lunes, 6 de agosto de 2018

Me tumbo a soñar en la luz de tus ojos

Imagino futuros con acento extranjero que chapurreamos aprendiendo
entre las sábanas de soñarnos juntos y despertarnos con sonrisas de buenos días
y miradas que reflejan atardeceres en el Loira.

Enamorarse es algo así como dar la mano a quien nunca te dejará caer
y caminar
caminar siempre lejos tratando de ser siempre mejores
en los juegos que esta vida nos ha puesto delante de nuestras narices
para apostar al todo o nada por el amor
y esos cosquilleos que me recorren la espalda cuando me acaricias y me besas
muy muy suave
en la mejilla derecha.

Vivir es superar todas las adversidades
de una en una
de golpe en golpe
de todas a la vez
o de tropiezo y caída para luego levantarse
-eso me lo ha enseñado el judo,
y aunque a veces cueste
ponerse en pie nos hace más fuertes-.

Vivir es superar todas las adversidades
y sacarle brillo a tus ojos para iluminar el sendero
de luz y color,
atrapar instantes que recordar con fuerza entre los dedos
por si la memoria no es suficiente para hacer eternidad el infinito de tu risa.

Y la poesía te pone los pasos del baile
y una copa de magia con la que brindar,
música en el altavoz y pipas para ver desde un banco como el tiempo pasa,
pero nosotros seguimos siendo una constante en el día a día de los sueños.

Pintamos esperanza en cientos de fotografías a los pies del Atlántico,
y mochilas en la espalda y apretones de manos,
y tu pelo detrás de la oreja con mucho cuidado,
y tus dedos deslizándose por mi nunca y jugueteando con esos pelos que hay tras pasar mi ombligo.

Adornamos lienzos y posters y cientos de figuritas
en todas esas casitas de muñecas
que quedan tan bonitas en nuestras cabezas,
y un horario por aquí
y una rutina por allá
y yo me encargo de la lavadora y la limpieza
y tú de cocinar.

Imagino futuros con acento extranjero que chapurreamos aprendiendo
cuando salimos a la calle y nos refugiamos acurrucándonos entre los edredones que tendremos,
y beso de buenas noches y yo que me abrazo a ti
y apagamos la luz
y nos dormimos soñando con la libertad del porvenir.

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