lunes, 16 de marzo de 2015

soledad-oscuridad-libertad

La gente no entiende la soledad. Le temen. Le temen tanto como a la oscuridad.

La gente no entiende la oscuridad. Le temen. Le temen tanto como a la soledad.

No la comprenden; no entienden su poder, y por eso la evitan, la juzgan, la etiquetan de malo. No se dan cuenta de la libertad que proporcionan: Sin vínculos, sin dependencias, sin falsas relaciones humanas innecesarias, que solo son empleadas para llenar el vacío que deja el no poder cumplir con las expectativas que deposita en tu mente el sistema. Ya se sabe, si no has hecho nada con tu vida no eres nadie. Tanto tienes, tanto vales; dicen por ahí.

La verdadera libertad está en no tener que depender de nadie, no tener que preocuparte de nadie; poder hacer lo que quieras y cuando quieras porque solo importas tú. Sin nadie más con quien pararte y perder parte de tu libertad, poco a poco.

La verdadera libertad está en ser tu mismo sin preocuparte de nadie; tú sólo. Te llamarán frío; solitario; pero solo tú sabes que en un corazón inundado por la oscuridad es el único sitio donde es posible encontrar la felicidad.

Y no piensas desaprovecharlo.

lunes, 9 de marzo de 2015

Todas las primaveras florecen

Me gusta perderme entre las palabras y sentimientos de la gente. Descubrir las pistas que dejan sobre ellos mismos como una alfombra de hojas en medio del sendero.

Me gusta perderme entre las palabras y sentimientos de la gente. Respirar la atmósfera que se desprende mientras otean el mundo como la primavera en lo alto de un mirador perdido en cualquier cañón de un río sin nombre, como la memoria que trae la corriente con sus reflexiones y profundas intimidades.

Me gusta perderme entre las palabras y sentimientos de la gente. Zambullirme en su personalidad, como entre las líneas de un blog por escribir, como los brotes de un árbol antes de florecer.

Me gusta perderme entre las palabras y sentimientos de la gente. Navegar a la deriva admirando un mundo por reinterpretar, una acuarela impresionista que redibujar, como un lienzo de versos y párrafos con los que soñar, como el alma de una persona a la que sentir y con la que empatizar.

Me gusta perderme entre las palabras y sentimientos de la gente. Me gusta sentarme en la hierba y esperar para encontrar a alguien con quien el corazón y el alma florezcan de verdad.

Me gusta (porque es bonito descubrir el alma humana).