atizando las brasas en medio de las llamas,
solo hay camino si atino en vano,
ya no sé muy bien por qué hablo o callas.
No sabría existir
en esta carrera de legañas,
despunto las palabras,
afilo el alba
y en esta espesa maraña
solo encuentro silencio cuando callas.
Y ya no hay sed ni hambre
ni un oscuro deseo de ser alguien,
solo en este baile
jugamos al desaire
podría intentarlo, pero me deshago en el aire.
Y ahora por qué,
y ahora por qué?
y ahora por qué
trato de saber el por qué,
que me digan el por qué,
que me expliquen el por qué,
y no hay por qué,
solo porqué,
solo porqué,
solo qué
y ahora qué?
Soltando el vacío que me arrastra,
supongo que ya no me hablas,
es lo que tienen las vallas que levanté
y seré o no seré,
pero iré a donde sea que vaya,
vaya palabras que se me escapan
en esta negra madrugada
donde ya no hay brisa en la ventana
para respirar en esta cornisa
que apaga las colillas con prisa.
Me rompo la camisa,
me desfibra la risa
que ya no se oye ni avisa
la soñada melodía
del lúgubre poeta
que se perdió sin llegar a llamar a la puerta.
Soltando los poemas que me guardo,
comprendí que el tiempo había pasado de largo
y que ya no había algo entre tanta nada,
solo mírame cuando me digas que me vaya
solo mírame cuando ya nada me salva
entre tanto frío de silencio cuando callas.
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