lunes, 21 de octubre de 2024

No nos quedaba ni suerte ni esperanza

No esperes hogares cuando habitas en ruinas.
Carla Camaleònica



En la noche de los tiempos caminamos
sin rumbo ni esperanza
los cometas surcaban el cielo
y nosotros ya no teníamos deseos.

Creíamos que podríamos apagar todos los incendios,
pero teníamos sonrisas de medio lado
de esas en que te descubres en el infierno
sin querer asumirlo de puertas para fuera
y no había forma de escapar.
No, no había forma de escapar.

Las calles y los callejones nos asfixiaban
y el cielo plomizo todo lo apagaba
no había salida,
no había rumbo,
no había final.

No importaba mucho nada,
porque nada importaba mucho.

Y seguramente todo pasó de largo por las calles

y yo ni siquiera lo sabía.



¿Cómo iba a haber un hogar

cuando solo habitábamos ruinas?

Soy de límites. No lo voy a negar.

Sóc de límits. No ho vaig negar.
De veure el precipici als peus i no dubtar.

Carla Camaleònica



Soy de límites. No lo voy a negar.
De ver el precipicio a los pies y no dudar.
De disfrutar viendo como todo salta por los aires
durante un instante,

durante un breve y efímero instante

en que todo es mágico


hasta que explota


y después de la explosión viene el dolor.




Pero eso ya ocurre más tarde y mientras todo salta
por los aires
yo vuelo
y la magia me suspende como si nada más importase.

miércoles, 9 de octubre de 2024

Cuando la luz se apague....

La vela se consume lentamente
como el lento diapasón de un metrónomo que oscila
de un lado a otro
una
y otra
y otra vez
sin nunca parar...

Pues el tiempo nunca para....

Y mientras tanto la vela...
se consume...
lentamente...

sin que podamos detener el final...









Y cuándo la luz se apague...

¿Qué nos quedará?

Ya no hay lluvia que cubra mi pena

Quizás no supimos decir nuestro propio nombre
en todo este rastro de tristeza
y ya la bailarina que fuimos
no baila en medio de la solitaria pista vacía de la discoteca,
las luces se apagaron
sin saber siquiera cómo sería todo
y fingimos comprender la felicidad
cuando solo  se nos escapaban lágrimas de frustración

ya no hay lluvia que cubra mi pena.

martes, 1 de octubre de 2024

Qué vamos a decirnos que no hayamos negado hasta la muerte en el momento que más verdad necesitábamos

Fue la rehostia y con eso me vale
por eso me conformo con lo poco
que queda que decir entre nosotras
Por ejemplo
[...]
lo bien que nos va
o lo mal que mentimos
a estas alturas no hace falta ser sinceras
ni siquiera sensatas
si ya nos conocemos
qué vamos a decirnos
que no hayamos negado hasta la muerte
en el momento que más verdad necesitábamos.

Elvira G. Luque (Elvirus)



Qué irónico todo, no?
Que Elvirus sea siempre la melodía
o los versos
de las almas desgarradas,
de recoger los restos con los dedos y mucho cuidado
por no aplastar los trocitos de corazón que zapateaste de un golpe de mis manos.

Y es que como ella dice
¿qué vamos a decirnos ya a estas alturas
que no sepamos
que no nos mintamos
que no nos hayamos negado?

Fingimos no sufrir
y guardamos el dolor
en lo más hondo
sin saber, sin ser conscientes,
que cuando llueve
la lluvia se lo lleva todo

hasta las mentiras que nos contamos para no llorar más


y entre esa tristeza gris solo queda el dolor y las cicatrices que ya nunca, 
-nunca-, 
nunca se van.


Fue la rehostia todo
y con eso ya creíamos que llegaba...

Silenciosos restos que saben a cenizas

Hablas de mí
y eso que tú y yo nunca fuimos capaces de rimar dos palabras juntas.

Creímos que jugando a las escondidas nos encontraríamos,
pero solo fue fingir que las escapadas tenían sentido
y no estábamos haciendo nada más
que huir hacia adelante
la una de la otra.

Qué retórica que fue nuestra historia.


Una mentira construida sobre un castillo de naipes
donde si acaso había una verdad por cada palo
y eso es nada
así que en nada
quedó lo que podría haber sido este baile.

Tú te reías
y yo fingía reírme
con la boca pequeña
y forzando la sonrisa de medio lado
porque en realidad
yo no entendía nada de nada

y todo
cada vez
tenía mucho menos sentido.


¿Alguna vez te has sentido así,

Como una muñeca rota a la que se le olvidaron coserse los rotos?



No te lo recomiendo

el paso del tiempo no cura nada

solo rompe todo en más pequeños y diminutos trozos.



Y luego qué queda?

Si acaso

el eco de nuestras rimas que nunca logramos rimar
más allá que rastros y rastros de lágrimas vivas

hasta que todo se terminó.

martes, 24 de septiembre de 2024

Otro verso de otoño para calmar mi alma

Sin saber muy bien los motivos
yo me siento frente al ordenador,
tengo una imperiosa necesidad por plasmar la cotidianidad, por tratar de atrapar el instante, por conseguir reflejar en la pantalla el olor de una tarde de otoño, la luz de un atardecer, la calma que experimento cuando escucho música sin nada más qué hacer
que permanecer
sin esperar nada más que un viaje estacional,
una de esas escapadas de fin de semana
en los que cojo el coche y me pierdo por una carretera que circunvala el paisaje
con las notas en los altavoces sonando
y nadie más que yo, el infinito
y todos sus recodos.

¿Cómo saber dónde encontrar mi paz?

Solo trato de hallar respuestas para las preguntas que no sé lanzar al aire,
pero no hay nadie
al otro lado
esperando mis palabras.

Quizás no hay forma de rebajar la demanda
de estímulos en esta tarde
que se siente como la madrugada.

Mientras tanto se entona la versión chill de Lentejas,
y Día Sexto me hace sentir en Portugal, en el Alentejo,
o quizás frente a las costas de Oleron o la Rochelle,
o más bien
en Bernay en Champagne
sintiendo la tibia caricia del sol en mi piel
mientras la noche se despereza y acicala.

No tengo forma de atrapar nada,
solo lanzo este poema
con la mirada puesta
en que alguien encuentre
lo que mi alma calla.


El horizonte llamando al otoño a kilómetros de distancia de donde me escaparía si no tuviese que permanecer aquí hasta que levante el viento de la mañana.


Otro verso
para calmar mi alma.

domingo, 22 de septiembre de 2024

Donde la poesía consiga arraigar

Existen rincones donde la poesía no logra arraigar:
la felicidad es uno de ellos.

Por algún extraño motivo,
allí
la poesía se marchita,
como una de esas flores que por más que mimas
nunca logra salir adelante.

Un poco así
es la poesía.

Una flor
que por más que quieras,
ella se empeña en dejarse morir,
en dejarse morir por ausencia de tristeza.

¿Por qué nos empeñamos en enseñar a vivir en la tristeza a los demás?

¿Por qué enseñamos a nuestros hijos
a sufrir?

¿Por qué solo se puede escribir desde el conflicto?

¿Acaso no se puede escribir desde la calma, desde la paz?

Me gustaría poder escribir sobre un atardecer,
sobre estar sentado al sol de verano,
sobre mis amigas,
sobre la calma que siento cuando me mecen las olas, cuando vivo durante 10 días en un campamento y nada más me importa,
sobre los campos en flor,
sobre el trigo cimbreando dorado bajo la luz y el calor.

Me gustaría poder escribir sobre todo eso
y sin embargo
solo sé escribir desde el frío hielo de la tristeza y el miedo.

Y como ahora estoy out, 
apagado,
en standby,
pues no soy capaz de escribir

y solo puedo acercarme al teclado
para fingir

fingir que existe algún motivo por el que yo sigo aquí.

Amores de otoño (10 años después)

El otoño ha llegado, abriéndose paso, de golpe, en medio del final del verano. Septiembre ha sido un mes de calor y playa, pero de repente, la semana pasada, el tiempo dio un giro y pasó de los 30 grados con sol a los 20 con nubes y algo de lluvia y ahora ya el aire tiene un aroma distinto. Más frío. Más sutil. Como de hojas cayendo y nostalgia en los amores de verano que se van apagando.

Siempre escuché hablar de los amores de verano.

Pero los amores de otoño... Los amores de otoño, con palabras llanas, son otro rollo. Amores que revolotean, de idas y venidas, de no tener las cosas claras, pero de puro fuego ardiendo, supongo que para quitarnos el frío. Los amores de otoño, si tengo que resumirlos, serían así, como llamas de incendio que lo arrasan todo a su paso con la única intención de sobrevivir con ellos al duro invierno.

No ocurren. No suele ocurrir. Se quedan ahí, en hibernación, después de la frenética pasión. Y rara vez llegan a más allá. Pero se recuerdan, vaya si se recuerdan, 
porque si has tenido un amor de otoño
ya jamás lo podrás olvidar.

No sin quemarte
como se quemaban los cuerpos
y los corazones
cuando eráis puro fuego.


Y es que las brasas, por mucho que parezca que están apagadas,
siempre seguirán ardiendo.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Otoño en Francia

En Francia los días se tiñen de otro color, el otoño se despliega con todo su repertorio y la luz juega a las escapadas con las sonrisas. El cielo cansado, del largo atardecer, se diluye entre los árboles y sus escasas hojas, brindando abanicos de ocres y marrones a las miradas que descubren el paisaje en su lento caminar. Las silenciosas calles giran en remolinos de hojarasca que levanta ligeramente el viento, mientras el eco de los pasos reverbera entre los angostos caminos que quedan entre las casas y edificios. Aquí y allá asoma el pináculo de alguna iglesia con esa característica apariencia que le proporciona un estilo neogótico que se extendió profusamente por el departamento. No hay más compañía que nuestro silencio y el ruido de nuestra cabeza. Pero es otoño y todo está bien. Todavía no ha llegado la tormenta de junio. Quizás ahí, en esos escasos meses que intermedian entre ambas épocas, resida la latente felicidad que tanto se anhela.
Mientras tanto los días se tiñen del color del otoño en esta Francia que mi caminar descubre y apresa.

De tanto incendio ahora el cielo está de ceniza

El cielo está de ceniza, ceniciento, 
áspero, agrio, revuelto,
está como un vaso de alcohol después del tercero,
como un beso mal dado,
como una despedida a las prisas,
como el sexo sin importarnos quienes seremos.

El cielo está roto desde dentro
y nosotros
en este mundo incierto,
lo observamos
y tristes seguimos caminando
arrastrando los pies
y en los bolsillos las manos.

El cielo arde
pero el reloj no se apaga nunca.

martes, 10 de septiembre de 2024

Buscarte

Buscar
No es un verbo sino un vértigo. No indica acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien sino yacer porque alguien no viene.
Alejandra Pizarnik



Explorar la infinitud de una mirada
bajo la luz de las estrellas
sentado en un banco
mientras aguardo que el tiempo se pause
que el frío no duela.

Detener el instante,
agarrarlo,
aferrarlo,
hacerlo prosa,
hacerlo poema.

Despertar al cerrar los ojos,
dormir al abrirlos,
sorprender tus palabras con el vacío sobre el que hago equilibrios.

Si yo te digo ven,
tú lo dejas todo.

Solo por eso
ya todo cobra otro sentido
mientras cosemos retales en los telares de cielos y estrellas.

Te recuerdo sonriendo,
eso es lo único que me queda.

lunes, 9 de septiembre de 2024

No hay peor dolor que el que no puedes contar

No hay peor dolor que el que no puedes contar.
Karmelo C. Iribarren



No hay peor dolor que el que no puedes contar,
ni peor pesadilla que la que habitas con tus demonios.

Batallas de enfermos,
de locos,
de cuerdos inciertos
que cometieron errores que se ríen de nosotros.

No puedes hacer más que mirar atrás,
consciente
de que nunca podrás contar esa verdad
que te consume el corazón,
que te quema el alma,
que te envenena y nubla la mirada.

Y es que no hay peor dolor
que el que no puedes contar
por mucho que creas que el ayer ya no existirá en el mañana.

Habitando vidas no vividas que no me atreví a vivir

A veces echo de menos a las novias que no tuve.
Karmelo C. Iribarren



Solo eso,
tampoco mucho más que añadir.

Decir
que me siento frente al mar,
frente a la inmensidad,
frente a una ventana

mientras el paisaje se mece, se acuna, se desplaza

y mi mente reconstruye vidas no vividas
con todos los amores
que una vez renuncié a cuidar

por miedo,
por ser conmigo sincero,
por estar donde debía estar,
por no atreverme a vivir esa nueva oportunidad,

y echo de menos a las novias que no tuve


Viviendo en otras vidas en las que cobraba un nuevo significado la palabra libertad.

Sálvate a ti mismo

A veces ya no queda nada que salvar,
salvo a ti mismo.

Karmelo C. Iribarren



A veces ya no queda nada que salvar,
salvo a ti mismo.

Qué frase más certera
para cuando se derrumban los espejos,
nuestros reflejos se hacen añicos
y solo quedan pedazos inciertos de recuerdos que nunca vivimos.

Cuando los templos queden vacíos,
cuando la vida se apague como un soplo,
cuando ya no haya sonrisas en nuestros rostros,
cuando la risa deje de sonar como un río.

Será entonces
cuando sepamos
que ya no hay más salida
que la de salvarse a uno mismo.

Y es que si nadie más está
¿quién estará para nosotros
más que nosotros con nuestros silencios y vacíos?

Tristes destrozos de lo que un día fuimos.

Sálvate,
sálvate a ti mismo.


A veces ya no queda nada más que salvar,
salvo a nosotros mismos.

¿Qué queda del amor?

Qué rara 
suena 
a estas edades 
la palabra 
amor.
La dices,
y no sabes
si te engañas
a ti mismo,
o a ella,
o él
a los dos.

Karmelo C. Iribarren



Sútil juego de sutilezas
el saber si sigues amando
o simplemente te dejas
a ti mismo
llevar
por la corriente de la vida,
por la escalera social.

¿Te amo?
¿Me amas?

Es incuestionable que sí,
que hay amor,

¿pero basta con eso?

¿No importa más la intimidad,
la confianza,
la comunicación?

¿El deseo en la cama,
la pasión bajo el edredón?

Que sí,
que te amo,
que me amas.

¿Pero qué fue de sentir la ilusión?

Esa energía de la nueva relación.

Que ya no existe.

Que ya no existirá nunca.

Que se esfumó como se esfuman los sueños.


Y mientras tanto seguimos
porque... ¿por qué no?

domingo, 8 de septiembre de 2024

Historias de autobús

En el bus las mismas personas.
La señora que lee un libro en el asiento del final de espaldas al conductor, justo al lado de la puerta para que vuele, al abrirse, su imaginación.
Cerca las dos chicas de pelo teñido de colores llamativos y piercings.
Una madre y su hija.
La señora que sigue llevando mascarilla.
Yo mirando por la ventana la vida.
La lluvia cayendo como una impenetrable cortina.

Días de rutina.

jueves, 5 de septiembre de 2024

Obsesionado con permanecer frente al paso del tiempo

Me obsesiona el paso del tiempo,
el constante descenso de la arena que se filtra y escurre entre los dedos sin yo poder hacer nada.

Me obsesiona el paso del tiempo,
la incapacidad para atrapar el efímero momento,
la fugacidad del instante,
la necesidad de arder intensamente
hasta consumirme
consciente
de que es lo único que me queda
ante la frágil infinitud de la vida que se apaga
sin yo poder remediarlo.

De eso un poco va todo,
mi vida,
mi poesía,
mi existencia,

de permanecer
cuando todo se esfuma entre difusas ruinas.

Me obsesiona el paso del tiempo,
el olvido,
el silencio,
la desaparición de los recuerdos,
la muerte,
el final definitivo cuando ya nada quede de nuestros restos.

Me obsesiona ser incapaz de atrapar el instante mientras me voy consumiendo.


Quizás por eso escribo.
Quizás por eso exprimo al máximo mi camino.
Quizás por eso me revelo contra cualquier destino predefinido.

Y es que si no puedo ser eterno
al menos experimentar el infinito
en el efímero y fugaz instante que me consumo intensamente ardiendo.

Quizás así experimente la felicidad y deje de padecer este sufrimiento.

Y es que mi libertad es una constante lucha contra el tiempo.

Frente a una nueva ventana

Solo entre los límites de los paralelismos puede encontrarse la sutileza de la noche de los tiempos, locos certeros intentando crear monotemáticos monográficos acordes a los tiempos que vivimos como si fuese posible comprender el camino de nuestro destino mientras suenan los sintetizadores de la música electrónica que nos transporta a las abrasivas arenas del desierto. ¿Estamos en lo cierto? Autómata escritura que se lleva el viento al tiempo que los dedos teclean frenéticamente sin perder ni un momento al escuchar el retumbar de los sentimientos en la música que tenemos. Somos locos inciertos, pero escribimos vibrando por dentro. Llévame a donde los sueños no se consuman como hemos hecho.
Se termina el verano y se desgrana
mientras desfibro palabras sentado frente a una ventana de un cuarto piso.

Creo que es el primer poema que escribo en la noche en este nuevo lugar en el que nos hemos mudado para habitar la eternidad del presente.

Y es que tengo poemas frente a muchas ventanas:
En mi casa,
en el piso de Finisterre en Coruña,
en Monte Alto,

en Caldas,
en Santiago,
en Lisboa,

en Le Mans,
en Ramón Nieto
y ahora frente a este nuevo espacio al que nos hemos mudado hace escaso tiempo.

Todo lugares
con sus esencias
que transportar en poemas
mientras experimento el paso lento de los relojes que se consumen sin nosotros saberlo.



Y ya la música se acaba
y con el estas palabras
envueltas en el azul de I´m blue.

Apago la mirada
y cierro la pantalla.

Ya otro día será mañana.

domingo, 25 de agosto de 2024

Me fascina escuchar historias de vidas que anhelo

La poesía de los encuentros
de las vidas fugaces que se cruzan como el fuego de los besos
chispas de memorias compartidas
ardiendo entre los dedos de lo que vivimos en los ojos que no son nuestros.

Incandescentes momentos
consumiéndonos como sueños
quizás entre lo que fuimos
descubramos quienes seremos.

Mientras tanto
soy lo efímero del encuentro.



- Me fascina escuchar historias de vidas que anhelo

miércoles, 21 de agosto de 2024

Las vueltas en el laberinto

La vida es un laberinto sin más salida que la muerte, por eso el camino consiste en tratar de encontrarse sin perderse demasiado en las tinieblas que habitan en nuestro corazón. Jugar a las luces y sombras
conscientes de que el juego
terminó antes de empezar.

Somos las heridas que habitamos
mientras la libertad aspira a vivir en nuestro corazón.



- Las vueltas en el laberinto

miércoles, 14 de agosto de 2024

Ritos de iniciación

Existe en los ritos de iniciación una mirada huidiza que buscamos, pero que se nos escapa,
un algo
que pese a no poder nombrar
en ese instante y lugar reside toda la magia
de los cruces de caminos,
de los momentos en que debemos tomar decisiones
que se encuentran por encima de nosotros
y que marcarán nuestro devenir.

A fin de cuentas, 
dichos ritos
no son otra cosa que el paso de la infancia a la edad adulta,
la certera certeza que nos susurra que algo se fractura para no regresar jamás y solo permanecer nosotros
tras el renacimiento
que supone
el habernos reconstruido de nuevo:
Otras piezas diferentes para un mismo cuerpo.
La definitiva sentencia de que ya nunca nada será lo mismo.


Y pese a todo ello
si lo hemos hecho bien
sabremos rodearnos de aquellos amigos
que permanecerán por mucho que pase el tiempo.

Y ahí residirá otra de las magias del momento:

Dar el paso
rodeado
de quien te invita a volar,
de quien te reconoce con todas tus aristas y grietas,
con tus luces y sombras,
con tus aciertos y errores
y pese a ello,
te acompaña y no te juzga.

Amigos
así
son los que hacen falta en este mundo tan incierto.





Y es que cuando desaparezcan los miedos que nos inmovilizan
y nos impiden caminar recto
habremos dado el gran paso
para robarle segundos al reloj de arena que es este inmenso tiempo
que jamás nos correspondió vivir y que siempre nos estará vigilando a lo lejos.

Vidas que atrapar incapaces de encerrar al segundero entre nuestras manos.

Intentos sutiles de sabernos eternos.

En eso consisten esos ritos.

En tratar de creernos eternos.



Y al final
solo nos quedarán los recuerdos
y el vacío que se respira cuando finalizan las oportunidades
y ya solo se escucha el viento.


Libertad, sí,
pero ¿a qué precio?




Morimos por el camino,
para sabernos despiertos.

Preludio: Ritos de iniciación

Los ritos de iniciación, el paso de la infancia a la edad adulta, los amigos que permanecen por mucho que pase el tiempo, los secretos que nos asfixian y nos estrangulan la garganta. Miradas que nos reflejan quienes fuimos, quienes somos, quienes seremos. Las vidas que creamos sin darnos cuenta al tomar decisiones sin margen de tiempo. Los segundos del reloj, vigilándonos a lo lejos. Intentos sutiles de sabernos eternos cuando desaparezcan nuestros miedos. Solo nos quedan los recuerdos, y el vacío que se respira cuando finalizan los segundos del segundero.

domingo, 11 de agosto de 2024

Calma frente a la orilla del embalse

La brisa de verano
directa de la sierra,
aroma del Xurés
mientras en el embalse
declina la tarde.

El agua que fluye
como el tiempo
en el reloj de la hierba cimbreante,
que fluctúa
acompasando el acompasado paso que acompasa el paso del tiempo
fluyendo como el agua.

Todo permanece en este cambiante paisaje
y solo yo,
constante,
cambio
en la brisa de verano que todo lo abarca.

martes, 6 de agosto de 2024

Frente al embalse das Cunchas

Se han ido ya los niños y tumbado frente al embalse el tiempo discurre lentamente, como esas nubes que se desplazan perezosas, con calma. Una vez estas se retiran, el sol calienta con fuerza.
Se escucha el murmullo del agua en la orilla.


* * *


Voy a bañarme tras leer a Vicente Aleixandre.

sábado, 3 de agosto de 2024

Análisis poético sobre nuestro presente

Habitamos en las esquinas de los márgenes,
en los espacios de los nadie
donde no se sabe
cuando comienza la suerte y cuando el capitalismo.

Hábitats de sitios fríos,
sentimientos al vacío
incapaces de poner en sitio
nuestros miedos, nuestros destinos.

Sucumbimos a los tristes caminos
y tratamos de tumbar muros por principios,
sutiles intentos
de jugar a querernos
desde lo frágil, desde lo impuesto.

Escribir poemas de aliento
versos que sean armas para cuestionar los cuerpos,
lo incierto, los amores, la socialización que hacemos,
somos rimas al viento
acariciando nuestras fragilidades,
celebrando las redes que tejemos.

Somos los márgenes rompiendo,
derribando, soñando, sonriendo,
los espacios de los nadie
convertidos en los espacios nuestros.

Juguemos a terminar con su juego,

cuando reconozcamos el infierno
asaltaremos el cielo.



- Análisis poético sobre nuestro presente

miércoles, 31 de julio de 2024

Articulando respuestas, buscando preguntas para habitar los sueños

Nos construimos desde nuestras miradas, desde los reflejos de nosotras mismas que queremos compartir con las otras, con el resto. Articular respuestas a este sistema que aprieta. Buscar ternura en el caos. Encontrar paz en la amistad.

Revisarnos, 
deconstruirnos,
reconstruirnos,

tratar por todos los medios de encontrar nuevas formas de relacionarnos,
intentar que este mundo estéril sea un poco más cariñoso,
un poco más suave,

limar las asperezas, 
las esquinas,
tratar de abarcar una visión global,
una mirada completa,

perseguir a la suerte para hacernos camino con los tejidos de su vestimenta,
conseguir que deje el destino de ponernos piedras,
comprender que está en nosotros, en todas, en todos, 
la oportunidad de levantar algo mucho más bonito, mucho más hermoso,

un futuro por el que valga la pena soñar

que sea un porvenir equitativo para las de abajo,
un intento por habitar entre cuidados, entre igualdad de oportunidades,
terminando con las clases
y estructuras
que nos oprimen

GRITAR HASTA QUE NO NOS CALLEN

susurrar que nos queremos libres e iguales


Ondear las banderas rojas y tricolores,
sonreír porque ganaremos una vez más
por mucho que nos pongan baches,
abrir las grandes alamedas

Mirar al futuro
y saber que esta vez la vida nos pertenece,
que por fin nuestra vida será nuestra.

Vivir en libertad.
Vivir cómo, cuándo y hasta dónde yo quiera.

lunes, 29 de julio de 2024

Desbloquea: Pregúntate por qué juegas

¿Por qué juegas? 
¿Qué sientes cuándo juegas?
¿Está por encima de todo ganar?
¿Ganar a toda costa?
¿Tiene eso sentido?
¿Cuál es la razón para jugar entonces?
¿Por qué juegas?

domingo, 28 de julio de 2024

L´amour est enfant de la liberté

El amor es hijo de la libertad
y quizás sea así,
puede que en la noche todo se vea diferente
pero yo nací así.

Poemas de gloria ajena,
añejos recuerdos de altas horas
y aquí y ahora
el cielo se abre en dos.

Es hora de que todo se ilumine.

Poesía de luz y colofón.
Quedarán los adioses
colgados de retablos oscuros sin color
y en los doseles de la vida
adornando de luz las vidrieras
pudimos ver lo que todo se escribiera.

Quizás el amor es hijo de la libertad
pero qué bonitos acordes
se compusieron para cantar esta gesta
hasta el final.



- L´amour est enfant de la liberté

jueves, 25 de julio de 2024

En la tarde de Mondariz (¿Qué me pasa?)

Se escurre el día
lentamente,
me siento distante,
en pausa,
incapaz de conectar con un mundo
que se me escapa,
no sé bien qué pasa
pero el aire vibra las hojas
y yo me quedo así
mirándolas

sin que nada más importe.

lunes, 22 de julio de 2024

En la tarde de Devesa

El aire del mar,
los prados,
el oleaje en la noche,
el sol sobre la refrescante sombra de los árboles.

miércoles, 26 de junio de 2024

Las lágrimas surcaban la marea

La vida discurre entre caminos de sombras
recuerdos yermos
ya muertos
de tiempos que no poseemos
y en los que sabemos
que éramos incapaces de hacer nada más que sufrir,
sufrir por dentro.

Y ahora el olvido quema
y la memoria arde por dentro
este efímero cuerpo
que se consume
incapaz de sobrevivir al paso de lo que ya no seremos.

Dónde están los acantilados de Etretat?

Se fueron

como se fue todo

lo que un día me quitó los miedos.


Ya no somos quienes éramos
pero tampoco seremos
quienes queríamos serlo.

No somos más que sombras
de los títeres rotos
que dejaron los errores que no fueron los nuestros

solo no habernos alejado a tiempo.


Y ahora en lo alto del dolor

ya no hay más sitio en el alma

que el desierto.



- Las lágrimas surcaban la marea

martes, 25 de junio de 2024

Frente al embalse de Irabia

Un día de luz.
Un día de luz reluciendo.
Un día de luz reluciendo en el agua.
Un día de luz reluciendo en el agua cristalina que brilla como esmeraldas.
Esmeraldas de destellos
jugando a los espejos con el cielo;
anhelos de deseos,
tira la piedra tres veces y cruza los dedos.
Dedos de cristal
que el agua lleva y va
aquí y allá
como poemas frente al mar
de árboles que es la Selva de Irati
brillando al respirar paz.

viernes, 21 de junio de 2024

Crecí en el Atlántico, por eso mi mirada siempre busca el mar (relatos de memorias bizantinas)

Mira Constantino el pasar de los siglos:
Todos los pasos dados nos han traído hasta aquí
y ahora, a orillas de los mares recónditos
el imperio del sueño se yergue pese a las arenas del tiempo.

Puede que algún día seamos ruinas,
mas el futuro es nuestro y nos pertenece,
se abrirán las grandes alamedas
y nika brillará en todo lo alto,
como el estandarte que nos traerá la libertad.

Mira Constantino,
no llores ante la belleza de la historia,
otros antes que tú ya lo intentaron,
pero siempre tendremos esta pulsión,
esta necesidad humana,
de ir más lejos,
siempre más allá.



- Crecí en el Atlántico, por eso mi mirada siempre busca el mar (relatos de memorias bizantinas)

miércoles, 19 de junio de 2024

Relatos de Bulgaria (IV)

Voy dejando Bulgaria a medida que me acerco al aeropuerto, y toda esta semana se va flotando, volátil, como toda esta semana. Frágil en el corazón. Lleno de recuerdos e ilusión.

lunes, 17 de junio de 2024

Relatos de Bulgaria (III)

Con Marjana me siento como me sentía con Mireia: en un lugar en el que me costó adaptarme los primeros días y me sentía solo y desconectado, conecté con alguien con quien me siento cómodo y tranquilo y seguro; aunque no nos entendamos bien el idioma o hablemos poco. Dos personas que disfrutan de pasar el tiempo juntas hablando o paseando. Me siento muy bien con ella.

viernes, 14 de junio de 2024

Multilingual poem

Las sombras se giran en remolinos de días y el agua de la piscina ya no se escapa a ninguna parte, saltamos jugando a las escondidas y bailando frenéticamente supimos que todo seguía. Las luces intermitentes, parpadeantes, marcan compases de danzas, de bailes. Intentos fugaces de arrancarnos las sonrisas. Y el sol poniéndose tras el Mar Negro, paisaje de arena y playa y yo sentado en la arena leyendo. Avanzan los días, los acontecimientos. Y aquí permanezco, esperando a que salga el sol de nuevo, se marche la lluvia que inundó el día y perder el tiempo en la playa, en la piscina, mientras el alcohol y los idiomas se arremolinan alrededor mía.

jueves, 13 de junio de 2024

Poeta frágil meciéndose al viento

Ando haciendo equilibrios
con la vida y la arena que se me escapa
entre los dedos,
aferrándome al instante,
tratando de huir hacia adelante,
buscando la manera de escapar de la acuciante desidia que me produce el olvido.

Miro hacia atrás
y solo veo el paso del tiempo
incapaz de percibir
donde todo dejó de ser futuro y se convirtió en minutos de descuento.

Loco poeta asiduo a los versos sueltos.

Marionetista que rompe los hilos al viento.

Libertad del horizonte atlántico en el pecho.

Obseso de las mismas imágenes y los mismos símbolos todo el tiempo.

No sé dónde estoy,
quizás por eso me busco sin descanso, sin ponerme frenos.

Por más rápido que vaya
el paisaje sigue intercalándose con el muro impuesto.

Mira hacia adelante
y trata de hacer equilibrios entre el sistema, la felicidad y la libertad del poema que hacemos

eligiendo.



- Poeta frágil meciéndose al viento

Relatos de Bulgaria (II)

Discurre el tiempo paralizado, me están costando mucho estos días, no quiero estar aquí, me siento solo, con horas muertas en las que no puedo hacer nada. Las actividades son aburridas y pese a que hay gente maja, el idioma y mi malestar me agotan.

Solo quiero que esto se acabe.

martes, 11 de junio de 2024

Se agita el Mar Negro en mis sentimientos

Se bate el Mar Negro, en la orilla, como una cadencia intermitente que agita los sentidos y la paz de la memoria.

Tumbado leyendo poesía frente al mar
me transporto a aquellos tiempos de Almería
en que las horas discurrían
con ese lento caminar
de las vacaciones
sin nada más que hacer
que sacar el aburrimiento a pasear.

Y así estoy,
frente al Mar Negro,
leyendo a Celaya,
sin saber cómo permanecer, cómo escapar.


- Se agita el Mar Negro en mis sentimientos

Las horas bajas

En este rapto de las proserpinas,
del cuento del derecho y del revés,
nos aferramos a lo vivido, a lo que comprendemos,
sin atender a la poesía nada más que para ver.

Ver más allá
de nuestros pasos,
de los poemas que nos afanamos en hacer nuestros
como si el sentido poético
pudiéramos atraparlo
como quien abre la mano,
la alza
y súbitamente
la cierra.
No, no funciona así
y lo sabemos
aunque no lo queramos ver.

Porque vivimos atrapados en nuestra imágenes,
en nuestros símbolos,
y cuando nos damos cuenta
ya somos incapaces de salir de este propio círculo
que nos hemos creado
y del que no hay forma de salir.

lunes, 10 de junio de 2024

Relatos de Bulgaria (I)

El calor pegajoso pegado a la piel mientras los pájaros cantan y los ágiles aviones saetean en filigranas rasantes el cielo. Estoy sentado entre las ruinas de las termas de Varna, descansando, escribiendo, bebiendo una marca energética estilo Monster pero llamada Hell. He dormido poco hoy, apenas 5 horas a intervalos de no más de 30-40 minutos (los más largos). Aprovecho ahora, en un banco, a recuperar fuerzas en las piernas y recargar el móvil. 

El cielo está plomizo y pese a ello brilla.

Me siento extraño. Hoy a la noche llegaré a Sunny Beach. Se nota que estoy cansado, las frases que escribo son inconexas.

He visitado el museo arqueológico, me ha gustado. Me ha permitido hacer repaso a la historia de Bulgaria y, sobre todo, de esta zona de la costa del Mar Negro. Ahora tengo un poco más de contexto para comprender esta realidad.

[...]

Voy a caminar, ahora que me siento más fuerzas y más descansado.

domingo, 9 de junio de 2024

Que buen viaje

En esta vida que da vueltas
nos topamos con la gente sin ser conscientes
de que los senderos
nos traerán donde queremos, sin saber comernos
los sueños,
tratando de acercarnos al fuego, a la lumbre,
me ilustra la noche estrellada que saca lustre
a las ilusiones que convierto en poemas, en canciones,
como quien estalla
en medio de un mundo de pantallas en una suerte de inesperada mirada
que brilla, que ahoga, que abarca
toda la suerte de este rumbo,
buen viaje te digo sin mucho apuro,
solo quiero hacer de la rutina una especie de risa,
que brille en el sol nika
y la victoria para quien la elija,
somos futuros consumiéndose a las prisas,
mírame y no me digas que no estás lista para el final de la partida.

Aquí seguimos firmes,
hablamos de senderos, de caminos,
de orgullos incomprendidos
de amores no cumplidos,
de abrazos autodefinidos,
de risas,
de cervezas,
de calles con la música en los cascos,
somos cantos
a la luna, al día, a la paz,
a la lucha que traerá libertad,
a la razón que el sistema nunca comprenderá.

Afrontando la vida
con saltos, con poesías,
con las sonrisas que todo lo equilibran.

Mis amistades me animan.

Siempre.

Mis amistades me animan.

domingo, 2 de junio de 2024

Prometeo a las puertas del infierno

Pero hice lo mismo que todo el mundo. No me embarqué. Ocupé mi puesto en la fila que vacilaba ante la puerta abierta del infierno. Poco a poco, fuimos franqueándola. Y con el primer grito de la inocencia asesinada, la puerta sonó detrás de nosotros. Estábamos en el infierno, y ya no hemos vuelto a salir jamás.
Albert Camus - El verano



Los héroes de otros tiempos han muerto, arrasados por el paso de los relojes. No quedan sueños cuando no hay libertad, y en esta cárcel de noches en vela y barrotes de oro
miramos a través de los cristales de nuestra inconmensurable ansiedad. Queremos. Queremos todo. Queremos la vida. Queremos la amistad. Queremos el amor. Queremos los sueños.
Y pese a ello solo podemos tener lo que no acertamos a querer, ironías de la vida, supongo.

Abrimos las puertas del infierno
y cuando eso ocurrió
ya no sabíamos qué hacer.

Ahora solo habitamos el infinito presente
sin más suerte
que la muerte por inanición vital:
una suerte de desidia que se ha apoderado de todos nosotros
haciéndonos incapaces de ver más allá de tres metros, planear más de un futuro a corto plazo y dejarnos inundar por horas y horas de vídeos que no duran de media más de un minuto.

Lo llamaban libertad.

Y sin saber cómo
la gente quiso creerlo

y ahora
quienes somos conscientes
vivimos aquí
encerrados, atrapados, sin posibilidad de salir de este trucado sueño.

Si Prometeo volviera y viera para qué ha servido su castigo,
elegiría dejar de ser divino,
encadenarse de nuevo
y sacrificarse para darnos el fuego, las artes y la humanidad,
porque sin esperanza por que todo cambie
¿qué nos quedaría?
Y pese a todo
Prometeo lo sabía
y eligió como cristo redentor,
pero sin deuda de nuestra parte,
sufrir por toda la eternidad
para que nosotros pudiéramos elegir soñar,
tener esperanza,
tener la libertad de amar y de construir futuros en los que ser mejor de lo que somos,
en los que no sufra nadie.


Abrimos las puertas del infierno
y mientras caen bombas en Gaza
elegimos mirar a otra parte.


Suerte que Prometeo no existió
y nosotros solo somos almas incapaces de salvarnos, de luchar por alguien
que no sea nosotros mismos.


La esperanza ardía
pero nadie vio su luz
hasta que fue tarde.



- Prometeo a las puertas del infierno

Nos define el Atlántico

Somos atlánticos,
poetas de mar y horizontes,
de futuros y aventuras,
de lusíadas y navegantes.

El atardecer como una constante.

Viajeros del inmenso océano,
de ir más allá de lo conocido,
de abrir nuevas rutas
donde antes no había nadie.

Somos fuerza del mar,
indómita bravura que nunca nos detendrá,
la poesía de la salitre en nuestro mirar,
la esencia del Atlántico, nuestra ansia de libertad.

sábado, 25 de mayo de 2024

¿A dónde ir?

La vida discurre sin preverlo,
sin esperarlo,
sin saberlo.

Trenes que se escapan sin ser capaces de cogerlos.

Vidas robadas
en las que no podemos
quedarnos,
comprendernos.

Se nos fue el futuro entre los dedos
y ahora solo quedan decenas de bifurcaciones en senderos desiertos.

jueves, 9 de mayo de 2024

Ante el vacío de la existencia... solo hay una inmensa caída

El absurdo nos devora,
nos traga y nos escupe,
conscientes
de que cuando todo se derrumba
ya no hay nada que reconstruir.

¿Cómo aprender a convivir con eso?
Si hemos abierto los ojos
y hemos visto los tejidos de la realidad
deshilachándose ante nosotros.

Somos locos
cuerdos
tratando de no sucumbir a la locura
en la cordura
del absurdo.


- Ante el vacío de la existencia... solo hay una inmensa caída

martes, 7 de mayo de 2024

Reivindico el derecho a frenar

La vida me arrastra
de forma constante
en un ritmo irrefrenable
al que resulta imposible ponerle topes ni frenos.

Ya no tengo tiempo.

No tengo tiempo para mí mismo,
no tengo tiempo para leer ni para descubrir por donde camino,
me arrastra el destino,
la escalera social y relacional
que marca los ritmos.

Me asfixia el sistema,
el tictac frenético,
el constante acelerar porque sino me quedo fuera del juego.

Me frustra no tener tiempo para mis amigas,
no poder cuidar mis relaciones,
no poder quedar, mandar un audio de was sin ser conduciendo,
preguntar cómo estás, cómo te sientes, a qué tienes miedo.

Me frustra no poder celebrar las victorias,
desconectar de mis sentimientos,
coger cada preocupación, estrujarla y hacerla bonita y ponerla en el lado izquierdo del pecho,
a la altura de las costillas y el esternón,
no mirarlas, no escucharlas, pero saber que están ahí, palpitando, a punto de estallar, ocupando todo el espacio que debería ocupar el descanso y el bienestar.

Sufro por no sentir la libertad,
por no poder pararme a ver el sol brillar,
por no tener tiempo para dibujar, para escribir, para soñar,
no tener siquiera la oportunidad de frenar y pensar hacia dónde quiero dar el siguiente paso que debo dar.

Actuar,
en piloto automático,
porque sino te quedas atrás.

Actuar,
como si nada importara,
porque si importa demasiado ya no podrás aguantar.


Porque todo consiste en aguantar.

Y aguantar.

Y aguantar.


Y estoy harto.

Y ya no quiero.

Así que hoy pese a todo lo que debo hacer,
y que luego me agobiaré,
he decidido frenar,
sentarme a escribir,
responder a mis amigas,
ponerme con ellas al día
y mientras tanto tranquilamente merendar.

Mañana una parte de mí se arrepentirá,
pero será la que está totalmente inserta en el sistema,
la otra
sabrá que habrá valido la pena respirar un poco de libertad.

sábado, 20 de abril de 2024

50 años de claveles

Claveles en las paredes
en los corazones,
ilusiones de futuros,
de pasados,
de emociones
que brincan por los corazones.

Vientos de cambio,
de revolución,
y la mirada en el Atlántico
reluciendo como el río, como el mar
bajo los brillos que destellea el sol.

Somos horizontes de canción,
el hilo rojo de quien nos precedió,
la rebeldía del que nunca se rindió.

Somos un país levantándose tras 50 años de opresión.

Somos
la libertad que conquistamos
la libertad de saber que tenemos razón.

En cada esquina, un amigo
en cada rostro, igualdad.

Somos los sueños de las grandes alamedas que la lucha abrió.



- 50 años de claveles

lunes, 15 de abril de 2024

Inexorable azar

El tiempo corre para todos,
relojes que cuelgan invisibles del cuello
mientras la arena
se escurre
lentamente
de forma constante
sin que haya forma ni remedio
por evitarlo,
por cambiar el sentido,
por darle un giro al futuro y un vuelco al camino.

Habitamos en los límites,
en esos túneles de sombras,
de claroscuros,
de patadas que le damos al destino
tratando de arañarle segundos,
ensayando que nos creemos que podemos dar un volantazo
y encaminarnos por otro sendero que nosotros mismos abrimos.

Y pese a ello,
no pasa.

El reloj sigue discurriendo,
la arena sigue cayendo,
y nosotros nos seguimos acercando
sin remedio
al final del rumbo que nos ha venido impuesto.

Solo somos títeres en manos de un dios muerto.

jueves, 11 de abril de 2024

Ahora que la vida nos dio una segunda oportunidad, yo me veo perdiendo el sentido

Ahora que la vida nos ha dado una segunda oportunidad
yo miro de frente al horizonte y me quedo sin saber bien qué hacer.

Siento que la poesía no circula por mis venas,
no del modo que me gustaría,
y que todas las luces que me arropaban me han abandonado.

Escribo frases inconexas, incapaz de dar forma a mis pensamientos,
cuando antes
-todavía lo recuerdo-
era capaz de componer auténticos artificios con mis dedos.

No sé qué ha pasado.

Pero no me encuentro.


Y tumbado en cama
trato de encontrar esa calma,
esa pulsión poética,
esa pasión literaria,
que sentía frente a una ventana en Monte Alto,
frente a los campos de Caldas,
asomando los pies en un balcón de Lisboa en Almirante Reis.

Trato de buscarme
y no me encuentro
ni en los recuerdos de los campos franceses,
ni en las olas de Riazor consumiéndome en un piso de la Calle Finisterre.

No sé qué ha sido de ella,
pero la poesía se ha marchado
y yo he quedado vacío
como una carcasa hueca,
como un incorpóreo que nada comprende.

Quizás en otro momento todo tendrá sentido

pero yo ahora lo veo todo negro

o cuanto menos
en una sucia escala de grises
que a nadie importa
ni siquiera a la apatía que experimento yo mismo.

Quizás crecer esa eso
dejar de encontrar a la vida sentido.



- Ahora que la vida nos dio una segunda oportunidad, yo me veo perdiendo el sentido

lunes, 8 de abril de 2024

No quería mirar para no asumir que era verdad

Camino por baños vacíos
rebuscando en las papeleras
en las que perdí mi dignidad
mientras te reías de mí.

La vida s´ha trucat.

Y miro al DNI
como si ahí hubiera respuestas,
pero solo dice quiénes éramos,
no quienes somos ahora,
creo que por eso nunca entendí
que el viento todo se había llevado.

Polvo.

Solo quedó eso.

Mientras lloraba tumbado en cama.

La vida s´ha trucat.

Y en ese instante me quedé.



- No quería mirar para no asumir que era verdad

domingo, 7 de abril de 2024

A orillas del Lago Mälar

Se acuna el sol en este mar en calma,
la vida discurre en silencio
meciéndose como el agua en la orilla,
la paz en el aire
y el cuerpo lleno
de calma,
recuerdos,
instantes,
atardeceres de hielo siguiendo rastros de sueños.

La libertad fluyendo.

Y yo,
sentado
escribiendo
frente a un poema de primavera
viendo como el atardecer es capaz de suspender el tiempo.

Me espera el barco,
pero yo no quiero,
echo a caminar hacia el bosque
y entre su vegetación me pierdo...

Se me llena de aire el pecho

libre en el silencio.

Sigue habiendo grietas

Cotidianidad de lo absurdo
nos perdemos en duelos no curados
y las heridas se desangran.
Sin saberlo.
Jugamos a los dados y perdimos 3 a 0,
banales intentos
de sabernos ciertos,
¿dónde está la verdad?
si habitamos una realidad
que se diluye sin preverlo.

Rotos
cosidos
como mal podemos.

Perdemos el tiempo
y solo corremos tratándonos de huir,
de huir lo más lejos.

Miro tu foto

y solo me veo hueco por dentro.

viernes, 5 de abril de 2024

Se lo han llevado todo

¿Quiénes somos cuando hemos perdido todo nuestro pasado?
¿Cómo avanzar si ya no podemos recordar?
¿Cómo no perdernos
cuando ya no podremos recordar de donde hemos venido?

Y es que el olvido lo ha invadido todo
como un manto de negrura
que no deja pasar nada,
y la memoria se ha ido
y ya nunca volverá.

Poesía de un ensayo flamboyant

He sido bueno toda mi vida ensayando.
Ensayando...
Ensayando el qué?
si no sé hacer nada,
si me he dedicado a no hacer nada.

Toda mi vida ensayando...
sin hacer nada.

Y es que hay algo que no encaja entre yo y el mundo
y yo yo no sé qué es...
pero esta noche comienzo a comprenderlo...
y eso me hace daño.

Y es que me desplazo
para no permanecer:

La terapia del desplazamiento.

Mi manera de esperarme a mí mismo.

De permitirme reconectar conmigo mismo,
de darme espacio,
de quererme,
de respetarme,
de no perderme en algún torbellino de oscuridad.

Dice la legua francesa que imposte es la parte bajo la puerta,
esa parte que sujeta todo el peso del arco
¿el arco de qué?
¿de la puerta?
¿del personaje?
¿de mi historia?

Supongo que por eso
el impostor intenta soportar,
por la ilusión
de fingir habitar una vida que le rechaza una y otra vez.

Y es que ya sabes
yo necesito otra cosa,
no sé el qué,
pero necesito encontrar mi lugar en el mundo,
toparme con el sentimiento de que quizás se esté acompañado y libre.
Podría ser...
Podría ser...

Y es que mi fortuna
y mi malestar
es que lo desconocido es lo que me hace vibrar,
y así estoy
precisando constante movimiento,
permanente intensidad
para sentir que habito una vida que vale la pena habitar,
sino
yo me marchito.


Nos sonreímos.
De eso van todas las conversaciones del mundo.

De sonrisas.

Y es que yo ardo,
deslumbro,
consumo el fuego interno
y brillo como el sol en el cielo
cuando encuentro efímeramente el sendero.

Mientras tanto
no tenemos opción
¿qué es no tener opción?
¿pasar toda nuestra vida haciendo qué?

Ensayando,
ensayando como radiantemente felices ser.

Esbozo de lo que fui

Ando al borde de los equilibrios
en este caminar inestable,
ruinas desmoronándose
en vidas que se emborronan
incapaces nosotros de recordar
quienes acaso algún día fuimos.

Es a lo que más temo
a la pérdida del recuerdo,
al olvido.

Versos en la mirada

17/12/2022 19:27

Permaneció la inclinación al cisma:
un natural deseo de hacerme daño en la herida.
Pasolini





Dialéctica entre yo y los libros

16/12/2022 22:33

La nube en pantalones

Y asaltemos el cielo navaja en mano, y quitemos con sangre las manchas impuras de esta vida, arranquemos de nuestro día a aquellos que nos hacen imposible el sobrevivir. Levantémonos, levantémonos, que hemos venido a por todo y este mundo muy pronto será nuestro.



19/12/2022 14:04

El chaval de Las insurrecciones singulares soy yo. Clementine me ha dejado para leer un libro que soy yo en todas las reflexiones, sensaciones y sentimientos. Le he abierto mi alma y ella la ha comprendido y leído al 100% sabiendo quien soy yo, mejor de lo que sé yo mismo de yo. Me ha cuidado, querido y sonreído. Recomendando este libro y ahora a miles de kilómetros de distancia me ha desarmado sin yo haberlo prevenido.

Retazos de viajes, remanentes de sueños

16/12/2022 21:00

Me quiero perder por Praga, por Budapest. Explorar esos lugares nunca vistos y mucho leídos. Ni siquiera he visto apenas fotos de esas ciudades, para no crearme imágenes previas más allá de los libros, poder llegar allí y descubrir esos sitios, descubrirme mientras me vivo.



19/12/2022 10:18

Me gustaría volver a Clermont Ferrand, seguir las huellas de Alesia bajo el atardecer y su neblina fresca que nace en el campo cuando el sol se retira y la luna se alza. Los rastros del tiempo, buscar remanentes de sueños entre los rincones de paisajes que retengo en la memoria que un día me salvará. Buscar, encontrar, explorar
lo que queda por descubrir y avanzar.



22/12/2022 14:43

Me pierdo por carreteras de Portugal persiguiéndome a mí mismo, tratando de aferrarme a quien soy, sea quien sea que yo sea. No lo sé. Me pierdo muchas veces, pero cuando los kilómetros quedan a mi espalda y solo piso el acelerador, entonces comprendo que la vida puede ser mucho más de lo que vivo día a día.
Y eso es a la vez
triste,
ilusionante
y esperanzador.



22/12/2022 15:11

El viaje y los amigos, los recuerdos y sus claroscuros, las vidas que proyectábamos y vivimos, las vidas que vivíamos y proyectábamos. Y miles de kilómetros a nuestras espaldas, siendo amigos y por más que pase el tiempo, nada más importa.

Antología del sufrimiento

jueves, 4 de abril de 2024

Desgarrado

¿Para qué habitamos esta vida
que se esfuma
en un instante y sin darnos cuenta
perdemos nuestra memoria?

Hoy he perdido mi facebook. No sé cómo, pero he perdido más de una década de recuerdos. De un plumazo. Toda la carrera, todo el erasmus en Caldas, todos los viajes, todas las fotos... han desaparecido. He perdido todo.

Todo mi Diario de un Erasmus en el que relataba día a día mi experiencia con fotos y breves textos. Todo. Mis proyectos de fotos de Portugal, todo lo de la carrera. Y me siento vacío. Desgarrado.
Sin sentido.
Me siento como que de golpe me han robado más de 10 años de mi vida, más de 12, sin yo poder hacer nada por impedirlo.
Enfadado, vacío, triste...
Me siento que todo lo he perdido.

sábado, 30 de marzo de 2024

Poema en la tranquilidad del Lago Mälar

El sol meciéndose
en este mar en calma,
en este río de vida,
en estos lagos bañados de islas.

Todo es silencio,
la paz en el aire,
el pecho lleno
y la libertad fluyendo.

Me encuentro en un poema de primavera
y en este instante, en este momento, 
nada más importa,
y se pausa el tiempo.

Se me llena de aire el pecho.

Libre en el silencio.



- Poema en la tranquilidad del Lago Mälar

El agua meciéndose en la orilla bajo la luz dorada del atardecer

Estoy frente al río de Estocolmo, en las afueras, en la Isla de Lidingö, mientras el sol se pone y escucho el agua, los patos, las gaviotas cabecinegras, el muelle meciéndose... Todo está en calma y yo estoy en calma.
Me ha gustado esta parada y he decidido quedarme más de la cuenta.

En 30 minutos llegará el barco-metro, pero mientras tanto disfruto del silencio.

martes, 26 de marzo de 2024

Österfärnebo

Desnorta el norte perdido en la nieve, blanca desorientación de la calma que cae, como quien se desliza, por la lenta prisa que se posa sobre la vida. Quizás las sonrisas se las lleva el viento, pero también nos traen historias, poesías y cuentos. Suaves sentimientos acariciados por el paisaje mecido lejos del tiempo. No hay lugares para perdernos. Solo las ocas marcan los senderos. ¿Dónde empieza el camino? ¿Dónde termina el rumbo eterno? Solo las rutas saben todo lo que buscamos entre los helados prados de suaves copos cayendo. Desnorta el norte mientras se pierde en la nieve el viento.

domingo, 24 de marzo de 2024

Nieve en el exterior

Cae la nieve en el exterior, copos danzantes que recubren el paisaje con su blanco manto. Estoy cansado, me siento raro. Estoy en mi quinto día. Ya me conozco lo suficiente como para saber que el día 5 de 10 siempre es para mí el día del bajón, del cansancio.
Lo mejor es permitirme a mí mismo darme espacio.
Mientras, cae la nieve en el exterior.

viernes, 22 de marzo de 2024

En el bosque de Suecia

Ya vuelan las ocas
sobrevolando la tundra,
el bosque de frío invernal
mientras la nieve se derrite gota a gota.

Volverán las miradas
a la luz de la aurora,
y mientras tanto la naturaleza
te envuelve con su canto.

Poesía de verde imperecedero,
la inmensidad ante la finitud del bosque,
el cielo, el hielo
y los recuerdos sobrevolando el paisaje.

lunes, 11 de marzo de 2024

Se me escurrió el tiempo entre los dedos tratando de hallar la libertad

Firmo sin cuidado
me pierdo en lo que hablo,
mi mente es un torbellino de desastres
sin principio ni final.

Trato de aferrarme
a las miradas que se marchan
sin darme cuenta de que no sé
dónde todo terminará.

Quizás el sin sentido
de los versos que marcharon
solo tratan de vendernos
los sueños que se resquebrajaron a destiempo.

Tacho más de lo que digo,
emborrono más de lo que callo
y sucumbo a los versos
esperando tropezar una vez más.

No veo los templos,
las arenas del desierto,
ni los rastros de cenizas
que quedan detrás mío sin saberlo.

Tengo un amanecer de desidias,
un cenicero sin humo,
y un sendero agreste y yermo
ardiendo el mundo entre mis dedos.

Solo tienes mi verdad
que no vale mucho,
pero tampoco vale más
que los intentos por escapar.

Vuelo si me apetece
y me lanzo sin pensar,
consumido por los destrozos
sonriendo a la oscuridad.

Solo tengo estas palabras huecas,
un puñado de hechos,
y nada de intentos,
todo este poco y nada más.



- Se me escurrió el tiempo entre los dedos tratando de hallar la libertad

jueves, 7 de marzo de 2024

Alem

La vida nos lleva por senderos no elegidos, a veces por inercia y a veces porque así lo hemos ensayado, pero al final todo es un eterno camino hacia el atardecer.

Un constante intento de alcanzar el horizonte.

Más allá.

- Alem

lunes, 4 de marzo de 2024

Declaro que amo sentir (Parte II)

Yo os digo:
no temáis, no temáis a lo que os pide vuestra alma,
no temáis a las emociones, a los sentimientos,
ni a lo malo, ni a lo bueno,
pues todo nos hace vibrar,
en ese juego de claroscuros
todo nos hace vibrar.

No temáis a ir contrasentido,
no temáis a ir en perpendicular,
de lado, de frente, de espaldas...
no temáis a la libertad.

Dejaos acunar por la luz estival.

Permitíos sentir,
permitíos vibrar,
permitíos sonreír
y abrazar la libertad.

Declaro que amo sentir (Parte I)

En un mundo donde se criminaliza el sentir
donde las lágrimas se penalizan y esconden
donde no quieren humanos
sino máquinas para contribuir a este sistema gris
yo pongo un grito en el cielo
y reclamo a los sentimientos que nos unen como humanos
declaro que amo sentir.

Alba García



Como dice Alba:
sentir es lo que nos hace vivir,
por muchos vaivenes que te de la vida,
por mucho que te zarandee...

Existe un miedo en esta época que parece ancestral
que es el terror a la vulnerabilidad,
a confiar y que te puedan dañar,
pero yo pronuncio firme y a voz de grito:
la vulnerabilidad es el lugar que habito,
solo allí puedo sentirme verdaderamente libre,
allí donde en quien confío me recoge con sus brazos si yo me lanzo al vacío.

domingo, 25 de febrero de 2024

Por el monte los caminos

Na caeira de Vilariño
ao chegal-a primadeira
fai a brétema o seu niño.
Luís Amado Carballo


Por las tierras de Vilariño,
en ese valle protegido
baja el viento, baja el río,
desciende suavemente el verano
jugando con la ilusión de los niños.

Frías orillas de cálidas tardes,
brumas de mañana,
tormentas fugaces.

Revolotean los pájaros,
vigilan las rapaces,
y en lo alto de los montes
el caminante se maravilla con el paisaje.

Zumban las abejas
de flor en flor,
de panal en panal,
y las músicas y los colores
se visten de entroido.

Las nubes juegan a la comba
con el arcoíris
y los campos y los rebaños
y las calles solitarias
de vecinos sonrientes.

Reluce el sol en esta mañana
y la brisa campanea entre robles y castaños,
la mirada se yergue en el recogido valle
que acuna el verano de quien en compañía de las estrellas
dorada sonrisa enamora.

viernes, 16 de febrero de 2024

Grietas

Nos encontramos siempre frente a las mismas preguntas
aunque ya conozcamos las respuestas.

Y es que solo buscamos expiar nuestros pecados,
escapar,
huir,
de la culpabilidad 
que experimentamos
cuando nos miramos al espejo
que refleja las consecuencias de nuestros actos.

Destruidos por dentro
hasta destruir a quien queremos.

miércoles, 14 de febrero de 2024

Olvida mi nombre

Las historias se entretejen, se entremezclan, hasta hacerse difusas, dispersas, imposibles de descifrar. ¿Cuántas personas somos a lo largo de nuestra vida? ¿Cuántas miradas y perspectivas abarcamos? Nuestro pasado nos precede, pero si no sabemos a dónde vamos... ¿Quiénes somos entonces?

Quizás sombras de años atrás que nunca supimos comprender, conocer del todo de verdad.
Quizás quienes nos precedieron lo dieron todo para que nosotros llegáramos aquí.
Pero nos faltan las historias, los relatos,
solo hay imágenes fugaces
que se completan con mil agujeros en sombras,
que debemos rellenar oníricamente con nuestra memoria.

Y es que solo recordamos lo que nunca sucedió.

lunes, 12 de febrero de 2024

Atreverse

Permanecer consiste en ser capaz de afrontar las adversidades.
Por mucho que pesen.
Por mucho que cuestan.

Atreverse.
A fin de cuentas.
- Atreverse

viernes, 9 de febrero de 2024

Nos dejamos arrastrar por una vida de la que nos sentimos incapaces de ser parte

Tratamos de buscar senderos
y solo hay espinas,
intransitables caminos
que nos hacen sucumbir ante los golpes de la vida.

Quizás si mirásemos desde otro ángulo... Pero no siempre uno es capaz.

Las lágrimas de las oportunidades perdidas se arremolinan ante la nebulosa mirada. Habitamos el presente constante indefinido, ese que nunca cambia por más que todo cambie. Y ahí estancados asistimos al paso de los años.

Y nada importa.

No sé salir de esta suspensión
en la que la infelicidad lo colapsa todo.

Quizás si nos hubiésemos atrevido a intentarlo...

Pero ya es tarde

y no quedan salidas.



- Nos dejamos arrastrar por una vida de la que nos sentimos incapaces de ser parte

martes, 30 de enero de 2024

Notas y pinceladas (lienzo rural)

Habitando la vida fuera de las urbes
los tiempos son otros.

El reloj y las estaciones siguen un ritmo distinto,
más pausado,
y todo invita a detenerse y bajar el ritmo.

Pastores y nómadas del paisaje,
modelando lentamente lo que ha permanecido,
como artistas de nubes y prados
con el objetivo y la vista puestas en el infinito horizonte de las verdes laderas.

Recorriendo lentamente esos pasos
pienso en Francia,
cuando allí me encontraba
respirando paz y tranquilidad
mientras escuchaba la lenta cadencia vívida de la naturaleza.

Cálido verano,
melancólica melodía otoñal,
frágil caricia invernal,
efervescente primavera.

Todo me recitaba poesías al oído, a la vista,
y yo no sé si era feliz
o es la nostalgia la que me confunde los sentidos,
pero sí disfrutaba más el instante,
del paisaje,
del silencio,
y lo echo de menos.

Como el hipnótico movimiento de un tractor segando el campo de heno.
Sentados en el muro de piedra.
Dejando que nada más importe,
mientras nos acaricia los mechones la brisa y el tiempo.

Solo ahí
sin nada más que ese silencio lejos de la ciudad.



- Notas y pinceladas (lienzo rural)

Tik Tak

Que tristeza de noche,
de día,
de mes...

Sin hacer nada destacado,
destacable...

Quiero ir a Coruña,
viajar,
salir...
pero solo estoy aquí
sin nada que hacer más que hacer todo lo que tengo que hacer.

Pero sin avanzar.

Sin tiempo para mí.

Solo se oye el sonido del viento

Habitamos el espacio permeable,
las fronteras difusas,
los caminos inextinguibles, indistinguibles,
imposibles
de discernir
en un vaivén de vicisitudes
que tratamos de decidir
sin comprometernos con la opción elegida.

Rumbos distantes que se apagan,
somnolientos sueños
que se diluyen.

Rastros de piedras
perdidas en la marea,
dando vueltas,
incapaces de salir de las corrientes
que golpean los tiempos.

Te miro a lo lejos y te recuerdo.

Pero no te siento.

Te recuerdo,
pero no te siento.

Me repite el eco.

Y yo miro hacia el suelo,
tratando de disimular la vergüenza que experimento
cuando soy consciente
de que no tiene sentido jugar a este juego.

Tus ojos azul cielo.

Yo, deambulando,
perdido,
como muerto.

Solo el triste invierno
se llevará
todo este rastro de cenizas que vuelan entre los cementerios.

¿Cómo hacerlo?

¿Cómo hacerlo?

martes, 23 de enero de 2024

La caída

El verdadero libertinaje es liberador, porque no genera ninguna obligación. En el libertinaje uno no tiene a nadie, sino a su propia persona. Es, pues, el quehacer preferido de los grandes enamorados de sí mismos. El libertinaje es como una selva virgen, sin futuro ni pasado y, sobre todo, sin juramentos ni castigos inmediatos. Los lugares en que se lo pone en práctica están alejados del mundo. Al entrar en ellos se deja fuera el miedo y la esperanza.
La caída - Albert Camus



En esos lugares de plena libertad es donde yo más he experimentado sobre mí mismo, donde más he podido explorar todas esas facetas que la sociedad se encarga de oprimir y ocultar. ¿Quiénes somos pues en el día a día? Apenas un fragmento de nuestro verdadero ser, un pedazo de nuestra propia esencia.

Tratamos por todos los medios de encajar y lo único que estamos haciendo es arrancarnos partes de nosotros mismos para no salirnos del estrecho cono convexo que es esta cárcel que habitamos y a la que llamamos realidad. Una empinada escalera en línea muy recta que nos pone en fila a todos para ascender escalón a escalón al siguiente paso en este mecánico infierno social: Nacer, enamorarnos, irnos a vivir juntos, casarnos, tener hijos, morirnos. No hay lugar para nada más dentro de la norma, solo el paralelo y constante trabajar. Del trabajo a la casa, de la casa al trabajo. Y comprarnos un coche, una casa y un viaje durante 15 días al año en un resort vacacional. Todo lo demás es afrentar a la sociedad. Es atentar contra la norma. Y así será visto: como un ataque frontal.

Salirse del camino es equivalente a ser un antisistema, una especie de sujeto que quiere dinamitarlo todo y al que hay que perseguir y poner coto. ¡Que nadie se salga del redil! La vida es para vivirla oprimido, todo lo demás hará tambalear nuestro sufrimiento preconcebido al que voluntariamente -nos creemos- hemos elegido acceder. ¡Pero nada más alejado de la realidad! Nos han conducido por ese sendero desde el minuto uno después de haber nacido: Haz esto, haz lo otro, no hagas esto, no hagas lo otro. Y cuando creces y eres adulto igual. Quizás se vuelva más sutil, puede que a través de la publicidad, puede que a través de la pareja, o puede que quizás sean tus conocidos y amistades, pero tarde o temprano se te dirá: haz esto, haz lo otro, no hagas esto, no hagas lo otro. Y lo interiorizarás tanto que llegarás a creerte que son tus propias decisiones. Y ahí... ¿existe todavía salida?

La caída.

Darte cuenta de que estás ascendiendo por unas escaleras mecánicas que creías tú caminar por un sendero de línea recta y cuando toda la ilusión se resquebraja no queda nada más que peldaños hacia arriba y peldaños hacia abajo. Miras hacia los lados: Vacío. Sacudes la cabeza. Te frotas los ojos. Escaleras hacia arriba, escaleras hacia abajo. Nada más. Solo existe una salida.

La caída.

Y si tienes la suficiente valentía
te lanzarás.
Y quizás ahí encuentres algún otro camino,
algún otro rumbo para este laberinto que es habitar fuera de la realidad impuesta.

Aunque estarás tan solo que puede que te arrepientas de haberte salido del redil:
Quizás... ¿si hubiese hecho eso? Quizás... ¿si hubiese hecho lo otro?
Quizás... ¿si no hubiese hecho eso? Quizás... ¿si no hubiese hecho lo otro?

Te diría que no hay forma de volver, pero es mentira. No hay nada más fácil en esta vida que volver a la cárcel de barrotes de cristal. No hay nada más fácil que volver. Todo está hecho para ello. Todo está hecho para que te arrepientas y regreses al orden establecido.

No serás feliz. Te lo advierto. Pero al final... ¿quién que haya habitado ahí lo ha sido?

La felicidad está sobrevalorada, ¿no?

Es más fácil dejarse llevar y no haber nunca elegido. Elegir solo la cárcel de la escalera social.

Porque fuera ¿qué nos queda?
Solamente una cosa:

La caída.








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Durante esos instantes, en esos lugares, rodeándome durante el efímero infinito fuera del sistema...
Ha sido el único lugar en el que yo he podido habitar la plena libertad.
Es donde yo más he experimentado sobre mí mismo.

jueves, 18 de enero de 2024

Habitando las tinieblas del descenso

Con franqueza, ¿hay una excusa para eso? Sí, hay una, pero es tan mezquina que ni siquiera pienso en hacerla valer. En cualquier caso, es esta: nunca pude creer en profundidad que los temas humanos fueran algo serio. ¿Dónde se encontraba lo serio? No lo sabía. Solo sabía que no se encontraba en todo lo que observaba y que, únicamente, se me mostraba como un juego entretenido e inoportuno.
La caída - Albert Camus



¿Dónde se encuentra el límite entre el bien y el mal? ¿Entre la luz y la oscuridad?

Fronteras difusas que somos incapaces de comprender cuando hemos perdido la humanidad, cuando hemos transcendido e ido un paso más allá. ¿Tiene sentido esta existencia? ¿No es acaso un estéril campo de muerte y vacío? Los valores han desaparecido en una sociedad en ruinas. Degeneración de un mundo que se derrumba. ¿Quiénes somos nosotros entonces para decidir nadar en dirección opuesta?

Si eliges tomar ese rumbo
no llores después cuando te topes con que hemos llevado la vida hasta su máximo extremo.

Somos seres de carne y hueso, nada más,
estamos en este instante aquí
y en el siguiente estamos muertos
¿por qué perdernos en innecesarias disquisiciones sobre lo que es correcto?

Actúa.
Simplemente actúa.
Como todo el mundo hace.

Cuando la moral se haya roto y desparramado por el suelo,
no lloréis entonces porque las decisiones que tomasteis se han llevado hasta sus últimas consecuencias. Elegisteis vivir en la posverdad y la ironía del consumo, de las distopías frente al espejo, de las relaciones líquidas que se escurren entre los dedos. ¿Y ahora que juego a vuestro juego os lleváis las manos a la cabeza?
No me hagáis reír,
esto no tiene sentido lo veas como lo veas.

Solo mira al frente
y habita el ser en que te has convertido.

Recuerda que cuando cazas demonios puedes acabar convertido en uno de ellos.
En un habitante del infierno.

Lo cual no es malo ni bueno.

Solo es.

Es lo que elegisteis que fuera
cuando decidisteis romper las reglas del juego
en este mundo de miseria existencial y valores en ruinas.

Ahora no te rías.

Solo decido apañármelas esquivando y haciendo zigzags en esta partida de vacío y azar que es la vida que elegisteis sin contar con los demás.

Yo solo lo llevo un paso más allá.

Nada más.

domingo, 14 de enero de 2024

Hacia adelante, a pesar de todo

Y ese echar hacia adelante, a pesar de todo.

Quizás un poco todo se resume en eso,
en que pese a todo, tiramos para adelante,
como un poema que se consume entre las manos en un instante,
pero que arde eternamente en nuestras miradas.

Un impulso
para que nunca nos frene nada.

Eso es todo.

Un poema,
una sonrisa,
un viaje en la mirada.

sábado, 13 de enero de 2024

Las manecillas ya no giran

Si alguna vez no vuelvo
que el llanto de los gorriones
revelen cada uno de los quejidos
que sólo ellos pudieron escuchar.
Alba García (@__algarcia)



Quizás las bandadas que aquí habitaban ya no están
quizás perdimos el tiempo
y la suerte
y la oportunidad,
quizás perdimos cualquier asomo de fortuna,
de sonrisa,
de inspiración,
quizás lo perdimos todo
y por eso ya no hay final para esta desilusión.

Volaron las bandadas
y con ellas se fue nuestra felicidad.

Ya no hay nadie.

Solo el silencio que dejaron al amanecer.

¿Quedarán entonces sueños revoloteando en las cornisas de nuestros tejados bajo los últimos tibios destellos de este atardecer estival?

Suspiros frente a la ventana

Echo de menos tener tiempo para mí,
para conectar conmigo,
con mis emociones.

Echo de menos tener tiempo en soledad para escribir, para leer, para reflexionar,
para hacer aflorar mis sentimientos
y comprender cómo me siento.

Mirar por la ventana
y oler el invierno,
palparlo,
experimentar con ello,
jugar a las escondidas con el cielo,
con la lluvia,
con el dolor,
con el viento.

Deambular por calles vacías
mientras me cae el mundo encima,
soñar,
fantasear
con cosas que podría suceder,
aprender a atreverme,
a volver a dejar
la mente volar
como si nunca hubiese dejado de tener los pies
a unos pocos centímetros del suelo,
pero lo suficiente
como para no sentirme aplastado
por la asfixiante cotidianidad.

El mapa,
el mapa mental
como brújula de ilusiones, de senderos,
de caminos que escoger,
de pueblos, ciudades, destinos que descubrir y atesorar en mis recuerdos.

Pensar en el mar,
en el Cantábrico golpeando la escarpada costa verde,
en los campos inmensos de Castilla ondulando suavemente,
en las laderas de Portugal, en los alcornoques y encinas del Alentejo,
en las montañas de Tras os Montes, en Sanabria, en los rumbos que emprendemos.

Sentarme a escribir frente al Orzán,
con la noche acicalándome la mirada,
el frío encharcando mis huesos,
los recuerdos a flor de piel
y el tiempo apostando a que si piso el freno no llegaré,
a dónde sea que no llegue, pero que no llegaré,
y por eso
quizás
acelero.

Echo muchas cosas de menos,
pero creo
que lo que más,
lo que más echo de menos,
es sentir que vivo,
sentir que algo se me remueve por dentro.

Lento y lastimero invierno,
atrapado en un rincón del mundo
sin salidas para el laberinto interno,
solo eso tengo,
quizás cuando el sol se alce
y brille más
podré volver a tener sentimientos intensos.

miércoles, 10 de enero de 2024

Frágiles sombras en el viento (II)

.
..
...
....
.....


* * *



¿Y qué haremos
cuando todo lo que teníamos
se esfume como polvo de desaliento?

Ya no quedan más desiertos
que campos abiertos
en miradas heladas
que se resquebrajan
ladera abajo
como senderos sin rumbo
que se derrumban
sin remedio ni desnudo.

Miradas vacías.

Campos yermos.

Sueños abiertos de par en par

tratando de correr más allá del tiempo.



Sucumbimos
sin saberlo
y ahora
tenemos
palabras
huecas,
tiernos recuerdos,
futuros que hacer nuestros
mientras se destejen los relojes
que perdimos en lo más hondo de los mares...
ya no llegaremos.

Somos senderos...
nada más que eso.


De nuevo,
frágiles sombras en el viento.

Frágiles sombras en el viento

Las vidas que construimos son solo historias, relatos que nos contamos para seguir creciendo. Somos los viajes que hacemos emprendiendo nuestros sueños
y fracasando incapaces de comprender por qué perdemos.

A través del viaje de crecimiento
nuestros personajes desentrañan un laberinto de historias y misterios
que se destejen como el esqueleto del pasado de una ciudad de ceniza que solo habita ya en nuestros recuerdos
y en nuestra memoria,
como frágiles relatos de papel que se sostienen
frágiles
cual castillos de naipes a punto de salir volando.

Pues eso somos,
al final,
vidas.

Vidas tan volátiles que solo somos capaces de habitar en la sombra que se lleva el viento.

miércoles, 3 de enero de 2024

Poemas de olor a salitre y mar

2023 ha sido un poco esto: fotos en un baño tratando de captar la libertad del instante que se escapa entre las manos de un intenso y efímero verano. Mechas, pulseras, campamentos, voley y cara de feliz cansancio. No parar. Para llegar siempre más allá.

Nuevas metas.
Nuevos rumbos.

Tejer redes y espacios en los que apoyar

Amarillo luminoso.

Encontrarme,
buscarme,
en los reflejos que devuelven las sonrisas de la vida,
de la poesía,
del amor,
de la amistad.

La paradoja de un verso libre tratando de encontrar su lugar.


Vivir intensamente
viajando
hasta el final.