No esperes hogares cuando habitas en ruinas.
Carla Camaleònica
En la noche de los tiempos caminamos
sin rumbo ni esperanza
los cometas surcaban el cielo
y nosotros ya no teníamos deseos.
Creíamos que podríamos apagar todos los incendios,
pero teníamos sonrisas de medio lado
de esas en que te descubres en el infierno
sin querer asumirlo de puertas para fuera
y no había forma de escapar.
No, no había forma de escapar.
Las calles y los callejones nos asfixiaban
y el cielo plomizo todo lo apagaba
no había salida,
no había rumbo,
no había final.
No importaba mucho nada,
porque nada importaba mucho.
Y seguramente todo pasó de largo por las calles
y yo ni siquiera lo sabía.
¿Cómo iba a haber un hogar
cuando solo habitábamos ruinas?
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