y no dejo de pensar en ti,
supongo que porque huele a libertad,
como tú,
y pienso
que ojalá estuvieses aquí.
Hoy estoy sentado frente al viento
y te pienso
en cada poema que quemo
en cada rima, en cada palabra, en cada verso,
y veo
que ojalá estuvieses aquí para inundarme con tu recuerdo.
Hoy estoy sentado frente al vacío
y me balanceo
mientras tiro las cartas al aire
para que sea el destino
quien decida si me tiro o no me tiro,
pero luego pienso en tu sonrisa y se me pasa,
mientras fantaseo con que me versas la espalda.
Hoy estoy sentado frente a la luna,
y te pienso mientras la miro,
mientras me acuna,
y planeo como robarla y regalártela
aunque por culpa de ello me cargue las mareas,
las corrientes,
y todos los sueños negros que nos vigilan en las noches oscuras;
ya no los necesito,
si no te tengo lejos la vida es un cuento
y yo
el enamorado que por ti fantasea,
mientras se recrea en volverla a ver de cerca
-hablo de ti, no de la luna,
hablo de ti y te digo que solo deseo
que vengas a abrazarme en esta noche, mientras las heridas supuran-.
Hoy estoy sentado frente a la libertad,
y la siento, y la huelo,
pero si tu no estás,
por más que la intento no la puedo tocar,
solo espero
que vengas pronto
porque yo,
sin ti,
ya más no puedo aguantar.
Ven a verme esta noche,
te prometo que jamás la olvidarás.