como un rastro de papeles volando,
como archivos que se esfuman
sin saber cómo
de un teléfono móvil,
como recuerdos que se apagan
y que atrapaban el instante.
Somos pedazos rotos de trozos imposibles de coser,
añicos de cristales que cortan la piel,
destinos perdidos sin rumbo hasta desaparecer,
desaciertos, desatinos, incapaces de saber qué hacer.
Lo hemos perdido todo
y todo se ha ido
y ahora
sin nada
y sin todo
solo somos almas opacas a la alegría, a la felicidad,
tratando de perdernos y esfumarnos
como un mal sueño
sabiendo que no hay posibilidad de despertar.
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