domingo, 27 de octubre de 2024

Vamos a hacer que se escuche el volumen más fuerte

Ritmos acompasados en carreteras sin final,
"vueltas que da la vida"
frase manida
para no decir ná´,
solo un futil intento de escapar de la normalidad
conscientes de que nada se puede cambiar.

Y ahora que sabemos que todo sigue en un ciclo constante de reincidente repetición
nos hemos topado con los muros de esta realidad
que exprimen el instante para tratar
de impedir que nada más pueda suceder.

Y en las calles adoquinadas me pierdo en un loco baile electrónico,
recuerdos de otros años,
de otras vidas,
de libros que ponían puertas de emergencia
a las salidas que no podían existir

y al final todo es cuestión de insistir

que el baile no se termina
y todo el futuro está por venir.


Ríete un nuevo día
que aún habrá oportunidad para seguir aquí.

miércoles, 23 de octubre de 2024

¿Quiénes somos? - Antesala de la lucha

Combativos como un barco de pesca en una tormenta en alta mar,
insumisos como el derecho a la vivienda exigiendo su lugar,
ingobernables como un grupo de rapazada buscando horizontalidad,
incansables como los monitores currando sin parar.

Somos el ansia de avanzar,
de conquistar,
de ir más allá,
de lograr todo lo que merecemos y mucho más,
de nunca parar,
de exprimir al máximo nuestros derechos
y nuestra necesidad de dignamente vivir en libertad.

lunes, 21 de octubre de 2024

La vida es eso y todo lo que sigue

Creíamos que la vida era eso y todo lo que sigue,
hablo de esa sucesión de episodios canónicos,
que si no ocurren
el universo entero de la heteronorma capitalista se derrumba,
de esa escalera
de peldaños
que todo el mundo debe subir
uno a uno
porque sino la vida no es eso
y todo lo que sigue
-dicen-
no tiene sentido.

Nacer, aprender, tener pareja, irte a vivir con ella, casarte, tener hijos y trabajar toda la vida en lo mismo, o cambiando -poco importa-, pero sin salirte demasiado de ese esquema establecido. Así serás feliz.

Y si no lo haces
no tienes camino que seguir
así que... ¿Para qué vives? Si no es para ser uno más de ese redil en el que todos debemos existir.

Y al final la vida era eso
y todo lo que sigue
un sinsentido,
sí,
pero el sinsentido en el que opresivamente debes ser feliz.



- La vida es eso y todo lo que sigue

No nos quedaba ni suerte ni esperanza

No esperes hogares cuando habitas en ruinas.
Carla Camaleònica



En la noche de los tiempos caminamos
sin rumbo ni esperanza
los cometas surcaban el cielo
y nosotros ya no teníamos deseos.

Creíamos que podríamos apagar todos los incendios,
pero teníamos sonrisas de medio lado
de esas en que te descubres en el infierno
sin querer asumirlo de puertas para fuera
y no había forma de escapar.
No, no había forma de escapar.

Las calles y los callejones nos asfixiaban
y el cielo plomizo todo lo apagaba
no había salida,
no había rumbo,
no había final.

No importaba mucho nada,
porque nada importaba mucho.

Y seguramente todo pasó de largo por las calles

y yo ni siquiera lo sabía.



¿Cómo iba a haber un hogar

cuando solo habitábamos ruinas?

Soy de límites. No lo voy a negar.

Sóc de límits. No ho vaig negar.
De veure el precipici als peus i no dubtar.

Carla Camaleònica



Soy de límites. No lo voy a negar.
De ver el precipicio a los pies y no dudar.
De disfrutar viendo como todo salta por los aires
durante un instante,

durante un breve y efímero instante

en que todo es mágico


hasta que explota


y después de la explosión viene el dolor.




Pero eso ya ocurre más tarde y mientras todo salta
por los aires
yo vuelo
y la magia me suspende como si nada más importase.

sábado, 12 de octubre de 2024

Soy poeta del Atlántico, y eso no se cambia

Poeta de viajes, de atardeceres en la mirada, de horizontes atlánticos en el alma. Incansable sucesión de vivencias, atrapando el instante que arde antes de que el silencio del desierto nos consuma. Somos la suma de nuestras pasiones, de nuestras emociones, de nuestras efímeras ilusiones que nos impulsan en los sueños que se dibujan en los rincones de esta vida que se escapa mientras el infinito se hace efímero en la intensidad de una caricia, de una palabra, de los versos que arden en nuestra alma de viajero que dibuja atardeceres en la mirada. Soy poeta del Atlántico, y eso no se cambia.

viernes, 11 de octubre de 2024

El silencio solo interrumpido por el vacío de la lluvia

Dicen que la lluvia limpia la tristeza y las heridas, pero yo solo veo que barre la alegría y encharca las cicatrices del alma. No cesa en su empeño el cielo en dejar olvidado el vacío. No queda sino silencio alrededor y la estridencia de los pensamientos recordando que la felicidad es un don concedido para unos pocos
y entre esos pocos no estoy yo.

Llueve la vida en ríos de tristeza
y quedan solo las ausencias en el corazón.



- El silencio solo interrumpido por el vacío de la lluvia

jueves, 10 de octubre de 2024

Tembloroso paisaje de otoño

Tiemblan los días inestables
en la fina lluvia que cae,
la vida se lleva el viento
y no queda más que la hojarasca,
tapices de vivos silencios,
alfombras de otoño y olvido.

miércoles, 9 de octubre de 2024

Cuando la luz se apague....

La vela se consume lentamente
como el lento diapasón de un metrónomo que oscila
de un lado a otro
una
y otra
y otra vez
sin nunca parar...

Pues el tiempo nunca para....

Y mientras tanto la vela...
se consume...
lentamente...

sin que podamos detener el final...









Y cuándo la luz se apague...

¿Qué nos quedará?

Ya no hay lluvia que cubra mi pena

Quizás no supimos decir nuestro propio nombre
en todo este rastro de tristeza
y ya la bailarina que fuimos
no baila en medio de la solitaria pista vacía de la discoteca,
las luces se apagaron
sin saber siquiera cómo sería todo
y fingimos comprender la felicidad
cuando solo  se nos escapaban lágrimas de frustración

ya no hay lluvia que cubra mi pena.

martes, 1 de octubre de 2024

Qué vamos a decirnos que no hayamos negado hasta la muerte en el momento que más verdad necesitábamos

Fue la rehostia y con eso me vale
por eso me conformo con lo poco
que queda que decir entre nosotras
Por ejemplo
[...]
lo bien que nos va
o lo mal que mentimos
a estas alturas no hace falta ser sinceras
ni siquiera sensatas
si ya nos conocemos
qué vamos a decirnos
que no hayamos negado hasta la muerte
en el momento que más verdad necesitábamos.

Elvira G. Luque (Elvirus)



Qué irónico todo, no?
Que Elvirus sea siempre la melodía
o los versos
de las almas desgarradas,
de recoger los restos con los dedos y mucho cuidado
por no aplastar los trocitos de corazón que zapateaste de un golpe de mis manos.

Y es que como ella dice
¿qué vamos a decirnos ya a estas alturas
que no sepamos
que no nos mintamos
que no nos hayamos negado?

Fingimos no sufrir
y guardamos el dolor
en lo más hondo
sin saber, sin ser conscientes,
que cuando llueve
la lluvia se lo lleva todo

hasta las mentiras que nos contamos para no llorar más


y entre esa tristeza gris solo queda el dolor y las cicatrices que ya nunca, 
-nunca-, 
nunca se van.


Fue la rehostia todo
y con eso ya creíamos que llegaba...

Silenciosos restos que saben a cenizas

Hablas de mí
y eso que tú y yo nunca fuimos capaces de rimar dos palabras juntas.

Creímos que jugando a las escondidas nos encontraríamos,
pero solo fue fingir que las escapadas tenían sentido
y no estábamos haciendo nada más
que huir hacia adelante
la una de la otra.

Qué retórica que fue nuestra historia.


Una mentira construida sobre un castillo de naipes
donde si acaso había una verdad por cada palo
y eso es nada
así que en nada
quedó lo que podría haber sido este baile.

Tú te reías
y yo fingía reírme
con la boca pequeña
y forzando la sonrisa de medio lado
porque en realidad
yo no entendía nada de nada

y todo
cada vez
tenía mucho menos sentido.


¿Alguna vez te has sentido así,

Como una muñeca rota a la que se le olvidaron coserse los rotos?



No te lo recomiendo

el paso del tiempo no cura nada

solo rompe todo en más pequeños y diminutos trozos.



Y luego qué queda?

Si acaso

el eco de nuestras rimas que nunca logramos rimar
más allá que rastros y rastros de lágrimas vivas

hasta que todo se terminó.