domingo, 31 de diciembre de 2017

Que mosaico que es nuestro deseo de explorar

Me encanta cuando arqueas tu espalda
retorciéndote de placer,
cuando plantas cara en esta batalla
y me rompes del derecho y revés.

Me confunden la mente las curvas de tu piel,
me precipito al vacío de tu espalda
mientras agonizo mi pecho al beber
el pálpito intermitente de tu ser sobre mi alma.

Me suicido con la tempestad de tu cama
rozándome la valentía sin saber
si la elección correcta es arriba y con ganas
o abajo, cálido e inconfundible Edén.

Me aturden las fantasías de tu sed,
la noche se ha hecho poesía de calma
y rápida y furibunda marejada de satisfacer
los mordiscos habidos y por haber sobre mi almohada.


Me nubla la lucha por huir o vencer
el miedo a mis sentidos o la adicción a tus gemidos,
al constante resistir a salir o entrar
sin saber si vienes, voy o vas.

Pero si vas, voy o vengo
solo lo sabré si esta madrugada te tengo,
y yo seré tuyo,
y el fuego será nuestro,
y la hora de la eternidad será inmortal sobre el atardecer de mis sueños
cuando me pierda para siempre entre tus besos.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Sálvame de mi propio desagüe de lágrimas

Suena otro acorde
la música disconforme
las rimas deformadas
se escapan entre las madrugadas
sorpresas inesperadas
esperas inacabadas
poesías entrelazadas
miradas apagadas
sonrisas fugadas
fugaces baladas
de cantos y palabras
de noches estrelladas
de estrellas noctámbulas
de anocheceres y marejadas
de tormentas atormentadas
de resacas desesperadas
de leyendas otorgadas
a los llantos y llegadas.

Y suena otra creencia
sorprendida indiferencia
diferente disonancia disonante
fractales del levante
a orillas de los valles
inundados por gigantes
huellas de otros tiempos distantes
distanciadas distancias que proclaman resquebrajadas almas
rompedoras rompientes
vertientes sirvientes
de precipicios acartonados
precipitados ahorcados
sueños otorgados
brindados candados que nos guardan los brindis campaniformes
de un mundo alicatado
en aligeradas cuchilladas desdichadas.


No quiero ser otro verso
más de esa lista de besos no dados
de cuidados apalabrados entre burbujas de cuadros
de apáticos cantos de quebrantos.

No quiero ser otro grito
menos de los ritos que inicio
entre los bordes y resquicios de tu limbo
de locos cuerdos que elijo.

No quiero ser otro más
otro más
otro más
otro lamento más de esa vida que no supiste atrapar.

No quiero ser otro más
otro más
otro más
otro recuerdo
otro más
otro más
otro sueño
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más que salvar
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
              y el cigarro se apaga
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
              y el cigarro se apaga
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
               y el cigarro se apaga
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
              y tantas caladas del corazón sobre el vaho de tu sonrisa que se difumina entre el humo del último día que pasaremos juntos.

No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No 

No quiero ser otro más...

No

Pero soy y seré otro más...

                                                                                     si eso es lo que tú quieres.





K vonita estáh Katagena oy

Recuerdos de un quinto piso

Hace mucho que ya no escucho tus pasos por el pasillo ni tu voz al hablar sola; ya no oigo quejas de cuando rosmo, ni nadie que se ría cuando le digo lo aprendí de ti.

Hace mucho que no tengo a quien hacer batidos de fresa, ni nadie que me haga patatas cuadradas como solo tú sabías, la casa ya no huele a tarta de queso ni a tortilla de patatas con filetes empanados.

Ya no hay helados de limón y chocolate junto a la Torre, ni nadie que farde de mí con ese orgullo que se percibía en su voz mientras le brillaban los ojos.

Ya no hay nadie que me llame desde la sala para cambiar de canal, ni un beso de buenas noches y hasta mañana si Dios quiere.

Y supongo que Dios dejó de querer.
O el azar.
O la mala suerte.

Pero hoy te echo de menos
y aunque me convertiste en alguien fuerte
no sé si estoy listo para no volver a tenerte a mi lado.

Las noches son más solitarias desde que nadie me calienta la leche ni tengo a alguien a quien explicar la serie
esa del parruliño alto que es listo y tonto,
o aquella otra que vimos alguna vez en que el chaval del gorro no quería matar al niño,
pobre Jessie, que no estaba listo para ver el dolor del fin de una época ante sus ojos.

Los días son más silenciosos desde que no tengo
con quien barullar en la cocina
por no dejarme fregar,
de cómo contar mi rutina
despacio para que me entienda,
a qué forma nueva de hacer una tontería
para hacerla reír.

¿Y ahora delante de quien voy a salir desnudo del baño con el culo al aire para que se ría y me diga que un día una gaviota va a comerme el pajarito?

¿Y ahora quien me va a hablar en catalán y contarme historias de su juventud, de mis orígenes?

Aún no he publicado el libro ese con el poema bonito que te escribí;
nunca te lo leí
porque nunca te hizo falta que te dijese nada para saber lo importante que eres para mí,
para nosotros,
porque con los vigueses pareces una niña pequeña
siempre estrenando sonrisa y mirada despeinada
y Don Crispín
y Pancho Villa
y el aeropuerto
y los dinosaurios
y el monopolí
y los paseos rapeando,
y siempre lo hemos pasado bomba,
juntos.

Porque no me tenéis ningún respeto.
Pero me gusta que me tratéis como uno más.

Y ahora me voy a dormir
pensando en todo esto y en ti
un beso
y otro
y otro
y este de propina por lo bien que lo pasamos los dos.

Hasta mañana Yaya si Dios quiere
*
**
***
**** Y si no...
*****
*******
********* También.


domingo, 17 de diciembre de 2017

Cada cosa... En cualquier momento.

Todo está bien. Pero está mejor ser de verdad,
ser de verdad lo que es -lo que es sólo.



Y mis labios recorriendo tus muslos, tus piernas, tus labios,
de arriba a abajo y de abajo a arriba,
suavemente
en círculos
o succionando
y mi mano en tu calor
ayudando.

Y tu aliento en mi piel, en mi oído, en el miocardio,
y la espalda que se arquea
y el cuerpo que se tensa
y la sangre que palpita sin saber a dónde salir si no es hacia dentro de ti,
de golpe y sin cuidado.

Y todo está bien
si es tu ser quien me reclama
mi nombre susurrado en tu almohada,
tu rostro suplicándome una nueva partida, una nueva jugada,
un nuevo intento de tocar el cielo sin necesidad de abrir las alas
porque tú, yo, y esta cama,
no necesitamos más para hacer inolvidables las mañanas.

martes, 12 de diciembre de 2017

Deconstruirse vale la pena si la protagonista de la historia eres tú

Me destejo como un tapiz de grises al calor de una paleta de colores,
destellos esmeraldas, zafiros y rubíes
impregnan mi mirada cuando te noto a lo lejos.

Me compongo y me despego
de sentimientos de miedo, de inseguridades, de desvelos,
de dolores de pecho al sentir el pálpito de tu corazón latiendo dentro de mi cuerpo.

Me desvisto
con ese cuidado con el que me tocas la vida
y describo circunferencias alrededor de la luna cuando noto el calor que me acuna
como una caricia de tus palabras directa al cuidado de mi alma.

Me desembarazo de los rechazos, de la tristeza, de la negatividad,
adornando de perladas sonrisas los destellos de tus amaneceres,
los sueños en los que me abrazas sin atreverme
a perturbar esa calma que es tu rostro cuando te despiertas a mi lado.

Me has salvado tantas veces que te has ganado el cielo en tierra
-como dirías tú-
y aún a pesar de ello sigo creyendo que mi poesía no podrá nunca devolverte todo lo que me has dado:
amor.

Me has protegido en tantas pesadillas que ahora las noches deslumbran más que cualquier día,
como un atardecer portugués del que emular ristras y ristras de palabras
que no logran más que rebasar la línea del horizonte,
allá donde nuestros besos se esconden.

Me has empujado
a todas las utopías habidas y por haber,
a todas las fantasías conquistadas y por conquistar,
a todas las promesas que como palabritas valen más,
a todas las revueltas que deshicieron la cama como si fuese la primera vez.

Me has desnudado la felicidad,
me has versado la piel
y me has rimado la paz    en mi mente;

Ahora yo
valiente
solo quiero luchar
por tejerte y descomponerme
todo mi amor
en rimas... deseos... y razón
de más,
jamás de menos,
para brindarte mi mano como Ariadna y y que tú seas mi Teseo:
mates a los monstruos,
reescribas los cuentos
y luego ardiendo al vernos
nos fuguemos los dos a dónde seamos eternos.

Close your eyes...

Te di la marca por una razón.

Se está poniendo oscuro, demasiado oscuro para ver...

He recorrido mil caminos y carreteras desiertas,
rumbos sin sentido ni vuelta
atrás
en los que mirar
hacia los lados solo era una forma de retrasar lo inevitable.

La soledad baña todos y cada uno de los poros de mi piel,
mientras el dolor supura
como regueros de sangre que expulsan todo el pus que un corazón inerte puede contener
hasta llegar al punto de no retorno,
donde ya no hay manera de retroceder sobre nuestros pasos.

Tengo heridas que no podrán curarse,
pero si suturarlas continuamente hasta que terminen por dejar marca
de todos los senderos que nunca me atreví a recorrer.

En cuanto la toqué lo supe...
Supe que nada podría detenerme.

Se está poniendo oscuro, demasiado oscuro para ver...

He vivido por encima de mi suerte
y la inevitable caída me golpeó como un tétrico baile de marionetas inertes
listas y muertas para abalanzarse sobre nuestros sueños
hasta que ya no quedase nada más
que una hilera de lápidas en el cementerio.

La desidia acecha sin consentimiento
y mi pérfido cinismo certero
no atina a comprender el por qué de tanto sufrimiento
tras esta cortina de tinieblas que es la noche frente a un paisaje que se resquebraja
en miradas hechas trizas a dentelladas,
como esas tres cuchilladas que todavía luzco en el pecho.

Tengo pesadillas que no dejarán de atormentarme,
pero intento acallarlas en este sucio baile de la muerte que es la vida
de un alma hecha trizas.

No fue nada heroico...
Simplemente sentí...    Paz.

Se está poniendo oscuro, demasiado oscuro para ver...

lunes, 11 de diciembre de 2017

Ojos color mar de fondo

La tristeza se asoma en cada rincón
como esas sonrisas desgastadas que escudan cuando todos ríen
y tú
solo eres capaz de intentar sentir esa chispa interior
aunque la mecha esté empapada.

La cortina se zarandea en jirones que sacuden el alma al viento
y el hábito negro ha calado hondo en las miradas;
el mundo está sombrío
como un filtro ND que detiene la poca luz que intenta entrar en el objetivo
y yo
solo jugueteo con los dedos aspirando a darle un sentido a tanta desidia,
a tanto no saber por qué seguir
si el futuro y la vida son solo un amago de orden entre incontenible entropía.

El mundo es un sinsentido,
un continuar porque sí,                                                                                  porque te lo han prometido
             ,algo mejor,                  
y tú
que te lo has creído siempre
no te queda otra que cerrar los ojos en tu cárcel de oro
o salir al vacío abismo de la gélida realidad:
el decadente baile interior de la soledad.

La tristeza vive en cada esquina
como esa melancolía que se agarra a ti como una segunda piel
sin dejarte respirar,
y yo
ya no sé qué hacer para no sucumbir

                                                             al fin.

domingo, 10 de diciembre de 2017

Egalité, s´il te plait le chemin de mes vers

Nunca se me ha dado bien componer versos de esos bonitos que curan heridas,
pequeñas poesías que actúan como tiritas ante el dolor
y bañan de color la cotidianidad de la rutina.

No sé bien por dónde empezar cuando intento evocar el arte,
recomponer las formas y versarte como solo tú sabes
cuando me miras y me desnudas hasta el alma
para acariciarla en cama hasta quedarse dormida en cama.

Intento,
creo,
desvestirme y entregarte mis palabras,
mi voz,
mis manos
y mis ganas de sonreír;
porque mi corazón hace ya mucho que lo tienes

bien guardado
a buen resguardo
bajo llave de luna
con mucho, mucho, cuidado

y siempre a la izquierda.

No sé cómo comenzar a decirlo
ni cómo terminar de explicarlo,
supongo que solo puedo pretender susurrarlo en voz baja
como se pronuncian los pequeños secretos que se comparten en ocasiones especiales:

Mi poesía es para ti.

Y creo que eso es un poco todo lo que da luz a la vida.

Nunca he sabido el por qué
yo,
el por qué
mi suerte,
el por qué
el azar hasta ti,
pero ojalá
ojalá
que joder
si plagiar a Escandar fuese lícito
lo sería solo para dejarte en la piel mis sentimientos en forma de versos escritos:

Viva lo aleatorio en las paredes del destino.

Pero solo porque es tu magia la que ilumina mi camino.


Que suerte la mía
por haberte conocido.



Hoy abrí por primera vez mi corazón al completo y no tuve miedo.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Estertores del alma huérfana

Hoy la noche huele a muerte entre ríos de soledad que desamparan la calma.
Las miradas arrastran paletas de azul tristeza
y las aceras se encharcan de la melancolía por esa vida no vivida que nunca llegará.
Dónde estaremos.
Dónde estarán.
Las oportunidades que se escapan en este eterno caminar.

Tropiezo continuamente con mis sueños,
tanto
que ya he aprendido a dejarlos de lado.


¿Abandonada la esperanza qué nos queda?

Seguir por no acabar con todo.

Resistir por no sucumbir al suicidio.

Aguantar
porque nos han prometido que todo mejorará.
A pesar de que todos sabemos que es mentira.

Siento la desidia de un futuro que no existe,
un pasado que desgarra,
y un presente que esnifa lágrimas de lluvia porque es lo único que me queda.

Eso,
y la poesía directamente en vena.

A ver si su lento galopar logra despertarme por dentro
y por fuera.

Los versos se rindieron antes de tiempo...
El reloj se ha detenido...
Y la existencia quedó en stadby...

Ya arrasará todo la marea.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Dónde todo empieza, dónde todo fluye, dónde todo es: Siempre.

Hoy me faltas Portugal:
me falta tu salitre, tu viento, tu mar.
Me falta tu esencia a Atlántico al respirar,
los atardeceres en los que perderse a soñar,
tu magia
en cualquier lugar.

Hoy me faltas Portugal:
tu saudade,
tus empedrados,
tus callejuelas por las que deambular.

Me faltas, Portugal,
me faltas más de lo que jamás llegué a imaginar.

Me faltas, Portugal,
me faltas en los otoños sin tu acento especial.

Hoy me faltas Portugal:
tu arte,
tus valles,
tus pueblos que explorar.

Hoy me faltas Portugal:
me falta tu poesía, tu sonrisa, tu paz.
Me falta tu magia con la que volar,
los amaneceres en los que abrigarse al madrugar,
tu aroma
al pronunciar Libertad.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Solo la poesía puede salvarme

Creo que hay pocos actos tan bonitos como compartir un pedazo de uno mismo con los demás.
Mostrarse, como una mirada en la que perderse, ante desconocidos y dejarles volar de tu mano, mientras los guías por tus escritos.
Emocionar con una palabra, sorprender con un giro argumental, sonreír con la risa fértil y llorar con las entrañas derramadas.

Hay pocos gritos de rebeldía como abrirse las venas y bañar con tu sangre todos los versos que tienes para donar.
Brindar, con la entereza del arte, y reanimar el brillo del alma con la mágica destreza de pintar atardeceres con una suave paleta de rimas y besos.
Erizar la piel con un secreto susurrado, remover el corazón con una caricia en los labios, maravillar con un quiebro poético y enamorar con una llave directa al interior del poeta.


No hay muchas cosas que valgan la pena en este mundo de desastres continuos y decepciones constantes,
pero si existe algo que nos salve,
eso,
lo digo sin miedo y a pecho descubierto,
es la poesía.

El frío del vacío alisa el calor de la piel

Un suspiro que se escapa
mientras la mirada se apaga
sin saber a dónde va la esperanza,
la llama,
la palabra,
las ganas de seguir a dónde ya no queda nada.

Somos almas sin rumbo ni camino.

Solo cruel salto al vacío.

Al olvido.

Al recuerdo de todo lo que una vez fuimos
mientras quedasen gritos que desgarran
el silencio de todas las cocinas.

Se avecinan tiempos convulsos sin nada,
sin ti,
pero creo que nos enseñaste cómo seguir:
Ser siempre feliz con poca cosa.

Sonreír como un ronroneo por las mañanas.

Como todo
es distinto desde que me faltas.

Amores de cobayas.

                                                     En la memoria
                                                     hasta que la muerte venga a rescatar el brillo perdido en mi mirada.