domingo, 15 de octubre de 2017

Cuando el humo se disipó ya no había palabras para tanta tierra quemada

Arde Galicia y los de siempre no hacen nada,
ni actúan,
ni envían refuerzos;
se limitan a esperar
para recalificar luego el terreno,
y mientras tanto,
Galicia sigue ardiendo.

El horror lo cubre todo
y la tristeza baña de gris el cielo,
la impotencia se cuela por los resquicios de las casas desalojadas,
y las gaviotas echan a suertes la vida con la pasta.

Dios no está, ni se le espera,
la lluvia no llega
y el viento hace de las suyas cuando arrecia.

Las miradas son de ceniza
al contemplar
sin fuerzas
como toda su tierra se quema.

La muerte acecha en cada rincón
y el corazón
de los bosques
llora de dolor.

La noche no hace más que arrasar con incertidumbre
sobre lo que quedará mañana al despertar,
y eso los que tengan la suerte de dormir,
otros ya han perdido todo ante sus ojos,
o la destrucción de las llamas se refleja ahora en sus rostros.

Galicia arde
mientras los responsables no hacen nada,
y nosotros sufrimos
Con frustración,
Tristeza
Y rabia.

Arde Galicia
y el fuego todo lo arrasa.

Arden nuestros bosques.
Arden nuestros hogares.
Arden nuestras casas.

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