martes, 29 de abril de 2025

Tiempo al tiempo, ecos de ausencias

Pesan las ausencias en el corazón,
inesperadas partidas que se difuminan como siluetas sinuosas bailando en el viento entre el humo de los candiles,
susurrantes silencios que se escapan entre los resquicios de las puertas,
rincones deshabitados que nos recuerdan quienes fuimos y quienes seremos,
pasos vacíos entre los ecos ausentes que ya no regresan.

El miedo al olvido...
fantasma y demonio que atenaza nuestras presencias,
palpitantes inquietudes que laten en la memoria,
recuerdos que se apagan a cada segundo que pasa,
sorpresas inesperadas que aceptas cuando llegan sin poder hacer nada.

No hay más huellas en el sendero
y pese a ello
caminas
con paso incierto,
vacilante,
con miedo al veneno
que supura entre las heridas sangrantes de tu cuerpo.

Tambaleante baile de almas que no regresan
¿quiénes somos
cuando nos reencontremos
cuando terminen de funcionar los relojes de arena?

Silabeante danza de deseos que no llegan
¿quiénes seremos
cuando nos hallemos
ante la recalcitrante presencia de respuestas?

No hay certezas,
mide tus pasos,
no hay certezas,

y mientras tanto
sigue adelante, consciente, de que no puedes buscarle tres pies al gato

pues ya lo sabías,
pero siempre tuvo cuatro:

Yo,
Yo mismo,
Yo sin mí,
yo sin tu sonrisa de inocencia.

lunes, 28 de abril de 2025

Todavía quedan muchos kilómetros por recorrer

Kilómetros y kilómetros a la espalda...

Este fin de semana he recorrido parte del centro de la Bretaña que tenía pendiente y el Finistère norte, el llamado Pays de Léon. -Digo el Pays de Léon, pero en realidad esto se dividía y divide en mil zonas que todavía estoy tratando de comprender, porque he pasado por el Pays de Iloise, el Pays Payan, el Pays de Léon... Entonces no lo tengo del todo claro, pero bueno, que me enredo y diserto.- Este fin de semana he recorrido parte del centro de la Bretaña que tenía pendiente y el Finistère norte, el llamado Pays de Léon. Kilómetros y kilómetros, desde que estoy aquí en la Bretaña, desde que me arreglaron el coche, lo que a efectos prácticos es lo mismo, llevo más de 2000 kilómetros recorridos. ¡En apenas 2 semanas! Porque me dieron el coche el día 11 de Abril y a día 27 de Abril llevaba ya más de 2000 Km, una locura.

La idea era recorrer el viernes toda la distancia posible parando en pueblitos y en Huelgoat hasta la punta Oeste. No fue posible, obviamente, así que llegué hasta el Fôret de Huelgoat, dónde elegí dormir. Otro bosque encantado y de leyendas. Le estoy cogiendo la afición a esto de dormir en bosques en el coche. Dormí en un parking, pero esta vez no estaba solo, había también una furgoneta durmiendo y otros de un coche durmiendo en una tienda de campaña. No es mala esa, en un futuro tengo que probarlo, hacer vivac teniendo el coche al lado. Más cómodo y sencillo.

El sábado 26 seguí mi recorrido y a las 2 y pico llegué al oeste, ascendí y disfruté del atardecer en Portsall, aunque al final para ver la puesta de sol me fui al punto más occidental de la Francia continental: Pointe du Corsen.

Ese día dormí en el mismo Première Classe que había dormido con Lura en Brest en nuestro Tour Macareaux de la Bretaña y al día siguiente inicié marcha recorriendo toda la zona norte de la Bretaña en la zona de Pays de Léon, llegando al final del día hasta Saint Pol de Léon. No me dio tiempo a llegar a Morlaix como originalmente tenía previsto, pero tengo todavía el día 1 de Mayo para recorrer Morlaix y la Costa de Granito Rosa, así que tampoco hay problema.

¡Todavía quedan muchos kilómetros por recorrer!

domingo, 27 de abril de 2025

Se desgrana un nuevo día

El sol en el horizonte,
deslizándose
viscosamente,
como el aceite que se desparrama, sobre la Isla de Batz.

En Roscoff
los chorlitejos cantan
y esa marisma acústica
encharca el suave ir y venir de las ondas en la orilla.

sábado, 26 de abril de 2025

El reino de la luz reposa ahora en Ávalon

El sol se pierde tras la isla de Ouessant cuando lo observas desde la Pointe du Corsen, el punto más al oeste de la Francia continental. Más allá solo queda Ouessant, el último bastión, alejado de la costa, la vida allí sigue otro ritmo, otra vida.


Se escapa el día en Finistère,
allá,
al fondo,
en el horizonte,
la isla de Ouessant es el último bastión,
onírico,
como la tierra a la que va a descansar el sol,
como un sueño de Avalón en el que reposar.

Se escapa entonces, con la luz,
la vida, la vitalidad, la ilusión,
y llega la hora de las hadas y los korrigans,
más aquí,
en el punto más occidental,
en la noche no hay más que un inmenso océano
que se pierde en el horizonte, en el fondo del mar.

Y como dice el dicho bretón:
Gortozit an noz 
evid lavaret eo bet kaer an deiz.
[es con la noche
cuando podemos saber si ha valido la pena el día].



- El reino de la luz reposa ahora en Ávalon

En el oeste de la Bretaña

Las barquitas meciéndose en la ensenada,
el sol desperezándose a punto de ir a dormir,
el tiempo suspendido,
flotante,
solo de nuevo, en el aire, cuando una ola marca su propio tempo
ajena
al discurrir de los acontecimientos.


- En el oeste de la Bretaña

Leyendas de Huelgoat (La batalla de Artur)

Aquí, en Huelgoat,
se yergue el campamento de Artur,
líder bretón,
último bastión contra el invasor sajón.

Tras perder las islas británicas,
él y su pueblo cruzaron el mar
para llegar
a tierras armoricanas.

Aquí reunieron sus fuerzas
y plantaron cara,
en estas laderas
libraron su última batalla.

Y cuando el enemigo ya no podía más que hacer
que batirse a la desesperada,
a morir o vencer,
Artur y sus fieles
en una gruta se refugiaron
para que la ker armoricana
les brindara fuerzas para ganar a esta incursión y derrotar por siempre al enemigo en su nueva casa.

Quizás la naturaleza,
quizás las llamas de las almas,
pero el rey los suyos
vencieron por siempre, liberando la nueva Bretaña.

Sin embargo, ahora descansan
en algún rincón
de este bosque de magia,
manteniendo su último aliento en un reposo eterno
hasta que su pueblo vuelva a necesitarlos,
hasta que tenga que volver a ondear la bandera negra y blanca.

Leyendas de Huelgoat (Artus y sus fieles reposan)

En la Fôret de Huelgoat
Artus se refugió,
acompañado de sus fieles
reunieron sus fuerzas en una gruta,
cuenta la leyenda
que aquí se encuentra su tesoro,
traído de sus dominios
en el Valle sin retorno.

Artus y sus compañeros
nunca salieron
siguen aquí
en un sueño eterno
y solo regresarán
para liberar su reino
del fiero enemigo sajón
para una última batalla.

Mientras aquí reposan,
aquí descansan,
protegidos por sus vasallos, sus almas,
serviles luminarias
que custodian cada noche la entrada,
no oses entrar a perturbar su sueño
o los fuegos fatuos te impedirán regresar,
llevándote a su velatorio eterno.

viernes, 25 de abril de 2025

Repiquetea en la Bretaña

Llueve fuera, en el corazón de la Bretaña, y dentro del coche, la lluvia repiquetea, mientras yo escribo
sobre la Bretaña
y sus prados
y sus laderas
y su esmeralda constante
y sus destellos amarillos de colza y landas
en este deambular
que es recorrer
la Bretaña entera
mientras ahí fuera
llueve, y la lluvia repiquetea.

jueves, 24 de abril de 2025

En cama

Reluce el sol que entra por la ventana
mientras estoy leyendo tumbado en cama.

El día está limpio, tranquilo,
y el ambiente relajado
invita a disfrutar de estos últimos días en la Bretaña.

Diatonía del diapasón

El sendero serpentea susurrando suspiros de sueños;
espero deseos de aciertos,
desesperos de acero
como ceros que cercan el cielo,
que acierto
tener soleados soles en salas y suelos,
somos sueños
sueños que serpentean como senderos susurrados en el cielo de nuevo.

sábado, 19 de abril de 2025

La danza de Broceliande

La naturaleza canta en una danza macabra,
la vida se desgrana como hojas cayendo de los árboles,
las hadas entonan su letanía
y los korrigans escapan, incapaces de soportar esta magia,
Broceliande refulge
en un círculo de auras y luces en la madrugada,
que ningún mortal osa penetrar.

Es la hora de las leyendas,
es la hora féerica
y quien interrumpa no logrará salir de ella jamás.

lunes, 14 de abril de 2025

Perfumada calma con olores y mar

El día frente al puerto,
un cormorán                      dorando su traje,
las gentes                           en búsqueda constante
la orilla                              acariciando su amor,
el silencio                          cobijando al viento,

y yo
sentado
sin más, dejando al tiempo hacer,
en el puerto.

domingo, 13 de abril de 2025

Te busco en Concarneau

A más de 1000 km de distancia,
yo busco el mar
para sentir que el suave vaivén ondulante
de la marea en la orilla
me acerca a ti,
me hace sentirte más cerca.

Y es que sin ti cualquier poesía me sabe a poco,
cualquier mar está un poco más vacío,
nosotros,
que somos de horizontes atlánticos,
nos buscamos en la lejanía,
en el infinito entre el cielo y el océano,
para atrapar el instante,
hacerlo nuestro
y recordarnos
como recordamos las tardes en el muro de Ericeira,
dos nutrias, a fin de cuentas,
que se dan la mano 
en el Atlántico
para que no se las lleve nunca la marea.

En tu rincón de Concarneau

Estoy sentado en las rocas que tú te sentabas, y te echo de menos, supongo que estar aquí es mi forma de sentirte más cerca, de sentir que estás viajando conmigo por la Bretaña.

A más de 1000 km de distancia,
yo busco el mar
para sentir que el suave vaivén ondulante
de la marea en la orilla
me acerca a ti,
me hace sentirte más cerca.

Y es que sin ti cualquier poesía me sabe a poco,
cualquier mar está un poco más vacío,
nosotros,
que somos de horizontes atlánticos,
nos buscamos en la lejanía,
en el infinito entre el cielo y el océano,
para atrapar el instante,
hacerlo nuestro
y recordarnos
como recordamos las tardes en el muro de Ericeira,
dos nutrias, a fin de cuentas,
que se dan la mano 
en el Atlántico
para que no se las lleve nunca la marea.

jueves, 3 de abril de 2025

Bretaña

Corren los campos en el paisaje
veloz
como árboles fugaces
y prados constantes.

El sol se sostiene
y el verde resplandece
no es aún primavera aquí,
pero el paisaje avanza
sin frenos.

miércoles, 2 de abril de 2025

Frente al dique del puerto

Golpea el viento incesante
sobre el puerto de Binic,
los mástiles suenan,
los barcos ondean,
y el sol baña la piel
pese a erizarse
por el viento
que no frena.