como cada vez que escribo desde Coruña,
pero eso no cambiará que siga echándote de menos,
otra vez,
que siga teniendo ganas de sentirte
aquí,
a mi lado,
de tumbarme en cama
que me mires
y abrazarnos.
Estás lejos,
como cada vez que escribo,
pero sigo sin acostumbrarme a la falta de tu sonrisa,
a la ausencia de tu voz,
al silencio de tu risa.
Estás lejos,
y yo no estoy ahí para tropezar contigo y pisarte sin querer
-siempre me pasa cuando llevas sandalias,
supongo que mis pies sienten atracción también por tocar tu piel,
y claro,
se pasan con el roce-.
Estás lejos,
y yo,
coso rimas y estrofas como quien compone un telar de suspiros,
como todos los que exhalas hoy y yo no puedo recoger con mis oídos
-condenándome a leerlos en una pantalla de unas pocas pulgadas-,
intentando que entre suspiro y suspiro te llegue mi calor y no te coja el frío.
Estás lejos,
y yo te escribo abrazos y besos en papel,
para que al igual que tus suspiros, los leas en una pequeña pantalla de 5x3,
y de fondo una foto mía,
para intentar dibujar en tus labios un beso, una mirada, una caricia.
Estás lejos,
como cada vez que escribo desde Coruña,
aunque nunca me acostumbraré a no tenerte en cama día sí y día también,
supongo que porque nacimos el mismo día que unas nutrias,
y claro,nos damos la mano para dormir juntas
y que así nos lleve la corriente,
a la vez,
hasta los sueños del otro,
hasta la magia del otoño,
hasta la luz de nuestras vidas.
* * *
Estás lejos,
pero yo hoy
-mi vida-
te escribo estas pequeñas rimas,
para que brille un poco más este lluvioso día.
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