creo
no lo sé
no estoy seguro
y eso que me lo pregunto
con mucha frecuencia,
quizás demasiada.
Un día me preguntaste
que por qué escribía
y otra
y otra
porque cada vez que me ves
y cada vez que te veo,
tú, con tu inmensa inocencia
de luz y pureza,
me preguntas
con ese acento reconfortante
¿por qué escribes?
Y yo miro al suelo
en largo silencio
y luego al frente
y te respondo
con franqueza
y sin argumentos
que realmente no lo sé
que creo que es por sobrevivir.
Silencio
Chasqueo la lengua
y aclaro
que creo que es
- como todo el mundo -
por permanecer,
por no desaparecer,
aunque bueno
al final eso
también es sobrevivir...
Realmente no lo sé.
Y tú me miras
con tu infinito amor
y me dices que es un buen motivo
y que te gustaría leer algo que haya escrito
para comprenderme un poquito más
- eso último no lo dices,
pero yo lo sé -
y te sonrío
sin nada más que decir,
porque no voy a decir en ese momento
que me siento contigo en paz y calma,
y seguimos caminando
y hablando
y yo pensando
el resto del tiempo
que por qué escribo.
Y al final
por más que pasen los días,
los meses,
los años,
no lo sé.
Supongo que escribo como aprendí a vivir.
Para seguir.
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