Colecciono sueños por cumplir en los cajones entre la ropa
en rincones perdidos de ninguna parte
donde viven los fracasos iluminando la habitación
y sobre mi cabeza
decenas de motas de polvo que olvidamos sacarnos de encima
para que no nos nublase la vista.
Pellizco pedazos de sonrisas para intentar ahogar mis tristezas en un vaso sin fondo de soledad interior
y de algún modo u otro
me pierdo en los tropiezos de una vida aniquilada antes de salir a explorar.
Podría tratar de salir del paso
pero el paso se ha precipitado sobre mi existencia
y ha bloqueado la salida
hasta caer aniquilados por las sinrazones de la noche.
Sucumbo a la derrota
consciente de que no hay victorias más allá de tres pasos
y en la oscuridad también hay luz
la cuestión es saber tocarla y no temer a las tinieblas;
difícil cuando no hay forma de quererse a uno mismo entre tantas esperanzas rotas.
Colecciono sueños por cumplir hechos añicos
y sucumbo al rumbo perdido
por tropezar conmigo mismo
tantas
y tantas
y tantas
veces
que a veces
ya no atino con el camino
y solo tengo un reguero explosivo de sueños arrasados por el miedo al olvido.
Maldigo mi destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario