lunes, 25 de abril de 2016

Centelleante luz del atardecer

Los últimos rayos de sol se filtran entre los bordes del horizonte
dibujando de colores la acuarela del cielo.

La mirada oscilante del tiempo se pierde en la tarde
como un susurro palpitante del inflamado pecho.

Las olas rompen retumbando en la orilla
con la fuerza y fragilidad de la densa neblina.

Vuela el viento,
suave
como la cálida brisa
y levanta puñados de salitre
que juguetean con los mechones del pelo como una caricia.

La mirada se pierde por la bóveda celeste,
vigilando escrupulosamente 
cada una de las nubes que salpican el reflejo del mar.

Algo brilla en sus ojos,
con la centelleante determinación del sol del mediodía,
mientras el ocaso
da paso
al atardecer con tintes de cálida oscuridad nocturna.

Se levanta
y su silueta se recorta a contraluz
con la majestuosidad de la poesía dibujada en sus labios.

Sonríe por última vez
mientras se sacude la piel
y decide qué ha sido un muy buen último día.


miércoles, 20 de abril de 2016

Poemas en mi espalda

Ella me escribe poemas en mi espalda
y yo la miro
con picardía ensayada,
como el que sabe que toda su luz se concentra
en su sonrisa y en su mirada.

Ella me escribe poemas en mi espalda
y yo la acaricio
con suavidad esmerada,
como el que sabe que el universo se concentra
en las sensaciones que transmite a mi oído en forma de palabras.

Ella me escribe poemas en mi espalda
y yo la admiro
con sumisión intencionada,
como el que sabe que toda la divinidad se concentra
en su pelo, su mente y toda su compleja alma.

Ella me escribe poemas en mi espalda
y yo la sigo
con cosquillas calladas,
como el que sabe que toda la brisa marina se concentra
en el calor que irradia, como brilla el sol con intensidad y calma.

Escribo poesía como el que piensa que escribe poesía

Escribo poesía como el que escupe al suelo con desprecio,
como las palabras a puñaladas que se tiran desde lejos
con la intención de que maten más esperanzas que sueños.

Escribo poesía como el que acaricia el alma,
como las miradas a escondidas mientras te beso en la cara
con la intención de que te salgan alas y huyas volando de esta realidad.

Escribo poesía como el nene que observa el mundo,
como si acabase de descubrirlo e intentase hacer de las palabras un nudo
con la intención de atarse a una realidad que intenta comprender.

Escribo poesía como el que solo tiene sus letras y sus ideas,
como si buscase el nombre de las cosas y te lo explique aunque no me creas
con la intención de pintarte una acuarela de colores y libertad.


Escribo poesía como el que espera al tercer silencio,
como si la música ya tuviese sabor caduco y añejo
con la intención de emborracharme el corazón hasta caer al suelo.

Escribo poesía como el que mira constantemente al sol del mediodía,
como si toda la luz del cielo no albergase suficiente alegría
con la intención de no perderme en mi propia oscuridad.

Escribo poesía como el que grita en un acto desesperado de verdad,
como el que sabe que es su última oportunidad de atrapar la sinceridad
con la intención de llevarme de la mano si tú me ayudas a ver.

Escribo poesía como el que se sabe loco y aun a pesar de ello busca refugio,
como el que sabe que no tiene lugar pero sigue peleando con sus palabras como único escudo
con la intención de no caer pues rendirse es un lujo y él solo sigue a su propio grito de: "avanzad".



martes, 12 de abril de 2016

Cuando miras al horizonte, no siempre logras distinguir algo entre toda la luz del atardecer

Voy a quedar aquí;
quieto y callado
sin dar ningún comentario.

Observo como el viento mece las olas
y yo sigo
sin sentir nada,
hundido en la apatía
de una vida
que veo como pasa
de largo
mientras solo puedo fingir una sonrisa
como si eso fuese a arreglar algo.

Y voy a quedarme aquí,
sentado 
a orillas del gran charco,
como si el viento pudiese susurrarme algo que a mí se me haya escapado
aunque en el fondo sé que no
que no quedan secretos
y que simplemente
el tren de las oportunidades ya pasó sin darme tiempo ni a mirarlo.

Puede que me quede aquí,
total,
nadie me espera en ningún lado
ni siquiera yo,
creo,
así que mientras miro pasar el tiempo
pienso:
que ojalá un chispazo en el horizonte,
un brillo,
o cualquier cosa que me haga sobresaltarme
como si el futuro no estuviese escrito
o alguna señal me llegase y saliese a flote.

Espero no quedarme mucho más aquí,
no me apetece,
aunque tampoco sé cual es el siguiente paso a dar,
el siguiente paso para subir;
sólo

que la memoria se ha olvidado de mí
y mientras tanto,
vivo anclado,
frente al mar,
esperando a que alguien me dé la mano para explicarme como seguir.

lunes, 11 de abril de 2016

Vivo, porque tiene que haber de todo en el mundo

Vivo en un cuento superviviente del pasado
un fantasma en llamas que arrasa
y convierte en ceniza
lo que jamás se ha olvidado.

Vivo en una herida constante sin cicatrizar
una infección contaminada
que no deja de supurar.

Vivo en una mirada dolorida
que intenta ver más allá,
pero se pierde en el tiempo
mientras busca una huida.

Vivo en corazón de cristal,
en los errores que arrastro
como un peso
que jamás quedará atrás.

jueves, 7 de abril de 2016

Supongo que soñé demasiado pensando que podría dejar de ser un habitante de la oscuridad

Vivo en mi jaula de cristal
de la que nunca debí salir,
soy un demonio que causa el mal,
un pedazo de oscuridad dispuesto a resistir.

Vivo en un infierno terrenal,
mis rejas no me dejan sentir,
soy un atisbo de libertad,
una esclavitud de la que es mejor no huir.

Vivo en mi foso abisal
con el que nunca aprendí a convivir,
soy un fantasma que mata sin piedad
todos los sueños que podrían existir.

Vivo en un tugurio de maldad,
ni los ángeles quieren saber nada de mí,
soy una sombra venida del más allá,
soñé demasiado pensando en hacer feliz.

Vivo en las tinieblas buscando sin cesar
un pedazo de mi alma que brille para algún fin.

Pensaba que encerrado hallaría paz
y al final
                                                                      sólo
me olvidé de mí.

lunes, 4 de abril de 2016

Somos arte con ansias de luchar

Somos la poesía bajada desde las nubes,
el grito de rebeldía que nace en las urbes
y hace eco en las cumbres;
somos la palabra escrita a sangre,
el asalto al cielo para que la libertad baje;
somos el susurro hecho canción
cada frase escrita en los muros de la represión,
la venganza de los oprimidos por defender la revolución;
somos la sinfonía de la esperanza,
el llanto onírico de la risa callada;
somos la rima rebelde, la mirada a escondidas
entre los pupitres de las aulas,
el murmullo que recorre los montes y las fábricas;
somos el verso de la verdad,
el beso no dado que nunca podremos olvidar;
somos la lírica de la paz,
la guerra en la trinchera y la tregua en la cama
ya si tal...
Somos la poesía no escrita
que jamás nos podrán hacer callar.