I
Desde lo alto del ático Monte Alto me susurra sus secretos
el Orzán reverbera lejos
y yo me dejo llevar por las líneas de los textos.
II
Te busqué en cada rincón
y me encontré a mí
a esa parte que había perdido
y durante unas horas fui feliz.
III
Puede que sea casualidad o azar,
pero Rosa Aneiros me invita a volar;
yo programo sueños en un papel
y la salida aparece en letras grandes:
VIAJAR.
IV
¿Qué tienes Coruña?
Que eres como ese beso que nunca di.
¿Qué tienes Coruña?
Una mirada perdida con la que sonreír.
V
Sentado junto al mar,
la brisa en mi pelo,
los dedos en el papel,
y yo muy muy lejos.
VI
Recuerdos entre rincones, folios, instantes,
recuerdos cercanos, recuerdos distantes,
recuerdos cerveza en mano y años de estudiante,
recuerdos que recuperar para caminar hacia adelante.
VII
Ojalá Monte Alto tatuado en la piel
como esos mensajes que no quieres que se borren
por principios,
por final.
VIII
Las olas; la brisa; el frío; la débil caricia
del sueño de años aquí en este ático;
la salitre; la libertad; la juventud; el pasado
del eterno futuro que atrapa el Atlántico.
IX
Te diría hasta siempre
si supiese que no te vería,
te diría hasta siempre
a pesar de que sabía que pasaría,
te diría hasta siempre
aunque te resucite en cada verso;
te diría hasta siempre
porque vivir es eso: resistir es poesía.
X
Coruña en el pecho,
la brisa,
el viento.
Monte Alto por dentro,
la vida,
el recuerdo.
Un barrio en la mirada
compartiendo el tiempo.
Me haces eterno,
me haces feliz,
me haces ser quien soy
aún cuando me pierdo y me encuentro.
XI
Constantinopla defendiendo su libertad,
yo siendo fuego eterno,
marcas en la piel
heridas en el cuerpo,
paz en el corazón,
sueños de mi alma viviendo.
XII
Gracias.
XIII
Has hecho nieta tuya la felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario