martes, 11 de junio de 2024

Las horas bajas

En este rapto de las proserpinas,
del cuento del derecho y del revés,
nos aferramos a lo vivido, a lo que comprendemos,
sin atender a la poesía nada más que para ver.

Ver más allá
de nuestros pasos,
de los poemas que nos afanamos en hacer nuestros
como si el sentido poético
pudiéramos atraparlo
como quien abre la mano,
la alza
y súbitamente
la cierra.
No, no funciona así
y lo sabemos
aunque no lo queramos ver.

Porque vivimos atrapados en nuestra imágenes,
en nuestros símbolos,
y cuando nos damos cuenta
ya somos incapaces de salir de este propio círculo
que nos hemos creado
y del que no hay forma de salir.

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