cuando el humo se difumina entre las ojeras
y el insomnio se ríe de todos nosotros
por comprender que la eternidad acaba donde se dinamitan los sueños
y las madrugadas arden consumidas por el fuego eterno
del sufrimiento incierto
podremos sucumbir cuando el camino se pierda a lo lejos entre la bruma de ninguna parte
mientras tanto nos queda seguir hasta caer muertos.
Nuestros demonios cobran fuerza cuando nos abandonamos
al sufrimiento
y sufrimiento es lo que queda
cuando solo hay demonios que nos acechan para robarnos la energía
y darnos sus fuerzas.
Nuestros demonios salen a pasear en las noches sin luna
y esperan a que los fantasmas se reúnan
para salir a bailar
entre tempestades desatadas de infiernos
que supuran veneno entre las venas abiertas de nuestros yermos cuerpos.
Las miradas rotas
las esperanzas perdidas
las miradas rotas
las esperanzas perdidas.
Nuestros demonios salen a pasear en las noches sin luna
y esperan a los fantasmas para comprender que ya ni siquiera los lobos aúllan al vacío
de la estéril inmensidad,
tétrica fábrica de parches para los pedazos que quedan de nosotros.
Nuestros demonios cobran fuerza cuando nos abandonamos
a la desidia
de no saber por qué soportar otro día más
de la misma mierda
y ya no hay certeza de lo que queda cuando miramos hacia adelante,
hacia atrás solo hay ruinas y bosques ardiendo y casas en llamas y laberínticos corredores sin salida
que perforan la mente hasta consumirla
como el humo que se consume en el cenicero roto que hay sobre mi escritorio.
Nuestros demonios salen a pasear en las noches sin luna
cuando el humo se confunde con la niebla
con la bruma
con las lágrimas de lluvia que discurren por mis mejillas
hasta encharcar los folios en blanco de vida
que queda cuando no hay certezas para la rota esquirla
que son los pedazos de anhelos que comprendemos que jamás alcanzaremos
mientras permanezcamos lejos de todo lo que nunca seremos.
* * *
* * *
* * *
* * *
* * *
Nuestros miedos salen a pasear
y cobran forma
cuando ya no hay otra cosa
que la informe nada que nos cobija y nos asola
en las noches oscuras que nuestros demonios controlan,
mientras observamos el mundo con nuestra mirada que llora
al ver que solo quedan inertes fragmentos muertos de nuestra alma rota.
Ya seremos paz cuando las tinieblas todo lo devoran.
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