viernes, 29 de marzo de 2024

Hasta que salga el sol

El paisaje circula a toda velocidad al otro lado de la ventanilla del bus. Creo que es la metáfora perfecta, decenas de recuerdos que se arremolinan en un enorme remolino de vivencias que han pasado demasiado rápido. Y yo, en ese estado, como diría Cati, estoy disociado y no me doy cuenta de que esto se acaba, de que es muy probable que no vuelva a ver a la mayoría de la gente, que no vuelva a tener estas historias, estas anécdotas, estas experiencias: No volveremos a enterrar cervezas en la nieve y buscarlas excavando con el pie, no volveré a hablar hasta las tantas de la mañana con Cati mientras tomamos monchis o colacao, no estaré días viendo la nieve caer, viendo ciervos a apenas 2 km, escuchando los zorros al anochecer... No volveré a vivir situaciones surrealistas como calentar fajitas en una hoguera mientras nieva, ni caminar por la nieve en chanclas y manga corta, pasear las zapatillas de una casa a otra, hacer nuestras sesiones de trauma dumping. Y es que esto se acaba, y creo que todavía no lo he asimilado, por eso no siento apenas nada, porque he desconectado de mis emociones, pero no he desconectado de las personas. No podré olvidar a toda esa gente que he convertido en familia estos días, a Cati y sus cuidados, a Carlos y sus risas, a Elsa y sus comentarios de abuela. No podré olvidar esa gente que me llevo en el cora como Eoghan y nuestras conversaciones de política, a Miryam y su humor, a Esin y su locura.

Y es que bañarnos en un lago a apenas 4 grados y -1 en el exterior, ¿cuándo va a volver a ocurrir? ¿Cuándo vamos a volver a estar aquí? Grita Cati y yo la creo, porque en esa energía y pasión por vivir que transmite ¿cómo no iba a creerla? Aunque luego las agujas de hielo duelan. Al final, la vulnerabilidad y la fragilidad nos arropan. Y todo eso me llevo, un pequeñito grupo de gente que querer muy fuerte y llevar en morado cora.

Y paisajes, y animales, y risas, y auroras, y huellas, y nieve, y copos, y albóndigas, y dinámicas, y cotilleos, y risas, y música, y cuidados, y miradas, y comida vegana, y conversaciones nocturnas hasta las 5 de la mañana.

Viviendo deprisa la vida, para saborearla despacio.

Solidaritet, dialéctica de un training sueco entre muchos abrazos.



- Hasta que salga el sol

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