viernes, 16 de abril de 2021

Sin viaje no hay utopía

En el vaivén de tus labios
dibujé mis sueños,
  lo confieso,
y escribí en tu piel
mis miedos y mi salvación,
también atesoré el tiempo que volaba
 y abrí alas
   para olvidar cada mañana
que tardaría horas
en volver a encontrarte, mi pequeña amor.

Bebí en lo más hondo de tus versos
cada noche una nueva canción,
 descubrí, por cierto, el instante eterno
   y me suspendí en el aire;
  volátil, liviano,
  frágil
como la brisa en verano;
justo antes de que tu tacto
erizase mi tenue piel
  y palpitase mi respiración.

Si yo pudiera escribirte...
 ¡ay! si yo pudiera escribirte...
  no te hablaría de grandes romances,
ni altivas gestas,
te cantaría de la épica del amor:
  de los pequeños e imperceptibles cuidados,
 de la diaria comunicación;
  de como te eché de menos currando,
de los trayectos a casa con la radio sonando tu voz,
 del esfuerzo de aprender juntos
 con las manos llenas a palabras
  la excitante cotidianidad en deconstrucción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario