Hoy ha sido un día de no hacer nada. Un día para dedicarme a mí, a la tranquilidad, a la calma.
* * *
Estoy cansado de sentir que no hacemos nada en el ciclo, de tener un ritmo excesivamente lento, de sentir que apenas aprendo, que apenas tengo espacio para mejorar. Estoy cansado de hacer cosas que no me interesan. Por eso hoy, que teníamos una salida a la Gastromovida, decidí que me quedaría en casa, que no quería ir. La Gastromovida esa, nunca mejor dicho, llevaba varias semanas martilleándome en la cabeza como una estupidez en la que no pintábamos nada los del ciclo de Guías. Una vaina de gastronomía y estrellas Michelín, un espacio de concepción del pijerío como sinónimo de excelencia. ¿Qué vamos a sacar los de Guías de ahí?
Así, que con toda la frustración acumulada de un curso que parece avanzar sin hacer nada, decidí que no iría, que me quedaría en cama y que dedicaría el día a tomármelo con calma.
Hoy sería un día para mí, para la introspección, para darme tiempo y espacio y conectar conmigo mismo.
* * *
Tras despertarme a las 8 y decidir definitivamente que no iría gracias al apoyo de Lura, seguí dormitando hasta las diez y cuarto. Tras pasarme un tiempo indefinido con la luz encendido mirando el techo, quizás 15 minutos, decidí abrir la persiana y tumbarme de nuevo en cama, esta vez a leer. Ayer empecé El extranjero de Camus y la lectura me solicitaba. Recuerdo que la primera vez que la leí lo hice en un par de días escasos. La lectura, pese a ser pausada y de ritmo lento, como es Camus en sus novelas, me pedía una frenética y constante permanencia en ella. La alienación del protagonista, ajeno al contradictorio mundo que habita, me había fascinado en su absurdo. Me sentía igual. - Este tío tiene ansiedad o depresión - pensaba al leerlo. Su despersonalización empatizaba conmigo. Llegué incluso en algún momento posterior a acuñar el título para un poema de "El extranjero en su propia alma desnaturalizada". Así me había impactado Camus con su novela. Más si cabe debido a que se aleja totalmente de lo que había leído anteriormente de él en El Verano.
* * *
Después de leer durante media hora me dirigí al baño y a la ducha. Quería empezar el día con buen pie y en unas horas tendré la clase de robótica, no querría que me pillase luego el tiempo apurado y se hiciese añicos el hechizo de un día pausado y a otro ritmo. Mientras pueda mantenerlo, lo mantendré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario