Me perdí en tu mirada
y como en un verso de Neruda me recorrió un escalofrío
de esos que te rompen en mil pedazos de felicidad.
Me perdí en tu mirada
y como Benedetti me despertaste
dándome las ganas que necesitaba para luchar.
Me perdí en tu mirada
y como Salem me susurraste que no me marchase muy lejos,
que siempre tendría ganas de abrazar
-te una y otra vez más.
Me perdí en tu mirada
y como en un poema de Escandar me hiciste sentir libre
de ser yo mismo,
de tener ganas de improvisar.
Me perdí en tu mirada
y como en un poema de Eleutheria me acariciaste
y yo te di mi corazón
abriéndome en canal.
Me perdí en tu mirada
y como Elvira me sacaste a la pista
y me enseñaste a bailar.
Me perdí en tu mirada
y como D´Ors me desnudaste con calma
y con piedad
para hacerme sentir que abría las alas para volar.
Me perdí en tu mirada
y como en un verso de Borja
me enseñaste a ver la belleza
de la Ría, del viento, del lienzo del mar,
de volver a tener ganas sonreír y soñar.
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