lunes, 20 de noviembre de 2017

Me parece un sueño tenerlo tan cerca.

"La primavera duró hasta principios de noviembre. Todavía casi no llovió."
Aniko Villalba


Hay días en que siento muchísimas ganas de irme, lejos, muy lejos,
coger el primer autobús con billete de ida a cualquier lugar
y huir
de todo,
de todos,
de mí,
dejarme llevar por los kilómetros de distancias
y no echar de menos ese futuro hipotético que encerrado en mi rutina nunca se cumplirá.

¿Cuántos te echo de menos te has perdido por no dejarte llevar por las ilusiones?

¿Cuántos sueños se han quedado a deber por no jugarte el destino al azar de los trenes en marcha?


No sabemos muy bien qué es lo que nos falta hasta que perdemos la oportunidad de alcanzarlo,
para siempre,
mientras tanto tenemos todos los nunca habidos y por haber,
¿Qué es lo que nos detiene entonces?


Firmamos las cartas con las grandes esperanzas
y se quedan en un remitente aferrado a su lugar de origen,
sin oportunidad a que los ángeles jueguen con nosotros como un títere sin cuerdas.

Dios nos dio el libre albedrío para tener la capacidad de elegir
y por miedo
miramos hacia atrás,
agarrándonos a cualquier piedra del camino con la que hayamos tropezado más de dos veces.

Cualquier otra cosa sería un loco suicidio de valentía

Y nosotros estamos carentes de toda capacidad de irraciocinio cuando esta consiste en buscar lo mejor para nosotros mismos.


A veces cojo trenes en marcha, visito ciudades nuevas y me sumerjo en un mar de experiencias.

Veo el océano en tus ojos, verso los atardeceres entre lienzos, y beso deseos al pie de acantilados eternos.

Cada vez que piso fantasías siento una explosión de felicidad, una descarga de dopamina que me da las fuerzas necesarias para seguir.

Hay primaveras en cada rincón, veranos en cada película, inviernos en cada canción y otoños en cada sonrisa que fotografío para no olvidar la sencillez del amor.


Hay días en que siento que tengo el mundo entre mis dedos,
que todos los senderos los hago míos con el simple paso hacia el horizonte que creo
y que todo lo que escribo es una portada de melodías dibujadas en los mapas que me llevan lejos.

El único problema de todo esto
es que solo vive en los renglones torcidos que lloro en estos textos.

Perdón
-a mí mismo-
por tener miedo
a cumplir lo que jamás podrá ser cierto.

"Cada vez que saco la basura me quedo mirando el mar."

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