viernes, 29 de septiembre de 2017

Escribo solo para salvarme, y de paso intentar rescatar esta realidad que nos rodea

Ando clandestino en esta noche escondida,
como Manu Chao sonando por todo lo alto
en unos altavoces que gritan voces desde el otro lado de este mar indomado.

Conservo palabras para los buenos ratos
y en mis libretas
apunto y anoto frases de relatos olvidados
para luego colgarlos
en las paredes de esta cueva.

Ya no es que duela,
pero la lluvia acecha
y yo solo sé encontrar faenas inesperadas,
instantes intensos que hacer eternos para escapar de todos los cuentos que jamás nos vendieron.

Nunca supe bien que fue lo que me hizo sonreir
pero ahora sé que no acumulo suficiente gramos de serotonina
y como en Criando ratas me repito:
¿quién nos va a sacar de esta ruina?
Esnifo más rimas enlatadas
que versos a los que doy patadas.

La oscuridad me reconforta cada vez que intento huir
y si mis arterias abiertas se confunden con cicatrices que se cierran
puede que los tatuajes marquen huella
como una marca negra que supura en mi alma negra.

Mientras tanto me reafirmo en que seguiré dando guerra,
puede que la espera a tanta noche en vela no sea si no otra forma de escribir a cuchillada descubierta,
como una reyerta que deja el corazón sobre la mesa
y la noche
líneas y líneas que meterse cuando nadie me vea.

Soy un kinki de los poemas:
tiro del pecho para meterme dentro todo lo que me quepa sin cesar de galopar
y me chuto el mundo directamente en vena.

Vaya faena,
que hasta la música se descompone en cientos de notas inciertas,
apunta,
dispara
y acierta,
que el orgullo es lo único que nos queda,
conocernos,
reafirmarnos
y beber nuestros miedos como si fuesen latas de cerveza.

No quedan más ideas
que las que nos definen al defenderlas por encima de todas las cosas:
Porque soñar
es el acto más revolucionario en esta guerra.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Primer día sin ti

Hoy es la primera semana del curso en Coruña, los primeros días de volver a la rutina, a adaptarme a vivir aquí el día a día, frente a esta ventana que tanta poesía recoge y recogía.

Es la primera semana del curso en Coruña, pero hoy es el primer día que no estás para llevarme de la mano por la vida.

No estás para despertarme con tus bostezos y sonrisas, tus buenos días, con tus abrazos mientras te estiras. No estás, tampoco, para darme las buenas noches entre cosquillas, entre vídeos interminables de youtube, entre jornadas que parecen construir vías que recorrer juntos.

No estás. Hoy, no estás.

Y a mí me vuelves a faltar como me faltas siempre cuando percibo tu olor en cada uno de los rincones de esta habitación.

No estás, y a mi no me queda otra que perderme por mi blog, para respirar cada una de las poesías que te he escrito cuando viniste a Coruña y luego te volviste a ir, en cada uno de los versos que dejan entrever que echo más de menos tus besos que el propio aire que respiro.

Y no estás tan lejos como hace un año,
pero a mí,
esos kilómetros que nos separan me siguen pareciendo una inmensidad.

Hoy es el primer día, de esta primera semana en que vuelvo a estar solo en este ático,
y el silencio
es mayor que nunca,
así que simplemente me queda escribirte,
evocarte
e intentar rescatarte con cada una de mis cutres rimas:

A ver si así te echo un poquito menos de menos,
porque en falta te echo cada vez más y más.

* * *

No estás.

Hoy no estás.

Y lo único que me queda es tu recuerdo
entre el humo que te fumabas al verme volar.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Saludando al nuevo siglo rompamos el guión y las reglas

Nos olvidamos de cómo luchar
y por el camino perdimos todos los sueños por los que otros lucharon.

Nos olvidamos de cómo soñar
y por el camino dejamos que el mundo estuviese lleno de pesadillas.

Nos olvidamos de cómo defender nuestra dignidad
y por camino nos pisotearon todos los derechos que teníamos.

Nos olvidamos de cómo exigir nuestros derechos
y por el camino nos enseñaron que en realidad eran privilegios.

Nos olvidamos de cómo analizar la realidad
y por el camino nos impusieron la idea de que cualquier opinión es respetable.

Nos olvidamos de cómo eran nuestras ideas
y por el camino nos regalaron competitividad e individualismo con olor a frases neoliberales.

Nos olvidamos de cómo escapar de la competitividad
y por el camino acabaron con todas nuestras redes sociales: barrios, vecinos y amistades.

Nos olvidamos de dónde veníamos
y por el camino enterraron nuestras libertades.

Nos olvidamos de qué era la libertad
y por el camino nos recordaron lo que pasó la única vez que tuvimos esperanzas de ser iguales.


Nos olvidamos de tantas cosas
y supongo que por eso,
ahora,
es tan complicado volver a exigir lo qué es nuestro.


Los ideales se perdieron,
la solidaridad la mataron
y las frases como:
la tierra es para quien la trabaja,
parecen más lejanas que nunca,
anticuadas incluso para nuestros abuelos.


Nos olvidamos de tantas cosas
que ahora lo estamos sufriendo,
y cuando nos demos cuenta de qué nos confundieron con lo que queremos
sabremos
que solo el pueblo salva al pueblo de esos jodidos cerdos.

martes, 19 de septiembre de 2017

Me inundas la habitación de arte cada vez que me sonríes

"Que si me caigo
me levante,
que si me pierdo
me tienda su mano."
La cantata del diablo


Eres la poesía de mi vida,
la sonrisa de mi día a día,
las ganas de soñar, de viajar,
de volar y ganar.

Eres la música entre el silencio,
el nombre escondido entre el viento,
los versos,
los besos,
las rimas
y los fragmentos de un diario con olor a mar.

Eres la resistencia por la libertad,
los sueños aleatorios de un bar,
los atardeceres eternos en un pueblito de Portugal,
todos los cuipús que nadan en una tarde otoñal.

Eres ese beso improvisado
que sabe mejor,
y lo sabes;
eres ese tatuaje,
esas horas estudiando
y esas tardes en la calle.

Eres esos paseos nocturnos,
esas películas juntos,
eras horas sin final,
esos infinitos escondidos en tu mirada capaz de poderme atrapar.

Eres esas canciones,
esos viajes en coche,
esas ciudades que explorar,
eres la que siempre me agarra cuando ante mis pies ya no hay suelo sobre el que pisar.

Eres vida,
eres poesía,
eres libertad.

Eres la suerte de un martes 13 con el que nunca habría llegado a soñar.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Otoño: las hojas vuelan, aunque sea siempre cada vez más lejos

Otoño entra en el alma, como cada año, de forma inesperada. La melancolía se abre paso entre las sonrisas y el viento se lleva las últimas hojas que pudieron recordarnos al verano. Con cuidado, y sin llamar a la puerta, aparece el tren de las estaciones que arranca, sin esperar por nadie, en dirección al frío y las lluvias de invierno.

En días así, tengo la manía, la costumbre, de dejarme perder por el monte, como una metamorfosis que me envuelve para reforzar la coraza necesaria para la supervivencia durante los meses de oscuridad.

Vigo se pierde por sus colinas,
y Borja se asoma a la Ría con todas sus fuerzas.

Nunca he sido de llorar, pero cada vez resulta más complicado.

Cuando el futuro llega sin siquiera dar pie a mirar a los lados, es cuando más tememos desaparecer entre los recuerdos.

El otoño ha llegado sin enterarnos, sin cambiar la hoja del calendario, y sin inundar de acordes fríos las paredes de mi cuarto. Pero es inevitable, y claro, y conciso,
y sin permitirnos retroceder,
se ha posado en todos y cada uno de los rincones de esta ciudad,
que en esta época,
nunca dejará de recordarme a mi adolescencia.

Y esa época,
a la que no hay vuelta atrás,
es lo único que me queda de unos años que ya no volverán.

Borja ¿dónde estás?
Hoy te necesito más que nunca.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Que hay días malos, otros peores, y la gran mayoría pesadillas informes con las que hacerle honores a (nosotros) los perdedores

Que caminamos siempre por un mundo
que de tantas trabas que nos prepara
ya no sabe cómo ponernos la zancadilla.

Que en cada esquina hay un nuevo obstáculo,
que no hay
tampoco forma de superarlos.

Que tropezamos más veces de las que somos capaces de recuperarnos.

Que es un lugar feo y gris este sitio en el que vivimos,
con más escala de tonos apáticos
que sonrisas destinadas a pervivir en un ático.

Que vivimos con cuidado
y aún a pesar de eso,
pues que no sabemos bien si seguir soñando.
                                                                         Luego la ostia es mucho mayor de lo que esperábamos.


Que cuando parece que el horizonte se estabiliza
llega otra tormenta
a poner patas arriba todo,
a tirar las esperanzas por los suelos
a hacernos naufragar como meros deshechos muertos.

Que yo
a pesar de todo sé que es complicado,
pero es difícil recuperarte de los golpes cuando ni siquiera te ha dado tiempo a encajarlos.


He colgado en la pared un puñado de frases y fotos,
a ver si así sé caminar entre tantos locos,
a ver si así logro que algo me salga bien,
aunque sea algo solo.


Que respiramos más tristezas que alegrías,
más muertes
que ganas de vivir la vida,
más fracasos
que victorias perdidas.

Que nos ahogamos más de lo que esperábamos,
más salidas
sin siquiera saber cómo llegamos,
más pérdidas
que todas las victorias con las que fracasamos.


Que yo ya no sé nada,
-a veces ni cómo mirar hacia adelante-,
pero que aún así
como que me obligo a seguir,
no vaya a perderme algo por el camino,
y termine por salirme todo del revés
o al menos una cosa bien,
                                          aunque solo fuese algo por lo que valiese la pena perder todo lo demás.


domingo, 10 de septiembre de 2017

Que contigo. a pesar de todo lo vivido; que con todo. puedo aún con el agua al cuello.

Que no sé muy bien a dónde voy, pero sí sé que es contigo el modo de llegar al destino.

Que hay mil caminos,
pero con tu sonrisa todo cobra sentido.

Que acumulo miedos a derrumbar lo construido,
pero contigo hasta los sueños de este poeta perdido logran ser escritos.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Experiencia entre las venas abiertas

Compongo         notas
golpeo         teclas
           afino       poemas
y encuentro      salidas
en dominós sin partidas.

No sé dónde voy en esta vida
pero los acordes           disconformes
que sobrecogen los sueños durante las noches
me corresponden         con honores
como si solo por eso
pudiese sacar pecho,
mientras no estoy seguro de haber hecho
nada del modo correcto.

Soy un loco en un mundo de cuerdos,
un sentimiento,
una historia,
un recuerdo,
un lúgubre cuento
entre gargantas perdidas en los valles de Toledo,
un miserere de muertos,
una leyenda incierta recogida entre mediocres versos,
un mundo entero
apilado en un folclore incierto.

Soy un triste paralelismo del tiempo,
un juego a las cartas,
una baraja sin comodín que perciba las trampas,
una especie de hoja de ruta,
una vía por la que volar en los planes de los que luchan,
una rima,
una risa,
una pequeña línea
que separa el cielo del mar,
un futuro del que escapar,
un pasado que resquebrajar      entre miles de espejos que no saben bien qué reflejar.

Compongo         notas
golpeo         teclas
           y sin saber bien si afino poemas
encuentro salidas que nadie daba por ciertas,
puede que aquí         y ahora
sea el instante en que mundo se ahoga            y yo,
disparo, abro las páginas y doy rienda suelta a toda la realidad que todos plasmaron.

                                                                                                                                       Solo busco ganar
                                                                                      donde otros solo lo intentaron:
                       un juego contra mi mismo a los dados:
                                                                                     la sombra perdida entre los vientos que llegaron.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Rusted nail

¿Recuerdas ese primer beso?
Esa primera caricia,
esa primera mirada,
ese rincón en el que las palabras salieron solas
sin que siquiera hiciera falta pensarlas?

¿Recuerdas esa tarde?
Esas escaleras,
ese parque,
esos días en que la vida parecía una poesía,
esos instantes en el que las rimas bañaban las noches escribiéndonos a escondidas de las madrugadas frías.

Suenan unos punteos de guitarra,
y yo pienso en tus dedos,
en esos paseos,
esos primeros instantes de descubrir sentimientos,
de explorar nuestros cuerpos,
de hacernos nuestros,
de fundirnos en besos y recuerdos.

Entre las llamas del pasado te veo
tan nítida como hoy día,
como todos los versos que sigo regalándote por seguir arrancándome sonrisas,
por seguir construyendo de la mano utopías.

Los años no pasan por nosotros cuando se trata de recordar todas nuestras fotos.

Somos soñadores locos,
pero confundimos al futuro para hacer nuestro el destino,
y que yo,
contigo,
siento menos frío,
más calor,
más a gusto conmigo mismo.

Que somos todo lo vivido
y juntos hacemos vida hasta para escribir cada uno de nuestros latidos:
Todas las historias que hemos construido.

Mientras tanto,
apunten,
disparen,
y revivo,
como la primera noche que entre las sábanas nos perdimos.

Que aquí
y ahora
somos la victoria de los que no se dan por rendido
ante la mala suerte que juntos decidimos viajar haciendo camino.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Yo, hoy, quiero vivir enterrando mi tumba

Entre la luz
de la oscuridad
yo te vi,
tan inocente,
tan pura,
tan bella como todas las formas de concretar el futuro en un par de versos.

Entre la oscuridad
de la luz
creí verte,
y por un instante
pensé
que no había razón de ser para tener miedo.

Que a lo lejos,
al final de la ruta,
el sol está todavía limpio,
no terminó de iluminar
y pervive con ganas de alumbrarnos en nuestro caminar hacia alguna parte.

Katagena sigue todavía en pie,
como una palabra que lo explica todo,
como una melodía constante que silbo cuando voy directo hacia mi propia tumba.

Espera.

Todavía quedan sueños al final del sendero.

                          * * *

* * *

* * *                     

Los punteos de guitarra se entremezclan con el piano,
y la percusión
en suave y tierno baile de amor,
juega a componer una pequeña canción.

No sé muy bien en qué punto estamos,
pero estamos aquí
y ahora,
y no tendría sentido detenerse y no seguir,
al menos no mientras no hayan muerto del todo las esperanzas.

Alza la mirada,
Katagena todavía sigue en pie
y el horizonte se pierde
entre la delgada línea que separa las fantasías de los sueños,
por lo menos ahora,
aunque sea por un rato
sabemos que es lo que queremos.

Volamos

que ahora mismo el mundo es nuestro y el destino está en nuestras manos.

                             * * *

* * *

* * *                      
Entre la luz
de la oscuridad
yo te vi,
y aprendí
a seguir bailando
mientras aún tengamos las poesías (o las fuerzas)
para sonreír.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Le fou du coeur. Le sacre du temor.

Apocalípsis infanticida,
diaclasamiento suicida,
sangrienta caricia,
muerte fingida selectiva,
dominio de la partida,
jugada maestra perdida,
la última bala de un revolver para acabar con las pesadillas,
el final de un callejón sin salida.


Asfixia.

¡Asfixia!

¡ASFIXIA!


No hay loco que por bien no venga,
las cartas sobre la mesa,
nunca fuimos lo que cualquiera espera,
fichas sin dueño en esta faena,
subtexto sin fondo para dotar de peso la escena,
un beso perdido entre la sangre que escapa a través de las venas,
un embalse de una noche que nadie recuerda,
la materia contra la idea,
un cielo en este infierno de Tierra.


Asfixia.

¡Asfixia!

¡ASFIXIA!


Nunca supe estar donde todo el mundo desea,
confundí la suerte con la esperanza yerma,
creyendo que había oportunidades sin fe ciega,
sueños rotos en noches en vela,
infaustas ventanas que no cierran,
sufrimientos que el viento se lleva,
ilusiones entre el humo de la locura ciega,
cuchilladas que se funden entre torturas pasajeras,
viajes a ninguna parte sin billete de vuelta,
nueve círculos bajo tierra,
uno para cada intención incierta.


Asfixia.

¡Asfixia!

¡ASFIXIA!


Recuerda que la mirada del poeta ya creció muerta.


Asfixia eterna.
Asfixia en esta ventana que se cierra.
Asfixia para senderos que no nos esperan.
Asfixia para todas las sombras que entre las tinieblas sobrevuelan.

* * *

Recuerda que la mirada del poeta ya nació muerta.


El sombrero solo es para fingir seguir teniendo esperanzas muertas.

viernes, 1 de septiembre de 2017

Cuando me cantas me río porque me hace feliz todo lo que despiertas en mí

Entre las sombras de la vida te encontré,
como una poesía entre la inmensidad,
como un soplo de aire entre la asfixiante realidad,
como una chispa entre la oscuridad.

Entre tus miradas pícaras te sorprendí
haciendo bailes de luz
para iluminar el mar,
como un fuego fatuo
que tímido se deja tocar,
como toda la magia que con cuidado
nos envuelve en esta danza de paz.

Entre tus sonrisas te descubrí
y al calor de tus manos frías
me embarqué por mil senderos de color,
de sensaciones,
de desatadas pasiones que nos llevan a entrever algún lugar,
un pequeño banco sobre el que descansar,
un eterno viaje con el que respirar la libertad,
un muro de piedra y arena
desde donde recomponer el atardecer,
y de fondo,
la melodía del instante que viene y va,
como una canción que hacemos nuestra al soñar.

Entre tus palabras te exploré,
como cuando construimos montañas de recuerdos que plasmamos en papel,
como todos los instantes que forjamos en fotos,
como solo nosotros sabemos hacernos los locos entre tantos cuerdos que tienen sueños rotos.

Porque somos
todo lo que volamos juntos al lado,
desde que por sorpresa en este camino nos encontramos.