domingo, 30 de agosto de 2020
Alguien besaba tus sueños
alzamos los mecheros
para lograr ver más allá de nuestra soledad,
pero solo había humo,
solo había cigarrillos consumiéndose
consumiéndose demasiado rápido
para la decadente existencia que nos tocó vivir.
¿Dónde están los besos que no nos atrevimos a dar?
Caminamos en esta oscura noche
más desorientados
que un cielo sin estrellas,
que un héroe estrellado,
ardiendo entre la arenas del desierto
ya los ríos se llevaron
todo lo que teníamos,
todos nuestros sueños.
Susurramos en idiomas que no comprendemos
y no pudimos volar,
no,
no pudimos volar
por mucho que lo intentáramos.
Y mira que lo intentamos.
Es la bella del bosque
que se pierde cada noche
en un baile sin final,
somos las estelas
que entre nuestras derrotas
solo atinamos a desear.
¿Dónde quedó
todo lo que nos prometieron?
¿Dónde quedaron
todos los futuros que no tendremos?
Y llora,
llora mientras llueve
porque mientras llueva
llorar solo será
la forma más sencilla de perderse
perderse hasta que solo podamos caer
caer sin final.
Supe que estabas en algún lado,
pero no me atreví a ir a buscarte,
y ahora solo hay caminos
que nunca podré volver a retomar
¿Dónde está la soledad?
¿Dónde está esa oscuridad
que me prometió nunca dejarme atrás?
Y cuenta,
y cuenta,
y cuenta tus derrotas,
que mientras sigas perdiendo
nada tienes que perder.
Y vive,
y vive,
y vive hasta morir,
porque ya no quedará nada luego,
porque si te atrevieses a morir ya lo habrías hecho.
Y solo eres un cobarde.
Y lo sabes.
Y solo eres un cobarde.
Y lo sabes.
Es la bella del bosque
que se pierde cada noche
en un baile sin final,
es la bella del bosque
la que te besa en sueños
como si hubiese vuelta atrás.
¿Y los amigos dónde están?
Y dime ¿y los amigos dónde están?
Vente al país de los sueños,
vente a las montañas de los sueños,
vente al mundo de los sueños,
vente a vivir en este cuento
dónde solo puedes tener sueños.
Y los amigos ya no están.
Y dime. Los amigos ya no están.
Es la bella del bosque
la que se pierde cada noche
en un baile sin final,
es la bella del bosque
que acaricia tus derrotas
para que puedas llorar.
Vente al país de los sueños,
vente al mundo de los sueños,
vente a las montañas de los sueños,
vente a la vida de los sueños.
Es la bella del bosque
la que cuida tu libertad,
es la bella del bosque
a la que ya nunca verás.
sábado, 29 de agosto de 2020
Sin fronteras: libertad
jueves, 27 de agosto de 2020
El vuelo de una polilla
martes, 25 de agosto de 2020
Quiero follar en mi tumba
jueves, 20 de agosto de 2020
Poema inacabado entre hiedras
domingo, 9 de agosto de 2020
Nuevo libro: ELOY DE LA IGLESIA: EL CINE AL SERVICIO DE LA REALIDAD
Se trata de mi primer libro que no es de poesía, mi primer intento de realizar un ensayo, un proyecto que ha crecido paralelamente al documental de mi TFG Del tirón al galope y que me ha venido acompañando desde 2017 cuando realicé un trabajo para clase sobre la figura de Eloy de la Iglesia. Después de ello vino trabajo, esfuerzo, mucha mucha ansiedad. Desistir. Rendirme. Continuar. Volver a rendirme. Lograr sacar adelante el crowdfunding. Maquetar el libro. Borrarse el ordenador. Volver a maquetar el libro. Pedir recompensas. No recibir respuestas. Planificar presupuestos. Remaquetar el libro. Añadir nuevas cosas al libro. Maquetar la portada. Pasó por el medio un ciclo extenuante, un trabajo, otro curso de ciclo, un erasmus y unas prácticas en Lisboa, lograr terminar el TFG, presentarlo y aprobarlo, meses complicados, una pandemia, retrasos en las cosas, saber que me voy de voluntariado... y por fin, tras casi 3 años desde que escribí el trabajo y casi 2 años desde que hice el crowdfunding, ha visto la luz mi nuevo libro.
Un análisis pormenorizado a la figura del director más importante de la Transición y máximo referente del cine quinqui. Un estudio de una época, de unas películas, de un contexto socioeconómico y político. Un homenaje a una década dura, a una generación perdida. Un intento de recuperar la historia silenciada, olvidada, que intentaron que callásemos. Mi primer ensayo, mi primer gran trabajo de historia, mi gran proyecto audiovisual.
No sé qué recepción tendrá todo este trabajo, pero yo estoy muy orgulloso de todo mi esfuerzo y del resultado que he logrado alcanzar. Espero que disfrutéis leyéndolo tanto como yo disfruto cuando admiro el libro que tengo ahora en mis manos.
Gracias por la paciencia, los ánimos y el apoyo.
Y gracias a Lura, por ser, por estar, por todo todo todo.
Porque resistir es poesía.
PD: Os dejo aquí en enlace para conseguir el libro por solo 5 euros + gastos de envío.
Caminamos juntos, soñamos juntos
nos encontramos en nosotros
versos hermosos, sonrisas en el rostro,
componiendo sueños sin que puedan ponernos coto.
Somos locos saltando de carretera en carretera,
abrimos camino entre las risas que nos alegran
la vida que compusimos entre canciones
que acompañan nuestros corazones.
Pintamos lienzos en el horizonte
tratando de aprovechar el instante,
alargar las ocasiones
en que saltamos juntos hacia adelante.
Salitre en el alma y Atlántico en la mirada
descubriendo mundos sin palabras,
atrapando ilusiones de esperanza,
liberando otoños al calor de la calma que nos baña.
sábado, 8 de agosto de 2020
Vi mi tumba y sonreí ante mi necesidad de morir
yo me vi
tan perdido
como un pequeño trozo de ceniza
que se lleva el viento,
desorientado y herido,
olvidado y hundido,
logré abrir caminos
donde Dios se olvidó de estar
y en esta soledad
igualmente fría
percibí el olor de la muerte
y creí que todo se acababa
y creí que todo se acababa.
Los cuadernos no escritos
se hundieron en las negras aguas
y completamente ennegrecido
el firmamento pintó rayas y puntos,
mensajes cifrados que no llegan a ninguna parte,
y mortalmente caí inmortal
en un denso sueño
de olvidos y paz.
Cerré todas las puertas
y no miré atrás.
Cerré todas las puertas
y no miré atrás.
El cielo lloraba a cada paso,
lúgubre destino que todo se lleva,
y la máquina de escribir quedó tragando polvo
bajo una gruesa capa de soledad.
El sol me miró
y me vi desnudo
ante la sonora llamada del último umbral.
Por favor,
no me mates.
Por favor,
no me hieras.
Por favor,
no me hagas perder todo lo que todavía me da cuerda.
Por favor,
no me mates.
Por favor,
no me hieras.
Por favor,
no me hagas perder todo lo que todavía me da cuerda.
Supliqué a Dios
y no me escuchó,
recé a algún ente superior
y no hallé perdón.
Así que en la noche oscura
me miré para encontrarme
y supe quien era
y quien quería ser.
Igualmente nada tiene sentido,
pero hay que intentarlo,
igualmente nada tiene sentido,
pero es tiempo de llorar.
Es tiempo de llorar bajo los acordes de guitarra
mientras el humo se escapa hacia ninguna parte,
no me mires, por favor,
y solo camina,
no me mires, por favor,
me dije,
y solo camina.
Ya es tiempo del último cigarrillo.
Y de atreverse a soñar.
viernes, 7 de agosto de 2020
El problema final
sin ida, sin vuelta,
sin lugar al que regresar,
sin vidas concretas, sin mundos certeros,
sin cuentos de errores y aciertos
que llevarnos en estos llantos de muertos
que suplican maldad.
¿Dónde hallar
el rumbo incierto
que jamás quedará?
Surcamos los mares
trazando detalles
en mapas de sueños
que se acunan al viento
de un tiempo herido,
quejumbroso,
rastrero
que llega al hilo
de este sonoro aséptico
soliloquio de llantos eternos.
jueves, 6 de agosto de 2020
Al calor del muro de arena
susurros dehielo fundidos a destiempo,
el mar que se afana por serlo,
poemas de relojes, de arena, de aliento.
Soliloquios de loco cuerdo,
recuerdo de locura,
locura de acuerdo,
disertaciones de cuerdo locuelo
Diarios de un voluntario #0: Camino de cumplir un sueño
Siempre he soñado con viajar.
Desde pequeño he viajado por toda España y algunos rincones de Europa con mis padres. En cuanto alcancé los 18 comencé a viajar también por mi cuenta, primero cada verano y luego pequeños viajes por el curso. Con 22 años me fui de Erasmus a Caldas da Rainha, en Portugal. Allí cada fin de semana aprovechaba para explorar y descubrir un poco más el país lusitano. Desde ese momento viajar se convirtió en una necesidad, en una especie de obsesión que me obligaba a ir más allá cada vez, a profundizar cada vez más en este ancho mundo que parecía querer condenarme a no lograr arañar apenas la superficie de sus maravillas por desentrañar. Quería conocerlo todo, llegar a todos los sitios posibles. Saber más y más, saberlo todo. Viajar siempre. Viajar sin cesar. Viajar de por vida. Vivir viajando. Pero por más que lo intentaba parecía imposible, viajar se convertía en una utopía inalcanzable.
Hasta que en Portugal descubrí a una viajera que llevaba más de 10 años viajando sin parar: Aniko Villalba. Ella había recorrido el mundo, iba de un lado para otro, viajaba viviendo y vivía viajando. Llegado un punto se quedó a vivir en algunos países, pero ella no paraba de viajar, seguía viajando, porque viajar para ella no era solo desplazarse continuamente, sino no parar de aprender. Desde ese momento se insertó una semilla en mi mente. Una idea. Un concepto que comenzó a crecer y crecer, tomando forma, ocupándolo todo en mi cabeza. Viajar. Viajar siempre. De algún modo. Hallar mi propio modo de viajar constantemente, de no terminar nunca de aprender y aprender sobre este mundo en el que vivimos.
Pasaron algunos años y viajaba siempre que tenía oportunidad. Hice un tour de 10 días por Francia. Hice otro Erasmus en Portugal, esta vez en Lisboa. Y seguí descubriendo Europa todo lo que podía. Pero faltaba algo, la vida no podía siempre viajar solo un par de días de vez en cuando y hacer un pequeño viaje relativamente largo una vez al año. Tenía que existir otra forma de viajar, una forma propia de viajar, y debía averiguarla.
Hace un año descubrí los Erasmus Exchange, intercambios culturales en otros países, conociendo otros lugares, a otras personas... Estuve en Rumanía y en Amberes y esas experiencias me permitieron descubrir el maravilloso mundo del Erasmus +. Comencé a estar atento a todas las ofertas que salían y averigüé que existían los voluntariados europeos de Erasmus +. Voluntariados de un año en otro país en diferentes sectores y ejerciendo diferentes actividades. Comencé a darle vueltas a la idea y se la propuse a mi pareja para irnos juntos a Francia, país con el que los dos siempre soñamos con ir a vivir. No lo dudamos y decidimos apuntarnos. Por el medio hubo una cuarentena y dificultó un poco el proceso y lo alargó más de lo esperado, pero al final tuvimos noticias. Por unas causas y otras no logramos ir juntos a la misma ciudad, pero yo me iría a Le Mans y ella a Normandía. Todo el proceso fue lo más atractivo y sencillo posible y pronto estaba ya listo para irme. Me habían aceptado e iba a cumplir mi sueño de vivir un año en Francia, colaborando socialmente y viajando todo lo posible cada fin de semana. Por fin había encontrado mi propia forma de viajar y tenía claro que no la iba a desaprovechar.
Iba a irme.
Voy a irme.
En apenas una semana estaré ya en Le Mans listo para comenzar mi voluntariado y esta serie de entradas es un intento de dejar por escrito una suerte de Diarios de un voluntariado para recordar esta experiencia y poder divulgarla a otras personas que estén en mi misma situación y busquen su propia forma de viajar, de conocer otro país y de saber más sobre esta experiencia. Por eso quiero que resulten lo más completas e interesantes posibles y ayuden tanto a mí como a los demás a profundizar más en esta experiencia que es el voluntariado europeo.
Espero que cumplan su objetivo y caminemos juntos en este largo viaje de un año que serán mis Diarios de un voluntariado.
¡Nos leemos!