En realidad no.
Nunca he llegado a donde realmente soñaba con estar. Aunque hace 5 años empecé a buscar inconscientemente un nuevo rumbo en mi vida que no sabía ni remotamente por donde llegaría. Pero en dos días vuelvo a Muiños y allí, en 2019, fue donde comenzó ese punto de inflexión que me llevaría hasta donde estoy hoy.
Hace 5 años en Muiños descubrí lo que era la amistad, lo que era tener un grupo de amigos afines. Algo que nunca había llegado a tener ni nunca volví a tener. Conocí gente increíble, alguna todavía me acompaña. Sin saberlo, comenzaría a descubrir el mundo Erasmus+ con Vero. Con la gente de Rumanía descubriría los voluntariados. Me enamoré. Y cometí errores. Y me atreví a lanzarme a la aventura y atreverme a cumplir mi sueño de vivir en Francia. Allí me redescubrí y me di cuenta de que quería ser monitor. Afiancé mi amistad con Clementine. Sufrí. Regresé y decidí del todo ser monitor. Me saqué el curso. Traté de, poco a poco, quererme y cuidarme a mí mismo. Comencé a trabajar de monitor. Logré vivir de ello. Me saqué el curso de director. Me di cuenta de que quería vivir viajando, trabajar viajando. Trabajé en campamentos de la Xunta. Sí cumplí realmente el sueño de vivir viajando. Aunque no fuese todavía a tiempo completo, sino de forma puntual. Aprendí. Me desarrollé. Volví a crecer. Y ahora estoy aquí, a dos días de regresar a Muiños, 5 años después. Y me he dado cuenta de cómo pasa el tiempo y que quizás no estoy donde soñé, pero he llegado a sueños. Y esos también me hicieron a ratos feliz.
Supongo que solo me queda seguir y ver a donde llegaré en otros 5 años.
Espero cumplir mi sueño de viajar por Sudamérica durante un viaje mínimamente largo de tiempo.
Me escribiré de nuevo cuando llegue 2029 y vea donde me ha llevado el Atlántico y el viento de mi alma.
- Pothos a la sombra de los robles
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