Dicen que quien no arriesga no gana. No se. La verdad es que nunca me he fiado de ese lema, supongo que tantas derrotas seguidas hacen a uno volverse desconfiado y replantearse las cosas.
Dicen que quien no arriesga no gana. Nunca he confiado demasiado en esa frase, y a pesar de ello una y otra vez me he lanzado con los ojos vendados al vacío, en un acto suicida que al final resulta más doloroso que un planchazo desde un trampolín.
Dicen que quien no arriesga no gana. No estoy seguro de que esto sea cierto. Es verdad que la suerte solo existe para quien crea su propio futuro a base de aumentar el índice de probabilidades, pero es que a veces es tan difícil confiar en el azar y la suerte...
Dicen que quien no arriesga no gana. Puede ser. No se. Ya no se que pensar. Tantas veces he arriesgado y tantas veces ha salido mi corazón herido que ahora las cicatrices no han hecho otra cosa que recubrirlo con una costra infectada, que supura intentando confiar, cuando el cerebro le grita: "¡No lo intentes más! ¡Detente! ¡¿No ves que sólo vas a seguir sufriendo?!
Dicen que quien no arriesga no gana. No acabo de estar seguro de que sean ciertas esas palabras, pero el corazón intenta por todos los medios imponerse a la razón y volver a jugar una nueva partida. Pobre iluso.
Dicen que quien no arriesga no gana. Puede ser. Pero bueno, tampoco pierde quien no arriesga, así que puede que vaya siendo hora de volver al combate y jugarse el randori al minuto de oro. Puede que esta vez gane por Ippon.
Dicen que quien no arriesga no gana. Pero ya me conoces, "Beam me up, Scotty", como diría Rockhound en Armageddom. Me gusta tropezar más de dos veces con la misma piedra.
Dicen que quien no arriesga no gana. Y aquí estoy yo, dispuesto a caer luchando.
Dicen que quien no arriesga no gana. Puede. Pero esta vez salgo a ganar.
Dicen... que más dará lo que digan si sé que puedo ganar.
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