- Ser cruel y duro es básico para la supervivencia del ser humano. El mundo es difícil y con el paso del tiempo te das cuenta de cual es la única manera de sobrevivir. Durante varios años fui el alimento del mundo, un desperdicio al que cualquiera podía mangonear y tratar como un desperdicio sin importar sus sentimientos ni sus ideas, pero ahora esto se ha acabado porque ahora yo soy el que se come a los demás. Ahora soy yo el que tiene el control y puede hacer daño o bienestar al resto de personas que están a su alrededor. Sentir como este poder te invade es gratificante, te sientes fuerte y dominante, sientes que todos deben ceder ante ti, pero al mismo tiempo eres consciente de que el sabor de la sangre humana ha despertado tus instintos más primitivos y todo lo que hagas te parecerá poco. Quieres llegar más allá en todo, probar más de lo que nunca te habrías imaginado, hacer lo que nunca habías creído, dañar con una crueldad que nunca habías creído posible. Y sabes que estás en la línea que te separa de ser un monstruo de un ser humano, pero es exactamente eso, estar en el límite de tu humanidad lo que hace que pareza maravilloso. Porque ahora sí, ahora más que nunca en mi vida, siento que puedo comer el mundo y siento que puedo hacer lo que me da la gana sin ninguna carga moral ni de conciencia. Porque el dolor me ha hecho evolucionar como persona y sé que el código moral y social actual está anticuado y es cerrado de mente, como todo en este mundo. Si pudiese arrasar con todo y establecer un nuevo orden mundial lo haría, no me cabe la menor duda. Porque no existe sensación como la del sabor de la sangre.-
Al terminar de escuchar estas palabras, del que había sido su amigo de la infancia, Felipe se horrorizó. En su mente no cabía la idea de que su mejor amigo hubiese cambiado tanto. El mundo es un caos, es cierto, pero eso no podía haber influido tanto. ¿En qué momento y de qué modo Jacobo había cruzado la línea de lo racional y lo irracional?
No hay comentarios:
Publicar un comentario