lunes, 16 de marzo de 2015

soledad-oscuridad-libertad

La gente no entiende la soledad. Le temen. Le temen tanto como a la oscuridad.

La gente no entiende la oscuridad. Le temen. Le temen tanto como a la soledad.

No la comprenden; no entienden su poder, y por eso la evitan, la juzgan, la etiquetan de malo. No se dan cuenta de la libertad que proporcionan: Sin vínculos, sin dependencias, sin falsas relaciones humanas innecesarias, que solo son empleadas para llenar el vacío que deja el no poder cumplir con las expectativas que deposita en tu mente el sistema. Ya se sabe, si no has hecho nada con tu vida no eres nadie. Tanto tienes, tanto vales; dicen por ahí.

La verdadera libertad está en no tener que depender de nadie, no tener que preocuparte de nadie; poder hacer lo que quieras y cuando quieras porque solo importas tú. Sin nadie más con quien pararte y perder parte de tu libertad, poco a poco.

La verdadera libertad está en ser tu mismo sin preocuparte de nadie; tú sólo. Te llamarán frío; solitario; pero solo tú sabes que en un corazón inundado por la oscuridad es el único sitio donde es posible encontrar la felicidad.

Y no piensas desaprovecharlo.

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