Antes de que termine el mes tendré en mis manos mi segundo libro, el segundo en menos de un año, y es bonito. Sobre todo porque no ha sido un año fácil y salir a flote no es nada sencillo cuando se sufre ansiedad y el mundo se te viene encima con mucha más frecuencia de la que desearías. Y porque los golpes no vienen de uno en uno, sino todos a la vez y en diferentes frentes. En situaciones así se hace necesario levantar trincheras y echar la mirada atrás para recuperar el pasado que nos pertenece y restituir la memoria colectiva. Supongo que por eso este libro: recuperar de una vez el cine quinqui. Supongo que también por eso el primero: recuperar nuestra identidad como generación resultado del contexto que nos ha tocado vivir, heredera de la generación rota de nuestros padres hundida por la falsa Transición, nietos de una guerra y una dictadura que quiso arrebatarnos todas nuestras conquistas. Tres generaciones en una, de eso un poco iba ese libro. Y un poco también este. De la cultura al servicio de la realidad. De levantar sueños colectivos con trabajo y compromiso.
Quiere la casualidad, esa misma que me trajo la magia del otoño, que pueda publicar este libro justo cuando hace un año terminaba de maquetar el primero. Y si logro eso ha sido gracias a mucha gente que me ha tendido su mano, tanto en difusión, como económicamente. Y apoyo, mucho apoyo emocional de la gente más cercana, que me quiere ver siempre sonreír. Por suerte. Por ver un poco más cerca la libertad.
Por ti y por mi es este libro. Y por toda esa generación que tuvo que ver como era borrada de la historia. No lograrán que volvamos a olvidar.
Resistir es poesía.
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