A veces echo de menos a las novias que no tuve.
Karmelo C. Iribarren
Solo eso,
tampoco mucho más que añadir.
Decir
que me siento frente al mar,
frente a la inmensidad,
frente a una ventana
mientras el paisaje se mece, se acuna, se desplaza
y mi mente reconstruye vidas no vividas
con todos los amores
que una vez renuncié a cuidar
por miedo,
por ser conmigo sincero,
por estar donde debía estar,
por no atreverme a vivir esa nueva oportunidad,
y echo de menos a las novias que no tuve
Viviendo en otras vidas en las que cobraba un nuevo significado la palabra libertad.
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