Poeta de viajes, de atardeceres en la mirada, de horizontes atlánticos en el alma. Incansable sucesión de vivencias, atrapando el instante que arde antes de que el silencio del desierto nos consuma. Somos la suma de nuestras pasiones, de nuestras emociones, de nuestras efímeras ilusiones que nos impulsan en los sueños que se dibujan en los rincones de esta vida que se escapa mientras el infinito se hace efímero en la intensidad de una caricia, de una palabra, de los versos que arden en nuestra alma de viajero que dibuja atardeceres en la mirada. Soy poeta del Atlántico, y eso no se cambia.
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