martes, 31 de julio de 2018

Una ristra de miedos por las esquinas de mis miedos

Colecciono sueños por cumplir en los cajones entre la ropa
en rincones perdidos de ninguna parte
donde viven los fracasos iluminando la habitación
y sobre mi cabeza
decenas de motas de polvo que olvidamos sacarnos de encima
para que no nos nublase la vista.

Pellizco pedazos de sonrisas para intentar ahogar mis tristezas en un vaso sin fondo de soledad interior
y de algún modo u otro
me pierdo en los tropiezos de una vida aniquilada antes de salir a explorar.

Podría tratar de salir del paso
pero el paso se ha precipitado sobre mi existencia
y ha bloqueado la salida
hasta caer aniquilados por las sinrazones de la noche.

Sucumbo a la derrota
consciente de que no hay victorias más allá de tres pasos
y en la oscuridad también hay luz
la cuestión es saber tocarla y no temer a las tinieblas;
difícil cuando no hay forma de quererse a uno mismo entre tantas esperanzas rotas.

Colecciono sueños por cumplir hechos añicos
y sucumbo al rumbo perdido
por tropezar conmigo mismo
tantas
y tantas
y tantas
veces
que a veces
ya no atino con el camino
y solo tengo un reguero explosivo de sueños arrasados por el miedo al olvido.

Maldigo mi destino.

viernes, 27 de julio de 2018

Nos las arreglamos solos

Somos como trozos rotos intentando ser piezas únicas.
Escandar Algeet


Somos como trozos rotos intentando ser piezas únicas,
y así nos va que vemos lo que nos separa y no lo que nos une;
no es culpa nuestra, lo sé,
escuchamos tantas veces esa canción que nos la aprendimos
y preferimos buscar la libertad individual antes que la colectiva,
explotación, es eso,
y cientos de redes afectivas despedazadas en un tejido social perdido
en la catastrófica escena postapocalíptica de un mundo sin muro.

Celebramos el fin de todas las fronteras
como si pintar todo idílico evitaría que fuésemos nosotros la mercancía
cuando lo vimos ya era tarde
nos repetimos
para lavarnos las manos
y a otra cosa,
a seguir consumiendo netflix en vena
24 por 365.

Somos como trozos rotos intentando ser piezas únicas,
huyendo de la realidad a través de un filtro de instagram.

Y qué especiales nos sentimos
y cómo nos reímos de los que son iguales
creyéndonos diferentes.

Todas las derrotas suman puntos
y gana el que aprenda a dar la mano a su compañero de clase,
pierde quien juegue en solitario,
y es eliminado
el que se aprovecha del trabajo ajeno.

Somos como trozos rotos
que deben aprender a ser un conjunto de piezas únicas,
que se ayuden unas a otras.

miércoles, 25 de julio de 2018

A lxs luchadorxs

Dibujamos utopías
para improvisar el mundo que queríamos,

soñamos revoluciones
y las armas nos darían la razón,

nos gustaría lo ideal,
la paz
y todos sus cuentos de protestas pacíficas

pero sabemos como acaba todo eso
en nada,
palabras que se lleva el río
olvidos en forma de derrota,
manifiestos sin público cuando llega la función.


Claro que nos gustaría todo eso

y mucho más

por eso soñamos.


Pero soñar con los ojos abiertos es de sabios
y caminar a oscuras síntoma de tropiezos;
sabemos el valor del pasado
y aprendimos a enarbolarlo,
señalar es de valientes
y la buena educación de sumisos,

protestamos,
luchamos,
nos rebelamos,

y preparamos el presente para allanar el camino,
conscientes de que el futuro no será sobre un manto de rosas,

claveles de abril,
palacios de invierno,
cuarteles de julio,
vientos del pueblo.

Me llevan,
                   me arrastran;
                                          me guían,
                                                            me quebrantan;
y cuando llegue la hora
miraré de frente al destino,
pues no hay gloria en la derrota,
más sí memoria de todo lo recorrido.

Dibujamos utopías
para diseñar el mundo que queremos,
soñamos mudar la realidad
y frente a frente lo habremos conseguido.

Soñamos soñar
despiertos y en libertad
un futuro digno.

lunes, 23 de julio de 2018

Sesiones necesarias electrónicas

La música retumba por las paredes
los altavoces resuenan
y la noche reverbera
ante la electrónica espera que saca la fiesta de dentro
altos y graves
bajos y agudos
cambian al son son de los ruidos
como un circuito de música que rebosa inmensidad
por los cuatro poros de la libertad.

Dulce canción del más allá
sintetizadores que sintetizan historias
que refulgen esperando la hora
de saltar hacia la línea del horizonte
donde se esconde el sol cada noche.
Saturan los altavoces.

La música reverbera por las paredes
los altavoces retumban
y la noche resuena
ante espera electrónica que saca de dentro la fiesta
graves y agudos
bajos y altos
cambian al son de los ruidos son
como una música que rebosa un circuito de inmensidad
por las cuatro libertades de la porosidad.

Dulce más allá en canción
sintetizando historias con sintetizadores
que refulgen la hora esperando
saltar hacia el horizonte en línea
donde la noche se esconde cada día en el sol.
Saturan los altavoces.

La música resuena por las paredes
los altavoces reverberan
y la noche retumba
ante la fiesta electrónica que espera sacando la fiesta
bajos y graves
agudos y altos
cambian el ruido al son son
como una inmensa música que rebosa circuitos
por los poros de las cuatro libertades.

Dulce canción allá más
historias sintetizadas con sintetizadores
que esperan la hora de refulgir
saltando hacia la línea del horizonte
donde el sol esconde la noche cada día.
Saturan los altavoces.

La música retumba por las paredes
los altavoces resuenan
y la noche reverbera
ante la electrónica espera que saca la fiesta de dentro
altos y graves
bajos y agujos
cambian al son son de los ruidos
como un circuito de música que rebosa inmensidad
por los cuatro poros de la libertad.

Dulce canción del más allá
sintetizadores que sintetizan historias
que refulgen esperando la hora
de saltar hacia la línea del horizonte
donde se esconde el sol cada noche.
Saturan los altavoces.

domingo, 22 de julio de 2018

Triste balada de aceptación (del futuro)

La noche tiene un no sé qué de triste sonata de abandono. La lluvia cae golpeando las ventanas y las gotas forman sinuosas carreras de descensos como copos de nieve que se pierden entre las primeras horas del día. No comprendo muy bien todo este asunto, pero por algún motivo todo resulta tremendamente complicado en esta vida de incertidumbres en cada esquina en la que te giras, como una sorpresa desagradable constante que solo busca complicarte todas las decisiones que en algún momento pudieras tomar.

Solo busco huir. Ahora mismo solo querría huir. Y a pesar de todo no tengo a dónde ir y mucho menos la posibilidad de tomar tal decisión. Estoy atado de pies y manos a esta irremediable vida que me he forjado con cada una de las decisiones que se toman cuando ante ti se abren bifurcaciones que pueden terminar por llevar a ninguna parte.

La noche se diluye entre la lluvia, como esas lágrimas olvidadas que se pierden ante la desesperación de los sueños rotos e inalcanzables.

Solo queda seguir.

viernes, 20 de julio de 2018

Las esquirlas del pasado arañan las heridas del presente

Todos los caminos se deshacen
como el papel entre las aguas,
jamás creímos en encontrarnos
y ahora deambulamos sin rumbo ni esperanza.

La libertad de elegir nos confundió
y soñamos futuros perdidos
bajo el oleaje del tiempo
como caballeros sin cabeza que enarbolan recuerdos.

Los puños levantados se han caído
y por las esquinas vislumbramos
a quien no queremos ver
bombeando vida a través de los brazos.

Callamos
para no hundirnos en el fango
y sin saber cómo
el pasado nos ganó la partida.

Los asesinos de sueños son los mismos
que aquellos que aprendieron a pisar el suelo
con fuerza
nos desplomamos faltos de interés.


El sol se diluye en nubarrones

de tinta que difuminan

los desdibujados

amaneceres del mañana.


(Pero)

(Solo pero)

El ayer ha tomado forma
y se oyen cánticos de utopía
y la esperanza y la luz
y el valor y el conocimiento
y el amor y la amistad
parecen guiar el porvenir de un atardecer marcado
por los destellos de tu mirada sabor libertad.

sábado, 14 de julio de 2018

El número 13 da buena suerte

Vuelve a no ser martes ni 13
y yo me siento frente a este teclado
y me dejo llevar por las olas de tus manos
meciéndome los dedos,
acariciando mis brazos,
sintiendo el tacto constante del calor de tus labios
acunándome en el agua como un vaivén de besos versados.

No es martes,
no es 13,
pero yo echo cuenta de todas las veces que nos reímos
y no me llegan los números para cuantificarlo,
no me llega la existencia para relatarte todos los pasos caminados
juntos hacia el atardecer a tu lado.

Vuelve a no ser martes ni 13,
pero vaya suerte la mía el de haberme topado con tu magia,
con tus casualidades,
con tu mirada
que lo dice todo
sin necesidad de palabras;
vaya suerte la mía
y el azar
y las probabilidades
de todo lo aleatorio
que me ha llevado hasta tu magia,
tu sonrisa,
tu arte por hacernos vivir cada día.

No es martes,
no es 13,
ni te tengo durmiendo a mi lado,
ni estás frente mía observándome,
pero estás a mi vera
y estás en mi espalda,
estás en mi pecho,
y estás en mi alma,
siempre siempre cuidándome.

Como esa mamá pollito
que no deja que a los suyos nada le pase.

domingo, 8 de julio de 2018

Camino por los años bajo destellos de salitre reflejados en el mar de los recuerdos

Estoy frente a esta ventana de Monte Alto de nuevo y no puedo evitar hacer recuento de momentos, de instantes, de años, de vivencias, como cuando me quedaba en junio en esta casa, en casa de la Yaya y me iba por la mañana a la playa un rato en camiseta de tirantes y las chanclas, la toalla al hombro y una bolsa de tela para meter el reloj. Y me iba a la playa mientras la Yaya preparaba la comida, y me daba un chapuzón y buceaba
en esa agua tan clara y fría que es el Orzán cuando muestra su faceta tranquila y conciliadora, como invitándote a conocer ese mar que puede ser tan amistoso o irascible, pero siempre muy mágico.

Y luego del baño me secaba y aún con el pelo revuelto y goteando subía de vuelta para casa, toalla al hombro, bolsa de tela y camiseta de tirantes con chanclas, mientras escuchaba alguna canción veraniega como esa que me gusta tanto de Tierra Santa o la de One Direction que invitaba a vivir mientras fuésemos jóvenes. Y eso hacía.

Y al llegar a casa la Yaya me recibía en la cocina con un susto, pues nunca se esperaba que ya llegara y qué pronto que has llegado y yo qué hombre, que ya son casi las 3 y ella buena hora para comer. Y nos sentábamos a la mesa: filetes empanados y arroz o quizás tortilla de patatas, depende del día, siempre intentaba mimarme mucho. Y al terminar mira qué hora es, hemos comido como marqueses o la otra tonadilla habitual: estoy fartuca.

Y ella quería ya recoger y yo la convencía de ir un rato a la sala a bajar la barriga y enseñarle fotos en el portátil o ver simplemente la tele. Y ella reconocía a la gente que le enseñaba habitualmente y se reía de mis fotos de fiesta y qué cara de interesante que me tienes aquí. Y yo sonreía. Siempre sonreía cuando estaba con ella.

Y luego se iba a recoger para irnos temprano de paseo, a fardar de nieto y tomar un helado en la Torre, como siempre, limón para ella, chocolate y vainilla para mí. Y después reanudábamos la marcha, de aquella no iba tan mayor y tenía más aguante, aunque fuerzas nunca le hayan faltado, y dábamos toda la vuelta al Campo da Rata y bajábamos por Adormideras y subíamos por San Amaro. Y mientras paseábamos hablábamos de todo y de nada, como las mejores conversaciones que hay en esta vida, esas en las que vas hilvanando un tema tras otro sin cansarte y sin darte siquiera cuenta de como iban pasando las horas. Y muchas fotos. Siempre muchas fotos para dejar constancia del momento.

Y subíamos por un lado del cementerio y ya se nos empezaba a hacer cuesta arriba el paseo y nos sentábamos agotados en el sofá: estoy baldada y se reía -muy buen paseo-.

Y un rato de tele para que los pies respiren del esfuerzo y a hacer la cena: Huevo y espinacas o puré con salchichas.

Y ver la tele hasta quedarse dormida y bueno, yo me voy a dormir aunque la compañía sea muy grata.

Y al día siguiente vuelta a empezar, aunque seguramente la convencía de que se viniese a la playa conmigo y nos íbamos a San Amaro y ella se mojaba con su cubito para no tener que meterse entera en el agua y yo la acompañaba y luego me zambullía y nadaba un rato y de vuelta a casa y otro día fantástico.

Ese mismo verano repetimos en agosto esta vez los tres: Brais, la Yaya y yo; era 2014 y muchos sueños por delante. La vida se resumía en reírnos todo el día entre bromas mutuas y paseos y visitas. Cuando íbamos los dos era una semana intensa y seguramente la Yaya tenía que descansar el resto del mes, pero como una niña más se afanaba en seguirnos el ritmo y no quedarse atrás en esos instantes de felicidad.

Playa, casa de las ciencias, casa del hombre, acuario... Tanto daba, la cuestión era hacer muchas cosas aprovechando al máximo los días. Y vaya si lo hacíamos. De eso no hay duda. Y como muestra quedan abundantes fotos y unos cuantos vídeos. Ya dije que ella no se quedaba atrás en nuestros juegos y tal como postureaba en fotos frente al espejo de un ascensor te echaba una batalla de carros cantando la de mi carro me lo robaron y el carro no sé, pero las carcajadas sí que nos las robaba.

* * *

Los momentos vividos se guardan bajo llave y basta una pequeña chispa para que salten como un engranaje que parecía oxidado, pero que continúa igual de preparado que siempre. Supongo que eso es lo que me pasa cuando me siento a escribir frente a esta ventana mientras la brisa marina coruñesa hace danzar la cortina y juguetea con los mechones de mi pelo.

La mirada distraída
la sonrisa de niña pequeña
y las buenas noches que nunca faltaban con muchos
muchos
besos.

Y yo que sigo escribiendo cuando puedo frente a esta ventana de Monte Alto
y que con mis letras intento hacerte vívido recuerdo.

Que bonita es Coruña en verano

Que bonita es Coruña en verano
y como le faltas tú para sacarle los colores
con tu sonrisa de niña buena
que irradia libertad por San Amaro.

Que bonita es Coruña en verano
con tus abrazos acariciando el Atlántico.

Que bonita es Coruña en verano
y como juegas a las escondidas
con el atardecer de tus ojos
teñido de luz finales de agosto.

Que bonita es Coruña en verano
con tus prisas apurando los años.

Que bonita es Coruña en verano
y como saltas las olas del Orzán a carcajadas
con tu vida contada a través de los sueños
que buceas desde una ventana de Monte Alto.

Que bonita
que bonita que es Coruña en verano de tu mano.

jueves, 5 de julio de 2018

Madrid será la tumba del fascismo (siempre quise titular algo así y la ocasión lo merece)

Traigo nuevas noticias poéticas sobre mi pequeño bebé en forma de libro.

Tras la presentación de Vigo del 14 de junio llega otra fecha muy especial e importante para mí, veremos hasta dónde nos lleva este camino, mientras tanto os dejo con la noticia:

Gente de Madrid y alrededores, permaneced muy atentos porque el próximo martes 24 tengo el honor y el privilegio de llevar la poesía hasta la capital. El mismísimo Aleatorio será la trinchera esa noche de toda una generación rota que no dejará de luchar nunca por sus utopías.

Si podéis y queréis acercaros os lo agradeceré muy mucho y os daré todo mi cariño y muchos versos bonitos.

Resistir es poesía. 




domingo, 1 de julio de 2018

Me atenazo como puedo a la vida

Entre estertores de noches inconstantes
salto por el barranco de mi vida
me arrojo en mil pedazos
y hago trizas la caída,
supuro anestesias
inconformes inconsistentes
incongruentes dementes
que luchas por mantenerse supervivientes
a pesar de morir en el intento
de no ahogarse en la noche aberrante.

Será cosa de este baile
pero no atino a acertar con el día
las oscuridad hace tiras de desidia
las mil dentelladas que a fuego lento
arden en la piel de mi cuerpo.

Podría atrapar los momentos
pero creo
caer por dentro y por fuera
como una faena que no se acierta
a someter mis sienes a la palpitación de las venas
que esperan
el paso inconstante
de un cardio a otro cardio
y los dos son míos
y los dos se desfibrilan
por noches en vela sin luna que no avisa
que ya no hay partidas a las que sobrevivir
que solo hay caídas.

Mantenerse en pie es más complicado de lo que parece
y ya no sé como tomar aire,
podría romper este espejo en mil fragmentos de cristales
y astillarme la mirada vidriosa
que llora supurando horas
por el reloj de mi calendario que gira en sentido inverso
al día a día.

No comprendo las reglas no escritas
y por más que lo intento solo veo una patética salida.

La ventana susurra libertad
mientras por la rendija entreabierta corre la brisa.

.
    ..
          ...
                  ....
                             .....

Que me permite respirar sin saber las cuentas que me quedarían.

Caigo, sí, pero por ti me levanto una y otra vez hasta el infinito si es necesario

Atesoro instantes de tu mirada
por ver si así abre el día
que el cielo está de gris tormenta
y el frío aterriza entre los pliegues de las mejillas.

Intento por todos los medios soportar la ruin desidia
y solo consigo arrancarte tristezas
para vestirlas de lúgubres impurezas negras
y sucumbir al latido de la desdicha.

Imploro conjuros para dar forma a la felicidad
pero tropiezo y aterrizo en esta patética risa
de burlarme del destino con rotundidad
para no caer en el laberinto de la rutina.

Abrazaría todos los mundos habidos y por haber en tu esquiva
mirada de verde madera
y espera a que llegue la calma tras la luna nueva
por traerte la llave de la felicidad que tanto te prometía.


Supongo que el juego está en volverse a levantar
tras tantas patéticas caídas
y aún podría volver a destrozarme una y otra vez más
con tal de traerte luz a tu sonrisa;

Supongo que aún a pesar de todo o quizás por todo eso, la verdad,
lucharía contra demonios, fantasmas y febriles salidas,
y marcaría el universo con tu esencia de mar
por alcanzar al fin la deseada paz que cuidadosamente te acaricia.


No soy de lo mejor que te podrías encontrar,
pero sé luchar por lo que me importa en esta partida;
no soy de lo peor que te podrías encontrar,
pero resistiré todos los embates hasta hacer relucir tu vida.