jueves, 16 de noviembre de 2023

Poesía de los destrozos (I)

Una desbandada de traiciones,
un juego de rotos ajenos,
espejos resquebrajados en los que lamentarse
por destruir lo propio.

Poesía de los destrozos.

lunes, 13 de noviembre de 2023

Marsella

En lo alto de la ciudad, en la oscuridad de la noche, 
reluce una basílica blanca, luminosa,
una catedral, allá en lo alto.



- Marsella

domingo, 12 de noviembre de 2023

Solo rompí los espejos para verme a través de otro cristal

Miro a los ojos a los fractales de tristeza,
cristales rotos entre espejos que sabían la verdad,
y me devuelven olas de infelicidad en un mar de tormentas,
de desastres a los que nadie sabe ya poner freno,
pero que están ahí
aunque no queramos
e intentemos por todos los medios mirar a otro lado.

Las heridas todavía duelen
¿Cómo llamamos a esas cicatrices que no cicatrizan,
que son fantasmas que nos visitan en la noche, en la soledad, y sobretodo en la ducha,
Cómo llamamos a esas cicatrices que no cicatrizan?

¿Ruinas?
¿Desastres?
¿Corazón roto?

El futuro se hipotecó en una burbuja especulativa de frágiles ilusiones
y estalló
como estallan todas las burbujas
dejando un reguero de esperanzas despedazadas, muertos por suicidios y de arruinados por bancarrotas de despiadados corredores que se corrían en cada apuesta de despectiva risa.

Y el pueblo,
como siempre,
pagamos los platos rotos
sin saber que quién nos decía proteger
solo arañaba las comisuras de nuestros labios
para vivir a costa de nuestra felicidad.

Distópica vida que se dibujaba en su cabeza.

¿Y yo?
¿Qué pasará conmigo
ahora que camino solo por este camino?

Los senderos sin destino se han abierto,
la esperanza factura a plazos,
y levantar la cabeza es una cuestión de actitud con la vida:

O pisas fuerte al avanzar
O te pisan.

Y yo,
por pura supervivencia,
soy más de crecer en firme
que de despedazarme por culpas ajenas.


Solo mírame a los ojos
y no me pidas que pague por tu tristeza

Porque no lo haré

Nunca más.



Solo rompí los espejos para verme a través de otro cristal.

martes, 31 de octubre de 2023

Poesías de amigas, viajes y campamentos (poesías de mi felicidad)

Visitar la ausencia de lugares, comprender con una mirada el mapa de estrellas que habitamos disidiendo la norma. Poetas de carretera. Poemas de autoestopistas de sueños y formas
poco ortodoxas de relacionarnos,
de querernos.
Intentos fugaces de comprendernos.

Habitar la vida como si la vida fuese un campamento.
Sentimientos intensos.
Experiencias veloces que nos arrastran sin preverlo.
Amigas que abrazar y cuidar mientras nos duran estos escasos 40 días de infinito tiempo.
Poner en cuarentena nuestra realidad,
aislarnos del exterior,
permitirnos acariciar el presente y dentro del frenético ritmo y caos abandonar el reloj.
Mirarnos a los ojos y entre chocolates y gominolas
a las 4 de la mañana
mimarnos la sonrisa
sin que importe la hora.


Somos locos que habitan el verano de forma fugaz despuntando la aurora.

Madrugadas de tiendas, conversaciones y quitarnos la soledad riendo la vida.

Celebrar nuestra alegría.

Quemar kilómetros como poesías en movimiento.

Detener el tiempo viviendo deprisa, frenando las derrotas, sacando luz a las listas de esperanzas hasta quedarnos por sobredosis de risas sin aliento.

Somos el futuro de mil viajes dibujados en el cielo.

La libertad del constante destino que construimos sabiendo lo que hacemos.

El horizonte atlántico en el firmamento.

Somos
los poetas luminosos para curar las caídas y tropiezos.
Y hoy,
en este instante, en este momento,
yo proclamo
que algún día viajaré sin ponerme fronteras, sin ponerme fecha de regreso.

Soy
el efímero poeta
volando libre en el viento.

domingo, 29 de octubre de 2023

Revisando el amor no monógamo

Desdibujar las relaciones, cargarnos las líneas y convertirnos en mapas. Acabar con todas las pirámides que nos encierran, que nos atrapan. Construir el amor desde la horizontalidad, desde nuevas miradas. Colapsar el sistema a base de cuidados construyendo amor revolucionario. Llevar la ternura por bandera, abandonar los puntos de fuga, surcar los laberintos de un camino de múltiples sendas. Aprender que cuando fallamos estarán nuestras amigas para sostenernos, tendernos sus manos, brindarnos las fuerzas para encontrar otro ángulo y salvarnos de nosotras mismas. Observar el mundo desde nuevos prismas. Permitirnos llegar, permitirnos ser libres. Desjerarquizar el amor, las relaciones y tender puentes y lazos que nos conecten en redes de apoyo que sean las que tú eliges.
Querernos, querernos como nos quieren quienes nos sonríen.
Comprender que somos nosotras
quienes abrimos nuevas rutas
cantando para que nadie sufra.
Defender la alegría en la rutina del día a día.
Acabar con el amor monógamo. Ser nosotras, nuestra amistad, el nuevo sujeto revolucionario.

Volemos bien alto.

Que nadie nos quite lo soñado.

Carta desde el Atlántico

Siento mucho haber tardado tanto en volver a escribirte. Me ha costado afrontar la titánica tarea que implica contarte tantos meses condensados en una breve carta, pero por fin he logrado abordar el desafío. Quizás tratando de elaborar un texto breve y conciso sea más sencillo. Pero ya me conoces, soy poeta, y eso significa desgranar la belleza de la cotidianidad y tejer un retal de acuarelas con la realidad.

¿Cómo estás? ¿Qué tal estos meses? Tengo muchísimas cosas que contarte. Buenas y malas, pero sobretodo buenas. He vivido meses intensos y completos, no he parado quieto en ningún moemnto, pero eso me ha permitido encontrar la calma en el caos, toparme con la felicidad en el instante que arde como una llama incandescente que arde de forma intensa durante un breve periodo de tiempo. El sueño del fuego. Más allá de los límites.

Ya me conoces.

Fluyo, como esta vida líquida que nos ha tocado habitar y ahí, en sus revueltas aguas de mar, he encontrado la forma de mantenerme a flote y respirar. Quiero contarte mucho más, de forma extensa todos estos meses, pero por ahora prefiero contarte un poquito y dar señales de vida, lanzarte esta botella al mar con este breve mensaje en su interior.

Como resumen te contaré que las cosas me van bien, tanto individualmente como profesionalmente, y también en el ámbito de las amistades. Quizás soy demasiado optimista, pero me estoy permitiendo sonreír más.

[...]

Este verano he trabajado como monitor, durante dos meses, y ha sido una experiencia increíble. Eran campamentos de 10 días, completos, durmiendo allí, en tiendas de campaña, y descansando cuatro días entre campamento y campamento. Así todo Julio y todo Agosto. Y ha sido, creo, uno de los mejores veranos de los últimos años. Desconectado completamente de la realidad, viviendo el microcosmos que son los campamentos. Allí he conocido gente fantástica. He conectado con muchísimas personas, he construido amistades hermosas. He descubierto personas con mis aficiones, intereses, pasiones... Gente con mi misma forma de enfocar la vida y que te abraza cuando lo necesitas. 

Y me ha gustado eso. Me he sentido cuidado, protegido.


Los campamentos son duros, puede sonar a tópico, pero es cierto. Igual que estás desconectado de la realidad exterior, también puedes sentirte muchas veces muy solo. Trabajas durante horas, duermes muy poco tiempo. De media entre cinco y tres horas diarias. Durante todo el verano. Es un trabajo muy intenso física y emocionalmente y siempre tienes que estar al 100% para los niños, para pasar tiempo con ellos. Y a veces te preguntas qué haces allí, cuál es tu lugar en el equipo, en ese mundo que se crea... Y en esos momentos que te tambaleas es imprescindible tener puntos de apoyo. Y esas amistades que he hecho lo han sido. Personas preciosas que me han cuidado, querido, abrazado y cobijado cuando más lo necesitaba. Y ha sido muy bonito.


[...]


En Septiembre comencé el ciclo de Guía turística. Creo que no te lo había dicho, pero he decidido formarme para ser guía. Me he dado cuenta de que es la mejor forma de cumplir mis necesidades vitales y al mismo tiempo trabajar. La sociedad nos direcciona hacia la productividad, hacia la vida estable, hacia el dinero, hacia tener un trabajo estable. En esa dirección el trabajo de monitor de campamentos es complicado al ser un trabajo estacional limitado, en su mayor parte, al verano. Además, como bien sabes, para mí viajar es una necesidad vital que necesito satisfacer. Por eso, tras mucho reflexionar, tras muchas crisis vitales y existenciales, me he dado cuenta de que el trabajo de guía acompañante sería una forma bastante adecuada de cubrir esas dos necesidades: por un lado me permite tener dinero de forma más o menos estable y, por otra, la realmente importante, me permite viajar de forma mucho más regular. Es verdad que viajar trabajando no es lo mismo que viajar libremente, pero creo que es una buena forma de gestionar ambas partes de la balanza y poder ganar dinero mientras trabajo viajando.

Siguiendo esa línea de pensamiento... Se me han presentado ya dos oportunidades y ahora a lo largo del mes de octubre pude trabajar dos veces de guía acompañante de viaje. Uno de los viajes fue un fin de semana al norte de Galicia, el otro viaje fueron cuatro días por Toledo y pueblitos alrededor de Toledo. Fue una experiencia increíble! Por primera vez en mi vida estaba cumpliendo mi sueño de vivir viajando, de trabajar viajando! Me estaban pagando por viajar! Mi felicidad era indescriptible!

Es verdad que es también un trabajo duro e intenso en el que tienes que estar atento de mil pequeños detalles y de que todo funcione bien. Tú eres la persona que explica el viaje, que gestiona todo lo relacionado con hoteles y comidas, cualquier necesidad de los viajeros... Es duro. Sí. Pero lo disfruto mucho. Creo que es una buena dirección hacia la que encaminar mi vida.

Estoy ahora mismo contento con ello.

Este verano me ha permitido conocerme mucho más a fondo. He descubierto mis capacidades y habilidades, he aprendido a quererme, a valorarme. He explorado quien soy, mis potencialidades. He aprendido también a admirarme como los demás me admiran, a cuidarme como los demás me cuidan, a respetarme como los demás me respetan. Me permito verme como los demás me ven. 
He comprendido que soy una persona cuidadora, que soy una persona que se adapta, que soy una persona capaz de cualquier reto y desafío. He comprendido que puedo hacer lo que me de la gana porque tengo la capacidad para ello, que soy una persona con un perfil animador, cuidador y que en muchas ocasiones puedo ser un líder que sabe dirigir grupos y que es capaz de sacar el potencial que hay en los miembros de un equipo. He aprendido mucho sobre mí.

Ahora me conozco en mucha mayor profundidad.

Ahora me admiro.

Y eso me ha dado alas, me ha dado libertad,
me ha proporcionado la fuerza para volar.

He crecido como hacía mucho tiempo que no crecía.


[...]


Como ves las cosas me están yendo bastante bien. Estoy contento.

Y supongo que por eso te echo tanto de menos. Me encantaría poder verte y compartir contigo mi felicidad. Me encantaría poder disfrutar de tiempo contigo. Quizás podríamos un día intentar hacer una videollamada y ponernos al día un poquito más, que me contases qué tal te va todo, qué tal estás.

¿Qué te parece?

Espero que a ti te esté yendo todo genial. Dije que iba a ser un mensaje corto, pero no he sido capaz.

Ojalá poder verte pronto. Y ojalá estés siendo muy feliz. 

Quiero saberlo todo sobre ti. 

Espero poder leerte pronto.

Te quiero mucho!

Un abrazo muy muy fuerte!

Iago

viernes, 27 de octubre de 2023

¿Te acuerdas de nuestra amistad?

Cuídame en la distancia
aunque ya no estés,
aunque ya no esté yo tampoco.

Recuérdame
en lo alto del reloj
comiendo helados
como aquella última vez.

¿Te acuerdas?

Nuestras sonrisas eran rayos de sol en el atardecer.

Y las poesías de nuestra felicidad
se deshacían
entre el olvido y el perdón.

Te echo de menos
¿me echas de menos tú también a mí?

Me revolvías el pelo
y yo te abrazaba,
me mirabas
con mirada fascinada
y yo te enseñaba mi inocencia y mis sueños
que me guiaban en esta vida de continuo volver a empezar.

Y tú.

Y tú me lo enseñabas todo.

A querer.
A vivir.
A permitirme volar.

¿Lo recuerdas?

Solo éramos dos
sentados en lo alto de la torre del reloj
comiendo helados frente a la caída (la puesta) del sol

hasta que todo nuestro tiempo se terminó.