domingo, 1 de julio de 2018

Caigo, sí, pero por ti me levanto una y otra vez hasta el infinito si es necesario

Atesoro instantes de tu mirada
por ver si así abre el día
que el cielo está de gris tormenta
y el frío aterriza entre los pliegues de las mejillas.

Intento por todos los medios soportar la ruin desidia
y solo consigo arrancarte tristezas
para vestirlas de lúgubres impurezas negras
y sucumbir al latido de la desdicha.

Imploro conjuros para dar forma a la felicidad
pero tropiezo y aterrizo en esta patética risa
de burlarme del destino con rotundidad
para no caer en el laberinto de la rutina.

Abrazaría todos los mundos habidos y por haber en tu esquiva
mirada de verde madera
y espera a que llegue la calma tras la luna nueva
por traerte la llave de la felicidad que tanto te prometía.


Supongo que el juego está en volverse a levantar
tras tantas patéticas caídas
y aún podría volver a destrozarme una y otra vez más
con tal de traerte luz a tu sonrisa;

Supongo que aún a pesar de todo o quizás por todo eso, la verdad,
lucharía contra demonios, fantasmas y febriles salidas,
y marcaría el universo con tu esencia de mar
por alcanzar al fin la deseada paz que cuidadosamente te acaricia.


No soy de lo mejor que te podrías encontrar,
pero sé luchar por lo que me importa en esta partida;
no soy de lo peor que te podrías encontrar,
pero resistiré todos los embates hasta hacer relucir tu vida.

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