martes, 31 de diciembre de 2024

LIBRO - EL AÑO QUE DEJÉ DE TENER 30 AÑOS

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LIBRO - EL AÑO QUE DEJÉ DE TENER 30 AÑOS


SINOPSIS

El año que dejé de tener 30 años es una fractura, un alegato con el que reivindicar el derecho a frenar entre todo el caos que es este sistema que nos asfixia. 12 meses, 4 estaciones, 1 año. El año que dejé de tener 30 años.



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La ternura de la amistad

Abrazarnos en la distancia, 
permitirnos ser nosotros mismos,
desvestirnos de corazas y miedos
aceptando nuestra fragilidad
y abriendo de par en par,
como un abrazo,
nuestra fragilidad a las personas que queremos,
a las personas que nos han demostrado año tras año
que siempre están ahí.

Y yo solo puedo dar las gracias
y sentirme afortunado
cuando alguien a quien quiero
me escribe líneas tan preciosas
como la poesía de la amistad
acariciando mi vida, iluminando mi alma.

Calma.

Y una euforia contenida que lo inunda todo
como un río de felicidad que se desparrama por todos los rincones
de esta poética habitación
que es el espacio compartido con las amistades que siempre permanecen
a base de cuidados, cariño, ternura y compromiso.



Gracias por la poesía luminosa de la amistad.




- Solo quería decirte todo esto, por si un día lo olvidas, decirte lo más bonito que te puedo decir: que junto a ti me siento capaz de ser la persona más vulnerable y frágil del mundo, y a la vez la más feliz, la más valiente, la más soñadora y la más alocada.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Ya no tengo treinta años

Ya no tengo treinta años,
pero sigo soñando
como si tuviera 16 y estuviera saboreando un verano eterno
entre amigos, viajes
y amores que me invento en mi cabeza
y que nunca llegaron a fructificar.

Ya no tengo treinta años,
pero sigo brindando por la amistad,
celebrando cada victoria que la vida me da,
explorando nuevas formas de sentirme conmigo mismo en paz,
soñando con alcanzar un día la ansiada y constante viajera libertad.

Ya no tengo treinta años,
pero sigo sonriendo como si todo siguiera igual.

El otoño de mi juventud

No puedo dejar de sentir
que he llegado al otoño de mi juventud.

Y... no sé qué hay más allá...

Somos los sueños de nuestra libertad

Somos pedazos de los actos que dejamos, 
el recuerdo tras nuestros pasos,
la huella en las memorias,
los versos que grabamos en el viento,
en el tiempo, en algún muro del descampado desierto.

Somos el aliento de las luchas que nos impulsan,
las ganas de alcanzar una nueva ruta,
una nueva línea, un nuevo camino que abrir entre la desidia
de esta vida,
un efímero intento de ser eternos.

Somos los locos cuerdos que lanzan gritos entre mareas de trausentes que no se detienen,
el vértigo de las oportunidades,
de los trenes que pasan,
de las estaciones vacías,
somos la existencia de quien intentó ayudar.

Somos la resistencia entre un constante no lugar,
los abrazos que dejamos, los besos que no damos,
los cuidados que marcan la diferencia entre vida y hogar,
somos las alas que te invitan a volar.

No lo olvides,
somos los sueños de nuestra libertad.

Qué frágiles somos en nuestra vulnerabilidad

Qué frágiles somos en nuestra vulnerabilidad,
pedazos de papeles rotos
a trozos
sin posibilidad de vuelta atrás,
lágrimas que se derraman
en el vacío de la inmensidad,
sueños hechos trizas
incapaces de ir más allá.

Qué frágiles somos en nuestra vulnerabilidad,
marionetas de un juego estropeado de antemano
sin margen para salirnos de la cárcel en la que nos han encerrado.

Socorro,
solo quiero escapar,
pasar de largo,
consciente
de que no puedo salir
de este sistema amañado.

Qué frágiles somos en nuestra vulnerabilidad,
y sin embargo,
entre tantas derrotas,
es lo único que nos queda que sea revolucionario.

viernes, 13 de diciembre de 2024

Facendo noso o tempo libre

Facendo noso o tempo libre. 

Durante los últimos dos meses hemos estado llevando a cabo una serie de encuentros territoriales que tuvieron su colofón en el I Encontro Galego de Tempo Libre. Queríamos cambiar las cosas.

Este camino comenzó hace meses, quizás incluso antes del inicio de este proyecto. Un hilo rojo que viene de largo, de mucho más atrás. Y aquí estamos, finalizando este sendero que abrimos por el barrio de nuestras realidades.

En estos espacios compartimos vivencias, experiencias y analizamos en profundidad nuestro sector del ocio y tiempo libre. También fueron el sitio ideal para conocer gente, reencontrarnos con caras conocidas, hacer amistades y disfrutar de actividades como surf, traineras, veladas, canciones y demás dinámicas que nos permitieron tejer red y hacer un poquito más firme el tejido de nuestros apoyos y compañeras dentro de nuestra pasión y nuestra profesión. Han sido unos meses muy intensos en los que he tenido la suerte de formar parte del grupo promotor de este proyecto tan increíble y solo puedo agradecer a todas mis compañeras y a todas las personas participantes todo el apoyo que me han brindado y lo mucho que he aprendido y crecido con este proyecto.

Han sido dos meses de no parar, admirando a mis compañeras y admirando la posibilidad de trabajar siempre desde otras perspectivas alternativas a los ritmos de este sistema que nos hace olvidar muchas veces las redes de apoyo y los cuidados. Pero con gente así, este sí es el ocio y tiempo libre al que aspiro construir. Un lugar, una herramienta que sirva para abrir espacios de transformación social.

Ahora quizás tenemos un ocio y tiempo libre un poquito  más fuerte, un poquito más esperanzador. Solo espero que sigamos caminando hacia ese horizonte que queremos hacer nuestro. Gracias por todo.

Que la esperanza y las ganas de soñar horizontes nunca nos abandone. 

Facendo noso o tempo libre.

Luchamos hasta llorar

Y ahora que echamos cuentas mirando hacia atrás
solo descubrimos que las cosas tampoco tanto han cambiado, 
que ya no somos esos chavales de 16,
pero seguimos intentando el mundo reinventar,
tratar de transformar esta realidad,
preocuparnos por alterar esta sociedad
y sin embargo
todo sigue igual,
dando tres pasos para adelante y cinco hacia atrás,
y no podemos hacer nada más
que exprimir nuestras herramientas
durante un rato más.

Que miro al calendario y yo ya tengo 31,
y me miro al espejo y veo algunas arrugas más,
unas ojeras más,
y una cara mucho más fatigada y con menos ganas de la existencia alegrar,
que a veces lo intentamos
y nos revolvemos,
pero nos han dado tantos revolcones
que ¿cómo continuar?

Y se apaga la música de los cascos abriendo camino en el barrio en pantalones cortos
y ya el sol esta vez se marcha y ya se va,
que Lágrimas de Sangre van a terminar con esa historia personal,
y yo me quedo un poco más solo
tras comprobar que otro grupo se retira ya.

Y no estoy preparado para otro más,
que después de Zoo ya nada ha sido igual,
y trato de añorar la vida en que sonreía,
y mientras tanto me aferro a hacer recuento de las victorias
y no sé si voy ganando en el marcador
o perdiendo en el tiempo de descuento,
pero algo ha aflorado
Y no es casualidad,
no es casualidad,
es el último baile,
y yo solo quiero los ojos cerrar
y bailar,
y bailar,
y nada más.

Solo bailar un atardecer más con los ojos cerrados sintiendo hervir la juventud por última vez antes de apagar el altavoz
y que todo se termine
sin que nadie pueda decir
que de verdad no lo intentamos, hasta llorar.

Luchamos hasta llorar.



Si uno no se rinde...

lunes, 9 de diciembre de 2024

Pasado gris y ceniciento (II)

Se estropearon los relojes en las estaciones
y ahora
solo queda un incierto presente
que se extiende indefinidamente
suspendido en la memoria en blanco y negro.

Pasado gris y ceniciento (I)

El tiempo ante la eterna indiferencia. 
Acordeones de mar soplando en la ría. 
La historia de una sociedad, de un amor, de un constante sufrimiento. 
El dolor de todo un pueblo abocado al más gris y ceniciento olvido entre recuerdos.

Rabia, tristeza y frustración, Siria en el corazón

Un nuevo atentado a los pueblos,
dicen que es libertad,
pero yo solo veo ruina y miedo,
miseria y un país a despedazar.

Nos trajeron falsas historias de sueños,
de utopías, democracia y paz,
y ahora solo aparece un futuro negro
y mil rapiñas dispuestas los restos devorar.

Había futuro en Siria
y Occidente se lo quiso arrebatar,
tras 13 años de guerra fallida e intervenciones encubiertas
ayer el presente no pudo resistir más.

Solo un nuevo atentado a los pueblos,
giro geopolítico, territorio a conquistar,
y atrás quedan intentos fallidos,
y vidas y esperanzas que ya nunca regresarán.

martes, 3 de diciembre de 2024

Si tuviera mil vidas en la marea de esta noche hecha poesía

Si tuviera mil vidas
una la usaría para quemarlo todo y brindar en su ruina.

Tremenda Jauría



Levantando las manos en un murmullo que arrasa como las mareas que se llevan la arena en las noches de mar de fondo cuando la luna riela sobre las olas que destellean como estrellas.
Poemas de caras ocultas, de miradas de risas, de prisas, de reírnos de la vida,
todavía bailamos cuando sentimos que palpitan nuestras venas
y entre las hogueras, danzando como dementes en noches buenas, pactamos con que nada nos impida sonreír a la vida eterna.

Si tuviera mil vidas
una la usaría
para que nada se acabase,
para intentar que nada se derrita
en la nieve de los disfraces
del sol de invierno fundiéndose en un lienzo
de hojarasca en el suelo, témpanos y estalactitas,
filigranas de arañas heladas bajo la noche estrellada,
cuando más frío hace, cuando más arde la vida.

Solo atino a tejer el momento, tratando de comprender el fundamento, de este cuento
informe atrevimiento
el querer arrancar a la desarmonía todo el poder que atesora y esquiva,
y yo que rimo sin saber que nada terminaría, sucumbo a la rima, a la risa, a la marisma de playas que se explayan cuando las olas llenan la orilla con toda su poesía como la luna en las noches más frías aleteando en el bosque de las ilusiones perdidas y las esperanzas que todavía encandilan.

Si tuviera mil vidas
una la usaría
para lograrlo todo
y después el resto
las convertiría en un intento
de jugar a las escondidas
con la suerte, con la felicidad, con la libertad de esta luminosa marea de ardora que reluce en la definitiva orilla.

martes, 26 de noviembre de 2024

Y mientras tanto habitamos el absurdo un día más

¿Cómo encontrar sentido cuando todo carece de sentido? 

Un extranjero caminando con las manos en los bolsillos,
un Caulfield que busca escapar a su destino,
un pobre eterno retorno rimando como Rimbaud habitando en exilio del infierno.

Solo son notas sonando mientras suena Porto en el móvil.

Y los recuerdos de Caldas y del pasado se arremolinan,
cuando hace 10 años,
todo tenía más luz,
era más feliz
y al mismo tiempo todo seguía careciendo de sentido.
Por mucho que tratase yo de dárselo.


Y ahora soy 10 años más mayor,
quizás más o menos feliz,
a ratos,
pero lo que no sé si tengo claro,
es por qué vivir.

¿La gente se lo cuestiona?

Yo sí,
con frecuencia,
pero hace años que no tengo con quien hablar de esto.

Así que camino con las manos en los bolsillos
incapaz de saber si podré encontrar algún día el sentido al absurdo de la vida, de la moral, de la sociedad, de las leyes, de la constante escalera social que nos obligan a caminar,
para al final
llegar
y como un personaje de Pratchett
abrazar a la muerte
y echar a caminar hacia ese final

que solo es polvo en la efímera eternidad de un universo ajeno a nosotros que también algún día terminará por terminar.


Y mientras tanto habitamos cabalgando el absurdo otro día más.



- Y mientras tanto habitamos el absurdo un día más

¿Para qué vivir si solo podemos permanecer indiferentes sabiendo que no podremos evitar el absurdo de la muerte?

El absurdo de la muerte, de la sociedad, del vacío que a todos nos espera. ¿Para qué sentir? ¿Para qué sentir felicidad, para qué sentir tristeza? Si todos son vanos intentos de escapar al final, estériles agonías que buscan evitar sufrir por la desesperante certeza de que tras la negra cortina ya nada más habrá.

La muerte nos arrastra, incapaces de hacer nada.
Dios se ha ido, mejor dicho,
lo hemos matado
y está bien,
pero ahora caminamos solos
sin rumbo, 
sin brújula,
sin certezas
en esta crisis que se alarga en nuestra sociedad
como una sombra que se desparrama
y de la que no podemos escapar.

Los monstruos crecen en estos claroscuros
y ya la vieja sociedad no muere y la nueva tarda en llegar.

Y nosotros
huérfanos de valores,
de ilusiones,
nos aferramos al presente
tratando de evadirnos en la efímera satisfacción del hedonismo desenfrenado
como si eso fuese a frenar
que ya hoy, mañana, o en veinte años
todo se terminará

y cuando la muerte llegue
ya nada permanecerá.


Solo somos patéticas almas mirando a los ojos al absurdo vacío
sabiendo que nada nos responderá

inútil súplica de quien trata de negar la realidad


Ya nada ni nadie quedará.



- ¿Para qué vivir si solo podemos permanecer indiferentes sabiendo que no podremos evitar el absurdo de la muerte?

Ya solo quiero salir de este laberinto

La vida se derrama en el absurdo de la existencia
y nada tiene sentido al otro lado de la ventana.

¡Qué inútil es todo cuando el universo se incendia ante tus ojos!

Y sin embargo,
pese a todo el caos,
pese a todo el ruido,
todo carece de un rumbo, de una dirección, de un intento furibundo de escapar al frío
de la eternidad
apagándose
lentamente.

No sé cómo hacer para mantenerme cuerdo.

Cuando todos los locos miran al dedo,
solo el enfermo cuerdo comprende en qué consiste el cielo.

¡Qué infierno!
Consumiéndose el tiempo entre los dedos,
apagándose como si quedasen esperanzas entre las llamas.

Ya no sé lo que quiero,
pero solo quiero ser un extranjero en el suelo ajeno,
efímera inexistencia habitando en el no lugar de donde nunca discurren los relojes deshaciéndose
en la fina línea que divide las pesadillas de los sueños.

Solo permanece el vacío
y el martilleante y repetitivo repiqueteo del martillo que golpea de lleno en las sienes de este pobre ajeno a la vida que le tocó vivir fuera de sus intentos de mantenerse firme entre la diluida moralidad de un mundo que habita la contradicción de la total ausencia de moral,
posverdad

y ya no tiene razón de ser nada más que no sea la laxitud de la alienante sociedad

pereciendo en este cuento sin contratos y sin paz social

solo quedan mis deudas

conmigo mismo

y con este fatídico intento de mantenerme vivo

cuando no entiendo este camino...



Ya solo quiero salir de este laberinto



-Del pobre loco cuerdo que vive en la extranjería de su propia alma desnaturalizada que nunca encontrará descanso, silencio ni libertad.


Perecer


porque no hay más salidas una vez que te has quedado sin razones para sonreír un día más.-



- Ya solo quiero salir de este laberinto

Un día para dedicarme a mí, a la tranquilidad, a la calma

Hoy ha sido un día de no hacer nada. Un día para dedicarme a mí, a la tranquilidad, a la calma.

* * *

Estoy cansado de sentir que no hacemos nada en el ciclo, de tener un ritmo excesivamente lento, de sentir que apenas aprendo, que apenas tengo espacio para mejorar. Estoy cansado de hacer cosas que no me interesan. Por eso hoy, que teníamos una salida a la Gastromovida, decidí que me quedaría en casa, que no quería ir. La Gastromovida esa, nunca mejor dicho, llevaba varias semanas martilleándome en la cabeza como una estupidez en la que no pintábamos nada los del ciclo de Guías. Una vaina de gastronomía y estrellas Michelín, un espacio de concepción del pijerío como sinónimo de excelencia. ¿Qué vamos a sacar los de Guías de ahí?

Así, que con toda la frustración acumulada de un curso que parece avanzar sin hacer nada, decidí que no iría, que me quedaría en cama y que dedicaría el día a tomármelo con calma.

Hoy sería un día para mí, para la introspección, para darme tiempo y espacio y conectar conmigo mismo.

* * *

Tras despertarme a las 8 y decidir definitivamente que no iría gracias al apoyo de Lura, seguí dormitando hasta las diez y cuarto. Tras pasarme un tiempo indefinido con la luz encendido mirando el techo, quizás 15 minutos, decidí abrir la persiana y tumbarme de nuevo en cama, esta vez a leer. Ayer empecé El extranjero de Camus y la lectura me solicitaba. Recuerdo que la primera vez que la leí lo hice en un par de días escasos. La lectura, pese a ser pausada y de ritmo lento, como es Camus en sus novelas, me pedía una frenética y constante permanencia en ella. La alienación del protagonista, ajeno al contradictorio mundo que habita, me había fascinado en su absurdo. Me sentía igual. - Este tío tiene ansiedad o depresión - pensaba al leerlo. Su despersonalización empatizaba conmigo. Llegué incluso en algún momento posterior a acuñar el título para un poema de "El extranjero en su propia alma desnaturalizada". Así me había impactado Camus con su novela. Más si cabe debido a que se aleja totalmente de lo que había leído anteriormente de él en El Verano.

* * *

Después de leer durante media hora me dirigí al baño y a la ducha. Quería empezar el día con buen pie y en unas horas tendré la clase de robótica, no querría que me pillase luego el tiempo apurado y se hiciese añicos el hechizo de un día pausado y a otro ritmo. Mientras pueda mantenerlo, lo mantendré.

martes, 12 de noviembre de 2024

Aquisgrán - Aix la Chapelle

Aquisgrán es una ciudad pequeñita. Un rincón acogedor y bonito que despliega su encanto envuelta en su esencia de pueblito otoñal con sus callejuelas de niebla y piedra al anochecer. Un sol cansado que se mantiene siempre incapaz de alzarse en toda su plenitud levita suavemente sobre fachadas de casas y edificios impresionantes. El interior de su Catedral te recibe y te acoge en sus brazos dejando sin palabras al viajero despistado que no espera tal grandilocuencia interior. Lo que queda del antiguo palacio de Carlomagno hace pivotar toda la ciudad a su alrededor. Y mientras el viajero camina por sus callecitas, descubriendo rinconcitos a cada paso y dejándose empapar de su calma y su ritmo pausado vital.

Una petite ville d´automne avec ses ruelles de brouillard et de pierre au crépuscule.

Un poquito esa es la sensación que atesora Aquisgrán.

domingo, 10 de noviembre de 2024

Por los callejones en sombras del pasado

Por los callejones en sombras del pasado recogí este puñado de poemas,
alguno estaba tirado en una cuneta,
otro olvidado en un rincón,
muchos de ellos ahogando sus penas en alcohol
y la inmensa mayoría acumulando rabia para gritar de felicidad cuando estalle la revolución.

Por los callejones en sombras del pasado recorrí mi historia de luchas,
de miradas,
de perspectivas,
sonreí ante la inocencia,
me sorprendí ante la magia,
me reconecté con mi esperanza
y me descubrí caminando en pos de una nueva trinchera.

Por los callejones en sombras del pasado vi quien era, 
quien soy,
y quien quizás algún día sea,
y al final todo eran títeres de sombras
de falsos recuerdos nunca vividos
y de reales memorias siempre vividas,
a fin de cuentas
es tan fina la línea
que ¿quién sabría decir que persona habitaba en nuestra alma que siempre lucha,
que siempre se empeña
en arder un poco más,
en mantener la batalla un poco más?

Por los callejones en sombras del pasado
supe que transformar la realidad siempre ha sido una necesidad
y más mal que bien, y más bien que mal,
siempre lo he intentado,
espero que cuando haga cuentas con la historia
esté en el lado del pueblo,
de quién ha marcado la diferencia.

Menos de 10 contradicciones es dogmatismo.

Y yo tengo muchas.

Pero no rendirme nunca del todo
no será jamás una de ellas.

Por eso,
por los callejones en sombras del pasado,
supe que siempre habría un horizonte que soñar con alcanzar.

Y hacia allí me dirigí,
caminando en silencio, con las manos en los bolsillos, perdido en mis recuerdos, mientras avanzaba
por los callejones en sombras del pasado.

Y no sé si sucederán

Demasiado complicado,
yo espero que suframos menos
cuando crezcamos,
yo solo espero
que todo cobre algún sentido
y mientras nos hemos hecho mayores
y nada ha cambiado

y las lágrimas se llenan de nostalgias
y yo ya no puedo llorar más,
quizás solo dejar de respirar.

Yo solo espero encontrar una salida,
yo solo espero dejar de asfixiarme con la ausencia de libertad.

Yo solo espero...
yo solo espero tantas cosas...

y no sé si sucederán.

sábado, 9 de noviembre de 2024

Y yo no he vuelto a encontrar mi lugar

Comienza la cuenta atrás y el baile va a empezar
somos sombras en algún no lugar, 
inestancias en ninguna parte
que persiguen encontrar rastros de lo que fueron.

Pobres mortales,
efímeros,
como vidas que se apagan
sin saber cómo, 
ni dónde.

Solo somos nombres
listos para escapar y desaparecer cuando llegue el final.

No llores.

No llores.

La poesía ha marchado para no regresar.

Y los poemas ya solo son rasgados acordes
disipados en el silencio del eco de nuestro bienestar.

Las lágrimas corren.

Y no habrá paz.

Ya la poesía se ha marchado.

Y yo no he vuelto a encontrar mi lugar.

Entre rincones en ruinas sucumbimos a la desidia

Entre rincones en ruinas sucumbimos a la desidia. No hay vida
Más allá
No hay nada.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Salpica la vida ante la inevitabilidad del absurdo

Salpica la vida ante la inevitabilidad del absurdo

¿por qué vivir
si no hay donde arrullar las penas
de esta existencia que agoniza?

domingo, 27 de octubre de 2024

Vamos a hacer que se escuche el volumen más fuerte

Ritmos acompasados en carreteras sin final,
"vueltas que da la vida"
frase manida
para no decir ná´,
solo un futil intento de escapar de la normalidad
conscientes de que nada se puede cambiar.

Y ahora que sabemos que todo sigue en un ciclo constante de reincidente repetición
nos hemos topado con los muros de esta realidad
que exprimen el instante para tratar
de impedir que nada más pueda suceder.

Y en las calles adoquinadas me pierdo en un loco baile electrónico,
recuerdos de otros años,
de otras vidas,
de libros que ponían puertas de emergencia
a las salidas que no podían existir

y al final todo es cuestión de insistir

que el baile no se termina
y todo el futuro está por venir.


Ríete un nuevo día
que aún habrá oportunidad para seguir aquí.

miércoles, 23 de octubre de 2024

¿Quiénes somos? - Antesala de la lucha

Combativos como un barco de pesca en una tormenta en alta mar,
insumisos como el derecho a la vivienda exigiendo su lugar,
ingobernables como un grupo de rapazada buscando horizontalidad,
incansables como los monitores currando sin parar.

Somos el ansia de avanzar,
de conquistar,
de ir más allá,
de lograr todo lo que merecemos y mucho más,
de nunca parar,
de exprimir al máximo nuestros derechos
y nuestra necesidad de dignamente vivir en libertad.

lunes, 21 de octubre de 2024

La vida es eso y todo lo que sigue

Creíamos que la vida era eso y todo lo que sigue,
hablo de esa sucesión de episodios canónicos,
que si no ocurren
el universo entero de la heteronorma capitalista se derrumba,
de esa escalera
de peldaños
que todo el mundo debe subir
uno a uno
porque sino la vida no es eso
y todo lo que sigue
-dicen-
no tiene sentido.

Nacer, aprender, tener pareja, irte a vivir con ella, casarte, tener hijos y trabajar toda la vida en lo mismo, o cambiando -poco importa-, pero sin salirte demasiado de ese esquema establecido. Así serás feliz.

Y si no lo haces
no tienes camino que seguir
así que... ¿Para qué vives? Si no es para ser uno más de ese redil en el que todos debemos existir.

Y al final la vida era eso
y todo lo que sigue
un sinsentido,
sí,
pero el sinsentido en el que opresivamente debes ser feliz.



- La vida es eso y todo lo que sigue

No nos quedaba ni suerte ni esperanza

No esperes hogares cuando habitas en ruinas.
Carla Camaleònica



En la noche de los tiempos caminamos
sin rumbo ni esperanza
los cometas surcaban el cielo
y nosotros ya no teníamos deseos.

Creíamos que podríamos apagar todos los incendios,
pero teníamos sonrisas de medio lado
de esas en que te descubres en el infierno
sin querer asumirlo de puertas para fuera
y no había forma de escapar.
No, no había forma de escapar.

Las calles y los callejones nos asfixiaban
y el cielo plomizo todo lo apagaba
no había salida,
no había rumbo,
no había final.

No importaba mucho nada,
porque nada importaba mucho.

Y seguramente todo pasó de largo por las calles

y yo ni siquiera lo sabía.



¿Cómo iba a haber un hogar

cuando solo habitábamos ruinas?

Soy de límites. No lo voy a negar.

Sóc de límits. No ho vaig negar.
De veure el precipici als peus i no dubtar.

Carla Camaleònica



Soy de límites. No lo voy a negar.
De ver el precipicio a los pies y no dudar.
De disfrutar viendo como todo salta por los aires
durante un instante,

durante un breve y efímero instante

en que todo es mágico


hasta que explota


y después de la explosión viene el dolor.




Pero eso ya ocurre más tarde y mientras todo salta
por los aires
yo vuelo
y la magia me suspende como si nada más importase.

sábado, 12 de octubre de 2024

Soy poeta del Atlántico, y eso no se cambia

Poeta de viajes, de atardeceres en la mirada, de horizontes atlánticos en el alma. Incansable sucesión de vivencias, atrapando el instante que arde antes de que el silencio del desierto nos consuma. Somos la suma de nuestras pasiones, de nuestras emociones, de nuestras efímeras ilusiones que nos impulsan en los sueños que se dibujan en los rincones de esta vida que se escapa mientras el infinito se hace efímero en la intensidad de una caricia, de una palabra, de los versos que arden en nuestra alma de viajero que dibuja atardeceres en la mirada. Soy poeta del Atlántico, y eso no se cambia.

viernes, 11 de octubre de 2024

El silencio solo interrumpido por el vacío de la lluvia

Dicen que la lluvia limpia la tristeza y las heridas, pero yo solo veo que barre la alegría y encharca las cicatrices del alma. No cesa en su empeño el cielo en dejar olvidado el vacío. No queda sino silencio alrededor y la estridencia de los pensamientos recordando que la felicidad es un don concedido para unos pocos
y entre esos pocos no estoy yo.

Llueve la vida en ríos de tristeza
y quedan solo las ausencias en el corazón.



- El silencio solo interrumpido por el vacío de la lluvia

jueves, 10 de octubre de 2024

Tembloroso paisaje de otoño

Tiemblan los días inestables
en la fina lluvia que cae,
la vida se lleva el viento
y no queda más que la hojarasca,
tapices de vivos silencios,
alfombras de otoño y olvido.

miércoles, 9 de octubre de 2024

Cuando la luz se apague....

La vela se consume lentamente
como el lento diapasón de un metrónomo que oscila
de un lado a otro
una
y otra
y otra vez
sin nunca parar...

Pues el tiempo nunca para....

Y mientras tanto la vela...
se consume...
lentamente...

sin que podamos detener el final...









Y cuándo la luz se apague...

¿Qué nos quedará?

Ya no hay lluvia que cubra mi pena

Quizás no supimos decir nuestro propio nombre
en todo este rastro de tristeza
y ya la bailarina que fuimos
no baila en medio de la solitaria pista vacía de la discoteca,
las luces se apagaron
sin saber siquiera cómo sería todo
y fingimos comprender la felicidad
cuando solo  se nos escapaban lágrimas de frustración

ya no hay lluvia que cubra mi pena.

martes, 1 de octubre de 2024

Qué vamos a decirnos que no hayamos negado hasta la muerte en el momento que más verdad necesitábamos

Fue la rehostia y con eso me vale
por eso me conformo con lo poco
que queda que decir entre nosotras
Por ejemplo
[...]
lo bien que nos va
o lo mal que mentimos
a estas alturas no hace falta ser sinceras
ni siquiera sensatas
si ya nos conocemos
qué vamos a decirnos
que no hayamos negado hasta la muerte
en el momento que más verdad necesitábamos.

Elvira G. Luque (Elvirus)



Qué irónico todo, no?
Que Elvirus sea siempre la melodía
o los versos
de las almas desgarradas,
de recoger los restos con los dedos y mucho cuidado
por no aplastar los trocitos de corazón que zapateaste de un golpe de mis manos.

Y es que como ella dice
¿qué vamos a decirnos ya a estas alturas
que no sepamos
que no nos mintamos
que no nos hayamos negado?

Fingimos no sufrir
y guardamos el dolor
en lo más hondo
sin saber, sin ser conscientes,
que cuando llueve
la lluvia se lo lleva todo

hasta las mentiras que nos contamos para no llorar más


y entre esa tristeza gris solo queda el dolor y las cicatrices que ya nunca, 
-nunca-, 
nunca se van.


Fue la rehostia todo
y con eso ya creíamos que llegaba...

Silenciosos restos que saben a cenizas

Hablas de mí
y eso que tú y yo nunca fuimos capaces de rimar dos palabras juntas.

Creímos que jugando a las escondidas nos encontraríamos,
pero solo fue fingir que las escapadas tenían sentido
y no estábamos haciendo nada más
que huir hacia adelante
la una de la otra.

Qué retórica que fue nuestra historia.


Una mentira construida sobre un castillo de naipes
donde si acaso había una verdad por cada palo
y eso es nada
así que en nada
quedó lo que podría haber sido este baile.

Tú te reías
y yo fingía reírme
con la boca pequeña
y forzando la sonrisa de medio lado
porque en realidad
yo no entendía nada de nada

y todo
cada vez
tenía mucho menos sentido.


¿Alguna vez te has sentido así,

Como una muñeca rota a la que se le olvidaron coserse los rotos?



No te lo recomiendo

el paso del tiempo no cura nada

solo rompe todo en más pequeños y diminutos trozos.



Y luego qué queda?

Si acaso

el eco de nuestras rimas que nunca logramos rimar
más allá que rastros y rastros de lágrimas vivas

hasta que todo se terminó.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Siempre a orillas del Atlántico

Me gusta despedir el verano a la orilla del mar del Morrazo, frente a la Ría que se mece en la tranquilidad y la libertad. 

Me gusta despedir este verano de luchas con la hoz en la mano para construir un ocio y tiempo libre transformador, plantando semillas que florecerán en las grandes alamedas con un clavel en la mano, divertirme en mi trabajo como un niño pequeño más jugando en un tobogán, y llorar y reír y abrazar mi vulnerabilidad en las despedidas.

Me gusta despedir este verano con aroma a salitre, con Zoo en la retina, con los viajes en la mirada sin dejar de crecer y aprender, los campamentos a mis espaldas, los campos de voluntariado en el alma y agarrada a mi mano Lura con dos nutrias llevadas por la corriente de la vida.

Me gusta despedir el verano, como un ritual poético que nunca termina.

Siempre a orillas del Atlántico, soñando en el suave vaivén de la Ría.

martes, 24 de septiembre de 2024

Otro verso de otoño para calmar mi alma

Sin saber muy bien los motivos
yo me siento frente al ordenador,
tengo una imperiosa necesidad por plasmar la cotidianidad, por tratar de atrapar el instante, por conseguir reflejar en la pantalla el olor de una tarde de otoño, la luz de un atardecer, la calma que experimento cuando escucho música sin nada más qué hacer
que permanecer
sin esperar nada más que un viaje estacional,
una de esas escapadas de fin de semana
en los que cojo el coche y me pierdo por una carretera que circunvala el paisaje
con las notas en los altavoces sonando
y nadie más que yo, el infinito
y todos sus recodos.

¿Cómo saber dónde encontrar mi paz?

Solo trato de hallar respuestas para las preguntas que no sé lanzar al aire,
pero no hay nadie
al otro lado
esperando mis palabras.

Quizás no hay forma de rebajar la demanda
de estímulos en esta tarde
que se siente como la madrugada.

Mientras tanto se entona la versión chill de Lentejas,
y Día Sexto me hace sentir en Portugal, en el Alentejo,
o quizás frente a las costas de Oleron o la Rochelle,
o más bien
en Bernay en Champagne
sintiendo la tibia caricia del sol en mi piel
mientras la noche se despereza y acicala.

No tengo forma de atrapar nada,
solo lanzo este poema
con la mirada puesta
en que alguien encuentre
lo que mi alma calla.


El horizonte llamando al otoño a kilómetros de distancia de donde me escaparía si no tuviese que permanecer aquí hasta que levante el viento de la mañana.


Otro verso
para calmar mi alma.

domingo, 22 de septiembre de 2024

Donde la poesía consiga arraigar

Existen rincones donde la poesía no logra arraigar:
la felicidad es uno de ellos.

Por algún extraño motivo,
allí
la poesía se marchita,
como una de esas flores que por más que mimas
nunca logra salir adelante.

Un poco así
es la poesía.

Una flor
que por más que quieras,
ella se empeña en dejarse morir,
en dejarse morir por ausencia de tristeza.

¿Por qué nos empeñamos en enseñar a vivir en la tristeza a los demás?

¿Por qué enseñamos a nuestros hijos
a sufrir?

¿Por qué solo se puede escribir desde el conflicto?

¿Acaso no se puede escribir desde la calma, desde la paz?

Me gustaría poder escribir sobre un atardecer,
sobre estar sentado al sol de verano,
sobre mis amigas,
sobre la calma que siento cuando me mecen las olas, cuando vivo durante 10 días en un campamento y nada más me importa,
sobre los campos en flor,
sobre el trigo cimbreando dorado bajo la luz y el calor.

Me gustaría poder escribir sobre todo eso
y sin embargo
solo sé escribir desde el frío hielo de la tristeza y el miedo.

Y como ahora estoy out, 
apagado,
en standby,
pues no soy capaz de escribir

y solo puedo acercarme al teclado
para fingir

fingir que existe algún motivo por el que yo sigo aquí.

Amores de otoño (10 años después)

El otoño ha llegado, abriéndose paso, de golpe, en medio del final del verano. Septiembre ha sido un mes de calor y playa, pero de repente, la semana pasada, el tiempo dio un giro y pasó de los 30 grados con sol a los 20 con nubes y algo de lluvia y ahora ya el aire tiene un aroma distinto. Más frío. Más sutil. Como de hojas cayendo y nostalgia en los amores de verano que se van apagando.

Siempre escuché hablar de los amores de verano.

Pero los amores de otoño... Los amores de otoño, con palabras llanas, son otro rollo. Amores que revolotean, de idas y venidas, de no tener las cosas claras, pero de puro fuego ardiendo, supongo que para quitarnos el frío. Los amores de otoño, si tengo que resumirlos, serían así, como llamas de incendio que lo arrasan todo a su paso con la única intención de sobrevivir con ellos al duro invierno.

No ocurren. No suele ocurrir. Se quedan ahí, en hibernación, después de la frenética pasión. Y rara vez llegan a más allá. Pero se recuerdan, vaya si se recuerdan, 
porque si has tenido un amor de otoño
ya jamás lo podrás olvidar.

No sin quemarte
como se quemaban los cuerpos
y los corazones
cuando eráis puro fuego.


Y es que las brasas, por mucho que parezca que están apagadas,
siempre seguirán ardiendo.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Otoño en Francia

En Francia los días se tiñen de otro color, el otoño se despliega con todo su repertorio y la luz juega a las escapadas con las sonrisas. El cielo cansado, del largo atardecer, se diluye entre los árboles y sus escasas hojas, brindando abanicos de ocres y marrones a las miradas que descubren el paisaje en su lento caminar. Las silenciosas calles giran en remolinos de hojarasca que levanta ligeramente el viento, mientras el eco de los pasos reverbera entre los angostos caminos que quedan entre las casas y edificios. Aquí y allá asoma el pináculo de alguna iglesia con esa característica apariencia que le proporciona un estilo neogótico que se extendió profusamente por el departamento. No hay más compañía que nuestro silencio y el ruido de nuestra cabeza. Pero es otoño y todo está bien. Todavía no ha llegado la tormenta de junio. Quizás ahí, en esos escasos meses que intermedian entre ambas épocas, resida la latente felicidad que tanto se anhela.
Mientras tanto los días se tiñen del color del otoño en esta Francia que mi caminar descubre y apresa.

De tanto incendio ahora el cielo está de ceniza

El cielo está de ceniza, ceniciento, 
áspero, agrio, revuelto,
está como un vaso de alcohol después del tercero,
como un beso mal dado,
como una despedida a las prisas,
como el sexo sin importarnos quienes seremos.

El cielo está roto desde dentro
y nosotros
en este mundo incierto,
lo observamos
y tristes seguimos caminando
arrastrando los pies
y en los bolsillos las manos.

El cielo arde
pero el reloj no se apaga nunca.

martes, 10 de septiembre de 2024

Buscarte

Buscar
No es un verbo sino un vértigo. No indica acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien sino yacer porque alguien no viene.
Alejandra Pizarnik



Explorar la infinitud de una mirada
bajo la luz de las estrellas
sentado en un banco
mientras aguardo que el tiempo se pause
que el frío no duela.

Detener el instante,
agarrarlo,
aferrarlo,
hacerlo prosa,
hacerlo poema.

Despertar al cerrar los ojos,
dormir al abrirlos,
sorprender tus palabras con el vacío sobre el que hago equilibrios.

Si yo te digo ven,
tú lo dejas todo.

Solo por eso
ya todo cobra otro sentido
mientras cosemos retales en los telares de cielos y estrellas.

Te recuerdo sonriendo,
eso es lo único que me queda.

lunes, 9 de septiembre de 2024

Recordando Le Mans

Entre el silencio de la noche, leyendo en el Ebook sobre la Edad Media, me remonto a Le Mans, mis recuerdos allí me llevan. A conducir por la carretera que circunvala la ciudad, a los campos cerca de Bernay en Champagne, a leer tumbado en cama con el frío del invierno entrando por la ventana...

Y la melancolía me encharca

pues soy consciente de que jamás regresaré a esa época que tanto amaba.

No hay peor dolor que el que no puedes contar

No hay peor dolor que el que no puedes contar.
Karmelo C. Iribarren



No hay peor dolor que el que no puedes contar,
ni peor pesadilla que la que habitas con tus demonios.

Batallas de enfermos,
de locos,
de cuerdos inciertos
que cometieron errores que se ríen de nosotros.

No puedes hacer más que mirar atrás,
consciente
de que nunca podrás contar esa verdad
que te consume el corazón,
que te quema el alma,
que te envenena y nubla la mirada.

Y es que no hay peor dolor
que el que no puedes contar
por mucho que creas que el ayer ya no existirá en el mañana.

Habitando vidas no vividas que no me atreví a vivir

A veces echo de menos a las novias que no tuve.
Karmelo C. Iribarren



Solo eso,
tampoco mucho más que añadir.

Decir
que me siento frente al mar,
frente a la inmensidad,
frente a una ventana

mientras el paisaje se mece, se acuna, se desplaza

y mi mente reconstruye vidas no vividas
con todos los amores
que una vez renuncié a cuidar

por miedo,
por ser conmigo sincero,
por estar donde debía estar,
por no atreverme a vivir esa nueva oportunidad,

y echo de menos a las novias que no tuve


Viviendo en otras vidas en las que cobraba un nuevo significado la palabra libertad.

Sálvate a ti mismo

A veces ya no queda nada que salvar,
salvo a ti mismo.

Karmelo C. Iribarren



A veces ya no queda nada que salvar,
salvo a ti mismo.

Qué frase más certera
para cuando se derrumban los espejos,
nuestros reflejos se hacen añicos
y solo quedan pedazos inciertos de recuerdos que nunca vivimos.

Cuando los templos queden vacíos,
cuando la vida se apague como un soplo,
cuando ya no haya sonrisas en nuestros rostros,
cuando la risa deje de sonar como un río.

Será entonces
cuando sepamos
que ya no hay más salida
que la de salvarse a uno mismo.

Y es que si nadie más está
¿quién estará para nosotros
más que nosotros con nuestros silencios y vacíos?

Tristes destrozos de lo que un día fuimos.

Sálvate,
sálvate a ti mismo.


A veces ya no queda nada más que salvar,
salvo a nosotros mismos.

¿Qué queda del amor?

Qué rara 
suena 
a estas edades 
la palabra 
amor.
La dices,
y no sabes
si te engañas
a ti mismo,
o a ella,
o él
a los dos.

Karmelo C. Iribarren



Sútil juego de sutilezas
el saber si sigues amando
o simplemente te dejas
a ti mismo
llevar
por la corriente de la vida,
por la escalera social.

¿Te amo?
¿Me amas?

Es incuestionable que sí,
que hay amor,

¿pero basta con eso?

¿No importa más la intimidad,
la confianza,
la comunicación?

¿El deseo en la cama,
la pasión bajo el edredón?

Que sí,
que te amo,
que me amas.

¿Pero qué fue de sentir la ilusión?

Esa energía de la nueva relación.

Que ya no existe.

Que ya no existirá nunca.

Que se esfumó como se esfuman los sueños.


Y mientras tanto seguimos
porque... ¿por qué no?

domingo, 8 de septiembre de 2024

Historias de autobús

En el bus las mismas personas.
La señora que lee un libro en el asiento del final de espaldas al conductor, justo al lado de la puerta para que vuele, al abrirse, su imaginación.
Cerca las dos chicas de pelo teñido de colores llamativos y piercings.
Una madre y su hija.
La señora que sigue llevando mascarilla.
Yo mirando por la ventana la vida.
La lluvia cayendo como una impenetrable cortina.

Días de rutina.

jueves, 5 de septiembre de 2024

Obsesionado con permanecer frente al paso del tiempo

Me obsesiona el paso del tiempo,
el constante descenso de la arena que se filtra y escurre entre los dedos sin yo poder hacer nada.

Me obsesiona el paso del tiempo,
la incapacidad para atrapar el efímero momento,
la fugacidad del instante,
la necesidad de arder intensamente
hasta consumirme
consciente
de que es lo único que me queda
ante la frágil infinitud de la vida que se apaga
sin yo poder remediarlo.

De eso un poco va todo,
mi vida,
mi poesía,
mi existencia,

de permanecer
cuando todo se esfuma entre difusas ruinas.

Me obsesiona el paso del tiempo,
el olvido,
el silencio,
la desaparición de los recuerdos,
la muerte,
el final definitivo cuando ya nada quede de nuestros restos.

Me obsesiona ser incapaz de atrapar el instante mientras me voy consumiendo.


Quizás por eso escribo.
Quizás por eso exprimo al máximo mi camino.
Quizás por eso me revelo contra cualquier destino predefinido.

Y es que si no puedo ser eterno
al menos experimentar el infinito
en el efímero y fugaz instante que me consumo intensamente ardiendo.

Quizás así experimente la felicidad y deje de padecer este sufrimiento.

Y es que mi libertad es una constante lucha contra el tiempo.

Frente a una nueva ventana

Solo entre los límites de los paralelismos puede encontrarse la sutileza de la noche de los tiempos, locos certeros intentando crear monotemáticos monográficos acordes a los tiempos que vivimos como si fuese posible comprender el camino de nuestro destino mientras suenan los sintetizadores de la música electrónica que nos transporta a las abrasivas arenas del desierto. ¿Estamos en lo cierto? Autómata escritura que se lleva el viento al tiempo que los dedos teclean frenéticamente sin perder ni un momento al escuchar el retumbar de los sentimientos en la música que tenemos. Somos locos inciertos, pero escribimos vibrando por dentro. Llévame a donde los sueños no se consuman como hemos hecho.
Se termina el verano y se desgrana
mientras desfibro palabras sentado frente a una ventana de un cuarto piso.

Creo que es el primer poema que escribo en la noche en este nuevo lugar en el que nos hemos mudado para habitar la eternidad del presente.

Y es que tengo poemas frente a muchas ventanas:
En mi casa,
en el piso de Finisterre en Coruña,
en Monte Alto,

en Caldas,
en Santiago,
en Lisboa,

en Le Mans,
en Ramón Nieto
y ahora frente a este nuevo espacio al que nos hemos mudado hace escaso tiempo.

Todo lugares
con sus esencias
que transportar en poemas
mientras experimento el paso lento de los relojes que se consumen sin nosotros saberlo.



Y ya la música se acaba
y con el estas palabras
envueltas en el azul de I´m blue.

Apago la mirada
y cierro la pantalla.

Ya otro día será mañana.

sábado, 31 de agosto de 2024

Viladesuso

Cuando la bruma invade la costa, el paisaje se torna puro misterio esotérico. Una vista onírica en la que se entremezclan magia y realismo. Un portal a otro mundo entre los resquicios que asoman entre la blanquecina niebla. Un vaporoso recuerdo difuso entre el tiempo.

jueves, 29 de agosto de 2024

La tarde en Viladesuso

La apacible tarde
entre música, brisa y letras,
el sol en lo alto
declinando
y el tiempo
que se desliza
sin nada más que hacer
que fluir.

Y así discurre todo:
entre conversaciones fugaces
y sonrisas sinceras
mientras se destila la pura esencia
del serán descansando.

Libre,
el día,
la tarde,
la luz
y el mar que brilla.

Libre
con voces y música de fondo,
escribiendo poesía.

domingo, 25 de agosto de 2024

Frente al Atlántico

La inmensidad del océano se escurre entre la bruma mientras el tiempo se dilata, elástico, como la luz del sol diluyéndose en la puesta de sol.

La calma me embarga, teñida de una pegajosa melancolía,
inevitable
en el final del día,
en la llegada de la noche.

Es extraño que un lugar tan común sea lo pequeños y solos que podemos sentirnos cuando llega la oscuridad. Quizás es que estemos demasiado acostumbrados a resguardarnos de lo desconocido. 

¿Quién sabe?

Y mientras tanto el sol desaparece en el infinito del Atlántico.

Me fascina escuchar historias de vidas que anhelo

La poesía de los encuentros
de las vidas fugaces que se cruzan como el fuego de los besos
chispas de memorias compartidas
ardiendo entre los dedos de lo que vivimos en los ojos que no son nuestros.

Incandescentes momentos
consumiéndonos como sueños
quizás entre lo que fuimos
descubramos quienes seremos.

Mientras tanto
soy lo efímero del encuentro.



- Me fascina escuchar historias de vidas que anhelo

miércoles, 21 de agosto de 2024

Pasos

A los 27-28 años decidí darle un giro a mi vida, quizás no fue de golpe, sino gradual, pero en ese tiempo comencé a pensar que quería orientarme a otra cosa; de forma lejana, pero el poso de la reflexión estaba ahí. Viajar se comenzó a convertir todavía más en una obsesión, aunque no sabía todavía qué haría ni cómo lo haría.

Sin embargo durante ese margen de tiempo, poco antes, desde los 26, comencé a descubrir el mundo erasmus y a volver a tener amistades. Nunca me descubrí tanto a mí mismo como en esos años. Tanto en el amor, las amistades, las relaciones... Me descubrí y supe qué quería y qué no. Otra cosa es que haya sabido respetarme a mí mismo y darme lo que necesitaba y quería. Pero ahí lo descubrí.

A los 27 en Francia comencé a saber que quería ser monitor, que quería viajar. A los 28 comencé a trabajar de monitor. Aunque no sería hasta los 30 que me decidí a convertirme en guía y vivir viajando.

Al final la vida son pequeñas decisiones que nos traen hasta donde estamos, sin ser conscientes de que podemos o no lograrlo.

Poética de la amistad

Escribo de nuevo frente al paisaje que discurre delante mía a toda velocidad. Ante mis ojos los pueblos suceden y la Cordillera Cantábrica, con todo su verdor, se mantiene como una constante en la mirada. Mientras esto sucede leo Palabras en la arena.

Somos palabras en la arena que cuentan vidas de lo que nunca sucedió, mientras la marea se lleva nuestros recuerdos.

Así, ante esta perspectiva melancólica de verdes prados, altas montañas y una constante neblina que baña el ambiente por el que el coche pasa, decido escribir a Clementine una carta que llevo pendiente de enviarle desde Mayo.

Y es que ella se fue a recorrer Francia caminando durante los meses de junio y julio, aprovechando el verano. Para finalmente llegar a España y reencontrarse con su madre para finalizar el Camino de Santiago. En ese momento, con un poco de suerte, podremos encontrarnos los dos en Galicia, ya en septiembre.

Y es que la oportunidad de poder volver a vernos, después de casi dos años, me embarga de ilusión. Y pese a que tardo en contestarle siempre, estoy deseando poder verla y relatarle en persona todos estos meses de vivencias.

Aunque haciendo recuento rápido mental, siento que no he hecho gran cosa, sé que no es del todo cierto y por eso lo mejor será desgranarle todo con más o menos certera precisión, con más o menos melancólica poética de la composición; como si así, de algún modo, pudiera atrapar el instante, atesorarlo con la mano y hacerlo pequeño destello con el que iluminar nuestras miradas durante unos breves segundos de tiempo. Al final la magia de la amistad es vernos crecer junto a nuestras amistades. Soñar... A fin de cuentas. Mirar a la vida, abrazarla y sonreírle sabiendo que somos felicidad gracias a quien nos acompañan en esta vida. Y a mí, con mi gente, se me llena el cora y el alma.



- Poética de la amistad

Las vueltas en el laberinto

La vida es un laberinto sin más salida que la muerte, por eso el camino consiste en tratar de encontrarse sin perderse demasiado en las tinieblas que habitan en nuestro corazón. Jugar a las luces y sombras
conscientes de que el juego
terminó antes de empezar.

Somos las heridas que habitamos
mientras la libertad aspira a vivir en nuestro corazón.

domingo, 18 de agosto de 2024

Campamentos para sembrar no desconocimiento

Hay algo de frenética en la vida de campamento, de etéreo, de volátil. 2 meses de máxima intensidad. En todos los sentidos. Emociones intensas, amistades intensas, niños que llegan y pasan... No frenar. A fin de cuentas.

Es un poco como decía Bauman. La vida líquida. Creo que es como mejor se definen los campas: como vida líquida. 2 meses de pura intensidad.

Llega hasta el punto de convertirse en pura necesidad.

Obsesos de vivir a toda velocidad.
De no parar.
De intentar atrapar el instante por toda la eternidad.


Locos aferrados a la frase de si paras mueres.

Salvando de los destrozos
como buenamente se puede
la salud mental.

Sonreír para aguantar un día más.

Llorar por exceso de felicidad.

Sufrir por mínimo de bienestar.

Las dos caras del campa,
jugando a ver cual impera más.

Al final quedará solo eso:

Los recuerdos


y la libertad.



- Campamentos para sembrar no desconocimiento

sábado, 17 de agosto de 2024

¿Lo recuerdas?

Recuerdo aquel verano de 2014 en el que me propuse hacer todo lo posible: viajar todo lo posible, disfrutar todo lo posible, ir a todos los festivales posibles, quedar con toda la gente posible... Era, a fin de cuentas, mi verano antes del Erasmus, y hervía en mi piel la necesidad de exprimir la vida al máximo. Ese verano fui al Arenal, al Festival do Castro, el cumpleaños de Lily, quedé con los de teatro, salí por Coruña, estuve unos días con la Yaya y con Brais, fuimos a Madrid... Fue un verano en el que la vida valía la pena.



Y ahora, 10 años después, lo echo de menos. Echo de menos sentir que la vida valía la pena podía hacer lo que quisiera. Echo de menos exprimir la vida como si fuese el último día en la tierra.



Echo de menos viajar cuando quiero, quedar con mis amigos cuando quiero... No tener que dedicar tanto tiempo a la pareja.

Echo de menos que mi vida sea mía.

Echo de menos mi felicidad, mi autoestima.



Quiero tratar de encontrar la forma de que la vida se me devuelva



- ¿Lo recuerdas?

miércoles, 14 de agosto de 2024

Soliloquio de la monotonía

Soy incapaz de ponerme en pausa,
de sentarme en un parque y permanecer allí
sin hacer nada más que leer y mirar el paisaje, 
la gente que pasa,
la brisa en las hojas,
los aromas de las estaciones desgranándose en la mirada.

¿Quizás estoy demasiado acostumbrado a todo y a nada? ¿He permanecido demasiado tiempo sin que ocurra nada?

Puede que sea esa monotonía
que poco a poco a todos nos apaga.

Pero ahora mismo me siento incapaz de no disfrutar de la vida,
de sonreír con ganas.

Solo estoy

así

sin más

mientras el tiempo pasa.



- Soliloquio de la monotonía

Ritos de iniciación

Existe en los ritos de iniciación una mirada huidiza que buscamos, pero que se nos escapa,
un algo
que pese a no poder nombrar
en ese instante y lugar reside toda la magia
de los cruces de caminos,
de los momentos en que debemos tomar decisiones
que se encuentran por encima de nosotros
y que marcarán nuestro devenir.

A fin de cuentas, 
dichos ritos
no son otra cosa que el paso de la infancia a la edad adulta,
la certera certeza que nos susurra que algo se fractura para no regresar jamás y solo permanecer nosotros
tras el renacimiento
que supone
el habernos reconstruido de nuevo:
Otras piezas diferentes para un mismo cuerpo.
La definitiva sentencia de que ya nunca nada será lo mismo.


Y pese a todo ello
si lo hemos hecho bien
sabremos rodearnos de aquellos amigos
que permanecerán por mucho que pase el tiempo.

Y ahí residirá otra de las magias del momento:

Dar el paso
rodeado
de quien te invita a volar,
de quien te reconoce con todas tus aristas y grietas,
con tus luces y sombras,
con tus aciertos y errores
y pese a ello,
te acompaña y no te juzga.

Amigos
así
son los que hacen falta en este mundo tan incierto.





Y es que cuando desaparezcan los miedos que nos inmovilizan
y nos impiden caminar recto
habremos dado el gran paso
para robarle segundos al reloj de arena que es este inmenso tiempo
que jamás nos correspondió vivir y que siempre nos estará vigilando a lo lejos.

Vidas que atrapar incapaces de encerrar al segundero entre nuestras manos.

Intentos sutiles de sabernos eternos.

En eso consisten esos ritos.

En tratar de creernos eternos.



Y al final
solo nos quedarán los recuerdos
y el vacío que se respira cuando finalizan las oportunidades
y ya solo se escucha el viento.


Libertad, sí,
pero ¿a qué precio?




Morimos por el camino,
para sabernos despiertos.

Preludio: Ritos de iniciación

Los ritos de iniciación, el paso de la infancia a la edad adulta, los amigos que permanecen por mucho que pase el tiempo, los secretos que nos asfixian y nos estrangulan la garganta. Miradas que nos reflejan quienes fuimos, quienes somos, quienes seremos. Las vidas que creamos sin darnos cuenta al tomar decisiones sin margen de tiempo. Los segundos del reloj, vigilándonos a lo lejos. Intentos sutiles de sabernos eternos cuando desaparezcan nuestros miedos. Solo nos quedan los recuerdos, y el vacío que se respira cuando finalizan los segundos del segundero.

domingo, 11 de agosto de 2024

Calma frente a la orilla del embalse

La brisa de verano
directa de la sierra,
aroma del Xurés
mientras en el embalse
declina la tarde.

El agua que fluye
como el tiempo
en el reloj de la hierba cimbreante,
que fluctúa
acompasando el acompasado paso que acompasa el paso del tiempo
fluyendo como el agua.

Todo permanece en este cambiante paisaje
y solo yo,
constante,
cambio
en la brisa de verano que todo lo abarca.

Madrugadas alicaídas en el cansancio post...

Me da vértigo el absurdo
jugar a revolotear como una mota de polvo que se percibe solo gracias a la rayita de sol que se filtra por la persiana,
tratar de aferrar el instante
consciente que desde el minuto uno se escapa.

Ver

que se apaga la vida,
la suerte,
la magia,

Y pese a todo

seguir
como si no fuese solo cuestión de fuerzas
y de voluntad.


Mirar como si algo más importase en este lugar
y percibir el paso del tiempo
y comprobar que nada de todo eso importa ya.



- Madrugadas alicaídas en el cansancio post...

miércoles, 7 de agosto de 2024

Aquí nos vimos creciendo (Pub Gallaecia 9 y 5 años después - 2015 - 2019 - 2024)

Refugio de historias, noches y amistad,
de lugares que convertir en espectadores del soñar.

Hoy os he echado de menos:
a mis Bellotas, a Clementine, a mis amigas de Logroño, a Mireia...

Bailando,
recordando,
narrando anécdotas de bajar en furgoneta borrachos,
de bañarnos en el embalse y salir tiritando,
de pinchar nosotros la música
y en la rueda gigante seguir fotografiando
el instante, la felicidad.
No parar
de jugar al billar,
de entender el concepto tener calle con Sara,
de frente a frente riendo con Mireia,
de bajar haciendo eses por la carretera viendo las estrellas
agarrado de Esther para que la vida no nos pierda.

Cruzar el puente,
como quien cruza al futuro,
al pasado,
de comprender que aquí nacieron algunas de las amistades que más me marcaron,
que hicieron de mí quien soy ahora y definieron mis pasos.

Mirar a Clementine y sonreír pensando que nos quiten lo viajado,
comprender que atesoramos sueños parejos,
de brillar pupilas sabiendo lo que significa querer en la fragilidad, en la vulnerabilidad, en el más amplio sentido de la intimidad, celebrando ser amigas toda una vida en la que nos queramos acompañar.

Brindar por quienes somos, por quienes aspiraremos a ser, por quienes nos abrazamos
para quitarnos los miedos y el frío.

Tenernos
como si los relojes por aquí no hubieran corrido.

Y ver de dónde ha salido tanta nostálgica felicidad.

Mirarnos
y sabernos volando en libertad.



- Aquí nos vimos creciendo (Pub Gallaecia 9 y 5 años después - 2015 - 2019 - 2024)

martes, 6 de agosto de 2024

Frente al embalse das Cunchas

Se han ido ya los niños y tumbado frente al embalse el tiempo discurre lentamente, como esas nubes que se desplazan perezosas, con calma. Una vez estas se retiran, el sol calienta con fuerza.
Se escucha el murmullo del agua en la orilla.


* * *


Voy a bañarme tras leer a Vicente Aleixandre.

domingo, 4 de agosto de 2024

A la sombra de los robles os pienso viendo las estrellas (Frente al embalse das Cunchas en Muiños)

En este embalse de sentimientos nostálgicos
de años pasados, de recuerdos nunca olvidados,
me siento en su muro frente a sus aguas
mientras pienso en esa puesta de sol que nos bañaba
en el que en una fotografía celebrábamos la amistad que nos unía.

Poesías a la sombra de los robles.

Abrazos de rostros que habitan en mis pupilas,
besos y sonrisas en un baño,
noches de estrellas tumbados,
risas y vidas compartidas durante unos días y ardiendo en nuestras almas durante años.

Y pienso en en mis amigas, y en mis primeros amigos,
y en Clementine
y en Mireia
y en toda esa gente que quería mantener a mi lado 
y que por suerte lo he logrado.

2015,
2019,
y ahora 2024,
mirando al embalse
y marcando mis pasos.

Mi primer campo,
mi primera pandilla,
mi primer campa volviendo a donde me convertí en quien soy y seré durante años.

Mi atreverme a soñar,
mi atreverme a dejarme cuidar,
mi nostalgia de encontrarme siendo quien quiero ser en este mundo del monitorado.

Decenas de recuerdos que atesoro, frágiles, en mis manos.

(Y también un camping en Muiños con Laura, dejando que el tiempo nos pausase la vida entre sonrisas.)


Estoy frente a este embalse sentado,
disfrutando de la noche,
bajo las estrellas,
a la sombra de los robles,
sin nunca haberos olvidado.

Gracias por seguir en mi pecho, a mi lado.



- A la sombra de los robles os pienso viendo las estrellas (Frente al embalse das Cunchas en Muiños)

sábado, 3 de agosto de 2024

Análisis poético sobre nuestro presente

Habitamos en las esquinas de los márgenes,
en los espacios de los nadie
donde no se sabe
cuando comienza la suerte y cuando el capitalismo.

Hábitats de sitios fríos,
sentimientos al vacío
incapaces de poner en sitio
nuestros miedos, nuestros destinos.

Sucumbimos a los tristes caminos
y tratamos de tumbar muros por principios,
sutiles intentos
de jugar a querernos
desde lo frágil, desde lo impuesto.

Escribir poemas de aliento
versos que sean armas para cuestionar los cuerpos,
lo incierto, los amores, la socialización que hacemos,
somos rimas al viento
acariciando nuestras fragilidades,
celebrando las redes que tejemos.

Somos los márgenes rompiendo,
derribando, soñando, sonriendo,
los espacios de los nadie
convertidos en los espacios nuestros.

Juguemos a terminar con su juego,

cuando reconozcamos el infierno
asaltaremos el cielo.



- Análisis poético sobre nuestro presente

miércoles, 31 de julio de 2024

Articulando respuestas, buscando preguntas para habitar los sueños

Nos construimos desde nuestras miradas, desde los reflejos de nosotras mismas que queremos compartir con las otras, con el resto. Articular respuestas a este sistema que aprieta. Buscar ternura en el caos. Encontrar paz en la amistad.

Revisarnos, 
deconstruirnos,
reconstruirnos,

tratar por todos los medios de encontrar nuevas formas de relacionarnos,
intentar que este mundo estéril sea un poco más cariñoso,
un poco más suave,

limar las asperezas, 
las esquinas,
tratar de abarcar una visión global,
una mirada completa,

perseguir a la suerte para hacernos camino con los tejidos de su vestimenta,
conseguir que deje el destino de ponernos piedras,
comprender que está en nosotros, en todas, en todos, 
la oportunidad de levantar algo mucho más bonito, mucho más hermoso,

un futuro por el que valga la pena soñar

que sea un porvenir equitativo para las de abajo,
un intento por habitar entre cuidados, entre igualdad de oportunidades,
terminando con las clases
y estructuras
que nos oprimen

GRITAR HASTA QUE NO NOS CALLEN

susurrar que nos queremos libres e iguales


Ondear las banderas rojas y tricolores,
sonreír porque ganaremos una vez más
por mucho que nos pongan baches,
abrir las grandes alamedas

Mirar al futuro
y saber que esta vez la vida nos pertenece,
que por fin nuestra vida será nuestra.

Vivir en libertad.
Vivir cómo, cuándo y hasta dónde yo quiera.

Pothos a la sombra de los robles

En realidad no.
Nunca he llegado a donde realmente soñaba con estar. Aunque hace 5 años empecé a buscar inconscientemente un nuevo rumbo en mi vida que no sabía ni remotamente por donde llegaría. Pero en dos días vuelvo a Muiños y allí, en 2019, fue donde comenzó ese punto de inflexión que me llevaría hasta donde estoy hoy.

Hace 5 años en Muiños descubrí lo que era la amistad, lo que era tener un grupo de amigos afines. Algo que nunca había llegado a tener ni nunca volví a tener. Conocí gente increíble, alguna todavía me acompaña. Sin saberlo, comenzaría a descubrir el mundo Erasmus+ con Vero. Con la gente de Rumanía descubriría los voluntariados. Me enamoré. Y cometí errores. Y me atreví a lanzarme a la aventura y atreverme a cumplir mi sueño de vivir en Francia. Allí me redescubrí y me di cuenta de que quería ser monitor. Afiancé mi amistad con Clementine. Sufrí. Regresé y decidí del todo ser monitor. Me saqué el curso. Traté de, poco a poco, quererme y cuidarme a mí mismo. Comencé a trabajar de monitor. Logré vivir de ello. Me saqué el curso de director. Me di cuenta de que quería vivir viajando, trabajar viajando. Trabajé en campamentos de la Xunta. Sí cumplí realmente el sueño de vivir viajando. Aunque no fuese todavía a tiempo completo, sino de forma puntual. Aprendí. Me desarrollé. Volví a crecer. Y ahora estoy aquí, a dos días de regresar a Muiños, 5 años después. Y me he dado cuenta de cómo pasa el tiempo y que quizás no estoy donde soñé, pero he llegado a sueños. Y esos también me hicieron a ratos feliz.

Supongo que solo me queda seguir y ver a donde llegaré en otros 5 años.

Espero cumplir mi sueño de viajar por Sudamérica durante un viaje mínimamente largo de tiempo.

Me escribiré de nuevo cuando llegue 2029 y vea donde me ha llevado el Atlántico y el viento de mi alma.



- Pothos a la sombra de los robles

lunes, 29 de julio de 2024

Desbloquea: Pregúntate por qué juegas

¿Por qué juegas? 
¿Qué sientes cuándo juegas?
¿Está por encima de todo ganar?
¿Ganar a toda costa?
¿Tiene eso sentido?
¿Cuál es la razón para jugar entonces?
¿Por qué juegas?

domingo, 28 de julio de 2024

L´amour est enfant de la liberté

El amor es hijo de la libertad
y quizás sea así,
puede que en la noche todo se vea diferente
pero yo nací así.

Poemas de gloria ajena,
añejos recuerdos de altas horas
y aquí y ahora
el cielo se abre en dos.

Es hora de que todo se ilumine.

Poesía de luz y colofón.
Quedarán los adioses
colgados de retablos oscuros sin color
y en los doseles de la vida
adornando de luz las vidrieras
pudimos ver lo que todo se escribiera.

Quizás el amor es hijo de la libertad
pero qué bonitos acordes
se compusieron para cantar esta gesta
hasta el final.



- L´amour est enfant de la liberté

Dos llamitas de amor

Si el azar es un juego de palabras
nosotros, con todas nuestras casualidades,
seríamos girasoles
firmes, constantes, mirándonos al sol de nuestros ojos,
sin cesar,
buscando la luz que nos falta
y que somos incapaces de reflejar.

Causalidad, que no casualidad, pero que también,
porque somos un cúmulo de decisiones
que nos han hecho reencontrarnos y retoparnos
una y otra vez
el uno con el otro,
como bailes de disfraces en los que persigues con la mirada
siempre a esa misma persona
que te hace brillar el alma.

Decisiones.

En eso se basa todo.

En nuestras decisiones

que nos hacen entrelazar los dedos y cuidarnos con una caricia en el cuello o en la espalda,
un beso en la nariz,
un beso en la frente,
un detalle al llegar a casa,
un cómo estás,
un cuéntame cómo te puedo ayudar.

Un poco eso, un poco decidir apostar
a nuestra suerte jugando al amor.

Y es que amor,
no diré que cuando no estás todo se apaga,
porque nos queremos suficiente como para saber que no es verdad,
pero sí diré
que cuando estás
todo parece brillar un poco más
y la risa me sale más fácil
de lo más hondo del pecho
y me siento arropado

Y eso me gusta.

Me gusta cuando estás presente
porque habitar el presente contigo es como un poema dibujado con cariño, cuidados,
y sonreír es más sencillo,
y me gusta hacerte sentir como yo me siento:
Querido.

Supongo que si nosotros jugamos a los dados
siempre nos sale 6
porque querría repetir contigo una y otra vez
sin cansarnos de quitarnos el frío
de abrasarnos de calor,
de saber que nosotros nos elegimos,

y eso me gusta
porque me parece muy bonito.

Somos dos versos escribiendo en el Atlántico un poema infinito.



- Dos llamitas de amor

jueves, 25 de julio de 2024

En la tarde de Mondariz (¿Qué me pasa?)

Se escurre el día
lentamente,
me siento distante,
en pausa,
incapaz de conectar con un mundo
que se me escapa,
no sé bien qué pasa
pero el aire vibra las hojas
y yo me quedo así
mirándolas

sin que nada más importe.

lunes, 22 de julio de 2024

En la tarde de Devesa

El aire del mar,
los prados,
el oleaje en la noche,
el sol sobre la refrescante sombra de los árboles.

miércoles, 3 de julio de 2024

Poema de mis lágrimas no derramadas (Poema de Tila)

La vida ha segado
el futuro y el porvenir
y ahora solo queda
un reguero de soledades.

No vi llegar el final de un reloj que se hizo añicos de improviso, como los reveses de la muerte que el silencio ahogan. Ya no hay más, solo lágrimas ahogadas que no te puedes permitir derramar.
Y una honda tristeza
que anuda la garganta,
ahoga el corazón y encharca la mirada.

Ríos que nunca llegan al mar.


Y soledad, vacío y dolor.


No vi venir el último camino

y ahora estamos solos

ante la ausencia de quien ya nunca regresará.



- Poema de mis lágrimas no derramadas (Poema de Tila)

miércoles, 26 de junio de 2024

Las lágrimas surcaban la marea

La vida discurre entre caminos de sombras
recuerdos yermos
ya muertos
de tiempos que no poseemos
y en los que sabemos
que éramos incapaces de hacer nada más que sufrir,
sufrir por dentro.

Y ahora el olvido quema
y la memoria arde por dentro
este efímero cuerpo
que se consume
incapaz de sobrevivir al paso de lo que ya no seremos.

Dónde están los acantilados de Etretat?

Se fueron

como se fue todo

lo que un día me quitó los miedos.


Ya no somos quienes éramos
pero tampoco seremos
quienes queríamos serlo.

No somos más que sombras
de los títeres rotos
que dejaron los errores que no fueron los nuestros

solo no habernos alejado a tiempo.


Y ahora en lo alto del dolor

ya no hay más sitio en el alma

que el desierto.



- Las lágrimas surcaban la marea

martes, 25 de junio de 2024

Frente al embalse de Irabia

Un día de luz.
Un día de luz reluciendo.
Un día de luz reluciendo en el agua.
Un día de luz reluciendo en el agua cristalina que brilla como esmeraldas.
Esmeraldas de destellos
jugando a los espejos con el cielo;
anhelos de deseos,
tira la piedra tres veces y cruza los dedos.
Dedos de cristal
que el agua lleva y va
aquí y allá
como poemas frente al mar
de árboles que es la Selva de Irati
brillando al respirar paz.

viernes, 21 de junio de 2024

Crecí en el Atlántico, por eso mi mirada siempre busca el mar (relatos de memorias bizantinas)

Mira Constantino el pasar de los siglos:
Todos los pasos dados nos han traído hasta aquí
y ahora, a orillas de los mares recónditos
el imperio del sueño se yergue pese a las arenas del tiempo.

Puede que algún día seamos ruinas,
mas el futuro es nuestro y nos pertenece,
se abrirán las grandes alamedas
y nika brillará en todo lo alto,
como el estandarte que nos traerá la libertad.

Mira Constantino,
no llores ante la belleza de la historia,
otros antes que tú ya lo intentaron,
pero siempre tendremos esta pulsión,
esta necesidad humana,
de ir más lejos,
siempre más allá.



- Crecí en el Atlántico, por eso mi mirada siempre busca el mar (relatos de memorias bizantinas)

miércoles, 19 de junio de 2024

Relatos de Bulgaria (IV)

Voy dejando Bulgaria a medida que me acerco al aeropuerto, y toda esta semana se va flotando, volátil, como toda esta semana. Frágil en el corazón. Lleno de recuerdos e ilusión.

lunes, 17 de junio de 2024

Relatos de Bulgaria (III)

Con Marjana me siento como me sentía con Mireia: en un lugar en el que me costó adaptarme los primeros días y me sentía solo y desconectado, conecté con alguien con quien me siento cómodo y tranquilo y seguro; aunque no nos entendamos bien el idioma o hablemos poco. Dos personas que disfrutan de pasar el tiempo juntas hablando o paseando. Me siento muy bien con ella.

viernes, 14 de junio de 2024

Multilingual poem

Las sombras se giran en remolinos de días y el agua de la piscina ya no se escapa a ninguna parte, saltamos jugando a las escondidas y bailando frenéticamente supimos que todo seguía. Las luces intermitentes, parpadeantes, marcan compases de danzas, de bailes. Intentos fugaces de arrancarnos las sonrisas. Y el sol poniéndose tras el Mar Negro, paisaje de arena y playa y yo sentado en la arena leyendo. Avanzan los días, los acontecimientos. Y aquí permanezco, esperando a que salga el sol de nuevo, se marche la lluvia que inundó el día y perder el tiempo en la playa, en la piscina, mientras el alcohol y los idiomas se arremolinan alrededor mía.

jueves, 13 de junio de 2024

Poeta frágil meciéndose al viento

Ando haciendo equilibrios
con la vida y la arena que se me escapa
entre los dedos,
aferrándome al instante,
tratando de huir hacia adelante,
buscando la manera de escapar de la acuciante desidia que me produce el olvido.

Miro hacia atrás
y solo veo el paso del tiempo
incapaz de percibir
donde todo dejó de ser futuro y se convirtió en minutos de descuento.

Loco poeta asiduo a los versos sueltos.

Marionetista que rompe los hilos al viento.

Libertad del horizonte atlántico en el pecho.

Obseso de las mismas imágenes y los mismos símbolos todo el tiempo.

No sé dónde estoy,
quizás por eso me busco sin descanso, sin ponerme frenos.

Por más rápido que vaya
el paisaje sigue intercalándose con el muro impuesto.

Mira hacia adelante
y trata de hacer equilibrios entre el sistema, la felicidad y la libertad del poema que hacemos

eligiendo.



- Poeta frágil meciéndose al viento

Relatos de Bulgaria (II)

Discurre el tiempo paralizado, me están costando mucho estos días, no quiero estar aquí, me siento solo, con horas muertas en las que no puedo hacer nada. Las actividades son aburridas y pese a que hay gente maja, el idioma y mi malestar me agotan.

Solo quiero que esto se acabe.

martes, 11 de junio de 2024

Se agita el Mar Negro en mis sentimientos

Se bate el Mar Negro, en la orilla, como una cadencia intermitente que agita los sentidos y la paz de la memoria.

Tumbado leyendo poesía frente al mar
me transporto a aquellos tiempos de Almería
en que las horas discurrían
con ese lento caminar
de las vacaciones
sin nada más que hacer
que sacar el aburrimiento a pasear.

Y así estoy,
frente al Mar Negro,
leyendo a Celaya,
sin saber cómo permanecer, cómo escapar.


- Se agita el Mar Negro en mis sentimientos

Las horas bajas

En este rapto de las proserpinas,
del cuento del derecho y del revés,
nos aferramos a lo vivido, a lo que comprendemos,
sin atender a la poesía nada más que para ver.

Ver más allá
de nuestros pasos,
de los poemas que nos afanamos en hacer nuestros
como si el sentido poético
pudiéramos atraparlo
como quien abre la mano,
la alza
y súbitamente
la cierra.
No, no funciona así
y lo sabemos
aunque no lo queramos ver.

Porque vivimos atrapados en nuestra imágenes,
en nuestros símbolos,
y cuando nos damos cuenta
ya somos incapaces de salir de este propio círculo
que nos hemos creado
y del que no hay forma de salir.

lunes, 10 de junio de 2024

Relatos de Bulgaria (I)

El calor pegajoso pegado a la piel mientras los pájaros cantan y los ágiles aviones saetean en filigranas rasantes el cielo. Estoy sentado entre las ruinas de las termas de Varna, descansando, escribiendo, bebiendo una marca energética estilo Monster pero llamada Hell. He dormido poco hoy, apenas 5 horas a intervalos de no más de 30-40 minutos (los más largos). Aprovecho ahora, en un banco, a recuperar fuerzas en las piernas y recargar el móvil. 

El cielo está plomizo y pese a ello brilla.

Me siento extraño. Hoy a la noche llegaré a Sunny Beach. Se nota que estoy cansado, las frases que escribo son inconexas.

He visitado el museo arqueológico, me ha gustado. Me ha permitido hacer repaso a la historia de Bulgaria y, sobre todo, de esta zona de la costa del Mar Negro. Ahora tengo un poco más de contexto para comprender esta realidad.

[...]

Voy a caminar, ahora que me siento más fuerzas y más descansado.

domingo, 9 de junio de 2024

A mis sueños

Soy poeta de atardeceres, me pierdo en el sutil juego de luces y sombras que son los claroscuros de la vida, equilibrista de horizontes
el sol se pone y yo descargo toda mi fantasía
poemas de sueños y risas
de vidas diluidas
entre las curvas de la noche.

Soy soñador por vocación,
por necesidad de no ponerme topes, 
no frenar aunque vea venir el choque,
jugar a las escondidas con la felicidad porque aquí lo que importa es exprimir el segundo
aunque la eternidad no me corresponde.

Soy un loco en un mundo de cuerdos que ponen reglas al sistema para que no te desboques
y sin saber cómo
me amoldo,
me acomodo
y busco las grietas donde
poder ser yo
un poco más libre
un poco más acorde

A mis sueños.