y el mar se acuna en su tenue descanso,
la ciudad bruja se viste de cálida noche estival,
nuestros pies colgando ante el inmenso vaivén tranquilo de olas,
el tiempo se desteje
en un manto de luz y sonrisas.
Todo es poesía
y nosotros echamos a andar
sin saber bien
lo que el futuro nos deparará.
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