ante el castillo de Domfront
y Falaise testimonia
el esplendor de Guillermo El Conquistador.
En Deauville las calles se decoran
y Flers se llena de flores,
Étretat se yergue entre su blancura
y La Roche d´Oërte sinuosa se esconde entre sus roquedales.
Lisieux y Evreux entre catedrales
y Dreux entre la paz de sus calles de melodía,
y entre rincones y rincones
se esconde y se muestra
como carreteras ondulantes entre valles
la magia de la Normandía.
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