saltando de trinchera en trinchera
como un baile que posan en el aire miles de miradas intensas
que desfilan desde las yemas de mis dedos hasta cada uno de tus poros.
Me desembarazo del peso del alma para dibujar filigranas de colores sobre tu espalda
como una hazaña
que desteje palabras susurradas a tu oído bajo la atenta vigilancia de la almohada.
Salpico toda la habitación con explosiones de colores
que bañan de atardeceres
cada beso que posas sobre la tinta de mi pecho
siguiendo con el dedo una figura que me protege de mi fuero interno.
Me deshidrato sobre tu cuello
mientras reinterpreto una melodía de sueños con sabor a sonrisa
y me regodeo en cada uno de mis vanos intentos por alcanzar tus labios.
Asilo en cada una de tus pecas una lágrima de felicidad
por cada uno de los brindis futuros que daremos en pos de todos nuestros pasos,
y fracaso si no logro guardar en mi frasco de recuerdos
al menos una sonrisa luminosa cada día.
Me recompongo en cada verso que me das
y me deshago en cada rima que te arranco,
dame la mano
que quedan muchos bigbames por delante
en este dulce paisaje que hemos convertido en nuestro remanso.
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