Escribo poesía como el que escupe al suelo con desprecio,
como las palabras a puñaladas que se tiran desde lejos
con la intención de que maten más esperanzas que sueños.
Escribo poesía como el que acaricia el alma,
como las miradas a escondidas mientras te beso en la cara
con la intención de que te salgan alas y huyas volando de esta realidad.
Escribo poesía como el nene que observa el mundo,
como si acabase de descubrirlo e intentase hacer de las palabras un nudo
con la intención de atarse a una realidad que intenta comprender.
Escribo poesía como el que solo tiene sus letras y sus ideas,
como si buscase el nombre de las cosas y te lo explique aunque no me creas
con la intención de pintarte una acuarela de colores y libertad.
Escribo poesía como el que espera al tercer silencio,
como si la música ya tuviese sabor caduco y añejo
con la intención de emborracharme el corazón hasta caer al suelo.
Escribo poesía como el que mira constantemente al sol del mediodía,
como si toda la luz del cielo no albergase suficiente alegría
con la intención de no perderme en mi propia oscuridad.
Escribo poesía como el que grita en un acto desesperado de verdad,
como el que sabe que es su última oportunidad de atrapar la sinceridad
con la intención de llevarme de la mano si tú me ayudas a ver.
Escribo poesía como el que se sabe loco y aun a pesar de ello busca refugio,
como el que sabe que no tiene lugar pero sigue peleando con sus palabras como único escudo
con la intención de no caer pues rendirse es un lujo y él solo sigue a su propio grito de: "avanzad".
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