sábado, 31 de julio de 2021

Gracias por crecer juntos, de la mano

En lo bueno y en lo malo
nadando juntos
creciendo de la mano,
aprendiendo de los errores,
del futuro,
del pasado,
construyendo caminos
logrando lo soñado,
jugando,
riendo,
hablando,
siempre y siempre
con muchos muchos cuidados.

En lo bueno y en lo malo
porque queremos
porque lo deseamos,
porque así lo elegimos
porque así apostamos
a todo y a todo
porque nos tenemos
nos apoyamos,
nos elevamos hacia el cielo
abrimos alas para el horizonte tocarlo
y así 
y así
todo lo que seremos
libertad y poesía
para amarnos
hasta el atardecer que contemplamos.

miércoles, 21 de julio de 2021

Sobre el rompeolas

El sol desaparece tras Montjuïc
y el mar se acuna en su tenue descanso,
la ciudad bruja se viste de cálida noche estival,
nuestros pies colgando ante el inmenso vaivén tranquilo de olas,
el tiempo se desteje
en un manto de luz y sonrisas.

Todo es poesía
y nosotros echamos a andar
sin saber bien
lo que el futuro nos deparará.

miércoles, 7 de julio de 2021

Yo te cuido y tú me cuidas

Estoy en paz
con los sueños,
con el futuro,
con la ilusión,
con la calma,
con el amor.

Estoy en paz
y puede que sea la fiebre,
pero ahora mismo nada me raya
el mundo parece un lugar sencillo que habitar
y todos los obstáculos
parecen vallas
de una carrera
en la que lo importante
es disfrutar con el recorrido.

Estoy en paz
y quizás sea la magia de las casualidades,
no lo sé,
pero todo cuaja
y todo encaja,
y si hay cuidados,
comunicación
y empatía...
¿por qué temer al futuro sin sentido?
Sufrir inutilmente
es solo una ruina
y me gustan mucho los museos
pero más me gustan los horizontes
en los que ver el sol rozando el infinito
junto al mar,
junto al Atlántico,
junto a nuestra libertad.

Y estoy en paz,
ya te digo,
estoy en paz ahora mismo,
y quizás solo sea
cuestión de aprender a crecer
y hoy me siento un poco más inteligente,
un poco más culto,
un poco más sabio
y ¿por qué no?
un poco más estable también.

Me gusta estar en paz,
poder soñar,
poder tener ilusiones,
poder dibujar futuros que cumplir
y poder ser ejemplo para otros
y ayudarles a caminar y seguir.

Me gusta estar en paz,
porque amor,
me gusta ser feliz.

Más allá del infinito

El fin del mundo se presenta ante nuestros ojos y el infinito deviene en sueños de llegar más allá, siempre más allá.
Quizás pronto... Puede que pronto... El salto al Atlántico se presente ante mí y pueda llegar a ese sueño que a día de hoy no es más que un espejismo entre la bruma.

Viajar es un arte solitario. Lo olvidé hace tiempo y ahora es tarde para no golpearme en la caída. Quizás por eso solo me queda volver a amigarme con la soledad y hacerla compañera de viaje. Ella, la soledad, nunca me abandonaría.

Y si más hay, más allá llegaría. Puede que me atreva a dar el salto. Solo puede... Y entonces en lugar de soñar... Lo viviría.

martes, 6 de julio de 2021

Este puto hechizo que nos engañó porque solo queríamos vernos en todos los reflejos

Pasábamos tanto tiempo juntas
que creíamos que no hacíamos otra cosa.
Nos equivocábamos.
Lo estábamos haciendo todo.
Elvira Sastre



La poesía duele.
Es así,
no sé por qué,
pero la poesía siempre termina doliendo.

Supongo que algo tan frágil
y difícil de atrapar
solo se puede sostener por sí mismo
a costa del dolor ajeno.

Es como respirar
si no lo haces
adiós,
pero si lo haces...
la asfixia finalmente se hace eterna

como esos instantes que jamás podremos olvidar.


Vivíamos tan a destiempo de nosotros mismos
que creímos
que había futuro
cuando solo quedaban ruinas.

Y pese a que lo estábamos haciendo todo,
no era suficiente,
ya no había versos con los que mentirnos a la cara
y fingir
que todo saldría bien
cuando no había ya salidas.


Y es este dolor tan ajeno
el que me duele en lo más hondo del pecho
porque olvidé
lo que significaba olvidar
y recordé
que somos de dónde jamás nos atrevimos a soñar

y lloré
porque nunca podría alcanzar la felicidad.


Y es este capricho divino
de un dios que no existe
el que nos obliga a intentarlo
una y otra vez
hasta que las piedras
solamente nos desangran los pies
pisando sangre
donde debía estar nuestra sombra.

Y hubo un tiempo
en que los sueños no eran tan caros,
las sonrisas se regalaban por amistad o amor,
tanto da,
y la poesía servía para sanar heridas
y salvarnos.

Ahora solo duele.
Joder si duele.
Y mucho.
Y muy profundamente.
Porque no hay ya nada.
Y déjame que te recuerde
que la poesía
siempre termina doliendo.

Ahora
Y siempre.

Manifiesto antirromántico

Estar vivo es fácil,
vivir es difícil,
todo explota a mi alrededor
cuando creo soñar
con mi propia caída.

Podría fingir ser feliz
y podría fingir
con tener paz,
no hay descanso
en el juego del amor,
solo hay sufrimiento
en blanco y negro,
sin color.

Mira al frente
los sentimientos se han muerto,
tiempos líquidos, amigo,
da gracias si no te tiro en una cuneta.

Fingir,
fingir,
fingir en este juego.

Fingir,
fingir,
fingir que todo saldrá bien.

Fingir,
fingir,
fingir en este juego.

Fingir,
fingir,
fingir que todo saldrá bien.

No tengas vergüenza,
la moda ahora es pasar del amor,
no tengas miedo,
nadie te va a juzgar.

Lo raro sería atreverse a soñar con la estabilidad.


Estar vivo es fácil,
vivir es difícil,
todo explota a mi alrededor
cuando creo soñar
con mi propia caída.

Podríamos fingir que todo va bien,
pero los sentimientos se diluyen,
tiempos líquidos, amigo,
¿para qué quieres algo
cuando puedes tenerlo todo?

Mírame, amigo,
no tengas vergüenza,
solo finge no ser uno más,
y cuando vengan a pedirte responsabilidades
solo echa a volar
y acusa a los demás de encerrarte más y más.

Fingir,
fingir,
fingir en este juego.

Fingir,
fingir,
fingir que todo saldrá bien.

Fingir,
fingir,
fingir en este juego.

Fingir,
fingir,
fingir que todo saldrá bien.

No tengas vergüenza,
la moda ahora es pasar del amor,
no tengas miedo,
nadie te va a juzgar.
Lo raro sería atreverse a soñar con la estabilidad.


No hay amor que valga la pena
si has leído que eso te encierra,
no hay amor que vivir
cuando puedes ir picando por ahí sin sentimientos que construir.

No hay amor que valga la pena
si has creído que te encierra,
no hay amor que vivir
cuando puedes usar y tirar a los demás para consumir.

Mira amigo,
son tiempos líquidos,
mira amigo,
no hay responsabilidades ni vínculos afectivos.

Fingir,
fingir,
fingir en este juego.

Fingir,
fingir,
fingir que todo saldrá bien.

Fingir,
fingir,
fingir en este juego.

Fingir,
fingir,
fingir que todo saldrá bien.

No tengas vergüenza,
la moda ahora es pasar del amor,
no tengas miedo,
nadie te va a juzgar.
Lo raro sería atreverse a soñar con la estabilidad.

lunes, 5 de julio de 2021

Habito una mirada rota de polvo y cristal

Se desgrana el olvido en la ciudad maldita. Los sentimientos echan a volar y el ángel exterminador extiende sus alas negras sobre el vaho de ceniza y sombra que habita las interminables calles que se pierden al llegar al mar. Solo hay silencio en el olvido. Y una flecha de luz mortecina que se abre paso entre las primeras saetas que despuntan al alba entre el brumoso levante del mar.

Mis pasos se pierden como una pesadilla. Fingiendo llegar a alguna parte. No hay paz entre los vasos rotos en la madeja de callejones que terminan entre las piernas de nadie. Cuando no hay nombres... ¿Qué importan los rostros? Si acaso solo las miradas rotas de quien ha perdido ya demasiado en esta vida. No hay forma de acallar ese dolor. Y nos puede matar. Clara y ciertamente, el dolor nos puede matar.

...

Me gustan los cementerios con vistas al mar. Como si todo empezase y terminase allí. Y la eternidad no fuese tan solitaria en una losa con las gaviotas arañando el cielo y la salitre perlando con una tibia cortina de aridez la paz. Son lugares melancólicos. Y tristes. Lugares melancólicos y tristes hechos para sentarse a pensar, fingir ser felices y follar. Porque si no follamos sobre nuestra tumba ¿Dónde vamos a follar?

Aunque eso nos rompa en mil pedazos.


Al final
son esos pedazos
los que se astillan en el corazón
y nunca podemos arrancar del todo del alma.

Como el manto de olvido
que sumerge a la ciudad eterna en un letargo infinito.


Si estamos rotos
no nos vamos a arreglar.

Eso está claro.

Finjamos entonces que todo va bien
y que habrá descanso
cuando la libertad nos desangre
como una rosa de fuego
que nos impedirá respirar.

Entre tanta pólvora
No quedan ya ángeles de cristal.

Se fueron
solo se fueron
para no regresar.

Que se salve quien pueda

Mírame a la cara
como si no fueras a clavármela mañana.
Elvirus



Imagínate comprender los senderos de esta existencia, 
que este laberinto 
no fuese solo una manera de alargar el dolor y la desidia,
de fingir que la herida no quema,
de imaginar sueños como si quedan
cuando todos sabemos que se vendieron al mejor postor
por cuatro centavos
y una vida nueva.

Estoy confesándome entre cervezas
quemando cigarrillo
como quien fuma sus últimas esperanzas 
en un valle de ruinas,
y cierro los ojos
y solo veo cenizas,
solo finjamos
que este juego durará un poco más
aunque sea solo tiempo de descuento.

Y yo
que sé quien me juzga
y quien solo me escucha
intento perderme en otras pupilas
mientras la vida
se consume en sonrisas de pena
como si todavía quedase quien se salvase
de este agonizante poeta.

Divinas espinas
que se clavan como besos,
caricias de lascivia
que abrasan
como si hubiese palabras
para curar las cicatrices
que no cicatrizan.

Que se salve quien pueda

mientras el poeta derrama lágrimas
de hielo, sal y entrañas.

Mírame a la cara
y miénteme como si no fuese mentira.
¿Para qué fingir?
Si la herida solo ilumina
las llamas que arrasan
todo ahí fuera.

Y yo
que sé quien me juzga
y quien solo me escucha,
me confieso entre cervezas vacías,
soltando los poemas
que me martirizan
como si me fiara
de que habría un mañana.

Mi vida es una broma,
por suerte tengo amigas que me sujetan,
cuando solo miro hacia abajo
y ensayo
un salto con los ojos cerrados.
Ser un desgraciado,
ser un suicida,
y mientras tanto floto y me ahogo
sin remos ni amnesia.

Ven como una flor marchita
y píntame de heridas mis alas rotas,
que si me caigo,
me caiga a lo más hondo.

Y yo,
que sé quien me juzga
y quien solo me abraza,
echo a llorar
porque hecho pedazos
ya no hay mucho más por lo que fingir.

¿Y para qué mentir?
Si lo único que yo sé hacer es escribir.

¿Y para qué mentir?
Si lo único que yo sé hacer es escribir.

Si lo único que sé hacer
es escribir,
fingir
y amagar entre líneas con ser feliz.

Que se salve quien pueda...

que se salve quien pueda...

que se salve quien pueda...
de este hastío de amigo que se desagarró entre heridas
para huir de las cadenas
que le descubrieron lo que era realmente sufrir.

Que le descubrieron lo que era
realmente sufrir y ser un pobre infeliz.


No me mires,
pero recuerda
que ya no hay razón para mentir.

Solo recuerda que entre ruinas
no hay historias
solo leyendas que ocultan lo que ocurrió aquí.

sábado, 3 de julio de 2021

La historia de una caída

Las vidas que no nos atrevimos a vivir nos escrutan entre las sombras de todo el tiempo que perdimos vigilando expectantes las bifurcaciones que el camino nos planteaba. En ese laberinto de tinieblas confundimos demasiadas veces nuestras propias decisiones con esas que creímos que debíamos tomar obligatoriamente y de algún modo que no acertamos a discernir bien, fracasamos en nuestro intento de ser felices.

No siempre sabemos cuál es el sendero que debemos tomar. A veces la vida nos golpea y como un pobre poeta que solo sueña con ser capaz de escribir 3 o 4 líneas puras y sinceras, nos hundimos en nuestra propia miseria que es la existencia que no acertamos a disfrutar.

Un poeta es la única criatura que recupera la visión con los años. Quizás, porque solo cuando ya es demasiado tarde, comprendemos todo lo que hemos perdido por dolor o miedo.

Hay pocos destinos más crueles y amargos que el de un artista mediocre que pasa la vida envidiando y maldiciendo a sus competidores. Puede que ahí esté la respuesta a tanto sufrimiento. En la patente certeza de la ineptitud. Dónde otros fracasan, hay quien solo sabe hundirse
más y más
en su patética miseria.

Quizás ese sea mi Sino.

Desaparecer
para siempre
como si nunca hubiera existido.

La mía, como la historia de todos los aprendices de poeta, es la historia de una maldición. Quizás sea ahí donde resida la clave de todo. Quizás sea ese el motivo por el que nunca podré ser feliz.

Solo hay final.

No hay principio.

Solo
dejar
de vivir.


jueves, 1 de julio de 2021

La incertidumbre

El violín me recuerda
que nunca estoy solo
que es miedo barato.

Día Sexto



Envaso el vacío de la soledad 
tratando de encontrar salida
en un mundo sin vida
en un grito de auxilio que me olvida,
solo así comprenderé
que habrá camino a dónde llegaré,
y podré
comprender
en una vida en la que soñaré
entre la eternidad
de la libertad 
que nunca llegará.

El pasado nunca vuelve
solo pisa, pasa y pesa,
juguemos a tenernos
aunque ya nos hayamos olvidado.

Y gritaré
en la noche inmensa
que nunca llegaré
a toparme con el tiempo que seré
y podré
comprender
que he podido perder
sin saber
bien cómo ni por qué.

No tengo claro el rumbo,
pero allí estaré.

En la utopía de la libertad
este poeta
se protegerá
del dolor que supone
abandonar
a quien nunca te iba a dejar.



Y ahora
que las teclas del piano
suenan a soledad
solo entre notas
yo podré hallar paz
y descansar
cuando todo arda
y nada quede
entre las cenizas
de esta canción
que se rompió
sin saber bien
cómo fue
que las ruinas se deshicieron
como el papel.




Envaso
los besos
con gritos de agravio
como truenos en el mar
como heridas
que no dejan de supurar.

Lágrimas de cristal
que se pierden hasta el más allá.

Y ya será
otra vida
cuando podré terminar.

Y mientras tanto
solo seré recuerdo.

Aún recuerdo
todo lo que nos dijimos...
y ahora que todo se acabaría
yo solo puedo sonreír entre tristeza
por haber fracasado como este desastre
que arde
entre las frías losas
de hielo que me convierten en una elipsis.

Que omitir
cuando solo soy un adoquín
con el que fingir
ser feliz.




Callas
para no seguir perdiendo
mientras yo vaya escribiendo
creerás que todo va bien.
Grita,
echa sal a la vida
y si escuecen las heridas
cuenta de cero hasta cien
antes de verme caer.

Marta Espinosa

Nunca estarás tan solo como te puedas sentir

Creía que había perdido a la poesía
y estos días he comprado que siempre estará ahí
para salvarme durante la caída,
o al menos
hacerla más llevadera
y soportable.

Creía que había perdido a mis amigos
y estos días
he visto que están siempre ahí
pase lo que pase
para darme una mano
y ayudar a levantarme.

Creía que me había perdido yo completamente
y puede ser
que sea cierto,
pero siempre hay alguna forma
de encontrar la salida
en este laberinto que es el infierno;
y ahí,
podré encontrarme.

Creía que había perdido tantas cosas
que olvidé realmente lo que tenía
y todo el apoyo que siempre tendré
y creo,
solo creo,
que si la caída llega
podré sobrevivir solo
porque completamente solo nunca estaré.