domingo, 31 de diciembre de 2017

Que mosaico que es nuestro deseo de explorar

Me encanta cuando arqueas tu espalda
retorciéndote de placer,
cuando plantas cara en esta batalla
y me rompes del derecho y revés.

Me confunden la mente las curvas de tu piel,
me precipito al vacío de tu espalda
mientras agonizo mi pecho al beber
el pálpito intermitente de tu ser sobre mi alma.

Me suicido con la tempestad de tu cama
rozándome la valentía sin saber
si la elección correcta es arriba y con ganas
o abajo, cálido e inconfundible Edén.

Me aturden las fantasías de tu sed,
la noche se ha hecho poesía de calma
y rápida y furibunda marejada de satisfacer
los mordiscos habidos y por haber sobre mi almohada.


Me nubla la lucha por huir o vencer
el miedo a mis sentidos o la adicción a tus gemidos,
al constante resistir a salir o entrar
sin saber si vienes, voy o vas.

Pero si vas, voy o vengo
solo lo sabré si esta madrugada te tengo,
y yo seré tuyo,
y el fuego será nuestro,
y la hora de la eternidad será inmortal sobre el atardecer de mis sueños
cuando me pierda para siempre entre tus besos.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Sálvame de mi propio desagüe de lágrimas

Suena otro acorde
la música disconforme
las rimas deformadas
se escapan entre las madrugadas
sorpresas inesperadas
esperas inacabadas
poesías entrelazadas
miradas apagadas
sonrisas fugadas
fugaces baladas
de cantos y palabras
de noches estrelladas
de estrellas noctámbulas
de anocheceres y marejadas
de tormentas atormentadas
de resacas desesperadas
de leyendas otorgadas
a los llantos y llegadas.

Y suena otra creencia
sorprendida indiferencia
diferente disonancia disonante
fractales del levante
a orillas de los valles
inundados por gigantes
huellas de otros tiempos distantes
distanciadas distancias que proclaman resquebrajadas almas
rompedoras rompientes
vertientes sirvientes
de precipicios acartonados
precipitados ahorcados
sueños otorgados
brindados candados que nos guardan los brindis campaniformes
de un mundo alicatado
en aligeradas cuchilladas desdichadas.


No quiero ser otro verso
más de esa lista de besos no dados
de cuidados apalabrados entre burbujas de cuadros
de apáticos cantos de quebrantos.

No quiero ser otro grito
menos de los ritos que inicio
entre los bordes y resquicios de tu limbo
de locos cuerdos que elijo.

No quiero ser otro más
otro más
otro más
otro lamento más de esa vida que no supiste atrapar.

No quiero ser otro más
otro más
otro más
otro recuerdo
otro más
otro más
otro sueño
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más que salvar
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
              y el cigarro se apaga
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
              y el cigarro se apaga
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
               y el cigarro se apaga
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
otro más
              y tantas caladas del corazón sobre el vaho de tu sonrisa que se difumina entre el humo del último día que pasaremos juntos.

No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No No 

No quiero ser otro más...

No

Pero soy y seré otro más...

                                                                                     si eso es lo que tú quieres.





K vonita estáh Katagena oy

Recuerdos de un quinto piso

Hace mucho que ya no escucho tus pasos por el pasillo ni tu voz al hablar sola; ya no oigo quejas de cuando rosmo, ni nadie que se ría cuando le digo lo aprendí de ti.

Hace mucho que no tengo a quien hacer batidos de fresa, ni nadie que me haga patatas cuadradas como solo tú sabías, la casa ya no huele a tarta de queso ni a tortilla de patatas con filetes empanados.

Ya no hay helados de limón y chocolate junto a la Torre, ni nadie que farde de mí con ese orgullo que se percibía en su voz mientras le brillaban los ojos.

Ya no hay nadie que me llame desde la sala para cambiar de canal, ni un beso de buenas noches y hasta mañana si Dios quiere.

Y supongo que Dios dejó de querer.
O el azar.
O la mala suerte.

Pero hoy te echo de menos
y aunque me convertiste en alguien fuerte
no sé si estoy listo para no volver a tenerte a mi lado.

Las noches son más solitarias desde que nadie me calienta la leche ni tengo a alguien a quien explicar la serie
esa del parruliño alto que es listo y tonto,
o aquella otra que vimos alguna vez en que el chaval del gorro no quería matar al niño,
pobre Jessie, que no estaba listo para ver el dolor del fin de una época ante sus ojos.

Los días son más silenciosos desde que no tengo
con quien barullar en la cocina
por no dejarme fregar,
de cómo contar mi rutina
despacio para que me entienda,
a qué forma nueva de hacer una tontería
para hacerla reír.

¿Y ahora delante de quien voy a salir desnudo del baño con el culo al aire para que se ría y me diga que un día una gaviota va a comerme el pajarito?

¿Y ahora quien me va a hablar en catalán y contarme historias de su juventud, de mis orígenes?

Aún no he publicado el libro ese con el poema bonito que te escribí;
nunca te lo leí
porque nunca te hizo falta que te dijese nada para saber lo importante que eres para mí,
para nosotros,
porque con los vigueses pareces una niña pequeña
siempre estrenando sonrisa y mirada despeinada
y Don Crispín
y Pancho Villa
y el aeropuerto
y los dinosaurios
y el monopolí
y los paseos rapeando,
y siempre lo hemos pasado bomba,
juntos.

Porque no me tenéis ningún respeto.
Pero me gusta que me tratéis como uno más.

Y ahora me voy a dormir
pensando en todo esto y en ti
un beso
y otro
y otro
y este de propina por lo bien que lo pasamos los dos.

Hasta mañana Yaya si Dios quiere
*
**
***
**** Y si no...
*****
*******
********* También.


domingo, 17 de diciembre de 2017

Cada cosa... En cualquier momento.

Todo está bien. Pero está mejor ser de verdad,
ser de verdad lo que es -lo que es sólo.



Y mis labios recorriendo tus muslos, tus piernas, tus labios,
de arriba a abajo y de abajo a arriba,
suavemente
en círculos
o succionando
y mi mano en tu calor
ayudando.

Y tu aliento en mi piel, en mi oído, en el miocardio,
y la espalda que se arquea
y el cuerpo que se tensa
y la sangre que palpita sin saber a dónde salir si no es hacia dentro de ti,
de golpe y sin cuidado.

Y todo está bien
si es tu ser quien me reclama
mi nombre susurrado en tu almohada,
tu rostro suplicándome una nueva partida, una nueva jugada,
un nuevo intento de tocar el cielo sin necesidad de abrir las alas
porque tú, yo, y esta cama,
no necesitamos más para hacer inolvidables las mañanas.

martes, 12 de diciembre de 2017

Deconstruirse vale la pena si la protagonista de la historia eres tú

Me destejo como un tapiz de grises al calor de una paleta de colores,
destellos esmeraldas, zafiros y rubíes
impregnan mi mirada cuando te noto a lo lejos.

Me compongo y me despego
de sentimientos de miedo, de inseguridades, de desvelos,
de dolores de pecho al sentir el pálpito de tu corazón latiendo dentro de mi cuerpo.

Me desvisto
con ese cuidado con el que me tocas la vida
y describo circunferencias alrededor de la luna cuando noto el calor que me acuna
como una caricia de tus palabras directa al cuidado de mi alma.

Me desembarazo de los rechazos, de la tristeza, de la negatividad,
adornando de perladas sonrisas los destellos de tus amaneceres,
los sueños en los que me abrazas sin atreverme
a perturbar esa calma que es tu rostro cuando te despiertas a mi lado.

Me has salvado tantas veces que te has ganado el cielo en tierra
-como dirías tú-
y aún a pesar de ello sigo creyendo que mi poesía no podrá nunca devolverte todo lo que me has dado:
amor.

Me has protegido en tantas pesadillas que ahora las noches deslumbran más que cualquier día,
como un atardecer portugués del que emular ristras y ristras de palabras
que no logran más que rebasar la línea del horizonte,
allá donde nuestros besos se esconden.

Me has empujado
a todas las utopías habidas y por haber,
a todas las fantasías conquistadas y por conquistar,
a todas las promesas que como palabritas valen más,
a todas las revueltas que deshicieron la cama como si fuese la primera vez.

Me has desnudado la felicidad,
me has versado la piel
y me has rimado la paz    en mi mente;

Ahora yo
valiente
solo quiero luchar
por tejerte y descomponerme
todo mi amor
en rimas... deseos... y razón
de más,
jamás de menos,
para brindarte mi mano como Ariadna y y que tú seas mi Teseo:
mates a los monstruos,
reescribas los cuentos
y luego ardiendo al vernos
nos fuguemos los dos a dónde seamos eternos.

Close your eyes...

Te di la marca por una razón.

Se está poniendo oscuro, demasiado oscuro para ver...

He recorrido mil caminos y carreteras desiertas,
rumbos sin sentido ni vuelta
atrás
en los que mirar
hacia los lados solo era una forma de retrasar lo inevitable.

La soledad baña todos y cada uno de los poros de mi piel,
mientras el dolor supura
como regueros de sangre que expulsan todo el pus que un corazón inerte puede contener
hasta llegar al punto de no retorno,
donde ya no hay manera de retroceder sobre nuestros pasos.

Tengo heridas que no podrán curarse,
pero si suturarlas continuamente hasta que terminen por dejar marca
de todos los senderos que nunca me atreví a recorrer.

En cuanto la toqué lo supe...
Supe que nada podría detenerme.

Se está poniendo oscuro, demasiado oscuro para ver...

He vivido por encima de mi suerte
y la inevitable caída me golpeó como un tétrico baile de marionetas inertes
listas y muertas para abalanzarse sobre nuestros sueños
hasta que ya no quedase nada más
que una hilera de lápidas en el cementerio.

La desidia acecha sin consentimiento
y mi pérfido cinismo certero
no atina a comprender el por qué de tanto sufrimiento
tras esta cortina de tinieblas que es la noche frente a un paisaje que se resquebraja
en miradas hechas trizas a dentelladas,
como esas tres cuchilladas que todavía luzco en el pecho.

Tengo pesadillas que no dejarán de atormentarme,
pero intento acallarlas en este sucio baile de la muerte que es la vida
de un alma hecha trizas.

No fue nada heroico...
Simplemente sentí...    Paz.

Se está poniendo oscuro, demasiado oscuro para ver...

lunes, 11 de diciembre de 2017

Ojos color mar de fondo

La tristeza se asoma en cada rincón
como esas sonrisas desgastadas que escudan cuando todos ríen
y tú
solo eres capaz de intentar sentir esa chispa interior
aunque la mecha esté empapada.

La cortina se zarandea en jirones que sacuden el alma al viento
y el hábito negro ha calado hondo en las miradas;
el mundo está sombrío
como un filtro ND que detiene la poca luz que intenta entrar en el objetivo
y yo
solo jugueteo con los dedos aspirando a darle un sentido a tanta desidia,
a tanto no saber por qué seguir
si el futuro y la vida son solo un amago de orden entre incontenible entropía.

El mundo es un sinsentido,
un continuar porque sí,                                                                                  porque te lo han prometido
             ,algo mejor,                  
y tú
que te lo has creído siempre
no te queda otra que cerrar los ojos en tu cárcel de oro
o salir al vacío abismo de la gélida realidad:
el decadente baile interior de la soledad.

La tristeza vive en cada esquina
como esa melancolía que se agarra a ti como una segunda piel
sin dejarte respirar,
y yo
ya no sé qué hacer para no sucumbir

                                                             al fin.

domingo, 10 de diciembre de 2017

Egalité, s´il te plait le chemin de mes vers

Nunca se me ha dado bien componer versos de esos bonitos que curan heridas,
pequeñas poesías que actúan como tiritas ante el dolor
y bañan de color la cotidianidad de la rutina.

No sé bien por dónde empezar cuando intento evocar el arte,
recomponer las formas y versarte como solo tú sabes
cuando me miras y me desnudas hasta el alma
para acariciarla en cama hasta quedarse dormida en cama.

Intento,
creo,
desvestirme y entregarte mis palabras,
mi voz,
mis manos
y mis ganas de sonreír;
porque mi corazón hace ya mucho que lo tienes

bien guardado
a buen resguardo
bajo llave de luna
con mucho, mucho, cuidado

y siempre a la izquierda.

No sé cómo comenzar a decirlo
ni cómo terminar de explicarlo,
supongo que solo puedo pretender susurrarlo en voz baja
como se pronuncian los pequeños secretos que se comparten en ocasiones especiales:

Mi poesía es para ti.

Y creo que eso es un poco todo lo que da luz a la vida.

Nunca he sabido el por qué
yo,
el por qué
mi suerte,
el por qué
el azar hasta ti,
pero ojalá
ojalá
que joder
si plagiar a Escandar fuese lícito
lo sería solo para dejarte en la piel mis sentimientos en forma de versos escritos:

Viva lo aleatorio en las paredes del destino.

Pero solo porque es tu magia la que ilumina mi camino.


Que suerte la mía
por haberte conocido.



Hoy abrí por primera vez mi corazón al completo y no tuve miedo.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Estertores del alma huérfana

Hoy la noche huele a muerte entre ríos de soledad que desamparan la calma.
Las miradas arrastran paletas de azul tristeza
y las aceras se encharcan de la melancolía por esa vida no vivida que nunca llegará.
Dónde estaremos.
Dónde estarán.
Las oportunidades que se escapan en este eterno caminar.

Tropiezo continuamente con mis sueños,
tanto
que ya he aprendido a dejarlos de lado.


¿Abandonada la esperanza qué nos queda?

Seguir por no acabar con todo.

Resistir por no sucumbir al suicidio.

Aguantar
porque nos han prometido que todo mejorará.
A pesar de que todos sabemos que es mentira.

Siento la desidia de un futuro que no existe,
un pasado que desgarra,
y un presente que esnifa lágrimas de lluvia porque es lo único que me queda.

Eso,
y la poesía directamente en vena.

A ver si su lento galopar logra despertarme por dentro
y por fuera.

Los versos se rindieron antes de tiempo...
El reloj se ha detenido...
Y la existencia quedó en stadby...

Ya arrasará todo la marea.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Dónde todo empieza, dónde todo fluye, dónde todo es: Siempre.

Hoy me faltas Portugal:
me falta tu salitre, tu viento, tu mar.
Me falta tu esencia a Atlántico al respirar,
los atardeceres en los que perderse a soñar,
tu magia
en cualquier lugar.

Hoy me faltas Portugal:
tu saudade,
tus empedrados,
tus callejuelas por las que deambular.

Me faltas, Portugal,
me faltas más de lo que jamás llegué a imaginar.

Me faltas, Portugal,
me faltas en los otoños sin tu acento especial.

Hoy me faltas Portugal:
tu arte,
tus valles,
tus pueblos que explorar.

Hoy me faltas Portugal:
me falta tu poesía, tu sonrisa, tu paz.
Me falta tu magia con la que volar,
los amaneceres en los que abrigarse al madrugar,
tu aroma
al pronunciar Libertad.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Solo la poesía puede salvarme

Creo que hay pocos actos tan bonitos como compartir un pedazo de uno mismo con los demás.
Mostrarse, como una mirada en la que perderse, ante desconocidos y dejarles volar de tu mano, mientras los guías por tus escritos.
Emocionar con una palabra, sorprender con un giro argumental, sonreír con la risa fértil y llorar con las entrañas derramadas.

Hay pocos gritos de rebeldía como abrirse las venas y bañar con tu sangre todos los versos que tienes para donar.
Brindar, con la entereza del arte, y reanimar el brillo del alma con la mágica destreza de pintar atardeceres con una suave paleta de rimas y besos.
Erizar la piel con un secreto susurrado, remover el corazón con una caricia en los labios, maravillar con un quiebro poético y enamorar con una llave directa al interior del poeta.


No hay muchas cosas que valgan la pena en este mundo de desastres continuos y decepciones constantes,
pero si existe algo que nos salve,
eso,
lo digo sin miedo y a pecho descubierto,
es la poesía.

El frío del vacío alisa el calor de la piel

Un suspiro que se escapa
mientras la mirada se apaga
sin saber a dónde va la esperanza,
la llama,
la palabra,
las ganas de seguir a dónde ya no queda nada.

Somos almas sin rumbo ni camino.

Solo cruel salto al vacío.

Al olvido.

Al recuerdo de todo lo que una vez fuimos
mientras quedasen gritos que desgarran
el silencio de todas las cocinas.

Se avecinan tiempos convulsos sin nada,
sin ti,
pero creo que nos enseñaste cómo seguir:
Ser siempre feliz con poca cosa.

Sonreír como un ronroneo por las mañanas.

Como todo
es distinto desde que me faltas.

Amores de cobayas.

                                                     En la memoria
                                                     hasta que la muerte venga a rescatar el brillo perdido en mi mirada.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Ámate en la cama

Tropiezo con el destino
cruel designio escrito.
Avanzo y me precipito,
nunca se me dio bien esperar quieto en el sitio.

Sorprendo el empedrado
con mis itinerantes andares
salvado
por los saltos al vacío cabeza abajo.

Katagena me observa con la mirada intensa
como un fragmento de llama que se agita incierta,
sin saber que es lo que nos espera
al otro lado de nuestros labios, sin tener ni idea.

Rompimos los esquemas y ahora solo nos queda
permanecer callados o lanzarnos sin pensarlo
explorarnos de cerca,
explotarnos de placer hasta que nos tiemblen las piernas.

Fingir que nos arrepentimos de bebernos por dentro y por fuera.

Sucumbir a lo que la carne muestra.

Marcarnos a fuego en el cuerpo los mordiscos de esta jugada maestra.

Somos los gemidos que unidos todos desean.

Tu mano en mi entrepierna
y mi lengua arriba y abajo,
dando vueltas,
mientras tu espalda se tensa y destensa
al son de mis dedos tocando melodías que te enseñan
mis sueños y fantasías susurrando tu nombre:       Katagena.

Que guapa estás con esa cara de recién follada.

Que guapo estoy cuando me dominas y arañas la espalda.

Que bonito

cuando no hay suficiente piel y aún así sobran las palabras.

No dejaré de llevarte tatuada
por mucho que nos versemos el alma.


Katagena.
Perdámonos en esta madrugada.

martes, 28 de noviembre de 2017

A trizas con todo lo que un día quise

Soy un desastre de estos con los que es mejor no cruzarse,
no,
al menos,
que quieras que tu vida no se rompa en mil pedazos.

Soy,
lo último que te gustaría toparte en tu vida
a menos que quieras que esta se resquebraje.

Soy
lo peor.
Un rastro de cenizas dejadas por el tiempo.

..........Soy..........

destrucción
dolor
lágrimas
dolor

..........Soy.........

Un desastre que es mejor dejar pasar,
a no ser que quieras una huella de esas que se quedan
grabadas a fuego con marca de caducidad.

...............

El olvido es lo único que podrá salvarte de mí.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Entre la oscuridad y la salvación... Paz

Atesora palabras como quien hilvana finas hebras de vida, consciente de que a cada paso en falso que damos puede ser la caída definitiva.

Pisa, con más fuerza de la que él mismo es capaz de creer, no siempre se siente seguro en este tambaleante juego de luces y sombras que es el día a día.

Domina el silencio como un Carax que se mueve por el barrio Gótico entre la penumbra de las miradas que prefieren mirar a otro lado antes que soportar la idea de que no todos bailamos a su ritmo hedonista tildado de miedos a la reflexión.

Vigila, el pasado y el porvenir como una sombra que se consume tecleando y tecleando, porque cree no saber hacer otra cosa, como un David Martín componiendo su obra cumbre, desdibujando un laberinto de sinsentidos a la lumbre de la lux aeterna.

Deambula, mientras la ciudad de los malditos no logra percibir el calor que desprende su risa, ni las sonrisas que se guarda bajo llave solo para las ocasiones especiales. Su peso vale más que todo el oro que expoliamos en el Nuevo Mundo.

Conforma los recuerdos en álbumes de fotos que plasma en su memoria imperenne -quizás por eso le cuento las cosas que quiero que pervivan- pues nació con alma de escritor y como Homero recopila las grandes gestas en esa Odisea personal llamada las Increíbles aventuras de Brais (y de Iago -esto con letra muy pequeña, para que tampoco llamen la atención mis desastres; siempre se ha preocupado por destacar lo mejor de mí, a pesar de todas las discusiones y peleas-).

Sobrevive porque tiene todavía demasiada gente a la que cuidar, aún cuando pueda costarle seguir en pie. Pero él, que es así de desinteresado; prefiere que toda la gente importante sonría, ya se preocupará por sus propios problemas cuando el mundo sea un lugar mejor.

Atesora palabras como el artesano que tiene en su maquinaria ligera todo su espíritu, todos sus sueños, todos sus miedos; y aún a pesar de ello, o puede que por todo eso, no dejará de triunfar en todos sus empeños.

Tengo la suerte de tener al mejor hermano pequeño.

Aunque sea, 
en todos los sentidos, 
más grande que yo.

martes, 21 de noviembre de 2017

El castillo de la bruma

Bailo entre tenues notas de piano,
acordes que ondean con la brisa del viento,
sentimientos de mi pecho
que levantan sensaciones que tengo a pecho abierto.

Camino descalzo,
pisando con cuidado
los campos en flor,
los pequeños placeres de un atardecer de color,
de un sol que se pone en el mar de mi corazón.

Todos los temores se desvanecen entre la bruma.

Todos los recuerdos se derrumban en el castillo de la bruma.

La luna
me susurra
que no hay noche
en que no piense en las runas
antiguas que ocultan
las leyendas y fantasías que alumbran
la oscuridad de la noche frente al castillo de la bruma.

Bailo entre tenues notas de piano,
solo la luna me puede contar tus historias,
tus cuentos de tormentas que nublan
todas las soledades que arrullan
al castillo eterno de la bruma.

No sé bien
el por qué,
no sé bien
el por qué,
no sé bien
el por qué,
no sé bien
el por qué.

El castillo de la bruma.

El castillo de la bruma.

El castillo de la bruma.

Las noches me acunan.

La brisa me acuna.

La luna me acuna

en el castillo de la bruma.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Me parece un sueño tenerlo tan cerca.

"La primavera duró hasta principios de noviembre. Todavía casi no llovió."
Aniko Villalba


Hay días en que siento muchísimas ganas de irme, lejos, muy lejos,
coger el primer autobús con billete de ida a cualquier lugar
y huir
de todo,
de todos,
de mí,
dejarme llevar por los kilómetros de distancias
y no echar de menos ese futuro hipotético que encerrado en mi rutina nunca se cumplirá.

¿Cuántos te echo de menos te has perdido por no dejarte llevar por las ilusiones?

¿Cuántos sueños se han quedado a deber por no jugarte el destino al azar de los trenes en marcha?


No sabemos muy bien qué es lo que nos falta hasta que perdemos la oportunidad de alcanzarlo,
para siempre,
mientras tanto tenemos todos los nunca habidos y por haber,
¿Qué es lo que nos detiene entonces?


Firmamos las cartas con las grandes esperanzas
y se quedan en un remitente aferrado a su lugar de origen,
sin oportunidad a que los ángeles jueguen con nosotros como un títere sin cuerdas.

Dios nos dio el libre albedrío para tener la capacidad de elegir
y por miedo
miramos hacia atrás,
agarrándonos a cualquier piedra del camino con la que hayamos tropezado más de dos veces.

Cualquier otra cosa sería un loco suicidio de valentía

Y nosotros estamos carentes de toda capacidad de irraciocinio cuando esta consiste en buscar lo mejor para nosotros mismos.


A veces cojo trenes en marcha, visito ciudades nuevas y me sumerjo en un mar de experiencias.

Veo el océano en tus ojos, verso los atardeceres entre lienzos, y beso deseos al pie de acantilados eternos.

Cada vez que piso fantasías siento una explosión de felicidad, una descarga de dopamina que me da las fuerzas necesarias para seguir.

Hay primaveras en cada rincón, veranos en cada película, inviernos en cada canción y otoños en cada sonrisa que fotografío para no olvidar la sencillez del amor.


Hay días en que siento que tengo el mundo entre mis dedos,
que todos los senderos los hago míos con el simple paso hacia el horizonte que creo
y que todo lo que escribo es una portada de melodías dibujadas en los mapas que me llevan lejos.

El único problema de todo esto
es que solo vive en los renglones torcidos que lloro en estos textos.

Perdón
-a mí mismo-
por tener miedo
a cumplir lo que jamás podrá ser cierto.

"Cada vez que saco la basura me quedo mirando el mar."

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Somos una generación sin sueños porque ya no hay utopías en las que creer

"No voy a engañarte: 
lo que soy es lo que ves."
Sharif


Tengo 24,
soy feliz a veces;
Si vas a quererme piénsatelo bien.

Lloro a escondidas,
sufro con mis pesadillas
y temo a la desidia más que al final de la vida.

Me escapo a lomos de un verso
indomable
como el triste alienado que se cree libre.


Me persiguen los 24,
busco renacerme;
Y rasgarme estas heridas que yo solo me busqué.

Sonrío a la poesía,
disfruto con tus caricias
y aspiro a revivir al menos el inicio de la justicia.

Me evado al sentir un beso
reconfortante
como el feliz libertario que finge no servirles.


Me faltan los 24,
a veces resisto;
Y otras mi alma es un infierno que no me sostiene en pie.


Tengo 24,
persigo utopías;
Y consumo mis sueños resistiendo en estas líneas.

martes, 14 de noviembre de 2017

Bersos para cuando no me vesas

En la soledad
de mi ático
te busqué.

Tan pura
como siempre.


En la soledad de mi ático te busqué en todos y cada uno de los rincones de esta casa, intentando percibir el más mínimo detalle de tu presencia, el más tenue aroma que pueda recordarme a las horas que pasamos juntos antes de que el tiempo se nos llevase por delante. Y te fueses. Tan lejos.

Tan pura, como siempre.
Así vives eterna en mi memoria. Como un instante certero que nunca se apaga por más poemas que te escriba a la una de la mañana, por más que pretenda no olvidar todos los días vividos como un beso que permanece vívido en mis sueños.

En la soledad te busqué. Y mi ático todavía huele a ti, a tantas y tantas horas en que hiciste tuya esta casa. Entrabas, cada día, por la ventana e iluminabas mi mundo, como la inmensidad del calor que me protege cuando tengo frío ante el vacío de un futuro incierto. Aunque cuando estás, por azar o por suerte, siempre tengo mucho menos miedo
a caer.

Siempre, tan pura, como tu sonrisa.
La prisa se llevo todo, menos tus fotos, tus textos, tus caricias y, tu rostro
vivo por nunca jamás en el olvido.

En la soledad
te busqué,
a ti,
tan pura.                                                      Y me guiaste a través de mi alma
hasta ese lugar
en que el amor queda recogido en el más mínimo poema que pueda sentirte,
en cada verso
que juré escribirte
hasta que ya no me queden fuerzas para permanecer en pie.

Aún cuando eso ocurra
yo seguiré
amándote.


En la soledad
de mi ático
te busqué.

Tan pura
como siempre.


Y por aleatoria casualidad
no he dejado de verte
cuando lo he necesitado

Aunque fuese a través de los restos del humo de tu cigarro.

martes, 7 de noviembre de 2017

Me rajo el alma para desangrarme en versos

"Supongo que era cierto aquello de que uno siempre siente más, 
y recordemos que yo escribo poesía."
@ElenaDPA (Gritos del silencio)



Miro a través de los cristales como el tiempo se lleva todos mis sueños,
las esperanzas infundadas se pierden entre el frío del invierno,
y ya lejos
te siento como si aún te llevase dentro.

No he dejado de pensar en ti ni un solo día desde que te conozco.

Y es triste,
porque es muy probable que tú ya me hayas olvidado.

No busco victimizarme
ni echarte nada en cara,
cada uno siguió su camino y nos llevó a dónde estamos:
tú feliz y yo en mi pozo de autodestrucción masiva.

Fuimos a hacer el amor y nunca volvimos del todo de la guerra.

Las ristras de mi alma que se quedaron atrás en cada beso que di
me ahogan como la noche con su manto de oscuridad a la alegría,
y sin saber bien cómo
quedé a deber en el calendario de las derrotas.

Supongo que era cierto aquello de que uno siente más,
y recordemos que yo escribo poesía.

Dulce inocencia desaparecida
que se escapó entre la fugacidad de la vida con el silencio del lento caminar del tiempo
y la muerte,
esa compañera imperenne que a todos sitios me acompaña,
me susurró varios consejos entre los que el olvido destaca.

Acumulo recuerdos como fotografías de instantes certeros
que me apuñalan en la soledad de la madrugada cuando en mis dedos te siento,
espero que no te molesten estos versos,
aunque en realidad no creo que nunca llegues a verlos.

Lástima que hoy estés tan lejos.
Te recitaría la risa, el llanto y los miedos;
todo por ver una vez más esos ojos que tanto echo de menos.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Estoy enamorado de una choni

"Estoy enamorao´ de una choni."
Jarfaiter


Esa bandana al viento
atando el moño o resaltando su pelo suelto,
el piercing rojo en la lengua guiñándote un ojo
y el septum puesto mordiéndote las ganas de un beso.

Pateando el barrio con un piti en la mano
manejas el cotarro ondulando como el larios,
encima de la tarima bailando abajo y arriba,
perrea como una fiera mientras ella sola se libera.

Ya quisiera yo ser ese filtro en el que se marcan tus labios,
escribirte poemas mientras pasas de largo,
y el mundo gira como giran tus aros,
eres la reina sentada en tu pupitre de medio lado.

Tu culo en movimiento sintiendo el momento,
las discoteca entera al ritmo de tu cuerpo,
me rompes en un instante cuando en tu mirada me pierdo,
y esa línea negra que resalta la pasión que me quema por dentro.

Te defiendes en la vida como puedes y te han dejado,
si sales adelante es porque tú sola te lo has buscado,
y yo solo puedo sentirme suertudo y contento
por estar enamorao´ d´esa choni que rompe todos los esquemas impuestos.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Me sorprendí sonriendo a la muerte

"Esto es lo que quiero,
porqué esto es lo que tengo."
Vers[arte]

Deambulo por las calles pateando una piedra, indiferente, como el universo ante todos sus seres vivos. Hace frío, arrastro los pies con las manos en los bolsillos y la cara escondida tras una palestina que me tapa hasta la nariz. El abrigo bien enfundado. La desangelada vida del paseo marítimo muestra la soledad de la existencia, como solo la nocturnidad temprana del invierno es capaz de lograr. Las olas baten con fuerza contra la arena, incluso a veces alcanzan el muro. Los temporales unidos a las mareas vivas es lo que tienen.

Voy de un lado a otro, de una punta a otra de la gran ensenada, con la cabeza llena de pensamientos y fantasmas que revolotean a mi alrededor, deteniéndome cada poco a observar el mar. En silencio. No quiero romper la lluvia de melancolía que cae hoy sobre Coruña.

¿A dónde vamos?

No creo que haya nadie que realmente pueda dar una respuesta. Ni siquiera ese supuesto Dios en el que muchos creen.
Nadie sabe nunca nada y en su ignorancia miran hacia otro lado, intentando llenar ese vacío existencial con la primera evasión que encuentren a mano. Cuando estás solo, todo es mejor que sentirse solo.
El vertiginoso abismo que se abre ante nosotros cuando reflexionamos es más de lo que muchos pueden soportar. No les reprocho nada.

De este modo, la rutina discurre como un tren en marcha que se escapa a cualquier parte con tal de no estar aquí, donde todo ocurre y nada pasa.

Nos arreglamos frente al espejo porque preferimos no ver nuestro verdadero rostro.

Rotos no somos capaces de querernos, ¿cómo va alguien a enamorarse de nuestra sonrisa entonces?
Y menos cuando esta no está.

* * *

Deambulo por el paseo marítimo como un desangelado perdedor que ha apostado más de lo que debía al destino. Y este, que no existe, ha preferido delegar en el azar todas sus responsabilidades.

Así nos va. Tropezando con la misma piedra una y otra vez. Hasta que la herida se hizo sangre.
Y el pus
una tibia infección entre toda la suciedad del día a día.

Nos tatuamos la piel para olvidar las cicatrices.

Yo, en cambio, -que soy un poco masoca- siempre me ha gustado grabar a fuego mis propios rituales personales. Historias que pocos saben. Sellos que dejan memorias a partes iguales.

* * *

Me gustan los laberintos. Son pequeños puzzles que resolver. Rompecabezas que comprender. Senderos por los que caminar hasta llegar a algún sitio, sin saber nunca dónde está el final.
Como la vida misma.

Quizás por eso siempre lo llevo al cuello. Para darme un toque de atención cuando me pierdo.
Todos tenemos algún infierno dentro, la cuestión es abrazarlo y besarlo como si fuese el cielo. La poesía despierta cuando somos capaces de lamernos los cortes y magulladoras, aunque estas duelan más de lo que somos capaces de admitir. 

Y por muy oscura que esté la noche, siempre hay lugar para las miradas rotas que vagan buscando su lugar.

* * *

Todos nos repetimos que hay que querernos.
La contradicción surge cuando solo amamos nuestras virtudes y detestamos nuestros defectos.

* * *

Deambulo por las calles con una capucha puesta.
La niebla me susurra leyendas
y la madrugada me marca la piel con el destello de sus velas.

* * *

Nunca supe bien qué es lo que me destierra,
pero esto es lo que tengo
y esto es lo que me espera.


Haga lo que haga,
no hay camino de vuelta.

* * *

Las tinieblas me protegen de todos los peligros que hay dentro y fuera.



https://www.youtube.com/watch?v=hTwpNqqqDqQ

viernes, 3 de noviembre de 2017

Lóstregos del pasado

Corre la lluvia por los cristales.

Cientos de luces muertas en las vidrieras
otorgan clarividencia a quien logra ver más allá
de todo cuanto ocurre delante de sí mismo.

Aquí paz
y luego guerra,
vigilia que se cuela
mientras se resquebraja el aura del poeta.

Esquirlas doradas,
miradas perladas,
palabras incontinentes cargadas de metralla.

El fuego griego arde
cuando todo parece perdido,
y yo,
ahogado,
bloqueo entre altibajos.

Rotos jirones de jinetes del pasado.

Cabalgan entre templos politeístas paganos.

La lluvia resbala por los cristales del día,
la noche -cruel sínodo imperenne-
zozobra ventilando la sombra
de una sempiterna esperanza.

Sogas anexionadas a mi garganta
desplazan las sincopadas llamas de la espada,
atrofiadas salvas de gloria eterna a la resquebrajada alma.

Sorpriderol de llagas.

Azuzan
y escapan.

Ya no hay nada.

Mi-tola(fu)xi(d)a

Yo también abrí la caja de Pandora.
Vers[Arte] (Lía)


Yo también abrí la caja de Pandora
dispuesto a ver toda su mitología en un instante.
Me pudo la curiosidad
¿qué quieres que te diga?
Y ya no hay vuelta atrás entre tantos desastres.

Sorprendí al destino
en un giro de guion,
y fundí todos mis recursos
en un cálido climax que sucumbió a leerte en braille.

Soy una nota discordante entre tanto dogmatismo presupuesto,
entre tantos valores y juicios dados por ciertos,
entre tanta moralidad del oprimido,
entre tanto y tan poco
futil intento
de respirar ante la falta de oxígeno.

Zaratustra no tiene todas las respuestas,
pero sí muchas,
y en cada fin y comienzo
la lucha entre lo falso y verdadero
me destruye y reconstruye una y otra vez
como un solitario de cartas en el que me pierdo.

Aposté todo a una por ti
-le dije al espejo-
y fracasé de calle ante el colapso de este tiempo.

Roma sigue en pie a día de hoy,
pero ya no es la misma que antaño.
Supongo que se entiende la parábola de a lo que me refiero;
-digo mientras rompo la cuarta pared
y miro a los ojos al público externo-.

En resumen eso es la poesía:
Abrirme en tiras desde dentro hacia fuera.
Por y para mí,
pero dibujando por el camino una acuarela de lírica y épica,
un conjunto de leyendas con las que dar forma a las ideas,
un juego de estrategas hacia la destrucción,
una dialéctica de la pasión,
el acto en potencia de la felicidad huida del corazón;

un arrebatador llanto de salvación.

Un digno final
para la inexpugnable ciudad de la desesperación.

lunes, 30 de octubre de 2017

Me quiero

"Soy libre, sin matices."
@Quecagonsery


No busco la gloria,
ni el reconocimiento,
ni siquiera el honor.

No busco la inmortalidad,
ni la superioridad moral,
ni siquiera el laureamiento.

Solo me busco a mí.
En toda mi plenitud.

Sentirme mientras beso,
mientras acaricio mi piel con mis dedos,
mientras leo,
mientras dibujo, estudio, o viajo muy muy lejos.

Escribirle a la noche,
hablarle al día,
recitar a los atardeceres poesía
y desperezarme cuando sale el sol y me saluda entre las cortinas.

Solo me busco a mí.
Con todas mis virtudes y defectos.

Soñar con mis tristezas y mis alegrías,
nadar entre la sed de las marea y el ansia de la brisa,
acurrucarme en la arena y sentir su roce,
tumbarme en las rocas y perderme al vaivén de las olas que rompen.

Enamorarme del reflejo,
explorarme entre leyendas, películas y versos,
sonreírle a los recuerdos,
y caminar entre las tinieblas como si fuese mi propio sendero.

Solo me busco a mí.
Encontrándome conmigo mismo mientras me deconstruyo.

No busco la admiración.
No busco el engrandecimiento.
No busco la aprobación.
No busco siquiera el respeto ajeno.

Solo. A mí. Conmigo mismo.
Con la gente que me importa.
Con mis amigos.
Con la compañera que siempre me apoya.
Con la familia que por suerte he tenido.

Solo. A mí. Conmigo mismo.
Me descubro
con emoción y sin permiso.

Estoy ocupado disfrutando de la vida y del porvenir.
A mí. Contigo. Con vosotros. Por fin.

Soy libre.
Sin matices.

* * *

Soy feliz.

domingo, 29 de octubre de 2017

Generación rota

Somos la generación que nació tras la caída del muro,
la que sufre la soledad de este mundo,
el frío de este sistema tosco y sucio,
el rostro del terror en una nebulosa escala de claroscuros.

¿Qué está bien
y qué es un triste paso atrás en los ideales por los que lucho?

¿Qué es moral
en una izquierda inundada por la falta de valores de la postmodernidad?

Somos la generación que creció en una burbuja de efigies
dónde todos se hacían ricos y todo era beneficios,
dónde protestar era un sinsentido
pues el espejismo de paz social estaba en el neoliberalismo.

¿Dónde fallamos
en un triste descenso de ideales?

¿Dónde nos equivocamos
para arrastrar ahora todos estos lodazales?

Somos la generación que maduró en una crisis estructural,
una cólera liberal que arrasa con toda justicia e igualdad,
que devora derechos y vomita precariedad,
pues construye alienación ante la falta de respuesta popular.

¿Cómo ponernos de acuerdo
cuando solo perdimos el tiempo en una disputa de eslóganes y emblemas?

¿Cómo delinear una hoja de ruta
cuando el siguiente paso se deshace como la arena en un desierto de ilusiones absurdas?


Somos la generación a la que le toca mover ficha,
organizarse, formarse y autoidentificarse como solo una;
dibujarse a sí misma como un ente al que nada le asusta,
una sonrisa ante la soledad inherente que todo lo enturbia.

Somos la generación rota,
la triste, la nihilista, la superficial y la sola,
la que todos tachan de vaga, malcriada y rencorosa;
pero recordad,
que si somos eso es por qué mirastéis hacia otro lado mientras la derecha todo lo trasforma.

Y ahora,
es a nosotros,
a la generación rota;
la que resiste,
la que sueña,
la que persiste;
a la que le urge redimirse de las derrotas.

Porque somos la generación rota
y vamos a poner el mundo patas arriba,

desde abajo, 
con el puño alzado, 
y ondeando la bandera roja.

sábado, 28 de octubre de 2017

Poeta: Que la trinchera sea nuestros versos

Llamo a esa Generación Rota,
a ese grupo de poetas que buscan dominar las letras,
un hueco en esta España yerma,
un arrebato de sueños entre difuminadas izquierdas.

Llamo a Eleutheria
y a Marta Synés
para que me muestren
la fuerza de todas las mujeres.

Llamo a Bolibic
y a Saudade
porque la resistencia y las libertades
van de la mano de los sentimientos personales.

Llamo a esa Generación Rota
que busca al calor de sus notas
un rincón entre tanta soledad para que les acoja,
un refugio para huir en ciudades que nos abandonan.

Llamo a Kosti y a Escerezan
porque no hay revolución sin ideas sinceras,
no hay belleza sin la soledad que nos apresa,
no hay alegría sin levantar trincheras.

Llamo a Grecia y a Lura,
al amor, a la amistad, al sol y a la lluvia,
a la naturaleza y los barrios, a quien trabaja y a quien estudia,
a quien realiza donde y cuando puede contracultura.

Llamo a esa Generación Rota,
a ese grupo de poetas que logran luchar con todas sus fuerzas,
que construyen poesía a pesar de que no sea de altas ventas,
que todavía tienen esperanzas para aspirar a que la libertad sea nuestra.


Y por supuesto llamo a los maestros
a Escandar, Salem, Elvira y el resto,
porque sin ellos
no defenderíamos hoy la rebeldía con nuestros versos.




@Luriales                   @Desenjaulada_
@NereaCereza          @__Felurian_  
 @Danielainfinito        @_bolibic      
@Martalar                 @Albiti97   

Gracias por evadirme tantas veces con vuestra poesía.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Todo. Tú. Todo.

Como un verso susurrado al oído,
como un poema que te acaricia el viento,
como un beso que te protege del frío.
Así,
así es el amor que yo te profeso.

Como la inmensidad en un instante,
como todo el tiempo del mundo,
como el espacio de un segundo.
Así,
así de eterno será nuestro cuento.

Llévame a lomos de una rima indomable,
a hombros
para sentirme un gigante entre tantos locos,
un cuerdo enamorado
que sabe el nombre de las cosas como muy pocos
Saben

En qué abrazo me enamoré?

Un termostato al calor de un atardecer.

Un otoño en el que te encontré.

Así,
así,
así,
sin saber cómo.

Pero así,
que de verdad,
que el infinito a tu lado me sabe a poco.

Bailemos,
bailemos hasta encontrarnos y perdernos.

13 millones de veces.

lunes, 23 de octubre de 2017

Lucero del alba

La desesperanza del dolor incontrolable que se clave en la piel como una cuchillada salvaje, con la cínica certidumbre del hacer daño por crueldad, contra uno mismo, como una ristra de cuchillos afilados listos para atravesar el corazón, una y otra vez, a ver si así acallo la presión que siento en el estómago y el pecho.
Y mil voces. Una. Y otra. Y otra. Que susurran al oído con la estridencia de una bandada de graznidos.
Sufre.
Sufre.
Sufre.
Pon fin a todo esto.
Para siempre no existe. Ya lo sabes. ¿Por qué seguir si todo va a acabar mal irremediablemente?
Si todo. En fin. Va a acabar.

La imposible imposibilidad de detener la mente en un bucle sin interrupción. Como una técnica ilusoria que el alma no puede detener.
Fallaste.
Recuérdalo siempre.
Fallaste.

Y mil caledoscopios a través de los que mirar los espejos. Los reflejos. Los restos de uno mismo que quedan en este juego sin reglas al que llamamos vida.

La posibilidad de abrir mil posibilidades como Izanagi. Intentando cambiar un destino que los dados se negaron a ofrecer.
Pero todo. Ante todo. Por todo. No queda nada por lo que luchar.

Solo miles y miles de lágrimas y aullidos de rabia. Y dolor.

Mucho dolor.

Izanami.
Decide tu destino a cambio de perder la luz. De perder la visión. De perder el rumbo. De perderte. De perder.

¿Por qué ganar si luego mi mirada ni siquiera va a ser capaz de reflejar luz? Aún cuando nunca fui capaz de emitirla.

El túnel de tinieblas se ha abierto.
Nuevamente.
Ponte la capucha y prepárate.

Solo una sombra es capaz de desfilar por el desfiladero de la oscuridad. Siendo uno con la vidriera sin iluminación. Con el inesperado pasaje de blancos y negros que otorga la inexpugnable resistencia de la soledad.

Sigue. Que aun solo, solo queda seguir.

* * *

El cruel final fatal.

Ese. Era el trato.

A cambio de una ristra de sueños que duraran un rato.

Sonríe. Porque lágrimas nunca te van a faltar en este atardecer entre las inefables sombras del crepúsculo.

sábado, 21 de octubre de 2017

Calçadas empedradas nas que perdermos

Encontrarme por una calle de Lisboa
mientras el Tajo baña nuestros be(r)sos,
las paredes de saudade llenas de azulejos
y la poesía meciéndonos entre sueños.

Ese,
disculpa la intromisión,
era el cuento de una resistencia.

viernes, 20 de octubre de 2017

En esta realidad que desborda la ficción. tengo un caja llena de versos

"Sin aventuras no hay poesía."
Día Sexto


Somos las horas compartidas en una mano de cartas,
los instantes escondidos entre cientos de bersos perdidos,
vesos al abrigo de una tarde de otoño,
sentimientos en el pecho,
palabras que forjan imperios
de sensaciones de recuerdos,
de sonrisas que hacemos nuestras,
de nuestras huellas en las aceras
de todas las calles que recorrimos sin darnos cuenta,
las ciudades en las que aunque llueva
logramos almacenar el calor,
somos dos
en un baile de corazón,
rimas en un compás en clave menor,
memorias que construyen amor,
poemas sin dueño que nos hacen volar cada día más lejos,
somos los sueños que dibujamos entre leyendas y cuentos.

Me descorcho y brindo por las fronteras
caídas en nuestras ideas,
eres la estrella que destella entre todas las bellas corcheas
que nos funden entre las estelas
que marcan nuestro viaje de ida sin vuelta,
un luchar constante hacia el horizonte que se baña entre océanos de playas eternas.

Recito como si ahí afuera aún quedase tierra
en la que contener todo lo que escribo por tus piernas,
todas las fantasías que esbocé entre las noches inciertas
en las que no tenía tus labios para quitarme el frío
y ahora te susurro al oído
que tienes todas las letras que llevo a cuestas conmigo,
todos los abrazos,
todos los ríos de felicidad,
todas las horas de sonrisas,
todas las caricias,
todos los momentos que nos confundimos entre sábanas y cariños.

Arrullo pinturas y obras de arte,
recorro todos los parques, las montañas y los valles
tratando de encontrarte,
de lograr enamorarte con mis pobres métodos,
con mis versos, con mis miedos, con mis sueños y recuerdos,
con todas las formas que tengo de regalarte mi tiempo.

Tiempo,
regalarte mi pecho,
mi corazón
y mis senderos,
mis caminos con los que recorrer este mundo que es nuestro,
dame la mano si no tienes miedo a saltar al vacío,
que le jodan al destino
que siendo nosotros mismos no hay nada que pueda conmigo,
contigo,
conciertos eternos en los que recomponernos.

Saltemos y lancémonos,
que todas las batallas son pocas si estás cubriéndome la espalda,
no hay palabras
cuando somos canciones que brotan a borbotones entre las llameantes llamas de nuestras almas.

Y tengo todavía demasiado para escribirte
como para que quepa en unas pocas líneas.

Y recuerda
si ves a Wagner dile que le extraño mucho
pero mientras tanto sueña
porque el futuro es y será siempre nuestro.


Tengo una caja llena de versos que recitarte en esta realidad que desborda la ficción.

miércoles, 18 de octubre de 2017

El día en que nos prohíban sonreír habrán ganado

Hablar con la gente es como una medicina.
Sentirse útil en un mundo que disfruta haciéndonos sentir inútiles,
que nuestra vida es un vano intento por mantenernos a flote,
deshumanizándonos
porque siendo humanos ganaríamos la partida.

A nadie le interesa vernos sonreír
porque serían conscientes de su propia tristeza.
Es la dulce amargura del alienado,
sentirse libre en una jaula de cristal.

Al estado le gusta así,
las reglas del juego bien claritas.
Te aguantas
y las sigues.
Sino detenido,
castigado
y a la cárcel a esperar dos turnos para salir.
        A no ser que puedas pagarte la fianza.

Soñamos con ser libres porque los sueños son lo único que no nos pueden quitar.

Atrapadnos en mil cadenas
que nosotros seguiremos volando.

Y mientras tanto,
aprenderemos,
hablaremos,
y estrecharemos lazos.

Que la solidaridad sea nuestro mayor regalo.

Y el tiempo
ni nadie
podrá jamás doblegarnos.

Somos los sueños por los que luchamos.

Sonreid,
porque vamos a ganárnoslo:
El mundo.

martes, 17 de octubre de 2017

Bajo el traqueteo de la vida

"Lo intento y me hundo
pues quise cambiar el mundo y solo conseguí ojeras."
Melow


Vueltas y vueltas,
caídas hojas de niebla entre cunetas,
yermas tierras herederas,
termas que incineran las ideas,
las palabras,
las estelas,
las aceras de esta ciudad se pierden entre esperas,
y qué quieres qué haga
si nadie se da cuenta
de que no resisto una nueva afrenta,
que no puedo lograr mantener la mente despierta,
que me derrumbo entre tantas decisiones inciertas.

Soy lo que fui
y fui lo que seré,
un bucle constante con el que entrever
que no hay rumbo que no marque,
como los pasos que determiné al lanzarme
entre valles sin aire.

Me ahogo como un loco
y me miro a los ojos
y solo veo pozos de negra oscuridad,
cerrojos con los que acallar la forja de la voluntad,
tirarme al vacío para no presenciar
mi desesperada parada sin vallas de seguridad.
Gloria eterna a la soledad.

Sílabas silabeantes que hilvanan palabras calladas sin lograr controlarlas.
Sonadas caladas de vanguardias con las que sudar.
Espaldas flageladas por ansiadas memorias de libertad.
Apunta y dispara que ya no queda otra cosa que la tristeza por la que luchar.

No sé qué aguardar
pero solo espero que la suerte se amontone
entre los borbotones de sangre que manchan mis botones,
colores de honores
que recomponen
todos los dientes que corroen
los dados que corren,
mientras el destino entre los rincones se esconde.

Son las espadas
las que determinan las parrafadas,
pero son las sensaciones
las que construyen sentimientos en canciones. 
Vivir, asentir, sonreír, llorar y resistir.

Solo así habrá alguna razón para seguir.

Morir.

Aquí.

Yo solo junto a mí.

Final.

Infeliz.

Poesía de otoño

La lluvia cae por el patio de luces
con la tenue monotonía de los días que apenas dejan entrever un rayo de sol en la vida,
te sonreiría
¿pero de qué serviría si hoy estás tan lejos?
Todos los besos que te di
se acumulan en las paredes de la habitación
como las sábanas que se pegan al cuerpo en esas mañanas en que preferirías acabar con todo antes que seguir.

Qué decir cuando las despedidas se anotan en los calendarios con el dolor del porvenir,
¿Qué fue de ti y de mí?
Un acorde baile de dos,
un gemido del corazón,
un grito entre tanta desesperación.

Solo sé escribir cosas tristes,
aún cuando todo es luz y color,
y te juro
que no hay explicación,
pero siento que entre lamentos te expreso mejor las pulsaciones de cuando me haces ser mejor.

Yo,
que todos los suicidios habidos y por haber habré hecho,
he comprendido que tu voz es la razón para enfrentarme a Dios,
y entre brasas caminaría
si con eso consiguiese dibujarte una sonrisa.

No soy el calor que necesitabas,
pero sí el cúmulo de desastres que estaría dispuesto a todo por ti.

El loco cuerdo que te escribe con todo su amor.

El desgarro del alma convertido en versos para recitarte en el colchón.

Un juego de rimas que vuelan hasta el sol.

Com-permiso.
Com-perdón.
Compañera
De co-razón.

lunes, 16 de octubre de 2017

El día en que el infierno llegó a nuestras casas

Durante horas no he podido hacer más que contemplar, impotente, la devastación.
El resultado de tanta tristeza y dolor queda en estas líneas grabadas a fuego.


* * * * * *


La informaciones se cruzan por todos lados y en todas direcciones, las redes arden, arden de rabia, tristeza e indignación, como arde Vigo por todos lados, por todos los rincones, por todos sus alrededores. La noche fue larga y nadie sabía bien qué pasaba. Nadie tenía toda la información. Nadie podía hacer más que ayudar: Informar, twittear, llevar cubos, rastrear nuevos focos, luchar contra las llamas... Y mientras tanto, el calor sofocante que acicala el horror con la destrucción en la mirada. Con el pánico en los rostros.

Facebook poca información, hay que filtrar entre tanta gente de tantos rincones que lo único que puede hacer es enviar solidaridad en forma de fotos. De repente en los comentarios del post de Chacón se entrevén rumores de que arde el Castro. Twitter lo confirma. Nuevos focos, tras el de Plaza de España. Dos encapuchados en una moto. Con un bidón de gasolina. Dicen. Nadie puede confirmar nada. Y las autoridades tampoco muestran demasiado interés. Abel Caballero desmiente que sea provocado. La TVG llega tarde; mal; y a rastro a cubrir la información. Ni siquiera detienen la programación habitual en el primer canal. Si quieres saber qué pasa tienes que ir a TVG2, y lo único que saben es que nadie sabe nada. Que todos sufren. Que todos tienen miedo. Que todos tienen rabia. Pero para eso mejor te vas a twitter y ves la indignación de la gente con el hastag de #ArdeGalicia. Aunque en realidad es un #QueimanGalicia.

El fuego llega a Valladares y empieza a devorar La Florida. Redondela ve a pocos kilómetros el frente. Las protectoras piden socorro por los animales y el Zoo empieza a reubicar las especies. La Madroa está en llamas. El Cuvi es la siguiente víctima. Desalojan la residencia universitaria y la destrucción ya está al pie de las facultades. Llora el Galiñeiro en lágrimas de color negro; ese será el rastro que quede cuando se apague el fuego. Nigrán suplica por la lluvia. Será la única que nos salve porque no hay nadie más dispuesto a que todo se acabe. El ayuntamiento manda 3 brigadas de bomberos. El de Coruña. Madrid hasta por la mañana no va a enviar nada. Mejor tener movilizada a toda la Guardia Civil en Cataluña. La independencia importa más que los montes y los incendios. Total, ya estaba claro desde el momento en que aprobaron la recalificación de los terrenos quemados.

Samil es todo color rojo intenso y la Avenida de Europa debe de superar los 50 grados. El calor es asfixiante y el cielo se tiñe de un macabro otoño que golpea fuerte ante impotencia de los vecinos.

La solidaridad.
Es lo único que nos queda en plena pesadilla.
Entre tantos oscuras noticias puede que ese sea el único consuelo.

La gente se vuelca en la calle. Se buscan nuevos focos. Se propagan falsos rumores. Nadie sabe nada. Y a pesar de todo, todo el mundo intenta ayudar como puede. Twitter arde con información relevante. Y facebook se llena de comentarios en los posts de la gente de Vigo. Celia va con cubos de agua por el Castro, buscando posibles noticias inesperadas que nadie quiere que lleguen. Se necesita agua potable. La gente comienza a estar deshidratada. Llegan noticias de posibles incendios en Coruña. El cielo está gris desde hace horas. Los bomberos informan de que Eirís está controlado. Resulta cruel, pero apenas podemos preocuparnos por seguir la información de otras provincias, aunque Lugo y Ourense no están mucho mejor que el sur de Pontevedra.

La Xunta mira hacia otro lado. Acusa a Portugal. No pide ayuda.
Hace unos días despidieron a 500 brigadistas. No afectará a la lucha contra el fuego decía Feijoo. La coca de sus amigos empieza a afectarle. Eso, o se ríe en nuestra cara. Otro tanto la falsa solidaridad de Rajoy. Mucho apoyo en tweets, pero poco envío de bomberos. Mientras tanto Redondela sigue ardiendo.

Lura tiene miedo. Sufre. Como sufrimos todos en Vigo ahora mismo. Las horas pasan y la lluvia no da llegado. A estas alturas del juego seguramente sea lo único que pueda salvarnos. Que pueda salvar nuestra tierra. Que pueda salvar nuestro hogar.

Portugal es víctima del terror también. Braga sitiada. Ericeira, Caldas da Rainha, Foz do Arelho, Óbidos... Mi segunda casa en llamas. Mientras impotente no puedo hacer nada por ayudar. Nada más que compartir información, leer tweets y escribir. Y a pesar de todo, nadie sabe bien nada. Qué es verdad. Qué es mentira. Qué es un rumor. Qué es información verídica.

Los whatsapp vuelan. Todo el mundo pregunta a conocidos, familiares, amigos. Dicen que el fuego está cerca de Castrelos. No sé cómo estará la familia de Andrea. Le hablo, como llevo hablando horas con otras personas. Mi hermano está siguiendo también el incendio, la tristeza en sus palabras, tampoco puede hacer nada. El fuego llega a Vilar. Dicen. No están seguros. Es la zona de Arturo. Si llega allí está a dos pasos de Cabral. Lura está nerviosa. Intento tranquilizarla, aunque sea imposible.

La noche avanza. Aunque la oscuridad esté en una batalla constante con un atardecer de ceniza y llamaradas que no parece dispuesto a dar tregua. Las casas arden y a pesar de todo, la gente se niega a irse. Galicia entera no logra entender como siguen ardiendo hectáreas sin que las autoridades hagan nada.

Los informativos estatales tampoco dan cobertura. Apenas unos minutos. La ciudad más grande de Galicia rodeada por las llamas y Madrid mirando a Cataluña. Casualmente los que estaban orgullosos de sus rojigualdas, hoy ignoran a quienes llamaban españoles. Y nadie sabe nada. Y el periodismo no moviliza cámaras. Y las autoridades no dicen nada. Y el pueblo, no podemos saber nada. España, la implicada, está atenta a los hastags y aunque no puedan enviar más ayuda que apoyo moral, ya hacen más que las banderas de las falsas palabras solidarias.
Es triste que para estar informado tengas que ir a una red social porque las televisiones solo busquen sacar tajada.

Las llamas siguen avanzando en Redondela. Hispanidad y Plaza de España están apagados. La Avenida de Europa, tras 3 horas, controlada. Los vecinos de esa zona pueden ir a descansar. Otros aún tienen mucha noche por delante. Y mucha, Mucha, rabia.

Nadie sabe nada. Nadie entienda nada. Nadie se explica nada. Solo hay una cosa clara, el fuego no se apaga. Y si sigue Vigo en pie es porque el pueblo ha plantado cara.


* * *


La noche ha dado paso al sol. Un sol, que igual que ayer, está cansado y agotado. El humo puede más que sus rayos y apenas logra superar la luz de una enana roja. O así es como nos vemos. Como enanos que no pueden hacer más que contemplar la desolación.
Vigo centro parece estar a salvo, pero en Redondela la batalla no ha cesado. Baiona ha visto un milagro y ha alcanzado la tan ansiada lluvia. El Val Miñor puede que esté a salvo.


* * *


El mediodía señala las más de 48 horas de constante batalla. Las vistas desde Cangas muestran el desastre, aunque este no será patente realmente hasta que la lluvia acabe con todo el calor y la tierra esté yerma. Baldía. Devastada. Cubierta por un manto de ceniza que impedirá que crezca la vida.

Y mientras todo arde.

Llora Galicia.


La imagen puede contener: cielo, océano, nubes, exterior, naturaleza y agua

domingo, 15 de octubre de 2017

Cuando el humo se disipó ya no había palabras para tanta tierra quemada

Arde Galicia y los de siempre no hacen nada,
ni actúan,
ni envían refuerzos;
se limitan a esperar
para recalificar luego el terreno,
y mientras tanto,
Galicia sigue ardiendo.

El horror lo cubre todo
y la tristeza baña de gris el cielo,
la impotencia se cuela por los resquicios de las casas desalojadas,
y las gaviotas echan a suertes la vida con la pasta.

Dios no está, ni se le espera,
la lluvia no llega
y el viento hace de las suyas cuando arrecia.

Las miradas son de ceniza
al contemplar
sin fuerzas
como toda su tierra se quema.

La muerte acecha en cada rincón
y el corazón
de los bosques
llora de dolor.

La noche no hace más que arrasar con incertidumbre
sobre lo que quedará mañana al despertar,
y eso los que tengan la suerte de dormir,
otros ya han perdido todo ante sus ojos,
o la destrucción de las llamas se refleja ahora en sus rostros.

Galicia arde
mientras los responsables no hacen nada,
y nosotros sufrimos
Con frustración,
Tristeza
Y rabia.

Arde Galicia
y el fuego todo lo arrasa.

Arden nuestros bosques.
Arden nuestros hogares.
Arden nuestras casas.

jueves, 12 de octubre de 2017

Pago las consecuencias de creer que escribiendo introspectivo cambio algo

"El mundo no es bonito."
Still Ill


El mundo no es bonito,
el mundo es un torbellino,
un murmullo de gritos de auxilio
de horror y chillidos
que solo logra saber a roto,
a sentimiento muerto a trozos,
a pecho abierto con enfermiza sensación de alivio;
cruel sino
que logra asfixiarnos entre estertores de ritos introspectivos.

Solo me calmo
si encuentro el camino de vuelta a donde nadie me espera,
cruzo la senda que quema
como una supurante llamarada de garras,
como un alma desgarrada en miles de inesperadas cuchilladas de palabras.

No me ponen topes los faroles de mi cuerpo
y aun corrompo mi corazón
cuando encuentro sonidos sin razón,
cuando rimo sin ton ni son,
cuando ya no sé por qué continúo sin esperar sentido a tanto insufrible dolor.

Supongo que en reposo
me late a golpes de loco,
de informe cuerdo entre cerrojos,
entre cajones que me topo en cada esquina
como si la salida a tanta inesperada insidia se encontrase entre la agobiante brisa,
entre las prisas de llegar algún día
a una nueva vía de guía
como una estela sin vida,
como un poema sordo sin rima.

El mundo no es bonito por mucho que te digan
y aunque yo insista
en buscar color a tanta desidia
la cotidianidad me confirma
que no hay esperanza bajo este sol,
que solo queda el seguir sin tener motivo para las sonrisas,
que la muerte campa a sus anchas en esta dependencia,
que entre estas paredes solo hay enfrentamiento contra la sinrazón:
ya no quedan motivos para soportar el peso del corazón,
que solo espero encontrar esta jaula con vida
aunque a pesar de ello tenga yo que sufrir por todas y cada una de las heridas,
que soportaría toda la carga que me impondría,
que sostendría el destino sobre mi hilo
con tal de dar rienda suelta al tejido del amor que sobre esta casa desfibro.

Y aún a pesar de todo sigo escribiendo aunque no haya remedio
y solo por eso espero y deseo tener razón para que salga de nuevo el sol,

ya no tengo miedo a sufrir implosiones desde dentro,

puede que así logremos tocar la materia de la inmateria.

Torpe mecanismo al que siento envejeciendo.



Seguimos coleando, manténgalo en la mente...
                                                                           aunque el mundo no sea bonito.

miércoles, 4 de octubre de 2017

(Contra) el canto del cisne: (Cultura)

Soy la lluvia, soy el viento,
soy todos los aullidos y lamentos
los campos llenos de soldados muertos,
las aldeas abandonadas
y las ciudades superpobladas,
soy el llanto tenue de la libertad
cuando disparan en nombre de la paz,
soy el campesino y su sudor,
la rabia y el dolor
del que ha visto nada más nacer el horror.

Soy los sueños y las pesadillas,
las fantasías,
las ironías
y las poesías,
soy todas las noches en vela
todas las horas que pasas en largas listas de espera,
los cielos sin estrellas,
todos los besos, caricias y miradas desde la otra acera,
soy esos armarios que te obligaron a cerrar,
esas infancias sin lugar al que escapar,
todas las palizas por soñar,
todas las salidas de emergencia cerradas cuando llegabas a ellas.

Soy la música y los instrumentos,
las orquestas, los bailes y los cuentos,
todas las leyendas muertas,
todos los libros que ardieron en hogueras,
las películas que se censuraron
y todos los actores abandonados y olvidados;
soy las imágenes vistas de cerca,
las letras que despiertan conciencias,
las historias cíclicas que se repiten aunque no quieras.

Soy el trabajador de ese tejado,
la madre que cuida de los hijos sin que nadie le dedique cuidados,
las revueltas y las calles llenas,
las manifestaciones y las huelgas,
las protestas, las asambleas y las esperanzas que yacen en algún lugar, sin fuerzas.

Soy el norte y soy el sur,
soy la luna y el sol,
soy el que viaja en bus,
el que huye, el que emigra, el que se refugia, el que busca dinero para comprar salud.

Soy el oeste y el este,
la voz que grita en medio del cielo celeste,
los enfermos de la peste,
de las colonias y de las huestes
de aquel que se proclamó liberador,
de aquel títere que alguien situó,
de todos aquellos que solo soñaron con mantener el control,
que nunca dudaron cambiar de color
con tal de que el pueblo solo sienta el dolor.

Soy indio,
soy cubano,
soy todos los que lucharon sin rendirse por lo que soñaron,
soy europeo y africano,
asiático y americano,
soy el engañado de todas las historias de viajes para lucrarnos.

Soy la madre,
y el padre,
y la hija explotada
y el niño soldado,
soy la vida,
soy la muerte,
soy la guerra
y la paz,
soy todas las ganas de cambiar algo.

Soy el mundo,
soy el mar,
la naturaleza, las montañas y hasta el volcán;
soy los peces,
y la hormiga al trabajar,
soy la memoria,
y la cultura popular.

Soy Sarajevo e Iraq,
las Malvinas, Chechenia y Afganistán,
soy la falsa primavera árabe,
soy la maniobra inteligente,
el que muere ante un dron sin piloto pilotado,
soy el soldado vietnamita que muere por defender su poblado,
soy el norcoreano,
el palestino,
el fervor del pueblo al echar de Cochinos al mercenario.

Soy el futuro y el pasado,
el presente que nos han robado,
el caído ante una jeringuilla en su brazo,
el que ve como lo aplasta el estado,
el olvidado,
el callado,
el cadáver en una fosa enterrado.

Soy la bandera roja ondeando,
soy el Reichstag liberado,
soy el rojo y negro en una columna luchando,
soy el brigadista solidario,
el voluntario alistado para echarte una mano,
el enfermero,
el obrero
y el parado.

Soy la médica que ha estudiado,
la choni,
la escritora,
la que pasa 10 horas en el sector servicios currando;
soy el becario,
el pobre universitario,
el poligonero que escucha rumba y bakalao en tu barrio.

Soy la Guerra Fría,
la isla combativa,
las voces que en la cárcel siguen insumisas,
soy la guerrilla en la jungla,
la que trabaja en el campo para sobrevivir otro día,
la que suda como único pago a su desventura,
la que muere sin grandes actos funerarios,
soy Peniche y Guantánamo,
todos los caídos en un Valle de héroes falsos,
los defensores de Stalingrado,
el miliciano y el partisano,
el incansable estudiante que reparte panfletos incendiarios frente a un supermercado.


Soy la historia y la igualdad que por fin se alcanza,
la cultura de masas que nadie aprecia,
las ganas de acabar con las injusticias,
las vidas que buscan vías para triunfar en esta partida.

Soy las llamas de la venganza,
la hora de romper la baraja y las cartas,
el momento de estallar en la batalla,
el pueblo internacional y solidario que viene a plantar cara.


Soy el mundo,

soy la construcción de los sueños,

soy la victoria de las esperanzas.

domingo, 1 de octubre de 2017

¿Qué hacer cuando no hay nada por lo qué hacer algo?

El porvenir se ha perdido en un cúmulo de susurros nebulosos que nos impiden ver a más de dos palmos de nuestra nariz.

Miramos al mundo y no sabemos bien qué pensar, qué sentir.

La suerte se fugó en un tenue e informe sin sentido a orillas de nuestra propia mente.

Miramos al futuro y no somos capaces de ver mayor ilusión que el seguir por inercia, como si así, de algún modo, de repente todo cobrase sentido y la desesperanza no estuviese esperándonos en cada esquina de las calles de esta inerte ciudad.

Nunca supimos bien qué queríamos y supongo que por eso ahora deambulamos sin rumbo aguardando a la más mínima señal que nos impulse a avanzar.


El mundo está loco ahí afuera,
pero aún así,
de alguna informe forma,
no queda otra vía que la línea recta.


Temo al no saber dar más de dos pasos seguidos, a la soledad, a la pérdida interna en cientos de pesadillas atormentadas que supuran letras a lomos de un folio en un oscuro ático desde donde escuchar los estridentes chillidos de las gaviotas a las tantas de la madrugada.

La amistad se fractura en cada vano intento de resquebrajarlas, y el sopor del dolor es más constante que las fuerzas de voluntad necesarias para no rendirse.

Viajo por una autopista que me exige más peajes que paradas de descanso, y entre paso y paso, levanto los brazos mirando al cielo. Puede que allí encuentre alguna respuesta.

La vanidad del universo se ha filtrado por cada rincón de la neblina y la oscuridad permanente abre caminos de tránsito en busca de nuevos horizontes.

La magna venganza de alcanzar la inmortalidad se corrompe entre las grietas de las armaduras que construimos a través de las tinieblas, y el no saber qué hacer con tanto poder no hace sino que preguntarnos por nuestras verdaderas intenciones al vivir.


¿Grandes esperanzas?

Grandes sueños.

Y a lo lejos, ángeles que nos acompañan siempre siguiéndonos desde lejos.

Puede que los senderos del cementerio estén más vivos entre muertos.

Yo,
por lo menos siento
que el corazón ya no me cabe en el pecho
cuando pienso en el angustioso sentimiento del destino incierto.



Algún día miraremos atrás y sonreiremos.

Pero mientras tanto no queda otra que resistirnos a prendernos fuego,
no, al menos,
hasta que no acabe el juego.

6 meses después, el parte del 1 de abril se vuelve a retransmitir, pero en vez de radio, por todas las televisiones

"Venceréis pero no convenceréis.

Venceréis porque tenéis la fuerza,
pero no convenceréis porque os falta la razón."
Unamuno


Mataron a la democracia bajo un estruendoso aplauso.
Se escuchaba en el Congreso,
en el Senado
y en las comisarías de todo el estado.

Mientras tanto
en los barrios,
en las calles en las que nos criamos,
gritábamos bien alto
que no nos rendiríamos sin haber luchado.

Y la batalla comenzó,
y perdimos por goleada
aunque la violencia con la que nos aplastaban
daba la vuelta al mundo en una pantalla.

Y le dimos rt,
y nos solidarizamos,
y nos preparamos para otro asalto,
y aunque las reglas han cambiado
seguimos intentando luchar por lo que soñamos.

Mataron a la democracia
mientras España cantaba cara al sol,
por desgracia no fue hace cuarenta años,
sino ayer, hoy y mañana,
y la ideología rancia
salió de nuevo a la luz,
y aunque llevaba años escondida
estaba lista para justificar la represión
siempre por España, por la unidad y por dios.
Que esperpento todo,
todo por querer callar nuestra voz.


Mataron a la democracia
y entre banderas rojigualdas se escondió,

hoy no estaba lista,

pero llegará el día en que amanezca hermanada con la tricolor.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Escribo solo para salvarme, y de paso intentar rescatar esta realidad que nos rodea

Ando clandestino en esta noche escondida,
como Manu Chao sonando por todo lo alto
en unos altavoces que gritan voces desde el otro lado de este mar indomado.

Conservo palabras para los buenos ratos
y en mis libretas
apunto y anoto frases de relatos olvidados
para luego colgarlos
en las paredes de esta cueva.

Ya no es que duela,
pero la lluvia acecha
y yo solo sé encontrar faenas inesperadas,
instantes intensos que hacer eternos para escapar de todos los cuentos que jamás nos vendieron.

Nunca supe bien que fue lo que me hizo sonreir
pero ahora sé que no acumulo suficiente gramos de serotonina
y como en Criando ratas me repito:
¿quién nos va a sacar de esta ruina?
Esnifo más rimas enlatadas
que versos a los que doy patadas.

La oscuridad me reconforta cada vez que intento huir
y si mis arterias abiertas se confunden con cicatrices que se cierran
puede que los tatuajes marquen huella
como una marca negra que supura en mi alma negra.

Mientras tanto me reafirmo en que seguiré dando guerra,
puede que la espera a tanta noche en vela no sea si no otra forma de escribir a cuchillada descubierta,
como una reyerta que deja el corazón sobre la mesa
y la noche
líneas y líneas que meterse cuando nadie me vea.

Soy un kinki de los poemas:
tiro del pecho para meterme dentro todo lo que me quepa sin cesar de galopar
y me chuto el mundo directamente en vena.

Vaya faena,
que hasta la música se descompone en cientos de notas inciertas,
apunta,
dispara
y acierta,
que el orgullo es lo único que nos queda,
conocernos,
reafirmarnos
y beber nuestros miedos como si fuesen latas de cerveza.

No quedan más ideas
que las que nos definen al defenderlas por encima de todas las cosas:
Porque soñar
es el acto más revolucionario en esta guerra.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Primer día sin ti

Hoy es la primera semana del curso en Coruña, los primeros días de volver a la rutina, a adaptarme a vivir aquí el día a día, frente a esta ventana que tanta poesía recoge y recogía.

Es la primera semana del curso en Coruña, pero hoy es el primer día que no estás para llevarme de la mano por la vida.

No estás para despertarme con tus bostezos y sonrisas, tus buenos días, con tus abrazos mientras te estiras. No estás, tampoco, para darme las buenas noches entre cosquillas, entre vídeos interminables de youtube, entre jornadas que parecen construir vías que recorrer juntos.

No estás. Hoy, no estás.

Y a mí me vuelves a faltar como me faltas siempre cuando percibo tu olor en cada uno de los rincones de esta habitación.

No estás, y a mi no me queda otra que perderme por mi blog, para respirar cada una de las poesías que te he escrito cuando viniste a Coruña y luego te volviste a ir, en cada uno de los versos que dejan entrever que echo más de menos tus besos que el propio aire que respiro.

Y no estás tan lejos como hace un año,
pero a mí,
esos kilómetros que nos separan me siguen pareciendo una inmensidad.

Hoy es el primer día, de esta primera semana en que vuelvo a estar solo en este ático,
y el silencio
es mayor que nunca,
así que simplemente me queda escribirte,
evocarte
e intentar rescatarte con cada una de mis cutres rimas:

A ver si así te echo un poquito menos de menos,
porque en falta te echo cada vez más y más.

* * *

No estás.

Hoy no estás.

Y lo único que me queda es tu recuerdo
entre el humo que te fumabas al verme volar.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Saludando al nuevo siglo rompamos el guión y las reglas

Nos olvidamos de cómo luchar
y por el camino perdimos todos los sueños por los que otros lucharon.

Nos olvidamos de cómo soñar
y por el camino dejamos que el mundo estuviese lleno de pesadillas.

Nos olvidamos de cómo defender nuestra dignidad
y por camino nos pisotearon todos los derechos que teníamos.

Nos olvidamos de cómo exigir nuestros derechos
y por el camino nos enseñaron que en realidad eran privilegios.

Nos olvidamos de cómo analizar la realidad
y por el camino nos impusieron la idea de que cualquier opinión es respetable.

Nos olvidamos de cómo eran nuestras ideas
y por el camino nos regalaron competitividad e individualismo con olor a frases neoliberales.

Nos olvidamos de cómo escapar de la competitividad
y por el camino acabaron con todas nuestras redes sociales: barrios, vecinos y amistades.

Nos olvidamos de dónde veníamos
y por el camino enterraron nuestras libertades.

Nos olvidamos de qué era la libertad
y por el camino nos recordaron lo que pasó la única vez que tuvimos esperanzas de ser iguales.


Nos olvidamos de tantas cosas
y supongo que por eso,
ahora,
es tan complicado volver a exigir lo qué es nuestro.


Los ideales se perdieron,
la solidaridad la mataron
y las frases como:
la tierra es para quien la trabaja,
parecen más lejanas que nunca,
anticuadas incluso para nuestros abuelos.


Nos olvidamos de tantas cosas
que ahora lo estamos sufriendo,
y cuando nos demos cuenta de qué nos confundieron con lo que queremos
sabremos
que solo el pueblo salva al pueblo de esos jodidos cerdos.