viernes, 29 de julio de 2016

Belleza es verla tumbada mientras duerme

Miré en dirección a la cama y la vi:
a la magia,
      tan pura,
      tan sencilla,
      tan perfecta para mí.

Miré en dirección a la almohada y la vi:
a la poesía,
viviendo en cada uno de los pliegues de su piel,
      en cada sonrisa,
      en cada poro,
      en cada sensación que despierta en mí.

Miré en su dirección y vi su mirada:
un pozo de luz
en el que pedir infinitos deseos,
aunque el mío,
      -no dejar de reflejarme en ellos-,
ya se cumplió desde que tengo recuerdo.

Miré en su dirección y vi su espalda
        y mi mente se deslizó por ella en caída libre y sin frenos,
aunque ya no temo al suelo,
pues me ha dado la confianza
      para fundir en uno mi vuelo con mis sueños.

Miré en su dirección
y no pude mirar a otro lado,
      escalé su pecho,
      surfeé su barriga
      y buceé por los mares que tiene ahí abajo.

Miré en su dirección
y me quedé con cara de embobado,
como cuando me dice que parezco un tonto enamorado,
como cuando me besa
      y en sus labios
me recuerda las sonrisas, las caricias y todos los instantes a su lado.

Miré en su dirección
y la vi,
      y así me quedé,
viviendo un eterno atardecer
del que nunca he despertado,
reviviendo horas y horas
      una y otra vez
y soy tan feliz
que ya me parecen años.

Cuidado,
      porque si miráis a la chica de la que os hablo,
os prevengo
      de que hasta el infinito os sabrá a poco de su mano
y que jamás de ella podréis alejaros.

No es una advertencia
      es un aviso de que la felicidad existe
y está aquí                    durmiendo en este cuarto.

miércoles, 27 de julio de 2016

Cuando aun había quien bailase... el mundo parecía diferente al diferente mundo que es ahora

Ya nadie baila por las calles empedradas
al ritmo de los rayos de sol
que nos narran cientos de batallas,
ya nadie baila más allá de la noche,
de ritmos de altavoces
y pastillas de colores,
ya nadie baila como si fuese el último día
como si no hubiese entrada al mundo
pero tampoco hubiese señalización de salida.

Ya nadie baila
y aun a pesar de eso
los ríos de la melancolía
se llevan todas las poesías
como lágrimas que se secan al viento.

Ya nadie baila
y el tiempo no deja de repetirlo
como una rima constante y salvaje
que no logra detener el galope del corazón
cuando estalla por las últimas burbujas del amor.

Ya nadie baila
aunque quizás nunca nadie bailó,
quizás simplemente sea una forma de reafirmarse
en que uno tiene razón
y el resto,
simplemente,
se equivocó.

Ya nadie baila,
y quizás nunca nadie quiera volver a bailar,
quizás sea solo una forma de sentirse diferente a los demás,
único,
especial,
quizás en realidad cada uno tenga su forma de bailar.

Ya nadie baila,
puede,
o puede también
que alguien baila al son de su propio sentido,
y la única diferencia es que cada uno lo hace al ritmo que marca su alma.

Ya nadie baila,
porque todo el mundo baila
y en ese baile
se pierden los pasos de los demás
y se crea una melodía de danzas que actúan de vía de escape.

La cuestión es,
bailan o no bailen
la mente se agita y se deshace
para forjar una nueva sonrisa con la que invitarte a romper las reglas del desastre.

Ven, 
e invítame a aprender tu propio baile.

jueves, 14 de julio de 2016

Te diría todo lo que eres... y aun así me quedaría corto

Eres viento,
eres poesía en movimiento,
los acordes de todos esos besos,
la sinfonía de la libertad
plasmada en un lienzo de recuerdos.

Eres viento,
eres la sonrisa de un día
de verano que cálido y callado me guiña
un susurro que respira paz
en cada chispa de tu risa con que me acaricias.

Eres viento,
eres el murmullo que escucho
en cada destello de sol que dibujo,
en un arrullo de sinceridad
en este mundo al que haces brillar como si fuese tuyo.

Eres viento
y eres mar,
eres tormenta, brisa y vendaval,
eres viruxe cuando no estás,
y luna, estrellas y firmamento
cuando me dedicas una mirada,
                           una de tantas que me das.

Eres todo eso y más
eres el espejo en el que verme
cuando lejos estás.

Eres viento,
eres sueño y realidad.

Sopla el tiempo y corre el viento

Que tristeza todo
que tristeza el mar
que tristeza el mundo
que tristeza verte llorar.



Sopla el viento
y la luna me esquiva
mientras hoy te veo tan lejos
y tan rota la poesía.

Corre el tiempo
como las arenas del reloj
y yo lo rompí,
   a ti,
           a mí,
                     a los dos.

Sopla el viento
y la luz me detesta
se me echa del cielo
y hasta el infierno me pone pegas.

Corre el tiempo
y se queda el dolor
se fracciona el miedo
y lo encharca todo
               la voz,
                     el futuro,
                                el color.

miércoles, 13 de julio de 2016

La villa de los crepúsculos

Me miraba en la ventana
y el reflejo me explicaba
que palabra a palabra
las cornisas del tiempo me esperaban.

Me asomaba a la ventana
y con cuidado y calma
la cama se llenaba de polvo
de los polvos que en ella ya no se echaban
y yo no entendía tantas parábolas,
pero algo había que me decía
que algo no llegaba.

Me subía a la ventana
y ante mí la caída
libre y sin pausa
de la lluvia caer
como la gravedad todo se lo llevaba.

Me tiraba por la ventana
y mientras descendía
comprendía eso que se dice
de que toda tu vida por delante pasa
cada carrera, cada juego, cada lágrima y cada sonrisa,
cada caricia, cada abrazo, cada palabra escrita,
todas las miradas, todas las risas,
todas los recuerdos de esta inquebrantable ironía.

Y caía,
y caía sin cesar
y aunque los relojes giraban hacia atrás
ya no había vuelta ni retorno, ni siquiera posible maniobrar,
y caía
caía
caía sin esperar
nada a cambio de un duro golpe contra el suelo
contra la realidad,
y caía
caía sin parar,
y puede que todo se parase
o todo circulase en completo caos y sin paz,
pero todo era caída,
y yo
no sabía como llegar hasta el final.

Y caí,
caí hasta lo más hondo,
y sigo cayendo sin parar
parece que no hay fondo
parece que no hay final.


Y caí,
y seguiré cayendo hasta que la torre dé las campanadas que dicten que se acabó la libertad.


Y caí,
y como Roxas quedé a deber en sueños y amistad.


Y caí,
y ahora solo me queda desaparecer para por fin descansar.

domingo, 10 de julio de 2016

Fear of the dark

Me pierdo entre calles oscuras
en donde la luna nunca brilla
donde la luz nunca me acuna,
sulfuro sangre por todos mis poros
y los coros de hipocresía
me persiguen como al diferente la justicia.

Me baño en ríos de plata,
mares de aguas escarlata,
de risas enlatadas,
de vidas desahuciadas.

Me escondo en colinas esquivas,
entre silvas y espinas,
entre brumas negras que jamás olvidan
que jamás desquitan.

Me sumerjo entre muchedumbres vacías
heridas lascivas que pierden al tiempo
que fintan como las hojas de invierno el viento.

Me reflejo en el espejo,
me duplico y me ciego,
me ignoro, me confundo, me rompo.

Me conometro como un reloj loco,
me retrocedo, me avanzo, me fundo con el conocimiento;
me toco y no me reconozco,
me enajeno, me enojo y me sonrojo;
me compongo, me escamo y me transformo,
y sigo en el camino con el mismo cerrojo.

Me pierdo en el recuerdo,
y en el lamento,
me pierdo solo
y solo no me encuentro;
y decido
que mejor
desaparecer en silencio.

No intenten coser y repensar
al deshilachado loco cuerdo.

lunes, 4 de julio de 2016

Una temporada en el infierno (II)

A partir de aquí es caída libre y en picado
gracias por haber participado.

domingo, 3 de julio de 2016

Doppelgänger

Caminaba por la noche
y vi como mi sombra se alejaba,

me quedé viendo como la luz me sobrecoge
hasta que esta se giraba,


se despegaba de mí
y cobraba vida a mis espaldas,

había roto sus miedos y culpas
y ante mi superadora se alzaba


intenté huir sin suerte
mientras a su propio doble mataba,

tirado como una marioneta en el suelo
me sorprendí viendo como se marchaba


y toda mi sangre caía a borbotones desde el paseo hasta la arena de la playa.



¿Era yo el original?
¿o solo un doble oscuro sin esperanza?



¿Quién era la sombra y quien la mente esclava?



Caminaba por la noche
y vi como mi sombra me desgarraba,

solo pude sonreír
y fingir que por ella me alegraba.