
podrás encontrar todo lo que buscabas,
todo lo que yo no te daba,
todas las palabras que callabas
incapaz de saltar esta valla
que te asfixiaba, que te atrapaba.

Solo corre,
solo corre,
y podrás escapar al destino.

Solo corre,
solo corre,
y podrás coger aire y tomarte un respiro.

¿Qué haces conmigo?
Muñecos rotos
entre fuegos de artificio.
Patéticos hechizos,
tristes oficios,
legendarios locos
dejando de ser cuerdos,
acierto,
si te digo que no nos queremos.
Acierto,
si te digo que no nos queremos.

Solo nos hacemos daño,
porque es a lo único que aprendimos.

No temas por mí, cariño,
tómate el tiempo que pedías,
huyamos lejos para no confundirnos.

Solo corre,
solo corre,
y podrás escapar al destino.

Solo corre,
solo corre,
y podrás tomarte un respiro.

jueves, 10 de febrero de 2022

Cuestiónate a ti mismo para conocer el mundo que te rodea, cuestiona el mundo que te rodea para conocerte a ti mismo

Usa tu mente por completo y sube de la Tierra al Cielo, y, luego, nuevamente desciende a la Tierra y combina los poderes de lo que está arriba y lo que está abajo. Así ganarás gloria en el mundo entero, y la oscuridad saldrá de ti de una vez.

Precepto VIII de la Tabla esmeraldina




Destrúyete para volverte a construir, constrúyete para volverte a destruir. El final no tiene principio. El principio es solo el final. No hay cambios más allá que el mero cambio. Solo intenta no ser tú mismo para ser tú mismo. Puedes encontrar el sentido en todos los sentidos sin salida, ni rumbo, ni destino. ¿Cuál es el camino? ¿Cuáles son los gritos que emites? ¿Qué emito? Décadas de intentos. Solo tengo presente el infierno que se llevó este cielo que ardía entre ellos y sucumbía entre nuestras manos. Vaya cambio inesperado. ¿Cómo explicarlo? Las palabras se han marchado, se han fugado. Solo podremos callarnos para gritarlo bien alto. Rómpete en mil pedazos. Puede que así compruebes lo que te digo. Lo que finjo. Lo que desatino en este torbellino de gritos sordos, ciegos, mudos, divinos. Cuasi existimos. Cuando no había más aviso que el desaguisado que nos hemos montado sin subirlo a nuestras manos pidiendo auxilio. Vaya engaño. Nos han quitado años. Como si todo se hubiese arruinado. Solo mírame. Solo mírame. Podrás comprender de lo que hablo. Destrúyete en mil pedazos si quieres encontrar todo lo que suplicamos. Rómpete en mil fragmentos de espejos hechos añicos. Será entonces cuando puedas intuir los caminos que perfilamos entre todos estos símbolos. Léete a ti mismo. Razónate todo, cuestiónate todo. Háblate más de lo que hablabas contigo mismo. Podrás comprender todo lo que digo. Párrafos sin temática ni hilo. Más allá que el destino. Más allá del destino. Destrúyete a ti mismo. Y vuélvete a construir. Constrúyete a ti mismo. Y vuélvete a destruir. El ciclo no tiene final. Solo tiene principios. El ciclo no tiene principio. Solo tiene finales no escritos. Cuestiónate a ti mismo. Solo en tu interior tendrás las respuestas a todo lo que te digo. Destrúyete, constrúyete, tiende puentes con tu cuerpo, tu mente, con lo que sueñes, contigo mismo.

Este es el fin. Este es el principio. Estos son los senderos que te abren infinitos caminos.

Trocitos de poesías

I

Echaron a volar
ya los poetas volaron,
echaron a caminar
ya los viajeros caminaron,
echaron a soñar
ya los recuerdos soñaron.



II

Hubo un poeta que miró al cielo,
hubo un escritor que miró al suelo,
y uno le preguntó al otro
- ¿por qué miras con miedo? -
y el otro respondió
- lo hago así, porque así me lo aprendieron-.




III

No quedan sino historias
de memorias olvidadas,
no quedan ya más que ruinas
entre siglos que nos velaban.




IV

Solo ven,
solo como rumor de agua,
solo ven,
y deja a la noche bailarnos el alma.

domingo, 6 de febrero de 2022

Alma veraniega

Amarillo luminoso
a pecho descubierto
sonrisa pura y sincera.

Vuela,
vuela,
alma veraniega.

Desvístete,
siente mi esencia,
todo mi ser,
en la luz estival
se presenta.

Que huyan mis problemas,
que se disfrace la suerte
de vidas paralelas.

Saltan los versos,
saltan las veras,
que huyan los ríos
y se refugien en mis piernas.

Vuela,
vuela,
alma veraniega.

Solo en mis ojos
se hayan las respuestas.

Vuela,
vuela,
alma veraniega.

sábado, 5 de febrero de 2022

Al calor de un dique de abrigo que marca los pasos de un exilio forzado

Al calor de un dique de abrigo que marca los pasos de un exilio forzado.


Parece una frase tan sencilla...
y a la vez oculta tanta simbología...


La frase se refiere a una foto de Coruña que subí el 6 de febrero de 2018 a Instagram.

Por aquella época, fue cuando tuve que irme de casa de la Yaya para ir a Santiago. Yo no quería irme de esa casa, pero los problemas con madrina me precipitaban a tener que irme de allí. Buscar piso en Coruña se me hacía cuesta arriba, regresar a Vigo era una opción muy poco factible por el trabajo y la escuela de idiomas. Ir a Santiago era la mejor opción para lograr estar más o menos bien.

La Yaya acababa de morir hace un mes, casi exactamente, y yo me sentía completamente perdido. Me sentía como un extranjero dentro de mi propio cuerpo. Por aquella época recopilé Días Extranjeros, que me definían perfectamente en ese estado anímico. Me sentía un extranjero en mi propia alma desnaturalizada. Un exiliado forzado. A fin de cuentas.

Un exiliado forzado
de mi propia alma,
y un exiliado forzado
de casa de la Yaya.


Y Coruña era el único abrigo en ese momento, el mar, el mar que se escuchaba desde casa de la Yaya. La casa de la Yaya me daba calor, me abrigaba, pese a todo el frío que en esa casa había siempre, fuese la época que fuese. Y más en ese momento en que estaba allí solo. Y pese a todo, allí me sentía abrigado, me sentía cómodo, me sentía reconfortado, me sentía en mi hogar. Era mi dique de abrigo en medio de toda la tempestad.

Y tuve que irme. Exiliarme. Forzadamente. De ese dique de abrigo.




Pero hay otra lectura.




Una que establece paralelismos.




Y es que cuando la Yaya vino de Cataluña. Vinieron en cierto modo forzados. Fue un exilio. Allí no había trabajo. Menos aún para alguien recién salido de la cárcel. El Padrí fue exiliado por la situación política causada por el Franquismo.

Y allí, entre el frío del exilio. En las obras del dique de abrigo. Trabajaba el Padrí. Y el padre de mi padre. Y la Yaya iba todos los días a llevarle la comida al Padrí. Al dique de abrigo. Allí dónde él trabajaba. Y allí la Yaya conoció al padre de mi padre, a su futuro marido.

Y allí, en el dique de abrigo, encontró el calor que el exilio le había arrebatado. Encontró de nuevo abrigo entre el frío de una ciudad que por aquel entonces les resultaba extranjera.

Allí, en el dique de abrigo, los pasos la llevaron hasta el calor que más tarde, años y años después, la llevarían a un nuevo hogar, tras un exilio forzado, la casa de la Yaya, su casa de Monte Alto.

Y allí, en esa casa, yo tendría mi dique de abrigo. Mi refugio. Mi hogar.


Pese a que años después, en Febrero de 2018, los pasos me llevaran a un exilio forzado lejos de ese dique de abrigo.

Y en esos últimos retazos,
en esa casa,
paseando por Coruña,
paseando por Monte Alto,
con las vistas del dique de abrigo del puerto,
esas vistas que tantos pasos crearon,
yo escribí esta frase
para no olvidar nunca
de dónde venimos,
a dónde vamos.

Al calor de un dique de abrigo que marca los pasos de un exilio forzado.


Resistir es poesía
y yo eso,
de la Yaya lo he heredado.





Una idea constante en mi cabeza

Necesito volver a Nantes.


Así, con esta contundencia comienza esta especie de texto-poema, porque dicho sea de paso, no sé bien qué será, es lo que tiene escribir sin pensar, solo dejándose llevar, que es la poesía quien me busca a mí, no yo a ella. Y ella, por arte de magia, de inspiración, de suerte... decidirá aparecer frente a mí y mostrarme toda su esencia, todo su ser.

Y me sentiré afortunado si eso sucede.



Necesito volver a Nantes.


Cuando estoy triste, perdido, desorientado o simplemente necesito tiempo para mí mismo y para encontrarme, siento una imperiosa necesidad de regresar a Nantes. De perderme por sus calles, de sonreír con su luz, de bañarme por su cálido atardecer, de desnortarme por el norte que perdí y solo quiero encontrar de nuevo una y otra vez.


Una vez escribí, la primera vez que estuve en Nantes: 
Nantes es una ciudad anacrónica y perdida en su propia existencia, como una historia desmemoriada que no sabe dónde ubicarse.
Creo que fue una primera descripción muy acertada. Creo, en realidad, que es la descripción más acertada que podría hacer de esa ciudad.
Un lugar donde el tiempo no pasa, donde vaya cuando vaya siempre encuentro hogar, donde la historia mira hacia adelante y donde mira hacia atrás, como una memoria confusa que solo busca encontrar su lugar. Sin saber bien dónde ubicarse. 

Dónde las historias que nunca sucedieron
se pueden soñar,
dónde las historias que realmente sucedieron
se pueden cambiar,
dónde sea lo que sea que suceda
se puede intentar afrontar.

Y allí,
en esa ciudad de luz,
poesía,
tiempo
y siluetas,
es dónde yo trato de pasearme,
viajarme a mí mismo,
para encontrar preguntas
a tantas respuestas,
para encontrar respuestas
a tantas preguntas.

Dónde reflexionar,
a fin de cuentas.

Solo.

O con ella.

Con la ciudad.

Con la constante presencia de Clementine
y su sonrisa de refugio y paz.

Con su más sincera,
tierna
y pura
amistad.




Necesito volver a Nantes.


Para vivir,
para soñar,
para construir,
para echar la vista atrás.



Necesito volver a Nantes.


Para volver a ser
esa persona que llegué un día a ser,
esa persona que quería guiar,
que quería ser modelo,
referente, ejemplo;
para volver a ser
esa persona
que iluminaba sueños,
sonrisas,
senderos.

Alguien
a quien los demás querían llegar a alcanzar
para perseguir los caminos que siempre quisieron.



Necesito volver a Nantes.


Para ser luz,
para volver a ser luz
y para bañarme por su luz,
e iluminarme por Clem y su luz,
para ser yo,
simplemente yo,
disfrutando de yo
y de mí mismo, y de los demás, y de la vida, y de la amistad.



Necesito volver a Nantes.


Para encontrarme,
en libertad,
una vez más.

Suave seda, suave canto

Que en este instante mío
¿quién me diría
que los ríos
nos llevarían a caminos
de inciertos rumbos,
de imprecisos destinos?

Persigo y atino
las sombras que conmigo
cobijan libre albedrío
de reflexionar
sobre lo que me han dicho.

Y no digo,
que no hallo arte para tanto tino,
amigo,
que dónde la suerte se confunde
ya no hay imprecisos
motivos
para tropezar con lo que escribo.

No es que esto deba cobrar sentido,
pero escribir... escribo,
todo lo demás sería engañarme,
engañarnos,
fingir que no tuvimos cuidado
y que ahora
sin saber cuándo
procederemos lentamente a encumbrarnos.

Poemas y cantos,
medallas, símbolos, retratos,
metáforas que se nos escapan de las manos,
y volamos,
y volamos,
y los poetas ya se han ido,
ya se han marchado.

Para no recitar ni cuando miramos abajo.

Para no intentar darle la vuelta a este poema
sin rima ni ritmo
que no vale ni medio centavo.


¿Quién usa centavos?

Yo no,
no sé por qué lo he dicho,
si nunca los he usado.


Suave seda, suave canto.

Déjame que te arrulle,
yo me encargaré de darte descanso.

Suave seda, suave canto.

jueves, 3 de febrero de 2022

Supera tus límites

Levantarse,
levantarse,
levantarse
y volverse a levantar.

Levantarse,
levantarse,
levantarse
y volverse a levantar.

Insistir,
insistir,
insistir
y volver a insistir.

Insistir,
insistir,
insistir
y volver a insistir.


Hacerse daño
y seguir,
caerse
y volver a sufrir.

Tratar de darlo todo,
de ir más allá,
romperse los brazos,
romperse las piernas,
por superarse una vez más.


Luchar,
luchar,
luchar
sin cesar.

Luchar,
luchar,
luchar
sin cesar.

Vencer,
vencer,
vencer
hasta quedar en pie.

Vencer,
vencer,
vencer
hasta quedar en pie.


Hacerse daño
y seguir,
caerse
y volver a sufrir.

Tratar de darlo todo,
de ir más allá,
romperse los brazos,
romperse las piernas,
romperse el cuerpo
superando cualquier barrera.


Levantarse,
insistir,
luchar
y vivir


hasta vencer.

martes, 1 de febrero de 2022

Sonrisas, futuros y luz

Brilla el sol en la ventana
el porvenir se presenta soleado,
el día asoma con ganas
y la mirada dibuja sonrisas.

La ilusión brota en llamas
ardiendo olas de luz,
la vida juguetea con el alma
imaginando futuros como tú.

Listas, cuidados y palabras,
conversaciones bonitas
abriendo mis alas,
caricias, espacios y calma,
tiempo para desarrollarnos
descubriendo intimidades inexploradas.

Brilla el sol, brilla y danza,
el futuro se pinta de verde
verano y azul invierno,
el horizonte amarillo ardiendo
y tú y yo, preguntándonos, revisándonos,
aprendiendo a querernos
como realmente queremos
con toda la plenitud que salta
de nuestras manos, nuestros labios, 
y toda la libertad que juntos y separados nos baña.


Estamos brillando como el sol en esta limpia y cálida mañana.

Hoy ha sido un día bonito

Hay días en que te exploras y exploras todas las posibilidades hasta límites insospechados. Que recuperas la comunicación, la asertividad y las ganas de construir un futuro cambiando el presente.

Hay días que te baña la luz
que salta la poesía
de la mañana
a la vida,
de la palestra
a la ventana del día.

Hay días de besos,
de miradas,
de caricias,
de conversaciones interminables
a las tantas de la madrugada
como si no hubiese más fin
que el presente que contigo tejería.

Hay días luminosos, días de esos que el pecho se me llena de sonrisas, de paz, de libertad,
de vidas que estallan de felicidad
como fuegos de artificio
en el brillo de mi alma.

Hay días en que te exploras y exploras
todo lo vivido,
todo lo aprendido,
todo lo que quieres,
todo lo que has querido,
y en esos momentos,
cuando la sinceridad abre camino,
yo me sonrío
miro al cielo
y vivo el presente de vida que elijo vivir contigo.

Hay días en que yo feliz, vivo y sonrío.