Toda la vida dando vueltas
en esta ruleta en la que perdemos todas nuestras cartas
como miradas calladas que no valen nada,
solo podrías aprender a caer cuando te atreves a ver
más allá de toda tu piel,
cómo seré?
el camino a tu ser comienza el día que te pude comprender.
Cuando la vida te apaga,
te consume como colillas olvidadas
en un cenicero de pocas intenciones y muchas palabras,
desfilan los muertos recordando que todo se acaba.
No sabría entender el final
pero allá hay una caricia falsa
de esas que te desnudan y te olvidan el alma,
¿Sabías que nunca me atreví a ser feliz?
Y te juro que no la vi venir,
que creía que tendría sin ti
toda una herida de sangre enfangada,
y ya c´est fini,
este juego de muchas puñaladas
y muy pocas ganas
de poner de tu parte
y me parte
el cora el saberme tan olvidada
que comprendí
que para mí
el único cuento feliz
es ese en el que nunca fui feliz.
Comprendí que el único cuento feliz es ese en el que nunca fui feliz...
Que nunca fui feliz...
Que nunca fui feliz...
Que sabes que nunca fui feliz.
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