jueves, 22 de septiembre de 2016

El grito de los mudos

Miro a través de los cristales
y las gotas de lluvia caen como ríos de lágrimas,
solo soy capaz de ver que el cielo está negro,
la tormenta acecha y de fondo se escucha el oleaje de un mar de fondo que no deja en pie títere con cabeza.

Miro a través de los cristales
y el viento se lleva volando todas las hojas en este frío intenso,
los últimos relámpagos del día dan paso a la noche y los truenos retumban en los oídos de las mentes más calladas, como un eco del pasado que reverbera en el tiempo.

Miro a través de los cristales
y en este último día del fin del mundo
yo solo puedo pensar en dónde estarás,
si allá, también el mundo está así de melancólico,
si el sol ya se ha apagado también y solo queda la oscuridad eterna.

Miro a través de los cristales
y las noticias de miles de telediarios pasan fugaces
recordando la maraña inerte de almas desamparadas en las que vivimos,
puede que ya no quede nada de todo lo que soñamos,
ni siquiera la libertad.

Miro a través de los cristales
y las estrellas fugaces ya no cumplen los deseos de niños asustados,
es la ironía que tiene confundirlas con silbidos de alarmas que terminan en explosiones "controladas",
lástima que ya no quede quien inmortalice el horror en los ojos sin vida de algún desgraciado.

Miro a través de los cristales
y ya no veo nada,
y como si nada, cierro la cortina
y la persiana
y me siento a esperar la inevitable llegada del filo de la guadaña,
ya no queda nada,
ni paz, ni libertad, ni esperanza,
solo el reencuentro con la silenciosa parca.

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