y me estoy acordando de ti,
de aquella primera tarde, el último día,
en el que nos tumbamos al sol
y no teníamos nada más que hacer
que charlar
y conocernos
superficialmente en profundidad
por primera vez.
Recuerdo el brillo de tu mirada,
tu sonrisa,
el sol que nos bañaba
y la tranquilidad de todo un verano por delante
escuchando el mar
en medio de la naturaleza y la calma,
sintiendo la libertad de nuestra amistad.
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