La nieve traía gotas de lacre, de plomo derretido
y disimulos de niña que ha dado muerte a un cisne.*
¿Un cisne?
¿Un cisne muerto?
¡Soy solo una niña!
Ya no quedan esperanzas
ni guantes con los que proteger
nuestros sueños ateridos de frío.
Quizás me equivoqué,
pero vi una puerta en ese cielo.
Solo soy un puñado de huesos
incapaz de comprender nada.
¿Qué es todo?
Quizás...
si el tiempo se agotara...
podría comprenderlo.
Pero no quiero seguir viendo
como cae la arena
del reloj que cuelgo en el cuello.
Tik
Tak
cruel sonido
que nunca cesa.
Tik
Tak
pesadillas de cristal
que se resquebrajan cuando despierto.
¿Qué habrá
cuando todo termine?
Quizás no sé contar historias,
quizás solo sé terminarlas.
Nunca he sabido cómo ha comenzado todo,
solo sé
como seguirá
por el fin de los tiempos.
Un último canto...
el más hermoso...
Quizás entonces,
en esa hora,
aprenda a vivir
y deje de contar historias
de cisnes muertos.
*Rafael Alberti (El ángel superviviente, Sobre los ángeles)
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